Categoría: Denunciable

En esta sección iremos publicando todos los productos que por sus valores nutricionales no sean adecuados para nuestra alimentación.

Feliz Aniversario

Feliz Aniversario«Entraste en mi vida hace hoy un año y desde entonces hemos estado juntos casi todos los días. Jamás me has fallado y cada vez que lo he necesitado, ahí estabas tú para recordarme la importancia de mi trabajo y ayudarme a seguir adelante. En este año que llevamos juntos ha hecho frío y ha hecho calor, pero tú no has faltado a tu cita ni un solo día, no has enfermado y jamás te he visto desfallecer. Tu fortaleza me asombra y me reconforta. Aunque hoy me cuento más canas y me veo menos pelo que cuando nos conocimos hace un año, tú sigues exactamente igual que el día que nos conocimos. No has perdido ni un ápice de tu juventud y tus rasgos siguen frescos y apetecibles: irradias ternura.

En ocasiones noto como me observas mientras trabajo. Desde tu sitio, observas en silencio como escribo, hablo por teléfono o navego por Internet. Jamás me has exigido nada y desde luego no me has defraudado. Admito que al principio tenía mis dudas acerca de ti. No creí que fueses a aguantar tanto porque no soy una persona fácil de llevar, pero mira, el tiempo ha pasado y ahí sigues, pacientemente a mi lado y exactamente en el mismo lugar en el que empezaste… ¡en la estantería de mi oficina!

Querido queso inmortal, te felicito en este nuestro primer aniversario esperando que dentro de doce meses hayas logrado conservarte exactamente como hasta hoy. De este año no pasa que llame a tu fabricante y le pida -mejor le exija- el elixir de la eterna juventud con que te ha rociado. Me niego a que me sobrevivas y me tengas que ver envejecer. No es natural. La ley de la naturaleza dicta justo lo contrario.

Atentamente, tu humilde admirador»

Bromas aparte, si no has oído hablar de mis quesos inmortales, aquí tienes los artículos de hace un año que empezaron con el análisis de un queso que, desde entonces, vive en mi estantería sin ponerse malo ni echarse a perder. Estos dos artículos fueron de los primeros de la serie Denunciable del blog.

Denunciable: «Quesos rayados Millán Vicente»

Denunciable: «Quesos Inmortales»

Compré los quesos inmortales hace 12 meses y desde el primer día han vivido fuera de la nevera, en una estantería de la librería de mi despacho. Sin frío, expuestos a la luz y al calor. Como verás en las fotos, caducaron en Octubre de 2014 y ahí siguen, exactamente igual que el primer día ¿Qué les ha ocurrido en este tiempo? Absolutamente nada. ¿Crees que sabes lo que comes? Ya te digo yo que no…

Los quesos inmortales el 15 de Julio de 2015

Los quesos inmortales el 15 de Julio de 2015

Los quesos inmortales el 15 de Julio de 2015

Los quesos inmortales el 15 de Julio de 2015

 

Denunciable: Carnes de Carrefour

Carnes de CarrefourMe he tropezado hoy con dos productos de carnicería en Carrefour que merecen un tirón de orejas para el distribuidor de origen Francés. El primero es claramente de la marca Carrefour y se elabora en el propio centro y el segundo, que lo elabora El Pozo, no tengo muy claro si se comercializa como marca Carrefour porque lo único que pone el paquete es «Carnicería», dando a entender que es un producto de carnicería del propio supermercado. Veamos lo que me hace denunciar estos productos y recomendarte que no los compres.

El primero se trata de una carne picada presuntamente de vacuno, y digo presuntamente porque en la lista de ingredientes no aparece la carne de vacuno… ¡ni de hecho ninguna otra carne! Quiero suponer que se trata de un error, pero en cualquier caso la lista de ingredientes del paquete, marcada con una flecha en la foto, es: Cereales, arroz, fibras vegetales, sal, dextrosa, almidón, antioxidante (E301) y conservador (Sulfito Sódico). Si miramos hacia otro lado y nos olvidamos del hecho de que esta carne lleva cereales indeterminados, y por lo tanto bien podría llevar gluten y no está advertido por ningún sitio, y que lleva arroz, fibra vegetal y azúcar (dextrosa y almidón), el principal problema que tenemos como consumidores es que no conocemos la proporción de carne que hay en este producto y, por lo tanto, resulta absolutamente imposible saber si el precio es adecuado y el producto adecuado para nuestras necesidades nutricionales.

Si bien el precio de este producto presuntamente cárnico es bajo (5,20€/kg) no sabemos si estamos pagando el kilo de cereal a 5€, que sería muy salvaje, o el kilo de carne a 5€, que parece más razonable. Tampoco sabemos si la presunta carne que lleva tiene más o menos grasa, porque su análisis nutricional no aparece por ningún lado, ni la cantidad de azúcar real que lleva. Es más, por no saber ni siquiera sabemos ni el grado de calidad de la carne ni el tipo. ¿es falda, babilla, pierna, lomo…?

No puedo concluir a ciencia cierta si el producto es de mejor o peor calidad, porque su etiquetado es tan deficiente que resulta imposible, pero lo que es peor todavía, ni siquiera puedo saber qué demonios estaría comiendo si se me ocurriese llevármelo a la boca. El aviso de «cocinar completamente antes de su consumo» no es algo que me haga especial gracia. Si has leído alguno de mis libros, ya sabes que las carnes y pescados de calidad, tomadas las oportunas precauciones, son más nutritivos si se cocinan menos.

Lomo a la Pimienta de El PozoEl segundo producto con el que me he tropezado tiene guasa, porque como te lo tomes en serio te dan ganas de llorar. Se trata de «Lomo a la pimienta». La marca aparente es «Carnicería», o sea, quieren que te creas que han cogido una cinta de lomo en el mostrador de la carnicería, la han salpicado de pimienta por el exterior y la han loncheado y puesto en una bandeja para tu comodidad. De hecho, si te fijas en la foto verás que su forma ovalada es similar a una cinta de lomo de cerdo fresca real. Sin embargo, estas lonchas esconden algo más que lomo, mucho más que lomo…

De hecho, el lomo de cerdo es sólo el 52% de su composición. Veámosla con detalle (y paciencia, porque es larga): Lomo de cerdo (52,6%), agua, sal, dextrosa de maíz, fécula de patata, leche en polvo, proteína de soja, azúcar, especias naturales, estabilizantes E-451, E-407, conservador E-250, antioxidante E-316, potenciador del sabor E-621, colorante natural E-120, recubrimiento: gelatina comestible, finas hierbas, pimienta y conservador E-200.

Una vez más, un producto que parece carne, y probablemente sepa y huela a carne, pero con un contenido en carne aproximado a la mitad de su peso. No es de extrañar que sus valores nutricionales por cada 100g de producto no tengan demasiado sentido: Proteína 14g, Grasa 2,5g e Hidratos de Carbono 4,5g, de los cuales, según pone la etiqueta, azúcares ninguno, con la curiosa coincidencia que el azúcar es uno de sus ingredientes en la lista. A ver si tengo un rato y llamo a El Pozo para que me enseñen este truco genial: uso azúcar como ingrediente de un producto y luego consigo en los valores nutricionales que no contenga azúcares. El Mago Merlin al lado de estos señores es un principiante.

Analicemos el productito que fabrica El Pozo, porque es como para llevarse las manos a la cabeza. La cinta de lomo fresca en ese mismo Carrefour se vende a 3,89€/Kg en trozos o, si la quieres fileteada, a 5,90€/kg. De modo que la próxima vez que compres cinta de lomo en Carrefour igual quieres ahorrarte dos eurazos por kilo y cortarla en casa 🙂 Ahora bien, lo curioso de este «Lomo a la pimienta» de marca indeterminada como ya he dicho, es que se vende a 8,57€/kg pese a contener sólo la mitad de carne que el fresco, o sea, que si analizamos con detalle ¡el precio real del kilo de lomo de cerdo en este producto es de 16,48€!, más de cuatro veces más caro que comprar la cinta de lomo fresca en trozos para cortarla en casa. ¿Y a cambio que consigues? Pues comer una carne con proteína de baja calidad, procedente entre otros de la soja, probablemente transgénica, tomar fécula de patata, azúcar (dextrosa) de maíz, que es probablemente transgénico también, y una buena cantidad de ingredientes camuflados bajo las «E» que incluye en su etiqueta, alguno de ellos con riesgo de toxicidad como la carragenina (E407), el Nitrito de Sodio (E250) o la cochinilla (E120), esta última no recomendada para niños.

Antes de que alguien me deje un comentario ilustrado, ya he advertido que en letra enana, más pequeña que el número de lote, pone «Fiambre de lomo cocido» pero para mí el engaño es igual. Lo ponen para guardarse las espaldas, pero de manera tan pequeña que pasa desapercibido y, sobre todo, que es lo más importante, esto no lo he encontrado en la sección de los fiambres y los embutidos. Lo he comprado en la carnicería, que es justamente lo que indica en letras sensiblemente más grandes el paquete: «Carnicería».

Cuando escribí el artículo sobre las Carnes del Mercadona, que tanto revuelo levantó, algunos me acusaron de ir en contra de Mercadona por ser una empresa española y dejar a otros fuera de mi crítica por ser extranjeros. Bueno, aquí tenéis la prueba de que a la hora de denunciar tanto o nada me importa el origen del distribuidor.

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Denunciable: Etiquetado de Mercadona

Natillas sin azúcares Hacendado de Mercadona

Una cosa es que un producto tenga mejores o peores valores nutricionales y otra muy distinta que el fabricante del producto mienta descaradamente en el etiquetado del producto. Es cierto que los que trabajamos en marketing tenemos tendencia natural a vivir cerca de la línea que separa lo estrictamente legal de lo ilegal a la hora de comunicar, tratando de aprovechar al máximo cualquier resquicio que dejen las leyes para mejorar la imagen de los productos con los que trabajamos, pero creo honestamente que eso es parte del juego y dominar el arte de la comunicación produce efectos sorprendentes sobre las ventas de los productos y es razonable querer vender un producto mostrándolo mejor al de la competencia.

Sin embargo, vivir cerca de la línea es una cosa, y pasar la línea es otra bien distinta. Empresas como Danone suelen pasar la línea con relativa frecuencia, pero gozan en Europa del proteccionado de la Unión Europea. En Estados Unidos no son tan permisivos con esta multinacional y las multas y los problemas se le suelen multiplicar al gigante de los lácteos al otro lado del Atlántico. Ese proteccionado del que hablo -que protege a la empresa cuando comete tropelías evidentes- es el mismo que nos perjudica a los consumidores, que quedamos indefensos ante estas prácticas.

Pues bien, si empresas como Danone pasan la línea con frecuencia, otras empresas viven en un universo paralelo, sin lineas, y hacen prácticamente lo que les da la gana. Hoy traigo el caso de Mercadona, porque lo que he visto -avisado por un lector habitual del blog- me parece tan vergonzoso como peligroso. Antes de que me lluevan los insultos por decir verdades acerca de Mercadona, insisto en que no tengo nada contra esta empresa, y mucho menos como ya me han sugerido alguna vez, por ser una empresa Española; pero en materia de alimentación y en especial con productos orientados a los niños, no entiendo de banderas, marcas ni nacionalidades. Lo que está mal, está mal lo haga quien lo haga. A quien no le guste conocer la verdad, le invito amablemente a dejar de leer este artículo ahora pinchando aquí. A los demás, aquí os presento la realidad de como se las gasta Mercadona con su etiquetado.

¿Qué ocurre cuando un diabético toma más azúcar de la que debe? Pues que genera un pico de glucosa en sangre que su organismo no puede controlar. Esto provoca un estado llamado hiperglucemia. Como explico en mi libro Adelgazar sin Milagros, el exceso de glucosa en sangre es tóxico para todo el mundo, pero la diferencia entre los diabéticos y el resto de las personas es que los primeros tienen problemas para regular de manera automática su nivel de glucosa en sangre. Precisamente por ese motivo, deben tener precaución a la hora de comer, en especial cuando comen productos dulces que potencialmente están edulcorados con azúcar, un alimento que tiene la capacidad de elevar muy rápido el nivel de glucosa por ser una fuente de carbohidratos de asimilación rápida -de los llamados «de alto índice glucémico».

Las natillas Hacendado sin Azúcares Añadidos tienen azúcar añadido. Así de claro, así de simple. Y no me refiero a «azúcares naturalmente presente en los alimentos», me refiero a azúcar blanca refinada, sacarosa, un alimento que los diabéticos deben vigilar muy de cerca. Hay que ser un verdadero cafre y sinvergüenza para etiquetar un producto como libre de azúcar cuando en realidad tiene azúcar, porque tal villanía puede ser potencialmente peligrosa para algunas personas. ¿Soy el único que se imagina a una madre de un niño diabético decirle que tome las natillas y repita si le apetece porque no tienen azúcar y son seguras para su consumo? No se trata de adelgazar o de engordar, se trata de un atentado serio contra salud del consumidor, que no puede fiarse de lo que lee en el etiquetado del producto sin pararse a analizar en detalle su composición.

¿Cómo se salta la regulación Mercadona en este producto? Muy sencillo: hace una interpretación absolutamente errónea del concepto de «azúcares naturales» para mentir en el etiquetado. Esta es la explicación: ciertos alimentos contienen «azúcares», carbohidratos simples, de manera natural en su composición. Por ejemplo, ciertas frutas contienen fructosa y glucosa, dos azúcares «naturalmente presentes» en su composición. El azúcar refinado es precisamente un disacárido compuesto por una molécula de glucosa y otra de fructosa, de ahí su elevado índice glucémico. En el etiquetado de las natillas, Mercadona insinúa que su producto tienen «azúcares naturalmente presentes» en el chocolate, pero es que resulta que el chocolate no es un alimento natural, sino un alimento procesado derivado del cacao, y el cacao no tiene azúcar mientras que el chocolate es básicamente una mezcla de cacao con azúcar refinado. El cacao es un fruto cuya semilla -tremendamente amarga- se utiliza para fabricar chocolate, y no contiene azúcar de manera natural. De hecho, las semillas de cacao son eminentemente grasas y contienen muy pocos carbohidratos en general con una insignificante cantidad de azúcares presentes en su composición.

Natillas de Mercadona sin Azúcares Añadidos

La composición de estas natillas es clara al respecto puesto que la palabra «azúcar» aparece claramente en la lista de ingredientes como parte del chocolate que contienen. Podrían haber optado por usar un chocolate sin azúcar de todos los que hay disponibles en el mercado, que no son pocos, pero han preferido lanzar una mentira al consumidor instándole a que consuma un producto que no cumple lo que su etiquetado promete. Además del azúcar industrial presente en este producto, también encontramos «azúcares naturales», esta vez sí, presentes en la leche. La leche contiene un azúcar natural, la lactosa, y aunque no está especificado, debemos suponer que la leche desnatada que lleva este producto contiene algo de lactosa.

Es cierto que la cantidad de carbohidratos que lleva el producto es baja para ser un postre dulce y que la cantidad de azúcar será lógicamente baja también, pero no me sirve como excusa. Si todos los fabricantes hiciesen lo mismo, un diabético -especialmente un niño- no duraba dos telediarios. Los consumidores tienen derecho a saber con exactitud lo que están comprando, y esa es precisamente la función del etiquetado. Si todos los fabricantes mintiesen con respecto al azúcar del mismo modo que lo ha hecho Mercadona en este producto, sería absolutamente imposible para un diabético comprar productos basándose en que estén supuestamente «libres de azúcar». Se pasaría el día comiendo azúcar sin saberlo.

Señores de Mercadona, si me están leyendo, su producto no es malo. No es necesario que mientan para venderlo. Mintiendo así sólo consiguen publicidad negativa y ponen potencialmente en riesgo la salud de algunos consumidores. Francamente, no me lo explico.

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Contestando a todos

Magro de Cerdo Mercadona

Magro de Cerdo Mercadona

Bueno, parece que el artículo sobre las carnes que compré en Mercadona se me ha ido de las manos y no tengo tiempo de contestar, como suelo hacer, todos los comentarios que recibo. Sin embargo, tampoco quiero dar la callada por respuesta, de modo que como veo que los comentarios son en su mayoría acerca de lo mismo, aquí me permito una contestación genérica para todo el mundo. En negrita y más grande pongo el comentario que he recibido varias veces e inmediatamente después mi contestación u opinión al respecto. Con miles de visitas recibidas en los últimos días, me es materialmente imposible contestar uno a uno.

Parece que el artículo es contra Mercadona porque no menciono al resto de empresas del sector

No es cierto. Esta carne de la que hablo en el artículo la compré en Mercadona y hablo de Mercadona como es lógico, pues es el sitio donde la compré. Cuando compro algo que no me gusta en Carrefour, como por ejemplo estas galletas, también lo digo. Y lo mismo se aplica al resto de fabricantes y distribuidores. He hablado sobre una gran cantidad de fabricantes en los últimos meses y seguiré haciéndolo cuando crea que algún producto es notablemente mejorable. De eso va precisamente la serie de artículos que llamo «denunciable» en este blog. No tengo nada contra Mercadona. De hecho, algunos de sus productos me gustan mucho y los compro asiduamente como la ventresca de atún en aceite de oliva, que tiene un precio excepcional y una gran calidad, o su mezcla de frutos secos naturales, a un precio irresistible. Otros lamentablemente, como estos cereales, prefiero no verlos en mi cocina.

Te metes con Mercadona porque es una cadena española y nos gusta criticar lo nuestro

Hablo de Mercadona cuando un producto suyo me parece mejorable, igual que hablo de Carrefour, Nestlé, Pescanova, Danone, Coca Cola, Don Simón y en general cualquier empresa del sector de la alimentación que, en mi opinión, hace algo reprochable, incluso si es legal. En mi libro La gran mentira de la nutrición hablo de muchas personas y muchas empresas que hacen cosas que no me parecen razonables. De hecho, en este artículo me meto bastante con Nestlé por sus prácticas con los cereales de desayuno y sin embargo, más abajo verás que tengo la foto de uno de sus productos en mi cocina. Ni todos sus productos son perfectos ni todos son tan malos. Pero esto es sólo mi opinión como consumidor. Tu puedes tener la tuya y es tanto o más respetable que la mía. No pretendo caerle bien a todo el mundo ni que todo el mundo esté de acuerdo conmigo. Pretendo escribir lo que pienso. Y por cierto, no sólo no me paga nadie por hablar de Mercadona como alguno ha dicho, sino que me cuesta el dinero mantener el blog e imprimir mis libros.

Si quieres denunciar, ve a un juzgado: este producto es legal

El tabaco y las sustancias cancerígenas que contiene también es legal. Hay que ser bastante básico para lanzarme este argumento. Claro que la carne de Mercadona es legal, y todas los que se venden en los supermercados, ¡tendría guasa que no lo fueran! ¿Pero acaso ser legal indica que es lo más idóneo para nuestro organismo o para nuestra economía familiar? No me cabe ninguna duda de que Mercadona y el resto de distribuidores hacen un trabajo realmente impecable asegurándose que todos los productos que llegan al consumidor cumplen las más estrictas normas establecidas. Sin embargo, cuando escribo artículos de mi serie «denunciable» no me estoy refiriendo a que se les deba poner una denuncia en un juzgado, sino que como consumidor, ejerzo mi derecho y denuncio públicamente que el producto -pese a ser legal- me parece que tiene una pésima calidad. El único poder real que tenemos como consumidores es opinar sobre los productos que compramos. Yo he comprado estos productos y estoy en mi derecho de opinar sobre ellos. Te gustará más o menos mi opinión, pero es mía, y además la publico en mi blog, que también es mío. Si no te gusta no tienes más que ir a otro sitio a leer cosas que sean de tu agrado. No escribo para agradar a nadie, sino para divulgar lo que pienso. Si no te gusta, no me leas.

Este producto es un fiambre barato, por eso tiene esa composición. Si quieres carne fresca ráscate el bolsillo y cómprala al corte.

Cinta de lomo fresca

Cinta de lomo fresca

Una foto vale más que 1000 palabras. Ahí tenéis una bandeja de cinta de lomo natural, sin aditivos de ningún tipo, y como podéis comprobar en su etiqueta, es más barata que el fiambre del Mercadona (5,90€/Kg vs 6,95€/Kg). Lo que yo denuncio como consumidor es que ese producto concreto de Mercadona, que es el que he comprado y del que hablo, me lo cobran más caro que la carne real, tiene menos cantidad de carne, mucha agua, y un montón de ingredientes que no debería tener una carne. Insisto, mira la foto antes de opinar. En concreto, el producto de Mercadona, que tiene un 50% de carne de cerdo y un montón de cosas más cuesta 1€ más por kilo, o sea, un 17% más que la carne de lomo de cerdo fresca en un supermercado de la competencia.

Todos los alimentos procesados tienen un montón de ingredientes tipo «E»

Falso, absolutamente falso. Desafortunadamente es la tendencia y cada vez es más difícil encontrar alimentos que no estén llenos de todo tipo de conservantes, estabilizantes, antioxidantes, espesantes y demás. Sin embargo, no es imposible. Estas fotos que os muestro son productos que tengo en casa. Han salido de mi nevera y mi despensa. Como veréis, son alimentos procesados en mayor o menor medida y ninguno tiene una «E». Sí, es cierto que alguno tiene sal, o vinagre, o azúcar, o incluso una mezcla de todos ellos y que en general estos tres alimentos son conservantes, pero creo que entre tomar uno de estos productos y tomar la carne de la que hablaba, hay una gran diferencia.

Cecina de Vacuno

Cecina de Vacuno

Cecina

Cecina

Codorniz en Escabeche

Codorniz en Escabeche

Codorniz en Escabeche

Codorniz en Escabeche

Tomate frito Solís (Nestlé)

Tomate frito Solís (Nestlé)

Tomate frito Solís (Nestlé)

Tomate frito Solís (Nestlé)

Paté al Armagnac

Paté al Armagnac

Espinacas

Espinacas

Hay que etiquetar todos los productos para los celíacos

Pues yo sigo creyendo que una carne o una patata frita no debería llevar trigo y por lo tanto es absurdo que se etiquete el que no lo lleve. En todo caso, debería etiquetarse aquella carne, patata frita, mayonesa o cualquier otra cosa que, sin tener porqué llevar gluten lo llevase. Creo que hemos perdido el norte en esto. Lo normal es que los productos no lleven gluten, aunque entiendo que lo habitual es que lo lleven. Dicho esto, algunos me acusan de insensible hacia los celíacos. Esto es absurdo. Dedico todo un capítulo al tema del gluten en mi libro La gran mentira de la nutrición, personalmente trato de evitarlo a toda costa (y no padezco celiaquía), y promociono activamente el libro Cerebro de Pan del Dr. Perlmutter, en el que básicamente destapa la realidad del gluten, y lo he escrito hace meses en este artículo y en este otro, así que creo que no soy sospechoso de ser insensible hacia la celiaquía. Al contrario, considero que hay que eliminar el gluten de la mayor cantidad posible de productos en los que ahora -desafortunadamente- está presente. Sin embargo, insisto en que si un preparado cárnico lleva gluten, debería llevar una etiqueta bien visible que pusiese «con gluten» y las que estén libre de esta proteína, simplemente no llevar nada.

No entiendo la complicación que tiene el tema del gluten para los celíacos

¡Claro que lo entiendo! Es más, vivo un problema similar con mi hijo mediano, que es tremendamente alérgico a la nuez. Una vez se metió (sin masticarla) un fragmento de nuez en la boca. Se la sacó intacta de inmediato, y casi se queda en el sitio, solo por el contacto con la lengua. ¿Cómo no lo voy a entender si tengo una alergia infinitamente más agresiva en mi propia casa? Ahora bien, ¿considero que un preparado cárnico debe poner una etiqueta «sin nuez»? ¡Claro que no! Se supone que la carne no lleva nuez. Si la llevase, sería de mucha utilidad que pusiese «lleva nuez», cosa que ahora no ocurre, porque lo más que ponen los paquetes con respecto a la nuez es «puede contener trazas de frutos secos», que si alguien se molesta en mirar, es una frase presente en un gran porcentaje de los productos envasados. Siento mucho si los afectados por celiaquía se han sentido molestos con mi opinión. No es mi intención banalizar su problema ni menospreciar sus dificultades. Simplemente creo que la situación es mejorable eliminando el gluten de los alimentos en lugar de etiquetándolo todo.

Todos los productos procesados son iguales

No lo creo, ni mucho menos. El jamón de york Carrefour sin Fostatos se compone exactamente de jamón y sal, nada más. Desafortunadamente uno de mis hijos abrió esta mañana el último paquete y no he tenido tiempo de ir a comprar otro para hacerle una foto, pero esa que relato es su lista de ingredientes, al menos del que yo compro en Carrefour Rincón de la Victoria. Otros jamones que hay allí llevan una lista muy extensa de aditivos, ingredientes de otro tipo (que no son carne), antioxidantes y demás. No todos los alimentos son iguales. Desde mi blog pretendo concienciar de la importancia de leer las etiquetas de lo que compramos, y en este sentido mi opinión es sencilla: si no lo entiendes o no lo puedes pronunciar, no lo compres. Con el pescado pasa igual. En este sobre de salmón ahumado que tengo en casa, ya veis los ingredientes: salmón y sal. Echar un vistazo a otros salmones en vuestro supermercado de confianza. No todos son iguales. En esta otra foto, os muestro un yogur de los que yo consumo de vez en cuando. Los ingredientes son sencillos: Leche, nata y fermentos lácteos. Vamos, lo que viene siendo un yogur natural. Ahora, si me queréis convencer de que lo idóneo es que el yogur, la carne, el pescado y demás lleven 10 ingredientes adicionales con nombres como «benzoato de sodio», no tenéis ninguna posibilidad de hacerlo. En este artículo comparé quesos de verdad y quesos artificiales. No son iguales. De hecho, mis quesos inmortales siguen estando como el primer día y pronto cumplirán un año fuera de la nevera.

Salmón Ahumado

Salmón Ahumado

Salmón ahumado

Salmón ahumado

Yogur Griego

Yogur Griego

Yogur Griego

Yogur Griego

Si quieres calidad tienes que comprar marcas de confianza

Esto no es que no lo comparta, es que pienso justamente lo contrario en la mayoría de los casos. Me habéis repetido que compre El Pozo o Campofrío, y esto demuestra que jamás habéis leído las etiquetas de estos fabricantes. El Pozo se salva con algún producto, pero ¿Campofrío? Debe ser una broma. Echa un vistazo a este producto o a este otro, por poner un par de ejemplos. Si algo he aprendido es que de la etiqueta de un producto lo que menos importa es la marca. Hay productos de marca muy buenos y productos de marca blanca igual de buenos o mejores. Al revés pasa también. Hay productos mediocres y malos con y sin marca reconocida. En mi casa no se compra según la marca, sino según la composición, pero cada uno es dueño de hacer lo que le de la gana en su casa supongo.

Las salchichas son peores que los fiambres

Pues yo creo que ni peores ni mejores. Las salchichas que yo compro tienen dos conservantes muy básicos y una gran cantidad de carne sin cereales. Hay otras salchichas, incluso de marca más reconocida que las que yo compro, cuya lista de aditivos no cabe en este artículo y con un lamentablemente bajo contenido en carne. Insisto, lo que importa no es el tipo de alimento ni su marca, sino como está hecho.

Los aditivos son necesarios para conservar la comida

Mentira. Los aditivos son cómodos y baratos, pero no son necesarios. En este artículo os he mostrado algunos productos que se conservan sin frío y no llevan aditivo alguno. Es sólo un ejemplo sacado de mi nevera. Antes de que me acuséis de derrochador, mirar los precios. Creo que ese paté no cuesta mucho más de un euro (hablo de memoria). La carne de la bandeja del principio del artículo está envasada en atmósfera protectora y aparentemente no lleva aditivo alguno (o al menos no lo pone en el etiquetado). Ese bote de tomate frito tampoco lleva aditivos y creo que está más que procesado el alimento que lleva dentro. El único alimento que se va realmente de precio es el Yogur Griego, pero es una muestra clara de que se puede hacer Yogur sin aditivos.

La carne fresca es muy cara

Chuleton de Buey en Carrefour

Chuleton de Buey en Carrefour

Define caro. 🙂 Aquí tenéis una foto de Chuletón de Buey a 9,50€/kg (Carrefour Rosaleda), que son dos euros y medio más por kilo que el fiambre de Mercadona que desató estos comentarios. Si, antes que me lo digáis, seguramente no es buey gallego añejado en cámara criado sin antibióticos ni hormonas, pero es carne fresca y de bastante buen aspecto debo decir. Lo que es caro es pagar un producto cárnico a 7€/Kg cuando sólo la mitad del producto es carne en el mejor de los casos y su segundo ingrediente es agua. Hace poco vi un fiambre similar de El Pozo que llevaba menos de un 50% de carne. Con esto digo, aunque creo que es obvio, que en efecto no es sólo este fabricante ni este distribuidor el que vende productos así, pero no tengo tiempo ni dinero para comprar todos los productos de todos los  supermercados y analizarlos de golpe. Voy al ritmo que puedo. Nadie se lanzó a defender a ultranza a Carrefour cuando hablé de su lamentable pescado congelado para niños. Carrefour, como el resto de grandes cadenas, también tiene productos que son terribles en mi opinión, pero me ofrece mucha más variedad que otros, por eso lo frecuento más.

Usas el blog para promocionar tus libros

Sí, claro que lo uso. El blog se llama «Adelgazar sin Milagros», como mi primer libro y en el artículo de las carnes hablo de mi segundo libro, «La gran mentira de la nutrición» porque viene a colación de lo que estoy hablando. Por cierto, si quieres leer un par de capítulos del segundo, sólo tienes que suscribirte al blog (estoy promocionando mi libro…). Soy un autor autoeditado, lamentablemente mis abuelas fallecieron hace ya muchos años y mis padres están ocupados disfrutando de su jubilación. Si no me promociono yo no se quién lo iba a hacer 🙂 De todos modos, me parece terrible que haya personas a las que les parezca mal que en una web que pago, edito, programo y lleno de contenido yo, sin recibir un euro de nadie por ello, promocione mis libros. Curioso país este en el que vivimos en el que hay personas que entran en tu casa para decirte como debes actuar en ella y lo que puedes y no puedes hacer. Como dije antes, si no te gusta lo que lees aquí te agradezco tu visita, pero mejor márchate. Existen billones de páginas publicadas en Internet. Por favor elige una en la que los contenidos sean de tu agrado en lugar de venir aquí a quejarte de los míos. Hay que ser muy masoquista para perder el tiempo leyendo algo que no es del agrado de uno.

En fin, creo que con esto contesto el 95% de las inquietudes que han surgido en los comentarios. Pido perdón nuevamente a los afectados por celiaquía que han sentido que muestro insensibilidad hacia su problema. No era mi intención. Simplemente pienso que se pueden hacer las cosas mejor de otro modo.

Un último apunte, sobre todo si no has visto tu comentario publicado. Mi blog es mi casa en Internet. Todo el mundo es bienvenido y tiene abierta la puerta para expresarse. Casi 2.000 comentarios publicados hasta el día de hoy dan fe de ello. Ahora bien, en mi casa no permito insultos, ni a mí ni a nadie, no permito que vengas a imponer tus ideas de malas maneras y no permito que entres en el plano personal contra mí ni contra ningún otro miembro de esta comunidad solo porque no te guste lo que has leído. Tampoco permito que uses mi casa -al menos sin pedir permiso- para promocionar la tuya y mucho menos para promocionar principios contrarios a los de este blog (y esto va especialmente por mis amigos vegetarianos que ven la solución a todo dejando de consumir carne). Si tu comentario no aparece, recapacita sobre lo que has escrito, el tono que has usado o las palabras que has lanzado contra otros. Quizás así entiendas porqué no está tu comentario publicado y en próximas ocasiones te dirijas al resto en otros términos. También tienes la opción de buscar otra web en la que expresarte de ese modo, claro, y sospecho que no te echaremos de menos.

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Denunciable: Carnes de Mercadona

Magro de Cerdo Mercadona

Magro de Cerdo Mercadona

Ayer tuve un día caótico después de varios festivos seguidos y salí de la oficina más tarde de lo habitual. En mi camino a casa paré a comprar algo para la cena de los niños en un Mercadona que me pilla de paso. Iba buscando algún corte de cerdo, que hacía tiempo que no tomaban esta carne. Lo que encontré en Mercadona es poco menos que sorprendente. Parece cerdo y está etiquetado como cerdo, pero ¿es realmente cerdo?Calculadora de nutrientes gratis de Adelgazar sin Milagros

Bueno, digamos que lleva cerdo, pero no es ni mucho menos lo único que lleva. Me traje para casa dos productos (además de la cena) para escribir sobre ellos. Se trata del [fiambre de] Magro de Cerdo Adobado y de los Escalopines de Lomo de Cerdo Marinados. Vamos a ver lo que esconden estos productos que son aparentemente cortes tradicionales del cerdo de los que todos hemos comido toda la vida.

Composición del magro de cerdo de Mercadona

Composición del magro de cerdo de Mercadona

El fiambre de magro de cerdo adobado de Mercadona, que parece la clásica «cinta de lomo adobada» de toda la vida, tiene una etiqueta que lo certifica como «sin gluten». Un momento… ¿sin gluten una carne? ¿Me estás diciendo que en la carne de cerdo de Mercadona no hay trigo? ¡Vaya novedad! ¿Cuándo van a empezar a colocar etiquetas de «sin carne» en los panes y las galletas de Mercadona? El tema del etiquetado engañoso es algo que ya denuncio en mi libro La gran mentira de la nutrición. Ocurre, después de leer la composición de este producto, que casi tenemos que estar agradecidos de que no lleve gluten, porque la lista de ingredientes de esta «carne» se las trae e incluso se echa de menos el gluten. Repasemos la lista: paleta de cerdo (50%), agua, fécula de patata, proteína de soja, sal, proteínas lácteas y lactosa (leche), regulador de la acidez (E-325), estabilizantes (E-450i, E-451i, E-407, E-415), aromas, aroma de humo, antioxidantes (E-331, E-316), especias, conservador (E-250) y colorante (E-120). Recubrimiento de tripa comestible: colorante (E-160b). No está mal, ¿verdad? Sólo la mitad del producto es carne y la otra mitad, además de agua, son porquerías varias escondidas bajo letras y números.

No debe sorprender a nadie viendo esta composición que Mercadona haya conseguido vender una carne que tenga más hidratos de carbono que muchos vegetales: un disparatado 7,1% en concreto. Una carne «fresca» con un 7% de carbohidratos debe ser todo un record Guiness.  En cuanto al aporte de proteína, este resulta ser de un miserable 12%, pero teniendo en cuenta que una parte no declarada de este porcentaje es proteína de soja y de leche, ¿Qué tipo de carne cutre han utilizado para llegar a este ridículo aporte cuando la carne de paleta de cerdo debe rondar el 20%? Una «carne» que en su composición lleva diez ingredientes «E» y sólo 7 ingredientes con nombres declarados no tiene sentido alguno en nuestra dieta, y mucho menos cuando está cargada de agua y patata como esta y tiene unos valores nutricionales tan cutres como este producto. De hecho, ¿cómo se puede vender una «carne» que tiene 17 ingredientes distintos? ¿he mencionado ya que contiene un 2,2% en peso de sal? Y lo peor es que el 99% de las personas que lo consuman le añadirán sal al cocinarlo…

La Cantidad de Sal diaria recomendada para un adulto oscila entre el medio gramo y los dos gramos. Si eres adulto y te tomas 100 gramos de este producto, ya has rebasado esa recomendación. Si te tomas 200 gramos, llegas al máximo que cifra la OMS para evitar enfermedades cardiovasculares (discutible). Si se lo das a los niños, ni te cuento…

Esta lista de ingredientes numéricos, por si tienes dudas, traducida al castellano es: Lactato de Sodio (E-325), Difosfatos (E-450i), Trifosfatos (E-451i), Carragenina (E-407), Goma Xantana (E-415), Citratos de Sodio (E-331), Eritorbato de Sodio (E-316), Sodium Nitrite (E-250), Cochinilla / ácido carmínico (E-120) y Achiote / Bixina / Norbixina (E-160b). ¿Te comerías una carne que llevara todas estas cosas elaboradas en un laboratorio? Pues eso es precisamente lo que le das de cenar a tus hijos cuando compras este producto fabricado por Martínez Loriente, S.A. y de venta en Mercadona. Por cierto, que sepas que si lo compras pagas agua, patata y porquerías varias a precio de carne fresca, porque este producto cuesta casi 7€ el kilo. ¿Habrán usado agua pura de glaciar para cobrarla a ese precio? Como digo en mis libros, la carne del mercado y cortada delante tuya, es la que menos probabilidades tiene de estar adulterada como esta con ingredientes de difícil comprensión.

Escalopines de cerdo de Mercadona

Escalopines de cerdo de Mercadona

Este mismo fabricante y distribuidor nos traen otro producto cárnico que parece carne y que seguro que muchas madres seleccionan para sus hijos porque parece una carne limpia, con poca grasa. Se trata del «escalopín de lomo de cerdo marinado». Veamos si con estos ingredientes se han esmerado más: Lomo de Cerdo (64,5%), agua, proteína de soja, sal,  dextrosa, lactosa, proteínas de leche, estabilizadores (E-407, E-410, E-466, E-451 y E452), antioxidantes (E-331 y E-301) y aroma natural. ¡Hasta siete ingredientes ocultos bajo letras y números difíciles de descifrar para un consumidor medio! Aquí va la lista: Carragenina (E-407), Goma de algarroba (E-410), Metil Etil Celulosa (E-466), Trifosfatos (E-451), Polifosfatos (E-452), Citratos de Sodio (E-331) y Ascorbato de Sodio (E-301). No voy a entrar a valorar todos estos ingredientes -aunque ganas no me faltan, sobre todo de preguntar si es necesario meter fibra de madera en la carne (metilcelulosa)- pero no puedo sino denunciar que una carne no debería llevar nada que no fuese carne. ¡Es que viendo estas composiciones a uno le empiezan a parecer naturales los frankfurts! Las salchichas originales de Campofrío (que me parecen una auténtica basura que jamás daría a mis hijos) «sólo» llevan 5 ingredientes ocultos tipo «E».

Por lo menos, este segundo producto tiene un precio menor, de algo menos de 5€ el kilo. Sin embargo es posible comprar carnes frescas a este precio. Mi recomendación, especialmente si vais buscando cena para los más pequeños, es que os decantéis por las carnes frescas, los pescados frescos, y los huevos. Todavía no han empezado a meter porquería dentro de estos, aunque supongo que todo se andará 🙂 .

Yo me mantendría alejado de estos productos, porque por ese precio se puede comprar carne real fresca, y más que nada por coherencia y lógica. Si dejamos de comprar estas porquerías es probable que los fabricantes dejen de hacerlas y los distribuidores de venderlas. Comparte el artículo para correr la voz sobre este tipo de productos que debemos evitar.

Actualización del 10/04/2015: En vista de la avalancha de comentarios que estoy recibiendo, me es imposible contestarlos todos uno por uno. Sin embargo, he visto que las inquietudes de la mayoría de las personas son las mismas, y les he dado respuesta en este artículo llamado «Contestando a todos» que trata sobre lo que la mayoría de comentarios hablan.

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Denunciable: Cereales Nestlé Chocapic

Análisis de los cereales Nestlé Chocapic

Ya he hablado en otras ocasiones de los cereales de desayuno, y he expresado en mis libros que me parecen una auténtica basura alimentaria que está bien vista por todo tipo de expertos en el campo de la salud de manera absolutamente incomprensible. Ayer, al pasar cerca de los cereales en el supermercado, no pude evitar fijarme en una caja de los cereales Nestlé Chocapic, a la que le han añadido una serie de diseños prometedores en el envase, entre ellos el logotipo de la Asociación Española de Pediatría y un gran símbolo verde con la leyenda «Con cereales integrales«. ¿Sería verdad que los señores de Nestlé habían tenido un súbito ataque de decencia y habían creado un producto realmente saludable para los niños poniéndose en mano de los pediatras para diseñarlo? Al menos eso es lo que pretenden transmitir con ese marketing, ¿no? Lógicamente, no pude evitar la tentación de coger una caja y examinar si las buenas noticias eran reales o sólo un espejismo. ¡Pero mira que soy iluso! La misma basura de siempre, o incluso peor, pero con distinto envoltorio. Vamos a analizarlo con un poco de detalle para ver si a alguien se le cae la cara al suelo de vergüenza y algún pediatra estudia cuatro nociones básicas sobre nutrición humana antes de lanzarse a patrocinar productos… ¿O acaso son ellos los patrocinados por este producto?

Valores nutricionales de los cereales Nestlé ChocapicLo primero que miré, como siempre, son los valores nutricionales del producto y claro, la primera en la frente: 75,8% de carbohidratos (con un alarmante 28,8% de azúcares), un 4,5% de grasas y un 8% de proteínas. Vamos a suponer, que es mucho suponer, que yo estuviese de acuerdo con las recomendaciones habituales de un 50% de carbohidratos, un 35% de grasas y un 15% de proteínas en la dieta. Sí, ya se que es mucho suponer, pero dame un minuto para que elabore desde el punto de vista de un pediatra convencional… ¿Es este un producto equilibrado de acuerdo con esos porcentajes? Claramente no. ¿Será que hace falta la leche para equilibrarlo? El caso es que Nestlé nos ahorra mucho tiempo porque coloca también los valores nutricionales del producto una vez añadida la leche, y el resultado es cuando menos curioso. Nos dice que una ración de este producto (30g, jajajaja) con leche semidesnatada (125ml) aporta 28,9g de carbohidratos (incluyendo 14,5 gramos de azúcares, justo la mitad, más que sin leche, ¡viva la leche desnatada que recomiendan los pediatras, baja en grasa y alta en azúcares!), 3,4 gramos de grasas y 6,7 gramos de proteínas. O sea, pediatras de España, que haciendo un poco de matemática básica, un desayuno equilibrado para un niño, según su criterio y recomendación, se compone -en cuanto a macronutrientes- de un 74% de carbohidratos, de los cuales la mitad son azúcares simples, de menos de un 9% de grasas y de un 17% de proteínas. Ni siquiera siguiendo las absurdas recomendaciones oficiales que ustedes utilizan salen las cuentas: la mitad de los carbohidratos son azúcares, hay muy pocas grasas y la mitad son saturadas -que a mí no me importa, pero a ustedes sí-, y las proteínas superan las recomendaciones oficiales -que también son una basura en este sentido- doblando a las grasas en porcentaje e igualándola en valor energético. Vamos, que a esto no hay por donde meterle mano, ni con criterios lógicos ni con los suyos. Pero lo peor, como siempre, está por llegar cuando entramos al detalle.

Ingredientes de los cereales Nestlé ChocapicVamos a echar un vistazo a los ingredientes, a ver lo que Nestlé, con su rimbombante compromiso nutricional que se pasa la vida promocionando en televisión, y el apoyo de sus pediatras, pretende que le demos de comer a nuestros hijos en el desayuno. Estos son los ingredientes que aparecen en el envase: Cereales 61,9% (harina integral de trigo un 31,8% y harina de trigo y sémola de maíz el resto), chocolate en polvo (azúcar y cacao, en este orden, o sea, más de lo primero que de lo segundo), [más] azúcar, jarabe de glucosa (más azúcar), extracto de malta de cebada (más azúcar), grasa de palma, emulgente (lecitina de girasol) sal y aromas. Y todavía hay tontos que piensan que cuando les doy huevo o queso a mis hijos para desayunar les estoy envenenando. Manda narices…

La primera mentira de Nestlé es anunciar esto como «cereales» de desayuno. Esto no son cereales, sino una mezcla de harinas con mucho azúcar y grasa de palma, y a eso en mi casa le llamamos bollería industrial, no cereales, más que nada por usar un poco de sentido común y ser coherentes con las definiciones. Y que conste que quien dice que esto es una mezcla de harinas con azúcar y grasa de palma no soy yo, sino el propio fabricante en su lista de ingredientes. ¿Qué pasa? ¿No había otra grasa a mano que la grasa de palma? No os dejéis engañar: grasa de palma y aceite de coco NO es lo mismo. Ni siquiera salen del mismo fruto. De hecho, ni siquiera salen del mismo árbol…

Cereales Nestlé Chocapic

La segunda mentira es decir que son cereales «integrales». Tan sólo la mitad de la harina usada es integral. El resto, obviamente, es refinada. Esto contrasta con la frase que encontramos en la parte posterior de la caja que reza «Los cereales integrales son una parte importante de una dieta equilibrada. Por eso los cereales Chocapic están hechos con cereales integrales. Una buena forma de empezar el día». Es mentira, de inicio a fin. No voy a entrar a valorar la supuesta importancia de los cereales integrales en la dieta -que me da la risa-, pero es que este producto está hecho con harinas mezcladas a partes iguales, no con «cereales integrales». El engaño en este punto es mayúsculo. Lo cierto es que en el lateral, en pequeñito, aparece la verdad, aunque sesgada: «Para producir 100g de este producto hemos usado 31,8g de cereales integrales«. Y digo sesgada porque en realidad, lo que han usado es harina integral de trigo, no de «cereales» en plural. El resto de harinas, sémolas (harina gruesa) y maltas proceden de cereales en plural (trigo, maíz y cebada) pero no son integrales.

Diseño de la caja de cerales Nestlé ChocapicLa tercera mentira es decir «Con cereales integrales» cuando lo que incluye son harinas y sémolas y no «cereales», que además sólo proceden de cereales integrales en un porcentaje que en el mejor de los casos alcanza el 50%. Creo que ya va siendo hora que los pediatras entiendan que esos divertidos «copos» de cereal de desayuno que con alegría recomiendan que demos a nuestros hijos son un producto altamente procesado y no una lámina de cereal cortada de forma divertida. Sospecho que estas harinas pueden provenir de cereales transgénicos, pero de momento no podemos saberlo porque nuestros políticos, a ambos lados del charco, se oponen a que se obligue a indicar tal cosa en el etiquetado. Poderoso caballero es don dinero… Ya he dicho en otras ocasiones que lo único que tengo contra los alimentos transgénicos es nuestra falta de conocimiento al respecto. Cuando pasen los años veremos si son como las grasas hidrogenadas, que nos presentaron como lo mejor de lo mejor y ahora sabemos que son lo peor de lo peor. Hace falta tiempo y estudios, pero ambas cosas suelen estar reñidas con los resultados de las empresas de alimentación.

Detalle de la caja de cereales Nestlé ChocapicLa cuarta mentira radica en los valores nutricionales de referencia que han puesto en la caja, que son para adultos y no para niños. ¿Porqué? Quizás habría que preguntarle a los pediatras que prestan su imagen para esto ¿No? A mí se me ocurre que si se utilizasen los valores de los niños los porcentajes igual se les dispararían, y eso que hablamos de raciones de 30 gramos (jajajajaja). Supongo que Nestlé puede argumentar que el producto no es sólo para niños y por eso ha usado esos valores, y yo me lo creería a pies juntillas, especialmente analizando el diseño de la caja, con sus ositos y perritos dibujados, los juegos online gratuitos que promete y el patrocinio [probablemente inverso] de los pediatras. Bueno, quizás no me lo creería. En mi opinión, incluso si este producto no fuese la basura que es, la caja ya sería denunciable por si sola, pues está totalmente diseñada, de inicio a fin, para confundir al consumidor, engatusar a los niños y estafar a sus padres con supuestos patrocinios científicos y verdades sesgadas.

Creo sinceramente que este producto está diseñado para el engorde de «ganado» humano y el único beneficiado de su consumo masivo es el fabricante. Y eso, como contaré muy pronto en otro artículo, puede ser precisamente lo que beneficie en segunda instancia a Nestlé, que no contenta con sacar beneficios generando obesidad, ahora apuesta por diversificar su negocio y pretende obtenerlo haciendo adelgazar a esos mismos a los que ha engordado. Esto, que entiendo que suena algo paranoico, lo estoy estudiando en detalle porque me he percatado que, de todos los fabricantes, Nestlé es el que más azúcar suele utilizar en sus productos. Comparando, por ejemplo, su yogur griego con trocitos de chocolate con el de Danone (que ya sabéis que no es ni mucho menos santo de mi devoción), el Hacendado (Mercadona), el Aliada (El Corte Inglés) y el de Carrefour, es precisamente el de Nestlé el que más azúcar contiene, en algunos casos con mucha diferencia con respecto a su competencia. Y resulta que no es el único producto en el que Nestlé sale victoriosa de esta dudosa competición por ser quien más basura incluye en sus productos, pero como digo, lo voy a publicar pronto destapando el negocio del supuesto adelgazamiento que ahora ofrece Nestlé a esos mismos a los que engorda y no quiero adelantarme a mis propias palabras. 🙂

En resumen, si todavía usas cereales en el desayuno de tus hijos, quizás sea el momento de plantearte lo que les estás dando de comer.

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Denunciable: Galletas Stylesse de Carrefour

Galletas Stylesse de Carrefour

Galletas Stylesse de Carrefour

«Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy…». Esto es lo que se me viene a la cabeza cuando analizo las galletas Stylesse de Carrefour. Casi mejor una galleta normal, con su azúcar y demás que este bodrio a medio camino entre producto inútil y publicidad engañosa. Este es sin duda uno de los productos mas irracionales con los que me he topado últimamente en el supermercado. Y lo es porque precisamente lo que esconde el embalaje es lo contrario de lo que dice en él. En la caja de estas galletas presuntamente ligeras y saludables dice, y cito textualmente: «Estas galletas Stylesse con delicioso sabor chocolate son perfectas para los que cuidan su línea gracias a su receta con un 30% menos de grasa«.

En otras palabras, Carrefour nos quiere colocar estas galletas si estamos preocupados con nuestro peso y queremos adelgazar, pero la pregunta es ¿sirven estas galletas para adelgazar? Ya os anticipo que la respuesta es un rotundo no y que, para colmo, nutricionalmente hablando son un auténtico desastre, un disparate. Vamos a echar un vistazo a las sorpresas que nos esconde esta cajita de galletas, empezando por su tabla de valores nutricionales. Por cada 100 gramos de estas galletas, 11 gramos son grasas, de las cuales casi 6 son saturadas, 75 gramos son hidratos de carbono, de los cuales 33 son azúcar, y menos de 7 son proteínas. Con estos valores, no es de extrañar que el fabricante nos informe que el tamaño de la ración son 16 miserables gramos, o sea, dos galletitas. ¡Qué buen desayuno! ¡16 gramos de galletas! Porque como te tomes alguna más ya te puedes imaginar lo que va a ocurrir con tu línea. ¿En qué cabeza cabe que la ración de un adulto sean 16 gramos de alimento?

Traduciendo estos valores, el 75% de este paquete de galletas son carbohidratos y el 33% son puro azúcar. Estos  señores de Carrefour acaban de reescribir la ciencia: según ellos, si uno sigue una dieta con un 75% de carbohidratos y el 33% de lo que come es azúcar, puede estar tranquilo porque está cuidando su línea. Sí, en el fondo creo que tienen razón, comiendo sus galletas podemos cuidar la línea, pero una línea muy creciente alrededor de casi cualquier parte de nuestro cuerpo. La poca vergüenza que demuestran con la afirmación acerca de cuidar la línea es pasmosa teniendo en cuenta que las galletas ni siquiera están fabricadas con harina integral o edulcorantes. Lo que ya es para nota es el sellito de supuesta calidad que nos planta el fabricante y que muestro en la foto de abajo. Señores de Carrefour, si sus analistas de calidad no son capaces de detectar la basura empaquetada en este paquete, mejor que contraten a un equipo nuevo: azúcar, harinas refinadas, grasas hidrogenadas, patata… veamos…

Galletas Stylesse de Carrefour

Galletas Stylesse de Carrefour

Tengo que admitir que cuando leí que más de la mitad de la grasa que contenían estas galletas era saturada pensé que estaban hechas con mantequilla natural y por lo menos aportarían grasas de calidad. Nada más alejado de la realidad. Atención a la lista de ingredientes: Harina de trigo (54%), azúcar, grasas y aceites vegetales (palma, coco hidrogenado, colza), cacao magro en polvo (4,5%), fécula de patata, gasificantes: carbonatos de amonio – carbonatos de sodio – difosfatos, leche desnatada en polvo, suero lácteo en polvo, lactosa, sal, emulgente: lecitinas (girasol) y aromas. ¿Qué pasó con la vieja receta de las galletas a base de leche, azúcar, harina y mantequilla? Quiero decir, para hacer una galleta que engorde, ya podían usar la receta normal, ¿no?

¿De quién habrá sido la idea de sustituir la mantequilla por grasas vegetales entre ellas el aceite de coco hidrogenado? Muchas personas me preguntan acerca del aceite de coco virgen, y siempre digo que es una magnifica grasa que debemos tratar de incluir en nuestra dieta, ¡pero virgen, no hidrogenado! Cualquier grasa hidrogenada es dañina para nuestro organismo, y la de coco también. Si no conoces los efectos de la grasa hidrogenada en nuestro organismo solo te avanzo que el sistema cardiovascular no es muy amigo de estas grasas trans. Tampoco se me pasa por alto la combinación de leche desnatada en polvo, suero lácteo en polvo y lactosa. ¿No habría sido más sencillo utilizar leche natural? ¿Y a qué viene la gracieta de meterle a las galletas fécula de patata? ¿Acaso no era suficientemente alto el contenido en carbohidratos con un 54% de harina de trigo y el equivalente a un 33% de azúcar que tenían que meterle patata también? Curiosamente suelen ser los mismos que desayunan estas cosas los que me preguntan como puedo desayunar yo huevos o queso… Pues anda que desayunar galletas con patatas…  🙂

Yo entiendo la voracidad de los fabricantes y distribuidores como Carrefour por ganar dinero y ofrecer beneficio a sus accionistas, pero no comparto el camino. Podrían fabricar unas galletas que de verdad sirviesen para cuidar la línea, con grasas de calidad no hidrogenadas, con un edulcorante no asimilable como el Eritritol, con leche de verdad y cereales realmente integrales, o incluso usando únicamente salvado, como hacemos en el libro de recetas Cocinar sin Carbohidratos.

Lo que aprendemos analizando este paquete de galletas es que el envoltorio de la comida procesada rara vez tiene algo que ver con lo que el paquete esconde en el interior. Aunque sea tedioso y lleve tiempo, el tiempo mejor invertido en un supermercado es el que pasamos leyendo las etiquetas de los productos que queremos comprar. Ayer fui solo a Carrefour, así que tuve algo más de tiempo para pararme a leer más etiquetas, y me traje una buena dosis de productos que iré analizando en las próximas semanas. Encontré algunos realmente lamentables como estas galletas de las que he hablado hoy.

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Denunciable: Tostadas ligeras Diet Radisson

Tostadas ligeras Diet Radisson,

Tostadas ligeras Diet Radisson,

En algunas ocasiones las mentiras de los fabricantes son tan grandes que ni siquiera se soportan en el paquete en que se imprimen. Este es sin duda el caso de estas «tostadas ligeras» que ni son ligeras ni están aparentemente tostadas porque son bastante blanquitas, y desde luego no parece que sirvan para adelgazar. Sin embargo, los engaños del fabricante son mucho más importantes. En la parte superior del paquete, a la izquierda en Castellano y a la derecha en Inglés, podemos leer «sin azúcares».

Es suficiente con darle la vuelta al paquete para leer en la esquina superior derecha la frase «Este producto contiene gluten y azúcares naturalmente presentes». La mentira es doble. Por un lado, no es cierto, como dice la parte frontal del paquete, que el producto no lleve azúcares, dado que, según leemos en la parte posterior, los lleva. Aquí, todo el que se propone adelgazar comienza su calvario por descifrar lo que el fabricante quiere decir. ¿Qué son los azúcares? Esto es algo sobre lo que voy a escribir en breve para tratar de arrojar algo de luz pero quiero dejar hoy una pincelada. Los azúcares, técnicamente hablando, son glúcidos compuestos por carbono, hidrógeno y oxígeno. Por su lado, los carbohidratos son glúcidos compuestos por carbono, hidrógeno y oxígeno. Mmmmmm, ¡Pero si nos dicen por todas partes que no todos los carbohidratos son azúcares! Como digo, lo voy a tratar de resumir en breve en un artículo porque considero que la industria está generando confusión interesada con el uso de los términos azúcares y carbohidratos, tratando de engañar al consumidor, especialmente al consumidor que trata de adelgazar usando una dieta baja en azúcares, carbohidratos, o como quieran llamarles.

Volviendo a estas «tostadas ligeras», tampoco es cierto que estos azúcares de los que hablan en la parte posterior del paquete estén naturalmente presentes. Pero incluso si lo estuviesen, que quede claro: si quieres adelgazar los azúcares son tu enemigo, estén naturalmente presentes o no en el alimento. Si echamos un vistazo a los ingredientes de este producto tenemos: Harina de trigo, harina de centeno, harina de maíz, dextrina de maíz y sal. Pues bien, el «azúcar» presente en este producto es la dextrina de maíz que como puede apreciarse se ha añadido a la formula y por lo tanto no está naturalmente presente en el producto. O quizás sí lo está en las harinas pero el fabricante no lo quiere admitir así que nos hace un lío monumental. Como digo, todo depende de lo que consideremos azúcar y lo que no. Si nos atenemos a sus tablas de valores nutricionales, este producto sólo lleva 0,2g de azúcares por cada 100g de producto. En fin…

Las dextrinas, además de usarse en la industria alimentaria, se usan como pegamentos solubles en agua, como aglutinantes en productos farmacéuticos, en pirotecnia para crear estrellitas en las explosiones, en química analítica y como excipientes. Aunque no queda claro en la lista de ingredientes, lo que probablemente lleve este producto es maltodextrina de maíz, un polisacárido que se digiere y se absorbe tan rápidamente como la glucosa.

Este producto, que ya de por si contiene 77g de carbohidratos por cada 100g de producto, tiene todas las papeletas para producir una reacción inmediata en la glucemia debido a la cantidad de carbohidratos de asimilación rápida que contiene. Por otro lado, para ser un snack supuestamente pensado para adelgazar contiene unos miserables 3,5g de fibra. Lo deseable sería que contuviese muy pocos carbohidratos asimilables y mucha fibra, de modo que no produjese una subida inmediata de la glucosa en sangre. En ese sentido se parecen mucho a los snacks de Bicentury de los que hablé hace poco y que tampoco sirven para adelgazar.

Resumiendo, que si nos atenemos a la tabla de valores nutricionales, este producto sólo lleva 0,2g de azúcares, pero si miramos el resto de valores y los ingredientes, estamos hablando básicamente de pan (mucha harina y un poco de sal, en este caso sin levadura ni agua pero con aglutinante). De modo que si quieres adelgazar y no tomas pan, tampoco tomes esto porque contiene los mismos 77g de carbohidratos de asimilación rápida que la mayoría de los panes. Comiendo esto no vas a adelgazar.

Un último apunte. Ese producto «sin conservantes ni colorantes», como indica el fabricante en su envase, viene con unos 2 años de caducidad en una bolsita de plástico. Imagínate lo natural que es para un alimento a base de harina no caducar en dos años expuesto a la luz en una bolsita transparente. Que la palabra «natural» aparezca en este paquete es un insulto a la inteligencia.

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Denunciable: Barritas de Pavo Cuida-T

Barritas de Pavo Cuida-T de Campofrío

Barritas de Pavo Cuida-T de Campofrío

Por segunda vez me toca hablar de un producto de la gama Cuida-T de Campofrío. Ya hablé del Mini York en esta entrada de la serie denunciable pero por lo que parece, la gama incluye otros productos igual de malos o peores nutricionalmente hablando. En esta ocasión andaba buscando algunos snacks para la merienda de mis hijos en el colegio cuando me topé con este producto. Si tienes hijos, mejor no les pongas esto como merienda en el colegio porque nutricionalmente hablando deja mucho que desear.

La primera mentira que nos dice el fabricante es que se trata de un producto «alto en proteínas». Mirando la composición nutricional comprobamos que el producto contiene 13 gramos de proteína por cada 100 gramos de fiambre. La pechuga de pavo natural contiene unos 22 gramos de proteínas por cada 100 gramos de producto. ¿Cómo es posible entonces que un producto que contiene la mitad de proteínas de las que debería pueda considerarse «alto en proteínas»? Y lo peor del tema es que, lamentablemente, no todas las proteínas que contiene son de pavo…

Barritas de Pavo Cuida-T de Campofrío

Barritas de Pavo Cuida-T de Campofrío

En efecto, muy en la línea de otros productos de este mismo fabricante, la composición del producto es realmente decepcionante. Los que habéis leído mi libro Adelgazar sin Milagros recordaréis que os alertaba en el capítulo «¿Qué Comemos?» acerca de los embutidos que llevaban un 50% o menos de carne en su composición. Pues bien, aquí tenéis un buen ejemplo de eso mismo que os contaba. Los ingredientes de este producto son: Pechuga de pavo (50%), agua, sal, leche en polvo, proteína de soja, fécula de patata, azúcar, fibra vegetal, estabilizantes (E-451 y E407), antioxidante (E-316), aromas, especias, colorante (E-120) y conservador (E-250).

Este fabricante ha conseguido meter en un sólo producto varios de los ingredientes sobre los que alerto en mis libros. ¿Qué demonios pinta la fécula de patata, la soja o la fibra vegetal en un embutido de carne de ave? Nada bueno para la salud. Así, no es raro que los valores nutricionales de este fiambre sean tan absurdos: un 0,5% de grasas, 5% de carbohidratos, 13% de proteína y un alarmante 2,5% de sal. ¡100 gramos de este producto contienen el 40% de la ingesta de sal diaria recomendada para un adulto! Vale, a mí no me preocupa en exceso que tenga tanta sal -entre otras cosas porque no me lo voy a comer-, pero, ¿no debería el fabricante de un producto que se llama Cuida-T cuidar estos detalles?

El principal problema que encuentro en este producto, sin embargo, no es la gran cantidad de sal que aporta, sino el hecho de que una parte de la proteína no sea procedente del pavo. Al margen de que no me guste que me metan la soja por narices en todos los alimentos (ni el azúcar, el maíz y la patata), el caso es que si el 50% de este producto es pechuga de pavo y la pechuga de pavo, de media, aporta un 22% de proteína, los números no me salen. En 100 gramos de este producto hay teóricamente 50 gramos de pechuga de pavo y, por tanto, 11 gramos de proteína de pavo. Sin embargo, en este producto han incluido también leche en polvo, que debo suponer que tiene las proteínas de la leche, y proteína de soja, y tras añadir esos dos ingredientes proteicos, sólo alcanza un miserable 13% de proteínas. ¿Para qué le han añadido esas proteínas entonces? ¿No era más sencillo añadir un poquito más de pavo para pasar del 11% al 13%? Algo se nos escapa y me temo que, una parte importante, está en la calidad de la carne utilizada y sospecho que no aporta la cantidad de proteína que debería.

Por otro lado, según la etiqueta, la mitad de los 5 gramos de carbohidratos que este producto contiene son azúcar. O sea, que al 2,5% de sal que contiene le podemos ir añadiendo, según deduzco de la etiqueta, otro 2,5% de azúcar. De modo que el 5% en peso de este producto lo forman el azúcar y la sal. No está mal para ser un producto que presuntamente te cuida ¿verdad?

El fabricante juega con los miedos de las personas poniendo una etiqueta que dice bien clarito «Sin grasa», haciendo alusión a que la grasa es presuntamente perjudicial para la salud. Como ya he comentado en esta entrada, en esta otra y en esta otra, la grasa lejos de ser perjudicial es realmente necesaria y, si lo que te quieres es adelgazar, también he escrito y demostrado con mi propio ejemplo que se puede comer grasa y adelgazar perfectamente pues la grasa que ingerimos y la que almacenamos no están tan directamente relacionadas como la mayoría de las personas creen.

Gama de productos Cuida-T de Campofrío

Gama de productos Cuida-T de Campofrío

Como relato en el libro La gran mentira de la nutrición, tradicionalmente el embutido se componía de carne (proteína) y su grasa, con especias y algún ingrediente adicional de manera excepcional. Sin embargo, la industria alimentaria ha manipulado la opinión pública haciéndola creer que la grasa es perjudicial para la salud, lo que ha propiciado que ellos puedan modificar las recetas para reducir nutrientes caros de calidad y aumentar nutrientes baratos de baja calidad como la patata, la soja, el azúcar o el maíz. De este modo, la jugada es perfecta para ellos. Por un lado, bajan sus costes de producción y por el otro aumentan sus precios de venta bajo el paraguas de producto saludable. Campofrío, en mi opinión, es una de las marcas que más juega con esta dualidad confundiendo al consumidor. Prueba de ello es que la gama a la que pertenece este producto se llama Cuida-T y, como dije en el post sobre el Mini York, cuídate de no consumir estos productos si realmente te importa tu salud.

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Denunciable: Nackis Bicentury

Tortitas Nackis Bicentury sabor Jamón Ibérico

Tortitas Nackis Bicentury sabor Jamón Ibérico

El otro día me quedé con las ganas de escribir un artículo de la serie denunciable porque cuando fui a escribirlo pude comprobar que alguien lo había hecho antes que yo. De todos modos, el sábado fui a la compra y en unos minutos tenía suficientes productos en mis manos como para escribir otros tres o cuatro artículos de este tipo. Voy a empezar hoy por hablar de los snacks de la marca Bicentury llamados Nackis de Jamón Ibérico. Ocurre que, una de las preguntas que más veces recibo es «¿qué puedo comer entre horas?» y en este sentido, la búsqueda de un snack adecuado es continua. Vaya por delante que este no es adecuado para mí, y supongo que cuando entremos en detalle todo el mundo coincidirá en que no lo es para nadie.

Los Nackis de Jamón Ibérico de Bicentury anuncian a bombo y platillo en el envase que llevan un 88% menos de grasas saturadas. Ese parece ser el gancho, aprovechando que todavía hay muchas personas que siguen creyendo erróneamente que existe una relación directa entre el consumo de grasa saturada y la acumulación de grasa. El caso es que al darle la vuelta a la bolsa no sé qué es lo que me parece peor, la frase que dice «Todos los productos Bicentury han sido desarrollados por expertos en nutrición y dietética» o la que dice «sólo seleccionamos los mejores ingredientes…» porque la lista de ingredientes se las trae: Cereales (80%) (maíz y arroz), aceites vegetales (aceite de girasol alto oleico y aceite de oliva), aroma sabor jamón (derivados lácteos (contiene lactosa), sal, dextrosa, aromas (contiene derivados de soja), potenciador del sabor: 5’ribonucleótidos del sodio, maltodextrina, aromas de humo, aceite de palmiste), sal emulgente: lecitina de soja. Y digo yo, ya que sólo seleccionan los mejores ingredientes ¿Cuál es la mejor maltodextrina? ¿Y el mejor 5’ribonucleótido del sodio? Hay que joderse…

¿No es lamentable que después de todo lo que los nutricionistas y dietistas de Bicentury han tenido que estudiar para tener esos títulos que tienen no sean capaces de crear un snack si no es a base de mezclar todo tipo de cosas con nombres difícilmente pronunciables? Si traducimos los ingredientes al cristiano, tenemos que este snack son tortitas de maíz y arroz con un montón de polvitos mágicos para que parezca que saben a jamón. ¿Tan difícil es tomar un poco de jamón ibérico a media tarde que hay que recurrir a unas tortitas de dudosa capacidad nutritiva llenas de productos que pretenden simular el sabor a jamón?

Pero si la lista de ingredientes es, digamos, discreta, los valores nutricionales son la autentica repanocha. Empiezo por lo que más me ha impactado, siempre hablando de valores para 100 gramos de producto: ¡más de 3 gramos de sal! Esto es, de media, el doble que unas patatas fritas de paquete, que ya de por si están saladas. Si te comes 100 gramos de este producto te habrás tomado el 50% de la sal que deberías tomarte al día según la OMS. Pero si el consumo de sal no te preocupa -como no me preocupa a mí-, que sepas que por cada 100 gramos de estas tortitas estarás ingiriendo 72 gramos de carbohidratos, y todo apunta a que son de asimilación rápida dada su procedencia.

Y todo ello para obtener unos 8 miserables gramos de proteína de bajo valor biológico y 15 gramos de grasa, principalmente insaturada, que suma y sigue en el constante desequilibrio de ácidos grasos omega6-omega3 que sufrimos, dado que los segundos están ausentes por razones obvias en este producto. Si tengo que apostar, apostaría que este producto produce hinchazón porque fomenta la retención de líquidos, fomenta la inflamación de los tejidos porque aporta un exceso de grasas poli insaturadas, fomenta el síndrome metabólico porque muy probablemente produzca un pico de glucosa y, por tanto, de insulina, y, ante todo, no cumple su misión principal, puesto que una vez neutralizado el pico glucémico se producirá de nuevo una enorme sensación de hambre. Vamos, un snack que sirve para abrir el apetito y no para controlarlo. Vamos, para darles un premio a la investigación científica a los nutricionistas y dietistas de Bicentury supongo…

Como curiosidad, el paquete de 70 gramos cuesta 1,20€, a más de 17€ el kilo de maíz, arroz y polvitos mágicos, eso si, «con un 88% menos de grasas saturadas». ¡Toda una ganga! Sobre todo teniendo en cuenta que es posible encontrar algunos jamones ibéricos de cebo por ese precio. ¿Será mejor comerse las tortitas Bicentury o un buen jamón ibérico? No se, no se… Y, para acabar, muy en la línea de mi libro La gran mentira de la nutrición, un detalle del truco que usa el fabricante para confundir al consumidor. En letra minúscula, en la parte de atrás de la bolsa, dice «*88% menos grasas saturadas que el snack de maíz más vendido del mercado español». Esto significa, ni más ni menos, que cada 100 gramos de este producto contienen 0,7g de grasas saturadas. Pero, ¿Cuál es el snack de maíz más vendido en España? ¿Puede que sean las palomitas para microondas -que nada tienen que ver con este producto- que vienen en una bolsa de papel en grasa vegetal saturada o hidrogenada? No creo que la comparación tenga sentido alguno y probablemente es lo único a lo que puede agarrarse el fabricante a la hora de hablar de las propiedades nutricionales de este producto.

Mi consejo: si quieres un snack saludable recurre a la carne o al pescado en cualquiera de sus variedades y, desde luego, al queso y los lácteos. Estas bolsas de productos altamente industrializados no pueden ofrecerte nada que un buen producto fresco o incluso una conserva de calidad no te ofrezcan por el mismo precio o incluso menos, aportando una serie de nutrientes de calidad que tu organismo va a agradecer. Si quieres adelgazar, olvida estos productos y empieza a comer alimentos milenarios y naturales.

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