Etiqueta: carrefour

Pornografía nutricional en horario infantil

Me resulta bastante hipócrita que nos llevemos las manos a la cabeza cuando se cuela alguna imagen subida de tono en la televisión en horario infantil y sin embargo no nos produzca la menor repulsa ver como los fabricantes de alimentos usan estrategias dirigidas a engañar a los niños y a sus padres. En mi humilde opinión -y como padre de tres hijos- es mucho más importante la educación nutricional y que comprendan como deben alimentarse para estar sanos y bien nutridos que si se cuela una imagen subida de tono en su horario. Lógicamente no defiendo esto último, más bien al contrario me quedo estupefacto por ver como los anuncios de geles «de placer» Durex aparecen a todas horas en todas las cadenas y ya me he visto en la tesitura de explicarle a mis dos hijos pequeños para qué sirven debido a sus constantes preguntas. Sin embargo, si debo elegir entre tener que explicarles esto o tratar de convencerles que las galletas de Disney son una porquería empaquetada, me resulta más sencillo lo primero, porque al menos los geles Durex no llevan la cara de la princesa Elsa y no crean un vínculo inmediato con los niños.

Lineal de galletas en carrefourEsta foto que acompaña la he hecho con mi móvil en un Carrefour de Málaga (se puede ampliar al hacer clic sobre ella), pero igualmente podría ser cualquier otra cadena en cualquier otra ciudad. Me parece obsceno que el lineal de galletas tenga este aspecto y esté diseñado para engañar a los niños de manera inmediata. Quiero usar unos minutos hoy para repasar este lineal en este artículo, a ver si así puedo concienciar a más padres de la importancia de vigilar la alimentación de sus hijos, no siendo un talibán y diciendo a todo que no, sino educando y enseñando a los niños a diferenciar entre el marketing y la realidad. Analicemos la foto desde arriba a la izquierda hasta abajo a la derecha y veréis que el resultado es catastrófico.

El primer producto que vemos son las galletas Princesas de Artiach que contienen un 25% de azúcar en peso y un 70% de carbohidratos, sin fibra declarada en sus valores nutricionales y con solo medio miserable gramo de proteína en su composición. Basura nutricional. Eso sí, un despliegue promocional sin precedentes que incluye canción, video musical, micro-site del producto y un sinfín de cosas más para que tu hija se las quiera comer de tres en tres. Claro, en algo se tienen que gastar el dinero que se ahorran en ingredientes de calidad.

Se nota que a la británica United Biscuits le sobra dinero. En su producto McVitie’s cuentan con derechos de imagen de Kung-Fu Panda (DreamWorks), Shreck (DreamWorks), Bob Esponja (Nickelodeon) y Dora la Exploradora (Nickelodeon). No voy a aburrir publicando los valores nutricionales e ingredientes de cada paquete, pero debo decir que son todos muy similares, con más o menos azúcar. En general, pura basura que no deberían comer los niños.

Carrefour nos deleita con la imitación de personajes de Dora la Exploradora y Guillón (estas también contienen azúcar y jarabe de glucosa y fructosa) apuesta por la franquicia recreativa Angry Birds para sus galletas. Fontaneda nos trae a su osito Lulu en formato bizcocho. En su publicidad dice que han sido desarrollados por «expertos nutricionistas». Sepa usted que los expertos nutricionistas de Fontaneda opinan que sus hijos deben consumir una merienda con esta basura de ingredientes, ordenados de mayor a menor cantidad: harina de trigo, jarabe de glucosa, jarabe de glucosa, azúcar, huevos, grasa vegetal, chocolate (cacao con más azúcar), leche, estabilizante (glicerina), gasificante (difosfato sódico, carbonato ácido de sodio), extracto de suero de leche, emulgentes, sal, cacao en polvo y aromas. Si usted quiere a sus hijos la mitad que yo a los míos, seguro que tendría un par de cosas que decirles a los «expertos nutricionistas» de Fontaneda, y sospecho que la conversación no sería agradable, porque hay que ser muy mezquino para venderse por un puñado de euros y decir que los ingredientes de estas galletas son los adecuados para un niño. Bueno, teniendo en cuenta que Fontaneda pertenece al gigante Mondelez International (antigua Kraft Foods), quizás el puñado de euros sea algo más que un puñado, ¿verdad?.

Arluy apuesta por Star Wars para sus galletas y Cuétara por los Minions. Río es un fabricante que se cuela ahí en medio sin ningún personaje infantil, pero desafortunadamente su composición es similar al resto. A continuación tenemos galletas de Paw Patrol, de Pepa Pig, de Pets, de Dori, de Trolls y de vuelta con el osito Lulu, esta vez en formato galleta. Las galletas Chiquilín usan su propio osito «teddy» mientras que Arluy aparece otra vez, esta vez con Los Simpson. Virgnias nos trae a los famosos personajes de Disney Mickey y Minie. Artiach a los Dinosaurios y de nuevo Arluy, esta vez con las princesas de Frozen.

En total, 19 productos con 16 famosos personajes infantiles. ¿De verdad soy el único que piensa que esto es absolutamente erróneo? La mayoría de estas galletas son, en números redondos, un 80% de carbohidratos, casi todos azúcares, un 10% de grasa y un 10% de otros nutrientes, entre ellos miserables cantidades de proteína prácticamente ausente de calidad biológica. Nuestros hijos deben alimentarse de nutrientes de calidad, y resulta que lo que más tienen estos productos es azúcar, y el azúcar NO es un nutriente, porque más que nutrir nuestras células contribuye a desnutrirlas. Nuestros hijos necesitan proteínas de calidad (por ejemplo procedentes de huevos, leche, pescado, carne o marisco) y grasas de calidad (por ejemplo aceite de oliva) para crecer adecuadamente, y estos alimentos con formato infantil no son nutritivos, sino más bien pornografía nutricional.

En la serie de artículos que denomino denunciables y que se puede consultar aquí, he hablado en bastantes ocasiones de galletas y cereales pensados para niños, así que no he querido entrar en los detalles que se pueden consultar en esos artículos, pero si quiero llamar la atención sobre la proliferación de personajes infantiles en alimentos que nuestros hijos demandan. Cuando llevo a los niños a la compra, directamente evito pasar por delante de los lineales de galletas para niño. Como no  hay nada ahí que sea nutricionalmente interesante, directamente me lo salto, y mi consejo es que hagas exactamente lo mismo. Quizás así, si las ventas bajasen, los fabricantes se preocuparían más de hacer productos nutricionalmente adecuados en lugar de invertir el dinero en patrocinios pensados para engañar al consumidor. Como padres debemos preocuparnos de explicarles a nuestros hijos la diferencia entre un producto de calidad y un marketing de calidad, que no siempre va una cosa de la mano de la otra. El marketing de calidad es la cara de Dora la Exploradora en un producto para niños. El producto de calidad es aquel cuyos valores nutricionales son óptimos, y ninguno de estos productos lo son.

¿Te ha gustado este artículo? ¡Suscríbete al blog! ¡Es gratis!

Suscríbete al blog ahora de manera gratuita para recibir en tu correo electrónico los próximos artículos que escriba sobre alimentos comerciales para aprender a comprar con criterio. No usaré tu email para nada ajeno al blog ni recibirás correo basura mío, y podrás darte de baja en cualquier momento haciendo un sólo clic. Además, solo por suscribirte al blog podrás leer dos capítulos de mi libro La gran mentira de la nutrición de manera absolutamente gratuita, que creo que te gustarán bastante si tienes interés en cuidarte o cuidar de tu familia. También te agradezco que compartas este artículo en las redes sociales para darle difusión y llegar a más personas.

Denunciable: Quesos Inmortales en 2016

Quesos Inmortales

En estos días se cumplen dos años desde que compré mis quesos inmortales. Dos años durante los que dos paquetes de queso en lonchas han estado en una de las estanterías de mi despacho, pasando frío en invierno, calor en verano y básicamente subsistiendo a unos 23 grados durante las horas de oficina, cuando la calefacción o el aire acondicionado están conectados. O sea, cambiando bruscamente de temperatura cada 8, 10 o 12 horas, en función del día que yo tenga y absolutamente expuestos a la luz. Si miramos en un manual de buenos cuidados del queso, seguramente hay que hacer justo lo contrario a lo que yo he hecho con estos «quesos» durante dos años.

Llevan casi dos años caducados y jamás han estado en la nevera desde que salieron del Carrefour en el que los compré. Cuando los compré en 2014 escribí dos artículos sobre ellos, que puedes leer aquí y aquí. El año pasado por estas fechas, les dediqué un nuevo artículo para celebrar su aniversario, titulado precisamente Feliz Aniversario, en el que explicaba que estos quesos no se habían degradado tras pasar un año en una estantería de mi oficina. Pues bien, hoy vuelvo a traer el tema al blog para todos aquellos que no lo hayáis leído antes, y lo voy a hacer denunciando nuevamente las porquerías que nos venden y las mentiras que se esconden en las vitrinas de los supermercados bajo la falsa apariencia de alimentos naturales.

Como veréis en la foto, no hay trampa ni cartón. De fondo la página web oficial del Instituto y Observatorio de la Armada con la fecha y hora oficiales en España y en primer plano mis quesos, con sus fechas de caducidad. Llevan casi dos años caducados y como podéis apreciar, muestran mejor aspecto que muchas personas que conozco y se empeñan en comer pocas proteínas y pocas grasas. Uno de los paquetes ha empezado a resecarse un poco, pero el otro está prácticamente igual que el día que lo compré. ¿Cómo es posible que un paquete de queso que lleva dos años fuera de la nevera, con cambios continuos y bruscos de temperatura, se mantenga así, sin moho y sin signo aparente de putrefacción? Es sencillo, porque este queso que nos venden no es queso, sino una grasa vegetal probablemente hidrogenada con potenciales efectos nocivos para nuestra salud.

Me apena enormemente que el formato elegido por el fabricante (Abrilisto, s.l.) en connivencia con Carrefour es precisamente el queso en lonchas, que todos sabemos que en gran medida tiene un público infantil y juvenil. Sabemos desde hace mucho tiempo que las grasas hidrogenadas son dañinas para el ser humano, y sin embargo permitimos que los fabricantes nos cuelen este tipo de productos que, entre otras cosas, yo diría que se salta un buen puñado de normativas.

Quesos que no caducanPara empezar, los valores nutricionales del producto brillan por su ausencia. No hay forma de saber lo que estamos comiendo nutricionalmente hablando. No está declarada la cantidad de sal ni de azúcar, aunque parece que la materia grasa es responsable de un 43% del peso del producto. Pero, ¿de qué grasa hablamos? Según leemos en la composición, de «grasa vegetal». O sea, que podría ser aceite de colza, aceite de algodón, aceite de maíz, aceite de girasol, de coco, de semilla de uva o Dios sabe de qué. ¿Conocéis algún aceite vegetal que a temperatura ambiente sea sólido? El que antes solidifica es el de coco, porque es una grasa saturada, y aún así se derrite por encima de los 25-26 grados de temperatura, y eso en mi oficina, especialmente en verano, ocurre casi a diario, especialmente cuando nos vamos y las máquinas de aire paran. Sin embargo, este «queso» no se derrite. El único motivo que se me ocurre es que hayan hidrogenado la grasa para mantenerla hecha una loncha con apariencia de queso, y digo apariencia porque si nos atenemos a sus ingredientes, de queso más bien poco. Para ser exactos, un 10 porciento.

Según leo en el etiquetado del que dice ser «Sándwich», este engendro contiene: grasa vegetal, leche en polvo, proteína de leche, fécula de patata, lactosuero, sales fundentes, (E452 y E338), Queso (10%), sal, acidulante (E330) y conservantes (E202). Las «E» son Polifosfatos (E452), Ácido Fosfórico (E338, ¡como la Coca Cola!), Ácido Cítrico (E330) y Sorbato Potásico (E202). De ellos, sólo este último es relativamente normal que esté en un queso. El resto son más propios de postres, bebidas gaseosas y demás. En realidad, un buen queso no suele llevar ningún aditivo y debe estar compuesto de leche, cuajo (o en su defecto fermentos lácteos, o ambos) y sal. Claro, cuando el queso es así, natural, dura poco tiempo y mucho menos si lo conservas en una estantería de una oficina, donde en lugar de durar dos años es probable que dure entre dos días y dos semanas, en función del calor que haga.

La moraleja de esta historia de mis quesos inmortales no es otra que recalcar la importancia de leer el etiquetado de los productos. Este producto parece queso, y probablemente si lo compramos y lo abrimos huela a queso y hasta sepa a queso. Pero no es queso. Algún listillo me dirá que es que el paquete no pone «queso» pero por su formato y presentación es obvio que está diseñado para confundir al consumidor, amén de que lo cogí de la nevera de los quesos, no de la zona de grasas poco saludables. O sea, aunque parezca una cosa, debemos leer las etiquetas para entender lo que estamos comprando. Aquí, el hecho de que el kilo de queso cueste 6€ ya debe ponernos en alerta, pues lo razonable en función del tiempo de curación es que el queso loncheado fluctúe entre 10 y 14 euros, y hasta 18-20 euros el kilo si hablamos de curaciones añejas. No hay duros a tres pesetas, y menos en alimentación. El litro de leche cuesta lo que cuesta, y no hay forma de hacer queso real sin leche.

¿Te gusta este tipo de investigación que realizo en temas relacionados con la nutrición?

Suscríbete al blog ahora de manera gratuita para recibir en tu correo electrónico más artículos que escriba de este tipo dejándome tu dirección de email aquí. No la usaré para nada ajeno al blog ni recibirás correo basura mío, y podrás darte de baja en cualquier momento haciendo un sólo clic. Además, solo por suscribirte al blog podrás leer dos capítulos de mi libro La gran mentira de la nutrición de manera absolutamente gratuita, que creo que te gustarán bastante si este te ha gustado, porque el libro entero toca temas desde este tipo de perspectiva. También te agradezco que compartas este artículo en las redes sociales para darle difusión y llegar a más personas.

Feliz Aniversario

Feliz Aniversario«Entraste en mi vida hace hoy un año y desde entonces hemos estado juntos casi todos los días. Jamás me has fallado y cada vez que lo he necesitado, ahí estabas tú para recordarme la importancia de mi trabajo y ayudarme a seguir adelante. En este año que llevamos juntos ha hecho frío y ha hecho calor, pero tú no has faltado a tu cita ni un solo día, no has enfermado y jamás te he visto desfallecer. Tu fortaleza me asombra y me reconforta. Aunque hoy me cuento más canas y me veo menos pelo que cuando nos conocimos hace un año, tú sigues exactamente igual que el día que nos conocimos. No has perdido ni un ápice de tu juventud y tus rasgos siguen frescos y apetecibles: irradias ternura.

En ocasiones noto como me observas mientras trabajo. Desde tu sitio, observas en silencio como escribo, hablo por teléfono o navego por Internet. Jamás me has exigido nada y desde luego no me has defraudado. Admito que al principio tenía mis dudas acerca de ti. No creí que fueses a aguantar tanto porque no soy una persona fácil de llevar, pero mira, el tiempo ha pasado y ahí sigues, pacientemente a mi lado y exactamente en el mismo lugar en el que empezaste… ¡en la estantería de mi oficina!

Querido queso inmortal, te felicito en este nuestro primer aniversario esperando que dentro de doce meses hayas logrado conservarte exactamente como hasta hoy. De este año no pasa que llame a tu fabricante y le pida -mejor le exija- el elixir de la eterna juventud con que te ha rociado. Me niego a que me sobrevivas y me tengas que ver envejecer. No es natural. La ley de la naturaleza dicta justo lo contrario.

Atentamente, tu humilde admirador»

Bromas aparte, si no has oído hablar de mis quesos inmortales, aquí tienes los artículos de hace un año que empezaron con el análisis de un queso que, desde entonces, vive en mi estantería sin ponerse malo ni echarse a perder. Estos dos artículos fueron de los primeros de la serie Denunciable del blog.

Denunciable: «Quesos rayados Millán Vicente»

Denunciable: «Quesos Inmortales»

Compré los quesos inmortales hace 12 meses y desde el primer día han vivido fuera de la nevera, en una estantería de la librería de mi despacho. Sin frío, expuestos a la luz y al calor. Como verás en las fotos, caducaron en Octubre de 2014 y ahí siguen, exactamente igual que el primer día ¿Qué les ha ocurrido en este tiempo? Absolutamente nada. ¿Crees que sabes lo que comes? Ya te digo yo que no…

Los quesos inmortales el 15 de Julio de 2015

Los quesos inmortales el 15 de Julio de 2015

Los quesos inmortales el 15 de Julio de 2015

Los quesos inmortales el 15 de Julio de 2015

 

Denunciable: Carnes de Carrefour

Carnes de CarrefourMe he tropezado hoy con dos productos de carnicería en Carrefour que merecen un tirón de orejas para el distribuidor de origen Francés. El primero es claramente de la marca Carrefour y se elabora en el propio centro y el segundo, que lo elabora El Pozo, no tengo muy claro si se comercializa como marca Carrefour porque lo único que pone el paquete es «Carnicería», dando a entender que es un producto de carnicería del propio supermercado. Veamos lo que me hace denunciar estos productos y recomendarte que no los compres.

El primero se trata de una carne picada presuntamente de vacuno, y digo presuntamente porque en la lista de ingredientes no aparece la carne de vacuno… ¡ni de hecho ninguna otra carne! Quiero suponer que se trata de un error, pero en cualquier caso la lista de ingredientes del paquete, marcada con una flecha en la foto, es: Cereales, arroz, fibras vegetales, sal, dextrosa, almidón, antioxidante (E301) y conservador (Sulfito Sódico). Si miramos hacia otro lado y nos olvidamos del hecho de que esta carne lleva cereales indeterminados, y por lo tanto bien podría llevar gluten y no está advertido por ningún sitio, y que lleva arroz, fibra vegetal y azúcar (dextrosa y almidón), el principal problema que tenemos como consumidores es que no conocemos la proporción de carne que hay en este producto y, por lo tanto, resulta absolutamente imposible saber si el precio es adecuado y el producto adecuado para nuestras necesidades nutricionales.

Si bien el precio de este producto presuntamente cárnico es bajo (5,20€/kg) no sabemos si estamos pagando el kilo de cereal a 5€, que sería muy salvaje, o el kilo de carne a 5€, que parece más razonable. Tampoco sabemos si la presunta carne que lleva tiene más o menos grasa, porque su análisis nutricional no aparece por ningún lado, ni la cantidad de azúcar real que lleva. Es más, por no saber ni siquiera sabemos ni el grado de calidad de la carne ni el tipo. ¿es falda, babilla, pierna, lomo…?

No puedo concluir a ciencia cierta si el producto es de mejor o peor calidad, porque su etiquetado es tan deficiente que resulta imposible, pero lo que es peor todavía, ni siquiera puedo saber qué demonios estaría comiendo si se me ocurriese llevármelo a la boca. El aviso de «cocinar completamente antes de su consumo» no es algo que me haga especial gracia. Si has leído alguno de mis libros, ya sabes que las carnes y pescados de calidad, tomadas las oportunas precauciones, son más nutritivos si se cocinan menos.

Lomo a la Pimienta de El PozoEl segundo producto con el que me he tropezado tiene guasa, porque como te lo tomes en serio te dan ganas de llorar. Se trata de «Lomo a la pimienta». La marca aparente es «Carnicería», o sea, quieren que te creas que han cogido una cinta de lomo en el mostrador de la carnicería, la han salpicado de pimienta por el exterior y la han loncheado y puesto en una bandeja para tu comodidad. De hecho, si te fijas en la foto verás que su forma ovalada es similar a una cinta de lomo de cerdo fresca real. Sin embargo, estas lonchas esconden algo más que lomo, mucho más que lomo…

De hecho, el lomo de cerdo es sólo el 52% de su composición. Veámosla con detalle (y paciencia, porque es larga): Lomo de cerdo (52,6%), agua, sal, dextrosa de maíz, fécula de patata, leche en polvo, proteína de soja, azúcar, especias naturales, estabilizantes E-451, E-407, conservador E-250, antioxidante E-316, potenciador del sabor E-621, colorante natural E-120, recubrimiento: gelatina comestible, finas hierbas, pimienta y conservador E-200.

Una vez más, un producto que parece carne, y probablemente sepa y huela a carne, pero con un contenido en carne aproximado a la mitad de su peso. No es de extrañar que sus valores nutricionales por cada 100g de producto no tengan demasiado sentido: Proteína 14g, Grasa 2,5g e Hidratos de Carbono 4,5g, de los cuales, según pone la etiqueta, azúcares ninguno, con la curiosa coincidencia que el azúcar es uno de sus ingredientes en la lista. A ver si tengo un rato y llamo a El Pozo para que me enseñen este truco genial: uso azúcar como ingrediente de un producto y luego consigo en los valores nutricionales que no contenga azúcares. El Mago Merlin al lado de estos señores es un principiante.

Analicemos el productito que fabrica El Pozo, porque es como para llevarse las manos a la cabeza. La cinta de lomo fresca en ese mismo Carrefour se vende a 3,89€/Kg en trozos o, si la quieres fileteada, a 5,90€/kg. De modo que la próxima vez que compres cinta de lomo en Carrefour igual quieres ahorrarte dos eurazos por kilo y cortarla en casa 🙂 Ahora bien, lo curioso de este «Lomo a la pimienta» de marca indeterminada como ya he dicho, es que se vende a 8,57€/kg pese a contener sólo la mitad de carne que el fresco, o sea, que si analizamos con detalle ¡el precio real del kilo de lomo de cerdo en este producto es de 16,48€!, más de cuatro veces más caro que comprar la cinta de lomo fresca en trozos para cortarla en casa. ¿Y a cambio que consigues? Pues comer una carne con proteína de baja calidad, procedente entre otros de la soja, probablemente transgénica, tomar fécula de patata, azúcar (dextrosa) de maíz, que es probablemente transgénico también, y una buena cantidad de ingredientes camuflados bajo las «E» que incluye en su etiqueta, alguno de ellos con riesgo de toxicidad como la carragenina (E407), el Nitrito de Sodio (E250) o la cochinilla (E120), esta última no recomendada para niños.

Antes de que alguien me deje un comentario ilustrado, ya he advertido que en letra enana, más pequeña que el número de lote, pone «Fiambre de lomo cocido» pero para mí el engaño es igual. Lo ponen para guardarse las espaldas, pero de manera tan pequeña que pasa desapercibido y, sobre todo, que es lo más importante, esto no lo he encontrado en la sección de los fiambres y los embutidos. Lo he comprado en la carnicería, que es justamente lo que indica en letras sensiblemente más grandes el paquete: «Carnicería».

Cuando escribí el artículo sobre las Carnes del Mercadona, que tanto revuelo levantó, algunos me acusaron de ir en contra de Mercadona por ser una empresa española y dejar a otros fuera de mi crítica por ser extranjeros. Bueno, aquí tenéis la prueba de que a la hora de denunciar tanto o nada me importa el origen del distribuidor.

¿Quieres saber más?

Si quieres recibir en tu correo electrónico los próximos artículos que vaya escribiendo denunciando otros productos, suscríbete al blog de manera gratuita dejándome tu dirección de correo electrónico aquí. No la usaré para nada ajeno al blog ni recibirás correo basura mío de ningún tipo. Además, podrás leer dos capítulos de mi libro La gran mentira de la nutrición de manera absolutamente gratuita solo por suscribirte. Si te ha gustado este artículo, también te gustarán estos capítulos

 

Denunciable: Galletas Stylesse de Carrefour

Galletas Stylesse de Carrefour

Galletas Stylesse de Carrefour

«Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy…». Esto es lo que se me viene a la cabeza cuando analizo las galletas Stylesse de Carrefour. Casi mejor una galleta normal, con su azúcar y demás que este bodrio a medio camino entre producto inútil y publicidad engañosa. Este es sin duda uno de los productos mas irracionales con los que me he topado últimamente en el supermercado. Y lo es porque precisamente lo que esconde el embalaje es lo contrario de lo que dice en él. En la caja de estas galletas presuntamente ligeras y saludables dice, y cito textualmente: «Estas galletas Stylesse con delicioso sabor chocolate son perfectas para los que cuidan su línea gracias a su receta con un 30% menos de grasa«.

En otras palabras, Carrefour nos quiere colocar estas galletas si estamos preocupados con nuestro peso y queremos adelgazar, pero la pregunta es ¿sirven estas galletas para adelgazar? Ya os anticipo que la respuesta es un rotundo no y que, para colmo, nutricionalmente hablando son un auténtico desastre, un disparate. Vamos a echar un vistazo a las sorpresas que nos esconde esta cajita de galletas, empezando por su tabla de valores nutricionales. Por cada 100 gramos de estas galletas, 11 gramos son grasas, de las cuales casi 6 son saturadas, 75 gramos son hidratos de carbono, de los cuales 33 son azúcar, y menos de 7 son proteínas. Con estos valores, no es de extrañar que el fabricante nos informe que el tamaño de la ración son 16 miserables gramos, o sea, dos galletitas. ¡Qué buen desayuno! ¡16 gramos de galletas! Porque como te tomes alguna más ya te puedes imaginar lo que va a ocurrir con tu línea. ¿En qué cabeza cabe que la ración de un adulto sean 16 gramos de alimento?

Traduciendo estos valores, el 75% de este paquete de galletas son carbohidratos y el 33% son puro azúcar. Estos  señores de Carrefour acaban de reescribir la ciencia: según ellos, si uno sigue una dieta con un 75% de carbohidratos y el 33% de lo que come es azúcar, puede estar tranquilo porque está cuidando su línea. Sí, en el fondo creo que tienen razón, comiendo sus galletas podemos cuidar la línea, pero una línea muy creciente alrededor de casi cualquier parte de nuestro cuerpo. La poca vergüenza que demuestran con la afirmación acerca de cuidar la línea es pasmosa teniendo en cuenta que las galletas ni siquiera están fabricadas con harina integral o edulcorantes. Lo que ya es para nota es el sellito de supuesta calidad que nos planta el fabricante y que muestro en la foto de abajo. Señores de Carrefour, si sus analistas de calidad no son capaces de detectar la basura empaquetada en este paquete, mejor que contraten a un equipo nuevo: azúcar, harinas refinadas, grasas hidrogenadas, patata… veamos…

Galletas Stylesse de Carrefour

Galletas Stylesse de Carrefour

Tengo que admitir que cuando leí que más de la mitad de la grasa que contenían estas galletas era saturada pensé que estaban hechas con mantequilla natural y por lo menos aportarían grasas de calidad. Nada más alejado de la realidad. Atención a la lista de ingredientes: Harina de trigo (54%), azúcar, grasas y aceites vegetales (palma, coco hidrogenado, colza), cacao magro en polvo (4,5%), fécula de patata, gasificantes: carbonatos de amonio – carbonatos de sodio – difosfatos, leche desnatada en polvo, suero lácteo en polvo, lactosa, sal, emulgente: lecitinas (girasol) y aromas. ¿Qué pasó con la vieja receta de las galletas a base de leche, azúcar, harina y mantequilla? Quiero decir, para hacer una galleta que engorde, ya podían usar la receta normal, ¿no?

¿De quién habrá sido la idea de sustituir la mantequilla por grasas vegetales entre ellas el aceite de coco hidrogenado? Muchas personas me preguntan acerca del aceite de coco virgen, y siempre digo que es una magnifica grasa que debemos tratar de incluir en nuestra dieta, ¡pero virgen, no hidrogenado! Cualquier grasa hidrogenada es dañina para nuestro organismo, y la de coco también. Si no conoces los efectos de la grasa hidrogenada en nuestro organismo solo te avanzo que el sistema cardiovascular no es muy amigo de estas grasas trans. Tampoco se me pasa por alto la combinación de leche desnatada en polvo, suero lácteo en polvo y lactosa. ¿No habría sido más sencillo utilizar leche natural? ¿Y a qué viene la gracieta de meterle a las galletas fécula de patata? ¿Acaso no era suficientemente alto el contenido en carbohidratos con un 54% de harina de trigo y el equivalente a un 33% de azúcar que tenían que meterle patata también? Curiosamente suelen ser los mismos que desayunan estas cosas los que me preguntan como puedo desayunar yo huevos o queso… Pues anda que desayunar galletas con patatas…  🙂

Yo entiendo la voracidad de los fabricantes y distribuidores como Carrefour por ganar dinero y ofrecer beneficio a sus accionistas, pero no comparto el camino. Podrían fabricar unas galletas que de verdad sirviesen para cuidar la línea, con grasas de calidad no hidrogenadas, con un edulcorante no asimilable como el Eritritol, con leche de verdad y cereales realmente integrales, o incluso usando únicamente salvado, como hacemos en el libro de recetas Cocinar sin Carbohidratos.

Lo que aprendemos analizando este paquete de galletas es que el envoltorio de la comida procesada rara vez tiene algo que ver con lo que el paquete esconde en el interior. Aunque sea tedioso y lleve tiempo, el tiempo mejor invertido en un supermercado es el que pasamos leyendo las etiquetas de los productos que queremos comprar. Ayer fui solo a Carrefour, así que tuve algo más de tiempo para pararme a leer más etiquetas, y me traje una buena dosis de productos que iré analizando en las próximas semanas. Encontré algunos realmente lamentables como estas galletas de las que he hablado hoy.

Si quieres recibir un aviso cuando escriba acerca de los alimentos que tenemos que evitar en el supermercado, puedes suscribirte al blog en la parte superior izquierda de la pantalla o bajarte la App oficial del libro Adelgazar sin Milagros, que está disponible de manera gratuita para todas las plataformas pinchando aquí.

Denunciable: Pescado Empanado Carrefour y Pescanova

Pescado Rebozado Congelado

Pescado Rebozado Congelado

Uno de los errores que los padres cometemos en nuestro afán de darle lo mejor a nuestros hijos es elegir erróneamente los alimentos por criterios equivocados. Yo mismo, durante mucho tiempo he comprado alimentos procesados para mis hijos pensando que les estaba comprando lo mejor que mi dinero les podía comprar. De este modo y como cuento en el libro, compraba las famosas pechugas «vuelta y vuelta» o incluso «nutritivas» cenas a base de pescado congelado. Después de todo, ¿Quién no sabe que el pescado congelado conserva intactas sus propiedades nutricionales? Bueno, lo cierto es que las cosas no son siempre lo que parecen…

El otro día me puse a mirar en el supermercado los ingredientes y los valores nutricionales de los alimentos diseñados para niños y una de las paradas de mi ruta fue la sección de congelados. Allí llamó mi atención un envase de pescado empanado para niños de la marca Carrefour Kids. Llamó mi atención porque en la parte de abajo a la derecha de la caja aparece un letrero de muchos colores que pone «Nutri Band» y pensé que quizás se habían preocupado de hacer un producto con muy buenos valores nutricionales para los niños. La realidad por desgracia es bastante distinta.

Pescado Rebozado Carrefour Kids

Pescado Rebozado Carrefour Kids

A mí no me preocupan los productos fritos porque deben llevar una cantidad insignificante de carbohidratos en la cobertura y si se fríen en buen aceite a la temperatura adecuada no tienen porqué ser malos. Además, si los haces en casa, los puedes rebozar en salvado de trigo como explico en esta receta y el sabor y textura son el mismo que usando pan rallado sin el aporte de carbohidratos refinados de este último. Sin embargo, lo de este «pescado» es una auténtica tomadura de pelo. Mirando su composición vemos que tiene pescado blanco en un 56%. El resto, aparentemente, es el empanado, que lleva harina de trigo, almidón de trigo, sal, levadura y especias. ¡Un 44% de pan en una cena de pescado para los niños! Espero que no se os ocurra hacerle a los niños un sándwich de este pescado, porque les estaréis dando pan con pan.

No es de extrañar que los valores nutricionales que aporta sean absurdos. Por cada 100 gramos de producto, este preparado tiene 11 gramos de proteína, 1 gramos de grasa y ¡21 gramos de carbohidratos! La merluza, que según pone por atrás en la caja es el pescado blanco que usan para fabricar esto, tiene por cada 100 gramos de pescado 27 gramos de proteína (casi el triple), 4 gramos de grasa (4 veces más) y ni un sólo gramo de carbohidratos. Vamos, que si uno le da este preparado a sus hijos pensando que le está dando un pescado rico en nutrientes, ya puede ir abriendo los ojos porque, básicamente, les está cebando como a los cochinillos. Además, si como he visto hacer en muchas casas, embadurnan el preparado con kétchup, que viene a tener otros 30 gramos de azúcar por 100 gramos de producto, el camino hacia la obesidad y la desnutrición está servido.

Resulta que el tema ese de Nutri Band que había leído en el frontal de la caja hacía referencia a un gráfico inservible que solo sirve para engañar y confundir al consumidor, cuya foto os pego aquí abajo. Ni lo comento porque es absurdo dado que aparentemente sólo hay niños con dos edades en el mundo y sería más lógico y sencillo poner los verdaderos valores nutricionales y no una serie de porcentajes que no resuelven ninguna duda…

Valores Nutricionales Nutri Band de Carrefour

Valores Nutricionales Nutri Band de Carrefour

El caso es que visto este producto supuse -erróneamente- que si miraba los valores de una marca de las de toda la vida (ya sabes, valor seguro…), pues que las cosas serían distintas. De modo que cogí una caja de Merluza Empanada Pescanova, que trae 10 «peskitos». Digamos, por simplificar, que los de Carrefour me parecen buenos al lado de estos. Atención a los ingredientes: Merluza (40%), harina de trigo, agua, aceite de girasol, almidón de trigo, dextrosa de maíz, almidón modificado de maíz, sal, azúcar, levadura, albúmina de huevo, espesante (carragenina) y especias (pimentón y cúrcuma). ¡Madre mía! Un plato de pescado que lleva un 40% de pescado e incluye azúcar de diversos tipos: el azúcar corriente, la dextrosa de maíz y el almidón modificado de maíz, de absorción súper rápida. Si los valores nutricionales del «pescado» Carrefour eran lamentables, estos no sé como denominarlos: 8,5 miserables gramos de proteínas (algunas procedentes de la harina, de nulo valor biológico), 6 gramos de grasa (procedente principalmente del aceite vegetal, no del pescado) y, ojo al dato, ¡25 gramos de carbohidratos!

Valores nutricionales peskitos Pescanova

Valores nutricionales peskitos Pescanova

Pero todavía hay un dato más que no se nos debería pasar por alto. Como puede apreciares en la foto que acompaña estas líneas, en cada ración de 80 gramitos de este preparado de Pescanova (dos peskitos) hay el 20% de las necesidades de sodio (procedente de la sal) para un adulto medio. Obvia decir que este es un producto excesivamente salado para la dieta de un niño, que le hará retener líquido y sentirse hinchado durante horas.

En conclusión, habrá que buscar otro tipo de pescado congelado porque este es decepcionante. De momento, insisto en hacerlo en casa con cualquier pescado, huevo y salvado de trigo siguiendo esta receta.

Si quieres recibir un aviso cuando escriba acerca de los alimentos que tenemos que evitar en el supermercado, puedes suscribirte al blog en la parte superior izquierda de la pantalla o bajarte la App oficial del libro Adelgazar sin Milagros, que está disponible de manera gratuita para todas las plataformas pinchando aquí.

 

Si quieres saber los efectos que tiene en la salud controlar un poco los alimentos que ingerimos como explico en mi libro Adelgazar sin Milagros, no dejes de leer los testimonios de los lectores que cuentan su experiencia en primera persona pinchando aquí. Si lo que prefieres es conocer otros alimentos que, como este, debes evitar, echa un vistazo a la serie «denunciable» del blog pinchando aquí.

¿Quiéres saber más?

Si quieres recibir en tu correo electrónico los próximos artículos que vaya publicando, suscríbete al blog de manera gratuita dejándome tu dirección aquí. No la usaré para nada ajeno al blog ni recibirás correo basura mío.

Puedes bajarte la App oficial del libro Adelgazar sin Milagros, que está disponible de manera gratuita para todas las plataformas pinchando aquí.

 

Denunciable: «Quesos» Rallados

Si has leído mi libro entonces sabes que opino que el queso y sus derivados, cuando son de calidad, son unos alimentos realmente nutritivos que aportan proteína de alto valor biológico y grasas saturadas naturales, que también necesitamos. También digo cuando hablo de la lista de la compra para adelgazar hay que tener cuidado porque algunos «quesos» no son quesos en realidad, sino auténticas aberraciones de ingeniería alimenticia. Hoy me he tropezado con 4 de estos «quesos» cuando estaba en un supermercado Carrefour. Ahora voy a hablaros de los dos primeros, que comparten la marca Millán Vicente y próximamente lo haré de los otros dos.

Huele a Queso, tiene aspecto de queso, está cortado y envasado como el queso… ¡pero no es queso!

Especialidad Láctea Mozzarella de Millán Vicente

Especialidad Láctea Mozzarella de Millán Vicente

El primero de estos «preparados lácteos» como le llama el fabricante es el «Especial Pizza». Como se puede apreciar en la foto que acompaña estas líneas, todo apunta a que se trata del típico queso tipo Mozzarella para usar en pizzas, y esa es sin duda la intención del fabricante, la de engañar al consumidor. Este paquete, según los datos que proporciona lleva queso mozzarela, pero en proporciones no especificadas. Los ingredientes de este compuesto son, en el orden en que están impresos en el paquete: Grasa Vegetal, proteína de leche, almidón modificado, queso mozzarella, sal, acidulante E-330 y E-331, estabilizadores E-340, E-407, E-417 y E452, suero lácteo, aroma de queso, colorante E-160a, conservante E-202 y antiapelmazante (fécula de patata). Yo mismo me sorprendo de hasta donde han logrado introducir la patata.

Bueno, pues este «Preparado Lácteo Mozzarella», como le llama el fabricante, tiene la friolera de 16 ingredientes, de los cuales necesitamos un diccionario de ingeniería industrial para saber qué son en realidad 8 de ellos. La información nutricional es difusa. No vienen los valores nutricionales por cada 100 gramos de producto, sino por cada 25, y además no está nada claro cuanta grasa tiene, pues si bien especifica unos 6 gramos, luego dice que lleva unos 3 de grasa saturada. ¿Son esos 3 parte de los otros 6? De todo lo que aparece en la lista de ingredientes, lo que más me preocupa es el primer compuesto: Grasa Vegetal. O bien no contiene proteína o al fabricante le da vergüenza decirnos cuanta contiene. Es obsceno hacer un queso a partir de grasa vegetal  y esto es precisamente lo que abunda en este compuesto. ¿Se trata de grasa vegetal hidrogenada? ¿es aceite de colza, de algodón, de lino, de maíz, de soja, de palma…? ¿Qué demonios es lo que estoy comiendo como principal ingrediente de este compuesto? Yo, no lo sé, ergo mis hijos no lo prueban.

Queso Light Tradicional

Queso Light Tradicional

En la siguiente foto vemos un queso normal de la marca El Ventero, con sus típicos 4 o 5 ingredientes: Leche (de cabra, vaca y oveja), sal, cuajo, y fermentos lácteos. Ni un conservante, ni un colorante, ni aroma artificial, ni antiapelmazantes, ni acidulantes ni nada de nada. Sólo queso. Bravo por El Ventero, que fabrica quesos sin más. Tengo que decir que Millán Vicente también fabrica y distribuye quesos de calidad pero en estos productos, aparentemente alguien ha optado más por los beneficios empresariales que por la calidad del producto.

El segundo «preparado lácteo» de Millán Vicente que he comprado hoy es el «rallado hilo». En este caso, el primer ingrediente me da más miedo todavía: Margarina, queso, almidón, sólidos lácteos, sales fundentes E-330, E452 y E-331, estabilizante E-140, aroma de queso, conservante E-202, colorante E-160b y antiapelmazante (fécula de patata). Para fabricar este producto «sólo» han necesitado 13 ingredientes para que pareciese queso… ¿o no? ¿Qué quiere decir que el ingrediente principal es margarina? ¿Se refiere a grasa hidrogenada? ¿Qué tipo de grasa es la que forma esa margarina? ¿Cuántas grasas distintas lleva esa margarina? ¿Desde cuando se puede usar un alimento en la lista de ingredientes sin especificar, a su vez, sus ingredientes? ¿Lleva tulipán con Omega-3 o Maragarina ZAS con grasas hidrogenadas? Es que no es lo mismo ocho que ochenta…

El queso tradicional suele llevar unos 20 gramos de proteína y entre 30 y 40 gramos de grasa por cada 100 gramos de producto. El «Preparado Lácteo Mozzarela» tiene una cantidad indeterminada de proteínas, y unos 24 gramos de grasa. Curiosamente aporta 300 kcal por 100 gramos de producto, que no acabo de comprender de donde salen y, que no se nos olvide, 2 gramazos de sal, el 25% de la CDR. El «Preparado Lácteo» contiene también una cantidad indeterminada de proteínas, 14 gramos de grasa y unos 2,5 gramos de sal por cada 100 gramos de producto, todo ello aportando 400 kcal. Aberrante si fuera un queso, pero como no lo es…

Especialidad Láctea Rallado Hilo Millán Vicente

Especialidad Láctea Rallado Hilo Millán Vicente

No sé como serán el resto de productos rallados de este fabricante pero si se parecen mínimamente a estas creaciones debes alejarte de ellos como alma que lleva el diablo. Es lamentable que estos productos de bajo coste, orientados a un público menos favorecido y a comidas de niños, tenga este tipo de composición que desafía toda la lógica nutricional que conocemos.

Ya no se trata de adelgazar ni de engordar, sino de comer alimentos que -cuando menos- nos ayuden a conservar la salud. Dudo mucho que haya algo en estos productos que cumpla tal fin.

Un último apunte que me dejé antes en el tintero: ambos «quesos» de Millán Vicente llevan un logotipo que dice «Sin Gluten». El gluten, como explico aquí, y por ponerlo de manera sencilla, es la proteína vegetal que contienen la mayoría de cereales, en especial el trigo. ¿Debemos suponer que estas especialidades lácteas también llevan cereales y a los señores de Millán Vicente se le ha olvidado ponerlo en la lista de ingredientes o simplemente que torticeramente usan un logotipo para tratar de confundir al consumidor con un reclamo que no tiene sentido? Esto es lo mismo que poner un logotipo de «Sin Alcohol», «Sin Nicotina» o «Libre de CFCs», vamos, un engaño en toda regla. Es de cajón que el «queso» no lleva gluten porque en una fábrica de quesos, de quesos de verdad, el trigo y el gluten no pintan nada! Pero claro, hablamos de quesos de verdad…