Categoría: Denunciable

En esta sección iremos publicando todos los productos que por sus valores nutricionales no sean adecuados para nuestra alimentación.

Denunciable: Salsa Cheddar Bacon de Orlando

Iba yo tan tranquilo pensando en mis cosas por el supermercado cuando vi, en la sección de salsas, una presunta Salsa de Queso Cheddar y Bacon de Orlando, con un toque ahumado, con su magnífico color anaranjado como el propio queso y una sugestiva imagen de como podía usarse para mojar algo en ella. Pensé que siendo una salsa a base de queso cheddar y bacon, sus valores nutricionales serían los propios de ambos alimentos combinados, o sea, bastante grasa, proteína láctea y ausencia total de carbohidratos y mucho menos de azúcares. Además, como en la parte superior de la etiqueta pone «Sin conservantes», pensé que no sería mala opción para mis hijos. Pero, el detective alimenticio que llevo dentro me hizo leerme la parte de atrás del bote, que es lo que todo el mundo debería hacer cuando vamos a comprar algo nuevo. Lo que ocurrió después no sé si llamarlo decepción, enfado, indignación o una mezcla de todo un poco. Esta basura embotellada ni se parece a lo que nos venden. Veamos porqué.

Para empezar, sus componentes: Agua, aceite de nabina, azúcar, vinagre de alcohol, almidón modificado, yemas de huevo, mostaza dulce (agua, granos de mostaza, vinagre de alcohol, sal), sal, estabilizante: goma xantana, aromas y aroma a ahumado, colorante: extracto de pimentón, antioxidante: E385. ¿Dónde está el queso cheddar? ¿Y el bacon? Es lamentable que una salsa presuntamente de queso cheddar y bacon que aporta 300kcal por 100g no lleve ni queso ni bacon. Podría entender que no los llevara si se tratara de un producto de bajo contenido calórico, pero no es el caso, y digo yo que puestos a ingerir tal cantidad de calorías, mejor ingerirlas del alimento que creemos estar comprando.

Entremos en detalle con los ingredientes. La práctica totalidad de la grasa proviene del aceite de nabina, que es una forma moderna de llamar al aceite de colza. Yo particularmente no tengo una especial animadversión por el aceite de colza, pero cambiarle el nombre para que lo compren muchas personas que no lo quieren comprar me parece mal. La colza, (también llamada nabina o canola, como le llaman en Estados Unidos) no goza de buena reputación en España por motivos que todos conocemos, así que camuflar su nombre me parece bastante feo. Además de agua y aceite de colza, el tercer ingrediente en cantidad de esta salsa es el azúcar (+/-7% en peso). ¿De verdad es necesario añadir un 7% de azúcar a una salsa salada (casi 2% de sal)? ¿O acaso están utilizando el azúcar como conservante adicional? Y digo adicional porque, aunque la etiqueta dice «sin conservantes» y, con la ley en la mano, el E385 no es un conservante, no es oro todo lo que reluce.

Salsa de Queso Cheddar y Bacon OrlandoEl E385 no es, estrictamente hablando, un conservante, sino un antioxidante. Ahora bien, ¿qué motivo tendría alguien para evitar la oxidación de unos nutrientes? Lógicamente, conservarlos más tiempo y evitar que se degraden y cambien la apariencia y sabor de la salsa. En circunstancias normales, no me importaría mucho que hubiera un poco de conservante en la salsa, pero como empecé diciendo, esta salsa se me ocurrió que podría gustar a mis hijos. Ocurre, sin embargo, que el E385 (Etilendiamino tetracetato) es probable que no sea el más indicado para los niños, pues inhibe la absorción de minerales y en dosis altas, puede provocar vómitos, diarrea, dolores de estómago, dolores musculares, problemas de coagulación sanguinea e incluso sangrado por la orina. Tanto es así que algunos países como Australia lo tienen prohibido. Así que yo, que pretendía que mis hijos tomasen una salsa de queso con los minerales y grasas propias de los lácteos (que facilitan la absorción de ciertos minerales), si me descuido les largo una salsa que, además de no contener grasas ni minerales lácteos, puede inhibir la absorción del resto de minerales de su comida o cena.

Como he dicho muchas veces, si se trata de un producto aislado no es un gran problema, pero es que resulta que los supermercados están llenos de productos así, de modo que aunque alguien me dirá en los comentarios que la cantidad de E385 en este producto seguro que está por debajo de los niveles considerados seguros, es la suma de todos los productos con E385 (y otras sustancias), la que provoca desequilibrios nutricionales en nuestros niños.

Mirando los valores nutricionales cabe destacar la casi ausencia de proteínas que un producto presuntamente lácteo como este debería tener y la cantidad de carbohidratos, un 11%, que es exactamente un 11% más de los que debería tener, que es cero. Lo mismo ocurre con el azúcar, 7 gramos tiene por cada 100g de producto, que son exactamente 7g más de los que debería tener. Nadie se va a morir por tomar esta salsa, vaya esto por delante, pero en mi opinión este producto entra en la sección denunciable de este blog porque es un engaño mayúsculo al consumidor:

  1. Se anuncia como cheddar y bacon, pero ni lleva cheddar ni lleva bacon, engañando con su empaquetado al consumidor
  2. El engaño se consuma usando pimentón para lograr que la salsa tome el color del cheddar (anaranjado), cuando de manera natural sería más bien blanca
  3. Contiene aceite de colza, que camuflan bajo el nombre de aceite de nabina, tratando de ocultarlo al consumidor
  4. Dice que no tiene conservantes, pero sí los tiene, azúcar y un antioxidante no adecuado para niños en mi opinión

Desafortunadamente, la mayoría de consumidores no realiza este ejercicio de análisis de etiquetas de los productos y por ello tenemos que presionar a la industria alimenticia para que utilice más ética a la hora de elaborar sus productos. Este producto, estoy seguro, cumple la legislación vigente de etiquetado pero, incluso cumpliéndola, está claramente diseñado para engañar al consumidor, haciéndole creer que está comprando una cosa cuando en realidad está comprando otra y, sin entrar a valorar si es mejor ingerir aceite de colza o grasa de cerdo, lo importante es que cuando compremos algo que presuntamente esté fabricado con grasa de cerdo, no acabemos tomando aceite de colza.

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Denunciable: Bicentury Proteína entre horas

Barritas Bicentury Proteína entre horasDebo admitir que me fascina la facilidad pasmosa con la que la empresa Bicentury miente descaradamente en sus productos sin que a nadie, aparentemente, le importe lo más mínimo. Debe tener el respaldo masivo de los consumidores porque cada vez tienen más productos en el mercado y desde luego a las autoridades no parece que los engaños continuados de esta marca les importen mucho. Después del artículo que les hice a sus galletas Devoragras en 2015 y a sus Nackis en 2014, hoy os traigo un análisis de su producto «Proteína entre horas«, que como enseguida veremos más bien debería llamarse «Azúcar entre horas».

Si examinamos el empaquetado, que es lo primero que el consumidor observa cuando va al supermercado, todo apunta a que se trata de un snack saciante para tomar entre horas a base de proteína. De hecho, en la parte trasera de la caja dice claramente «Pruébalas y siéntete satisfecha hasta la siguiente comida».  ¡Qué buena idea! ¿Verdad? Sí, si fuese cierto, pero nada más lejos de la realidad. Bueno, pues empezaré diciendo que es científicamente imposible que este snack produzca saciedad alguna, pues los dos macronutrientes intrínsecamente ligados a la sensación de saciedad, las proteínas y las grasas, brillan por su ausencia en este snack. En concreto, de proteína tenemos únicamente un 14% mientras que de grasa ni siquiera llegamos al 10%. Eso sí, con un fulgurante 52% de hidratos de carbono -incluyendo un casi 30% de azúcares- esta barrita lo que realmente nos producirá será sensación de hambre al poco tiempo de haberla ingerido porque sus valores nutricionales son pésimos. ¿Lo habrán hecho a propósito para que te ventiles la caja de una sentada?

Veamos en detalle el producto, comenzando por su precio. Las buenas noticias son que la caja «sólo» cuesta 2,29€ (precio Carrefour en Junio 2017), pero ahí se acaban las buenas noticias. Para el comprador impulsivo parece un precio más que razonable por un snack de proteína, pero la realidad es bien distinta. En toda la caja hay 11 gramos de proteína, lo que sitúa el precio por kilo de esta proteína -que es lo que quieren que creas que estás comprando- en 208€/kg. Para obtener esos 11 gramos de proteína que contiene toda la caja podrías tomarte un huevo grande que te costaría unos 10 céntimos, y del que obtendrías incluso más proteína y de infinita mayor calidad. En un huevo XL (+/- 70g) tienes entre 15 y 18 gramos de proteína de altísima calidad, lo que sitúa el precio de la proteína de huevo en algo menos de 6€ el kilo. O sea, puedes comprar unos 55 huevos XL para obtener 1Kg de proteína de alta calidad y todavía te sobrarían 202€ de los que necesitarías para comprar la misma cantidad de proteína procedente de este snack, siendo además, como enseguida veremos de muy baja calidad. Todo esto sin entrar a debatir que en el huevo, además de proteína de altísima calidad hay también grasa de altísima calidad (incluyendo Omega-3), vitaminas y minerales, nutrientes que en la barrita de Bicentury ni están ni se les espera.

Ingredientes de barritas Bicentury Proteína entre horasSi miramos la composición, resulta ridículo que el ingrediente principal de un snack de proteína sea el azúcar, pero este se repite en 9 ocasiones entre azúcar e ingredientes ricos en azúcar. Sus ingredientes (ordenados de mayor a menor concentración) son: Chocolate con leche (24%) (azúcar, manteca de cacao, leche desnatada en polvo, pasta de cacao, suero lácteo en polvo, mantequilla, emulgente: lecitina de girasol, aroma), cereales chocolateados (harina de arroz, azúcar, cacao desgrasado en polvo (10%), fibra alimentaria: fibra de guisante, gluten de trigo, malta de trigo, sal), copos de proteína y cereales (11,5%) (mezcla de proteínas (72%) (proteínas de la leche, proteínas de soja, proteínas de guisante), harina de trigo, azúcar, harina de malta de cebada, fibra alimentaria: fibra de bambú, sal), fibra alimentaria: oligofructosa, copos de trigo (germen de trigo, almidón de trigo, harina integral de trigo, gluten de trigo, miel, zumo de pera concentrado, harina de malta de cebada, sal, canela), azúcar, jarabe de glucosa, copos de avena, copos multicereales (arroz, grano integral de trigo, azúcar, gluten de trigo, extracto de malta de cebada, harina de trigo, leche desnatada en polvo, sal, germen de trigo, emulgente (mono- y diglicéridos de ácidos grasos)), chips de chocolate con leche (3,5%) (azúcar, manteca de cacao, leche desnatada en polvo, pasta de cacao, suero lácteo en polvo, emulgente: lecitina de soja, aromas), maltodextrina, humectante: sorbitol, sal, aceite de girasol, aroma, emulgente: lecitina de girasol, fumarato de hierro. ¡Sí, todo eso llevan estas barritas!

De modo que en una barrita de Bicentury Proteína entre horas hay la miserable cantidad de 2,8 gramos de proteína de diversas fuentes, algunas no especialmente buenas, y sin embargo tenemos 10 gramos de hidratos de carbono, de los cuales, casi 6 gramos son azúcar pura: más del doble de azúcar que de proteína y se atreven a llamarlo «proteína entre horas». Yo creo que al menos deberían podrían haber disimulado llamando al producto «Proteína Azucarada entre horas» o algo así, ¿no?.

El otro día me decía alguien, hablando de mis quesos inmortales, que todos los fabricantes son iguales, pero esto no es cierto. Por ejemplo, en una barrita Protochoc de CiaoCarb, que pesa 35g, hay 12 gramos de proteína de alta calidad (leche, arroz, cacao y avellanas), o sea, más que en toda la caja de Bicentury, y sólo 3.5g de hidratos de carbono, de los cuales únicamente 0,30g son azúcares, los naturalmente presentes en el cacao, pues no lleva un solo gramo de azúcar en su composición.

Reclamos comerciales de Bicentury Proteína entre horasPero el engaño del producto de Bicentury no es únicamente su patético contenido en proteína y alto contenido en azúcar, sino que además se aventuran a decir que la proteína de la barrita se absorbe de forma progresiva, algo que tampoco es cierto. De hecho, la proteína de leche (la única de calidad) que contiene este snack es precisamente suero lácteo en polvo, que es bien conocido en la nutrición deportiva por absorberse de manera rápida. El que quiera proteína de asimilación lenta, que mire al caseinato cálcico, como explico en este artículo, pero claro, la caseína es cara y a los señores de Bicentury no le salen las cuentas a 2,29€ la caja, así que básicamente usan suero, mienten y se quedan tan panchos.

También dicen «Contiene hierro que te aporta vitalidad en tu vida» pero lamentablemente se olvidan decirte que el hierro que contiene cada una de sus barritas equivale únicamente al 4% de tus necesidades diarias de hierro, o sea, que eso y nada es lo mismo. Si quieres hierro, cómete un filete, come frutos secos, mariscos o huevos, porque debes saber que el hierro de origen vegetal es de muy difícil absorción, así que no te creas el engaño de los cereales integrales porque, incluso aportando entre 7 y 18 mg de hierro cada 100g, su absorción es prácticamente nula. Además, si crees que el hierro de esta barrita es inherente a productos naturales, estás en un error que nuevamente te han inducido con su cuidado marketing. El hierro de las barritas Bicentury Proteína entre horas procede del fumarato de hierro que se le añade artificialmente y puedes ver en la lista de ingredientes en último lugar, de manera testimonial. Esto lo hacen con el único fin de decir que el producto te aporta vitalidad, algo que lógicamente además de no ser cierto, es bastante confuso pues difícilmente 0,6 mg de hierro, que es lo que tiene cada barrita, te pueden aportar beneficio alguno.

Si de verdad quieres snacks funcionales basados en la proteína, deberías mirar otros fabricantes porque este miente por los cuatro costados de la caja y con este producto, aunque creas que estás ingiriendo proteína, en realidad te estás metiendo chute tras chute de azúcar, eso sí, a muy buen precio 🙂 En definitiva, aunque las barritas Bicentury Proteína entre horas gozan de un excelente marketing, y cuentan seguramente con el aval de famosos y televisivos cocineros, no puedo sino concluir que nutricionalmente son pura basura y recomendarte que no las introduzcas en tu dieta… salvo que de verdad necesites azúcar, algo que te situaría, por cierto, en una escala evolutiva diferente al resto de los humanos, que no la necesitamos.

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Pornografía nutricional en horario infantil

Me resulta bastante hipócrita que nos llevemos las manos a la cabeza cuando se cuela alguna imagen subida de tono en la televisión en horario infantil y sin embargo no nos produzca la menor repulsa ver como los fabricantes de alimentos usan estrategias dirigidas a engañar a los niños y a sus padres. En mi humilde opinión -y como padre de tres hijos- es mucho más importante la educación nutricional y que comprendan como deben alimentarse para estar sanos y bien nutridos que si se cuela una imagen subida de tono en su horario. Lógicamente no defiendo esto último, más bien al contrario me quedo estupefacto por ver como los anuncios de geles «de placer» Durex aparecen a todas horas en todas las cadenas y ya me he visto en la tesitura de explicarle a mis dos hijos pequeños para qué sirven debido a sus constantes preguntas. Sin embargo, si debo elegir entre tener que explicarles esto o tratar de convencerles que las galletas de Disney son una porquería empaquetada, me resulta más sencillo lo primero, porque al menos los geles Durex no llevan la cara de la princesa Elsa y no crean un vínculo inmediato con los niños.

Lineal de galletas en carrefourEsta foto que acompaña la he hecho con mi móvil en un Carrefour de Málaga (se puede ampliar al hacer clic sobre ella), pero igualmente podría ser cualquier otra cadena en cualquier otra ciudad. Me parece obsceno que el lineal de galletas tenga este aspecto y esté diseñado para engañar a los niños de manera inmediata. Quiero usar unos minutos hoy para repasar este lineal en este artículo, a ver si así puedo concienciar a más padres de la importancia de vigilar la alimentación de sus hijos, no siendo un talibán y diciendo a todo que no, sino educando y enseñando a los niños a diferenciar entre el marketing y la realidad. Analicemos la foto desde arriba a la izquierda hasta abajo a la derecha y veréis que el resultado es catastrófico.

El primer producto que vemos son las galletas Princesas de Artiach que contienen un 25% de azúcar en peso y un 70% de carbohidratos, sin fibra declarada en sus valores nutricionales y con solo medio miserable gramo de proteína en su composición. Basura nutricional. Eso sí, un despliegue promocional sin precedentes que incluye canción, video musical, micro-site del producto y un sinfín de cosas más para que tu hija se las quiera comer de tres en tres. Claro, en algo se tienen que gastar el dinero que se ahorran en ingredientes de calidad.

Se nota que a la británica United Biscuits le sobra dinero. En su producto McVitie’s cuentan con derechos de imagen de Kung-Fu Panda (DreamWorks), Shreck (DreamWorks), Bob Esponja (Nickelodeon) y Dora la Exploradora (Nickelodeon). No voy a aburrir publicando los valores nutricionales e ingredientes de cada paquete, pero debo decir que son todos muy similares, con más o menos azúcar. En general, pura basura que no deberían comer los niños.

Carrefour nos deleita con la imitación de personajes de Dora la Exploradora y Guillón (estas también contienen azúcar y jarabe de glucosa y fructosa) apuesta por la franquicia recreativa Angry Birds para sus galletas. Fontaneda nos trae a su osito Lulu en formato bizcocho. En su publicidad dice que han sido desarrollados por «expertos nutricionistas». Sepa usted que los expertos nutricionistas de Fontaneda opinan que sus hijos deben consumir una merienda con esta basura de ingredientes, ordenados de mayor a menor cantidad: harina de trigo, jarabe de glucosa, jarabe de glucosa, azúcar, huevos, grasa vegetal, chocolate (cacao con más azúcar), leche, estabilizante (glicerina), gasificante (difosfato sódico, carbonato ácido de sodio), extracto de suero de leche, emulgentes, sal, cacao en polvo y aromas. Si usted quiere a sus hijos la mitad que yo a los míos, seguro que tendría un par de cosas que decirles a los «expertos nutricionistas» de Fontaneda, y sospecho que la conversación no sería agradable, porque hay que ser muy mezquino para venderse por un puñado de euros y decir que los ingredientes de estas galletas son los adecuados para un niño. Bueno, teniendo en cuenta que Fontaneda pertenece al gigante Mondelez International (antigua Kraft Foods), quizás el puñado de euros sea algo más que un puñado, ¿verdad?.

Arluy apuesta por Star Wars para sus galletas y Cuétara por los Minions. Río es un fabricante que se cuela ahí en medio sin ningún personaje infantil, pero desafortunadamente su composición es similar al resto. A continuación tenemos galletas de Paw Patrol, de Pepa Pig, de Pets, de Dori, de Trolls y de vuelta con el osito Lulu, esta vez en formato galleta. Las galletas Chiquilín usan su propio osito «teddy» mientras que Arluy aparece otra vez, esta vez con Los Simpson. Virgnias nos trae a los famosos personajes de Disney Mickey y Minie. Artiach a los Dinosaurios y de nuevo Arluy, esta vez con las princesas de Frozen.

En total, 19 productos con 16 famosos personajes infantiles. ¿De verdad soy el único que piensa que esto es absolutamente erróneo? La mayoría de estas galletas son, en números redondos, un 80% de carbohidratos, casi todos azúcares, un 10% de grasa y un 10% de otros nutrientes, entre ellos miserables cantidades de proteína prácticamente ausente de calidad biológica. Nuestros hijos deben alimentarse de nutrientes de calidad, y resulta que lo que más tienen estos productos es azúcar, y el azúcar NO es un nutriente, porque más que nutrir nuestras células contribuye a desnutrirlas. Nuestros hijos necesitan proteínas de calidad (por ejemplo procedentes de huevos, leche, pescado, carne o marisco) y grasas de calidad (por ejemplo aceite de oliva) para crecer adecuadamente, y estos alimentos con formato infantil no son nutritivos, sino más bien pornografía nutricional.

En la serie de artículos que denomino denunciables y que se puede consultar aquí, he hablado en bastantes ocasiones de galletas y cereales pensados para niños, así que no he querido entrar en los detalles que se pueden consultar en esos artículos, pero si quiero llamar la atención sobre la proliferación de personajes infantiles en alimentos que nuestros hijos demandan. Cuando llevo a los niños a la compra, directamente evito pasar por delante de los lineales de galletas para niño. Como no  hay nada ahí que sea nutricionalmente interesante, directamente me lo salto, y mi consejo es que hagas exactamente lo mismo. Quizás así, si las ventas bajasen, los fabricantes se preocuparían más de hacer productos nutricionalmente adecuados en lugar de invertir el dinero en patrocinios pensados para engañar al consumidor. Como padres debemos preocuparnos de explicarles a nuestros hijos la diferencia entre un producto de calidad y un marketing de calidad, que no siempre va una cosa de la mano de la otra. El marketing de calidad es la cara de Dora la Exploradora en un producto para niños. El producto de calidad es aquel cuyos valores nutricionales son óptimos, y ninguno de estos productos lo son.

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Denunciable: Yogures Pascual YogiKids

YogiKids, un producto denunciable del Grupo PascualDespués de casi cinco meses, vuelvo a la carga con un artículo de la serie Denunciable de productos que dejan mucho que desear para el consumidor. Me fastidia enormemente que me traten de tomar el pelo y me fastidia mucho más el desengaño. Siempre he tenido al Grupo Pascual en gran estima y quienes siguen el blog saben que a la recurrente pregunta acerca de qué leche comprar para los niños, mi respuesta es siempre Pascual Entera, pero el producto que me he encontrado en el supermercado es una auténtica vergüenza y merece que le dedique unas líneas que quizás hagan reflexionar a los encargados de estos productos en el Grupo Pascual. Creo que el producto en sí es un despropósito para los padres, para sus hijos, y para el consumidor en general, aunque lógicamente entiendo que está diseñado para producir beneficios, no para cuidar al consumidor, y esto es lo que no esperaba del Grupo Pascual, de ahí mi desengaño.

Yogur para niños YogiKids del Grupo PascualEl producto Pascual YogiKids es un yogur bebible claramente orientado al mercado infantil -pues en el empaquetado, además de diseños infantiles, encontramos que es apto para niños mayores de 1 año. Es curioso que Pascual lo quiere vestir de producto fresco colocándolo en las neveras de lácteos, pero en realidad el producto no necesita refrigeración, pues está pasteurizado después de la fermentación, y las unidades que he comprado se fabricaron el 2 de Diciembre de 2016 y caducan el 2 de Septiembre de 2017, nada menos que 9 meses después, lo cual sería inaudito ya no solo para un yogur, sino para cualquier producto lácteo fresco y refrigerado en general.

Sello de calidad privado emitido a YogiKidsEmpecemos por el precio y empaquetado, que es demencial. En lo económico, el yogur es escandalosamente caro, pues un paquete de 2 unidades de 80g cada uno me ha costado 1,39€, lo que sitúa el kilo de yogur cerca de los 9 euros. El yogur, por definición, es leche fermentada con bacterias, y por mucha bacteria y suplementos que se le ponga a la leche, pagar casi nueve euros por un kilo de leche es absurdo. Mucho más si resulta que el 13% de ese kilo de leche es en realidad azúcar, como en el caso de este producto. Entrando al detalle del empaquetado lo que más me llama la atención es la insignia que le han puesto arriba a la izquierda, que parece como si hubiese recibido un premio de prestigio al «Sabor del Año» en 2016, junto a la palabra «Aprobado«, como si algún organismo lo hubiese aprobado. Más abajo, en letra ridículamente pequeña, pone «probado y aprobado por niños«. O sea, para el Grupo Pascual ¿deben ser los niños los que aprueben los productos que consumen? ¡Pero es que esto es demencial! ¿Porqué no les dan a probar un chupito de licor de chocolate? Igual también lo prueban y lo aprueban… Total, no creo que tenga mucho más azúcar que este producto. Lo que el Grupo Pascual trata es de dotar al producto de cierta credibilidad colocando un sello de calidad que emite una empresa privada cada año (sospecho que al mejor postor), para que parezca que el producto ha sido galardonado de alguna forma por un organismo oficial.

Ingredientes del yogur YogiKids de PascualEn la parte central del envase podemos leer 85% Yogur + Fruta en puré, sin trocitos, + Vit. E, A, B9, D. Hay que ver lo despistados que son estos señores de Pascual. Se han olvidado que después del 85% de Yogur, lo que viene no es la fruta, sino el 13% de azúcar que contiene, y que no se trata en realidad de fruta, sino de un «preparado de fruta» «a partir de concentrado», como en seguida veremos. Veamos los ingredientes en detalle para entender mejor las mentiras: Leche parcialmente desnatada pasteurizada (85%), azúcar, preparado de fruta (puré de fresa (2,8%) a partir de concentrado y aroma), almidón modificado (E-1422), estabilizante: pectinas (E-440), Vitaminas E, A, B9 y D, y fermentos lácticos. Como sabéis, los ingredientes deben expresarse de mayor a menor cantidad y, como podéis observar, después de la leche desnatada, lo que más tiene este yogur es azúcar. Aunque en la parte de atrás pone «Nutritivo» y le achaca eso a la fruta, del preparado a base de fruta concentrada lleva un patético 2,8%, casi cinco veces menos fruta que azúcar.

El empaquetado de YogiKids está diseñado para confundir al consumidorSin embargo, el fabricante no se corta un pelo y escribe en la parte trasera: «La merienda que le ayuda a crecer«. Quiero pensar que cuando habla de crecer se refiere a su cuenta corriente y no a los niños, porque no veo como un yogur de 80 gramos con un miserable aporte del 2,3% de proteína y cargado de azúcar añadido puede ayudar a los niños a crecer. En concreto, casi seis veces más azúcares que proteína. Claro que como no son idiotas, le ponen un asterisco a la frasecita y, de nuevo en pequeño, muy pequeño, abajo en la etiqueta escriben: «La vitamina D es necesaria para el crecimiento y el desarrollo normales de los huesos de los niños«. Eso, en mi opinión, equivale a decir algo así como «Le hemos añadido vitamina D al yogur para poder decir que ayuda a crecer, porque el resto del producto es una basura carísima». Esta es la típica bazofia de marketing diseñado para engañar al consumidor que estoy acostumbrado a ver en Danone y Nestlé, pero se ve que en Pascual han debido contratar a los mismos listos porque no estoy acostumbrado a verlo en sus productos. La leche entera Pascual tiene un 3% de proteínas, nada de azúcar añadido y más o menos la misma grasa que este producto, y cuesta 90 céntimos el litro, o sea, 10 veces menos que este, siendo su base nutricionalmente mejor para los niños.

Ingredientes del yogur YogiKids de Pascual

Volviendo al tema del timo de la vitamina D -que se inventó Danone con el Actimel con el beneplácito de los políticos del Parlamento Europeo-, repasemos la realidad, para aprender y que no nos engañen más con la misma cantinela. La vitamina D regula el paso del calcio a los huesos, es cierto, y su deficiencia provoca raquitismo, también es cierto, pero las buenas noticias es que la Vitamina D está presente de manera natural o añadida en alimentos tan básicos como la leche y los huevos. Además, nuestro organismo puede sintetizarla a partir del colesterol usando para ello los rayos solares ultravioletas. ¿No es ridículo usar leche desnatada para hacer un yogur, con cuya grasa el organismo de los niños podría sintetizar Vitamina D mientras juegan al sol, y luego añadirle más Vitamina D de manera artificial porque se le ha eliminado la grasa? Claro que lo es… al menos para el consumidor. Para Pascual y el resto de empresas del sector tiene mucho sentido. Primero nos venden los productos desnatados y luego nos venden la nata que ya hemos pagado en forma de mantequilla, nata o lácteos en general.

Yogur Griego Fage Total

Yogur Griego Fage Total

No te dejes engañar: si sus hijos ya toman, por ejemplo, huevos, pescado azul, carne de hígado o cualquier leche o yogur enriquecido, no hay nada en el yogur YogiKids de Pascual que les ayude a crecer y por tanto no lo necesitan. Al contrario, hay una cantidad significativa de azúcar que les ayuda a generar grasa y promueve su obesidad. Si quieres asegurarte que tus hijos ingieran al menos 100% de las vitaminas y minerales necesarios, la forma más sencilla es dándoles un multivitamínico-multimineral para niños, pero no te dejes engañar por Pascual: este producto no contiene ni el 20% de la Vitamina D recomendada para un adulto de manera diaria. Si quieres darle un yogur a tu hijo, hay infinidad de yogures con mejores valores nutricionales que este, mejores ingredientes, y un precio indiscutiblemente mejor. Si el dinero no es un problema para ti, compra el Yogur Griego Total de Fage, porque sus ingredientes son claros y sencillos: leche, nata y fermentos, lo que un yogur debería ser. Aquí te dejo la foto de sus ingredientes y valores nutricionales. Igualito, ¿verdad? Empaquetado sobrio, sin colores. Si es que cuando el producto es bueno no necesita colorines, sellos ni frases rimbombantes.

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Denunciable: Galletas Chiquilin 0% Azúcares

Después de unos meses vuelvo a la carga con los artículos de la serie Denunciable, en la que desenmascaro la realidad de productos que encuentro en los supermercados.

Hace unas semanas que tengo sobre la mesa un paquete de galletas Chiquilin 0% Azúcares de Artiach con la intención de analizarlo en un artículo y dar a conocer lo que un cuidado marketing y empaquetado esconde: la realidad. Se trata del típico producto diseñado específicamente para confundir y engañar al consumidor, plagado de supuestas buenas intenciones pero con unos valores nutricionales lamentables. Basta un vistazo rápido al paquete para comprender que Artiach quiere hacernos creer que en su producto no hay nada que engorde, que está avalado por expertos nutricionistas y que está fabricado de manera natural con cereales y huevos, pero nada más alejado de la realidad.

Galletas Chiquilin 0% Azúcares Añadidos

Si observamos el paquete podemos leer en grande y en mayúsculas 0% AZÚCARES y prestando mucha más atención, en pequeño y  minúsculas la palabra «añadidos», pero es que resulta que ni siquiera resultaba necesario ponerlo porque el producto únicamente contiene un 0,8% de azúcares, aunque supongo que están tan acostumbrados a cubrir sus mentiras con letra pequeña que ni siquiera han reparado en que en esta ocasión no era necesario. Ahora bien, que el producto no contenga azúcares no quiere decir que sea sano o que no engorde, como quieren hacernos creer en su envase. Rasquemos un poco sobre la superficie a ver que encontramos.

Galletas avaladas por sociedades de nutriciónEn el envase vemos una flecha que sube con fuerza al amparo de unas espigas de trigo y unos huevos, al tiempo que dice «fuente de fibra». ¿Lleva realmente grano integral de trigo como la imagen muestra que aporta fibra? ¿Lleva huevos enteros como aparecen en el dibujo, en la misma cantidad que trigo? Me temo que no, ni una cosa ni la otra. También aparece el logotipo de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. Esta organización fundada inicialmente por médicos y farmacéuticos sin contar con nutricionistas, de algún modo parece que avala el consumo de estas galletas, algo que lógicamente no me extraña teniendo en cuenta que en sus recomendaciones dietarias consideran más importante el vino y la cerveza (3-4 copas al día) que la carne fresca (3-4 raciones a la semana) o los huevos (3-4 raciones a la semana). Si usamos su guía de alimentación sana podremos llegar fácilmente a la conclusión de que es absolutamente sano y recomendable desayunarse un paquete de galletas Chiquilin con un par de cervezas o tres, porque esta bebida -dicen estos señores- es muy recomendable por el alto aporte de vitaminas y minerales que contiene.

Para entender hasta qué punto la estupidez humana no tiene límites cuando trata de defender lo indefendible basta con hacer un poco de matemáticas simples. En 100ml de cerveza hay, aproximadamente, 5-10 microgramos de vitamina B9 (Ácido Fólico). La cantidad diaria recomendada de esta vitamina es de 0,2mg (200 microgramos), lo que implica que para obtenerla a partir de la cerveza deberíamos beber entre 2 y 4 litros de cerveza al día, y con esto sólo obtendríamos el mínimo recomendado para no enfermar, no la cantidad óptima que nuestro cuerpo puede necesitar para una gran cantidad de procesos.

Ingredientes de las galletas Chiquilin 0% Azúcares

Examinando los ingredientes de estas galletas comprobamos que están fabricadas principalmente con harina refinada de trigo (70%) y maltitol. En tercer lugar, en vez de usar un alimento natural y milenario como la mantequilla -que es la base de cualquier receta de galleta tradicional-, para estas galletas han decidido que es mejor usar aceite de girasol y aceite de palma, al que han añadido otros ingredientes «tradicionales» de la industria alimenticia como son el jarabe de oligofructosacáridos, el almidón de maíz o el huevo en polvo, vamos, lo que nuestra abuela usaba para hornear sus galletas en el pueblo…

Falsos claims de las galletas Chiquilin 0% azúcares

El caso es que las mentiras del envasado son continuas. Dice «elaborada con un 70% de cereales» cuando en realidad de lo que tiene un 70% es de harina refinada, y de un único cereal, el trigo, no de «cereales» en plural. Dice «sustituir en tu alimentación grasas saturadas por insaturadas contribuye a mantener niveles normales de colesterol sanguíneo», algo que además de ser incorrecto es absurdo, porque incluso no usando mantequilla, el 25% de la grasa de estas galletas sigue siendo saturada. Dice «Fuente de fibra» pero estas galletas aportan un miserable 5% de fibra. En comparación, una buena galleta dietética es fácil que contenga entre un 15 y un 35 porciento de fibra. Y ya la palma se la lleva la frase «Cuida tu corazón». De todos los métodos que se me ocurren para cuidar el corazón ninguno incluye comer un producto que está elaborado al 70% con harina refinada de trigo.

Falsos claims para la salud de las galletas Chiquilin 0% azúcares

Los valores nutricionales del producto son bastante malos también. Pero no solo son malos los valores nutricionales, es que además son erróneos y por ello opino que deberían ser sancionados. Dice el fabricante que en cada 100g de sus galletas hay 16 gramos de grasa, 86 gramos de carbohidratos y casi 7 gramos de proteína, amén de un pellizco de sal y algo de humedad supongo. Vamos a suponer que Artiach ha considerado la fibra (5’5 gramos) y los polialcoholes (18g) como glúcidos y por tanto los ha incluido dentro de los 86 gramos de carbohidratos. Pues aún así, 16 gramos (grasa) + 86 gramos (carbohidratos) + 7 gramos (proteínas) = 109 gramos. O sea, en Artiach han logrado lo imposible, contener 109 gramos de nutrientes en 100 gramos de galletas. Deberían usar su método para acabar con el hambre en el mundo. Desconozco donde está el error, pero desde luego el etiquetado es erróneo pues la suma del peso de los nutrientes es físicamente imposible que sea superior al peso del producto.

Valores nutricionales de las galletas Chiquilin 0% Azúcares

Mención aparte merece el análisis de valores nutricionales, incluso si obviamos que estos están erróneamente representados en la tabla. Estas galletas son glúcidos en torno al 86%, y si bien es cierto de que de esos, un 5% son fibra y un 18% polialcoholes, la realidad es que tenemos un 63% de carbohidratos refinados en el producto, una auténtica barbaridad que puede elevar el índice glucémico de cualquier persona, por lo que los diabéticos que se sientan atraídos por estas galletas deben pensarse dos veces el tamaño de la ración que van a ingerir, pues aunque no contengan azúcares añadidos, el 70% de harina de trigo refinada probablemente no es adecuado para sus necesidades nutricionales. Además, el polialcohol usado, el maltitol, es parcialmente asimilable, aportando unas 2 kcal por gramo, la mitad que el azúcar. Pudiendo haber optado por un polialcohol no asimilable como el eritritol o por un edulcorante acalórico, el fabricante ha optado por el matitol, apostando por reducir a la mitad la carga calórica del edulcorante en lugar de suprimirla por completo, que creo habría sido lo ideal teniendo en cuenta que ya teníamos suficiente carga calórica entre el 16% de grasa y el 86% (¿más del 100%?) de los glúcidos.

En definitiva, unas galletas que quieren dar una impresión y en realidad no son lo que parecen, un lamentable etiquetado que además de confundir al consumidor aparentemente contiene errores garrafales, y un producto de consumo masivo al que curiosamente ninguna autoridad le da por revisar. Eso sí, si es usted un pequeño productor que fabrica pequeñas cantidades de algún producto artesano, cuídese de cumplir a rajatabla el 100% de las normativas vigentes o caerá sobre usted todo el peso de la ley, porque para la aplicación de las leyes no todos somos iguales.

¿Quieres saber que otros productos considero que estafan al consumidor?

Este artículo pertenece a una serie de artículos que escribo sobre los productos que encuentro que en mi opinión están diseñados para confundir al consumidor. Suscríbete al blog ahora de manera gratuita para recibir en tu correo electrónico los nuevos artículos sobre este tema que escriba dejándome tu dirección de email aquí. No la usaré para nada ajeno al blog ni recibirás correo basura mío, y podrás darte de baja en cualquier momento haciendo un sólo clic. Además, solo por suscribirte al blog podrás leer dos capítulos de mi libro La gran mentira de la nutrición de manera absolutamente gratuita, que creo que te gustarán bastante si este artículo te ha gustado, porque el libro entero toca temas desde este tipo de perspectiva. También te agradezco que compartas este artículo en las redes sociales para darle difusión y llegar a más personas.

Denunciable: Quesos Inmortales en 2016

Quesos Inmortales

En estos días se cumplen dos años desde que compré mis quesos inmortales. Dos años durante los que dos paquetes de queso en lonchas han estado en una de las estanterías de mi despacho, pasando frío en invierno, calor en verano y básicamente subsistiendo a unos 23 grados durante las horas de oficina, cuando la calefacción o el aire acondicionado están conectados. O sea, cambiando bruscamente de temperatura cada 8, 10 o 12 horas, en función del día que yo tenga y absolutamente expuestos a la luz. Si miramos en un manual de buenos cuidados del queso, seguramente hay que hacer justo lo contrario a lo que yo he hecho con estos «quesos» durante dos años.

Llevan casi dos años caducados y jamás han estado en la nevera desde que salieron del Carrefour en el que los compré. Cuando los compré en 2014 escribí dos artículos sobre ellos, que puedes leer aquí y aquí. El año pasado por estas fechas, les dediqué un nuevo artículo para celebrar su aniversario, titulado precisamente Feliz Aniversario, en el que explicaba que estos quesos no se habían degradado tras pasar un año en una estantería de mi oficina. Pues bien, hoy vuelvo a traer el tema al blog para todos aquellos que no lo hayáis leído antes, y lo voy a hacer denunciando nuevamente las porquerías que nos venden y las mentiras que se esconden en las vitrinas de los supermercados bajo la falsa apariencia de alimentos naturales.

Como veréis en la foto, no hay trampa ni cartón. De fondo la página web oficial del Instituto y Observatorio de la Armada con la fecha y hora oficiales en España y en primer plano mis quesos, con sus fechas de caducidad. Llevan casi dos años caducados y como podéis apreciar, muestran mejor aspecto que muchas personas que conozco y se empeñan en comer pocas proteínas y pocas grasas. Uno de los paquetes ha empezado a resecarse un poco, pero el otro está prácticamente igual que el día que lo compré. ¿Cómo es posible que un paquete de queso que lleva dos años fuera de la nevera, con cambios continuos y bruscos de temperatura, se mantenga así, sin moho y sin signo aparente de putrefacción? Es sencillo, porque este queso que nos venden no es queso, sino una grasa vegetal probablemente hidrogenada con potenciales efectos nocivos para nuestra salud.

Me apena enormemente que el formato elegido por el fabricante (Abrilisto, s.l.) en connivencia con Carrefour es precisamente el queso en lonchas, que todos sabemos que en gran medida tiene un público infantil y juvenil. Sabemos desde hace mucho tiempo que las grasas hidrogenadas son dañinas para el ser humano, y sin embargo permitimos que los fabricantes nos cuelen este tipo de productos que, entre otras cosas, yo diría que se salta un buen puñado de normativas.

Quesos que no caducanPara empezar, los valores nutricionales del producto brillan por su ausencia. No hay forma de saber lo que estamos comiendo nutricionalmente hablando. No está declarada la cantidad de sal ni de azúcar, aunque parece que la materia grasa es responsable de un 43% del peso del producto. Pero, ¿de qué grasa hablamos? Según leemos en la composición, de «grasa vegetal». O sea, que podría ser aceite de colza, aceite de algodón, aceite de maíz, aceite de girasol, de coco, de semilla de uva o Dios sabe de qué. ¿Conocéis algún aceite vegetal que a temperatura ambiente sea sólido? El que antes solidifica es el de coco, porque es una grasa saturada, y aún así se derrite por encima de los 25-26 grados de temperatura, y eso en mi oficina, especialmente en verano, ocurre casi a diario, especialmente cuando nos vamos y las máquinas de aire paran. Sin embargo, este «queso» no se derrite. El único motivo que se me ocurre es que hayan hidrogenado la grasa para mantenerla hecha una loncha con apariencia de queso, y digo apariencia porque si nos atenemos a sus ingredientes, de queso más bien poco. Para ser exactos, un 10 porciento.

Según leo en el etiquetado del que dice ser «Sándwich», este engendro contiene: grasa vegetal, leche en polvo, proteína de leche, fécula de patata, lactosuero, sales fundentes, (E452 y E338), Queso (10%), sal, acidulante (E330) y conservantes (E202). Las «E» son Polifosfatos (E452), Ácido Fosfórico (E338, ¡como la Coca Cola!), Ácido Cítrico (E330) y Sorbato Potásico (E202). De ellos, sólo este último es relativamente normal que esté en un queso. El resto son más propios de postres, bebidas gaseosas y demás. En realidad, un buen queso no suele llevar ningún aditivo y debe estar compuesto de leche, cuajo (o en su defecto fermentos lácteos, o ambos) y sal. Claro, cuando el queso es así, natural, dura poco tiempo y mucho menos si lo conservas en una estantería de una oficina, donde en lugar de durar dos años es probable que dure entre dos días y dos semanas, en función del calor que haga.

La moraleja de esta historia de mis quesos inmortales no es otra que recalcar la importancia de leer el etiquetado de los productos. Este producto parece queso, y probablemente si lo compramos y lo abrimos huela a queso y hasta sepa a queso. Pero no es queso. Algún listillo me dirá que es que el paquete no pone «queso» pero por su formato y presentación es obvio que está diseñado para confundir al consumidor, amén de que lo cogí de la nevera de los quesos, no de la zona de grasas poco saludables. O sea, aunque parezca una cosa, debemos leer las etiquetas para entender lo que estamos comprando. Aquí, el hecho de que el kilo de queso cueste 6€ ya debe ponernos en alerta, pues lo razonable en función del tiempo de curación es que el queso loncheado fluctúe entre 10 y 14 euros, y hasta 18-20 euros el kilo si hablamos de curaciones añejas. No hay duros a tres pesetas, y menos en alimentación. El litro de leche cuesta lo que cuesta, y no hay forma de hacer queso real sin leche.

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Denunciable: Barritas de cereales cargadas de azúcar de Mercadona

Denunciar las barritas de cereales Hacendado de Mercadona

Aprovechando que el sábado estuve hablando sobre el azúcar en Barcelona, he ido a un supermercado a comprar algún producto para ilustrar exactamente lo que expuse en la conferencia. Como hay un Mercadona al lado de la oficina, he entrado y me he parado en el primer pasillo que hay en la entrada, que es el de las galletas y las barritas energéticas. Si bien ya era consciente de que la cantidad de productos «denunciables» de esta sección iba a ser alta, ni siquiera yo estaba preparado para leer algunas composiciones y valores nutricionales sin llevarme las manos a la cabeza.

Me he ido a la línea aparentemente saludable de productos Hacendado de Mercadona, llamada Linnea V, y he cogido una caja aparénteme y visualmente equilibrada, sin chocolate, miel ni nada que pueda alterar los valores nutricionales del producto, que incluso un dietista se podría plantear incorporar a su dieta en vista de la apariencia del envase. Como muchas otras veces en Mercadona, el envase guarda poca o ninguna relación con la realidad del producto.

En concreto, me he decantado por las Barritas de Trigo Integral y Arroz con Árándanos Linnea V de Hacendado, que se comercializan con sugerentes curvas invertidas que emulan la pérdida de peso y con signos distintivos tan atrayentes como «fuente de fibra». Lo primero que he mirado ha sido la lista de ingredientes y la sorpresa ha sido mayúscula. La palabra azúcar aparece hasta en cuatro ocasiones por lo que no debe sorprendernos que un alarmante 36% de este producto sea puro azúcar como indican los valores nutricionales.

Como expliqué en Barcelona, el azúcar es responsable de enfermedades degenerativas, inflamación crónica y una larga lista de problemas de salud que comienzan a pasar factura ahora en la sociedad y que si no hacemos nada para evitarlo acabará colapsando por completo el sistema sanitario de este país a la vuelta de unos años, cuando los casos de diabetes, obesidad y enfermos crónicos llenen los hospitales. Resulta paradójico que un producto con un aspecto saludable que debería servir para cuidar nuestra salud e incluso nuestra linnea sea en realidad un producto nocivo a medio y largo plazo. Lógicamente nadie se va a morir por consumir estas barritas de manera ocasional, pero estoy cansado de ver personas que devoran cajas a la semana porque son «sanas» para comer entre horas. Nada más cercano a la realidad. Para esas personas, estas barritas bien podrían resultar a medio y largo plazo en un problema de salud. Analicemos con detalle este producto…

Ingredientes de las barritas de cereales Hacendado de Mercadona

Ingredientes: Copos de trigo integral y arroz 47% ((arroz(60%), trigo integral(15%)), azúcar, gluten de trigo, malta de cebada, harina de trigo, leche desnatada en polvo, sal, germen de trigo, emulgente (mono y diglicéridos de ácidos grasos), jarabe de glucosa, arándanos desecados 9% (azúcar, arándanos (36%), aceite de girasol)), humectantes (glicerina, sorbitol), azúcar, grasa vegetal de palma y palmiste, dextrosa, maltodextrina, jarabe de azúcar invertido, sal, corrector de la acidez (ácido cítrico), aroma, emulgente (lecitina de soja), antioxidantes (tocoferoles, gelato de propilo, palmitato de ascorbito).

Resulta interesante que además del azúcar (sacarosa) propiamente dicho, Mercadona utiliza además en la fabricación otros azúcares, como son la malta de cebada, el jarabe de glucosa, la dextrosa (otro nombre para llamara a la glucosa) y la maltodextrina (polímeros de glucosa). ¿De verdad es necesario poner todo este azúcar para hacer una barrita de cereales? No, claro que no. Pero es barato y, después de todo, ¿a quién le importa si los consumidores acaban siendo dependientes del azúcar, desarrollan un síndrome metabólico con resistencia a la insulina, diabetes y en última instancia enfermedad de Alzheimer? Obviamente a Mercadona y a Grupo Siro, fabricante de estas barritas, no les importa lo más mínimo.

Resulta ridículo que un producto como este se vista de saludable y aporte más de un 80% de carbohidratos, de los cuales un 36% corresponden directamente a azúcares. De cada 100 gramos ingeridos estaremos tomando 36 gramos de azúcar. Comparativamente, la Coca-Cola «sólo» aporta 10-11g de azúcar por cada 100ml de producto. Si tienes hijos y tienes la mala idea de comprarles barritas para usarlas como snacks para el colegio, espero sinceramente que no se te ocurra usar estas porque no veo beneficio alguno en su consumo y sí un problema de salud a largo plazo por su uso continuado. Tan sólo aportan un miserable 4% de proteína incompleta, de origen vegetal, que para colmo tiene pinta de proceder directamente del gluten de trigo, por lo que además estas barritas serán bastante indigestas para un gran número de personas con sensibilidad al gluten, amén de directamente tóxicas para los celíacos.

Valores nutricionales de las barrtias Linnea V de Hacendado de MercadonaAlgún apunte más acerca de la mala fe que utiliza el fabricante en el etiquetado. Mercadona quiere hacerte pensar que este producto está hecho predominantemente con cereales integrales y por ello pone «Trigo Integral» delante de «Arroz». Sin embargo, leyendo la lista de ingredientes vemos que los «cereales», que solo son dos, corresponden al 47% en peso del producto y que de ese 47%, sólo el 15% es trigo integral, por lo que si las cuentas no me fallan, la cantidad de trigo integral en este producto es del 7%. El resto, como se ve en la composición, principalmente arroz (no integral) y mucho azúcar. Definitivamente, se trata de otro producto diseñado para engañar al consumidor y venderle una expectativa saludable envolviendo a un producto que dista mucho de serlo. Desde luego, si te has propuesto adelgazar, este es un alimento al que no debes acercarte.

Si quieres una barrita de snack es mejor pagar algo más y comprar una que de verdad aporte nutrientes de calidad, con una baja cantidad de azúcar, un contenido realmente rico en fibra, y proteínas y grasas de calidad. Comparativamente, las barritas Quest Bar, por ejemplo aportan un 23% de fibra en lugar del 4,5% de estas de Hacendado y tan sólo un par de gramos de azúcar, con casi un 30% de proteínas en lugar de un 4% de la marca de Hacendado. Pero no son las únicas. Las barritas Oh Yeah! Low Carb también aportan cantidades similares de nutrientes a las Quest Bar y los sabores están increíblemente conseguidos.

¿Crees que es el único producto denunciable?

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Denunciable: Ojo con los postres para niños

Postre infantil Hero FrutiguayCuando una industria es poderosa puede permitirse contratar a los mejores y cuando se pone a muchas personas talentosas a trabajar juntas bajo una buena dirección los resultados suelen ser bastante buenos. A la industria alimenticia le pasa precisamente eso, pero con el matiz de que sus resultados son muy buenos para ellos, para las empresas de alimentación. Los resultados de su trabajo en el conjunto de la población que consume sus productos es harina de otro costal.

En esta serie de artículos llamada «Denunciable» que estoy escribiendo poco a poco, llamo la atención sobre productos que por su mala calidad o buen marketing resultan -siempre en mi opinión personal- una estafa al consumidor. El producto que traigo hoy es una mezcla de ambas cosas, de una calidad bastante baja y de un marketing exquisito. Lástima que el talento de los profesionales se use en este caso para defraudar al consumidor, haciéndole creer que compra una cosa cuando en realidad compra otra.

Frutiguay de HeroHoy analizamos el Frutiguay, de la gama Nanos del fabricante Hero. Si analizamos el nombre y observamos el envase, todo parece indicar que si le proporcionamos esto a nuestros niños crecerán con naturalidad comiendo frutas, que es el mensaje que el fabricante quiere hacernos llegar en las dos versiones que he encontrado del envase. Para ello en una monta a un bebé sobre una frambuesa y lo levanta del suelo junto a un metro, para hacernos ver que crece hacia arriba «gracias a las frutas», en este caso a las frutas del bosque, y además le coloca una pancarta reivindicativa con el lema «¡Ya era hora!» para que pensemos que hasta ahora no había nada tan bueno para nuestros niños. En la otra versión, no se corta un pelo e incluye la frase «con mogollón de fruta». Como siempre ocurre con este tipo de alimentos, lo que nos quieren hacer creer viene en la parte delantera del envase y la triste realidad en la parte trasera. Echemos un vistazo, pero antes, déjame que te haga una pregunta: Si tuvieras que decidir entre darle a tu hijo de postre una Coca-Cola y este Frutiguay, ¿Qué elegirías? ¿Con cual crees que tu hijo crecería con más naturalidad?

Si has elegido el Frutiguay no has acertado, pero lo curioso es que si has elegido la Coca Cola tampoco. ¿Cómo es posible? Pues básicamente porque ambos productos son realmente similares. Si nos atenemos a que son los macronutrientes los que harán crecer a tu hijo de manera saludable, la proporción es siniestramente similar en ambos productos como pronto descubriremos. Pero antes de eso, examinemos los ingredientes del Frutiguay: Agua, zumo de frutas a partir de concentrado (40%) (fresa 8%, frambuesa 8%, pera, uva y manzana), azúcar, gelificante (carragenato), concentrado de zanahoria e hibisco, corrector de la acidez (citrato sódico y zumo de limón a partir de concentrado), Vitamina C y aroma.

Valores nutricionales de Frutiguay de HeroComo habrás comprobado, la pera, la uva y la manzana, en su forma concentrada, son frutas del bosque -siempre según Hero- que aunque sólo usa un 16% de zumo de fresa y frambuesa concentrada no duda en darle el nombre al producto en base a esas dos frutas. La argucia legal debe consistir en lo siguiente: si sumo las dos frutas al 8% cada una tengo un 16% de futas del bosque y cantidades indeterminadas del resto de concentrados, así que al ser más cantidad que cualquiera de los otros de manera individual por eso le llamo de esa forma. No hace falta que explique que el concentrado de fresa y frambuesa es más caro que el de manzana, uva y pera, pero bueno, admitamos pulpo como animal de compañía, o en este caso «pulpa» si me permites la broma fácil.

¿Qué compone principalmente este postre? El agua y el azúcar. ¿Y en qué me baso para decir esto? En los valores nutricionales del producto: 0 proteínas, 0 grasas (trazas de ambas) y 12’4 gramos de hidratos de carbono por cada 100 g de producto, de los cuales 11,8g son azúcar. ¿Recuerdas los valores nutricionales de la Coca Cola? En efecto, son casi idénticos: 0 proteínas, 0 grasas y 10’6 gramos de carbohidratos cada 100ml de producto, de los cuales todos son azúcar. Como verás, hay incluso más azúcar en este producto que en la mismísima Coca Cola. Y sí, lo has adivinado, si les das a tus hijos agua con azúcar, sin los nutrientes estructurales que necesitan -las grasas y las proteínas- no crecerán precisamente hacia arriba como quiere hacerte creer Hero.

El colmo de la cara dura de este fabricante es añadir Vitamina C y hacerlo en una miserable cantidad de 12mg, que según indica en el producto corresponde al 15% del valor de referencia, que no se muy bien referencia de qué es ni para quién. La pregunta que dejo en el aire es ¿Qué calidad de fruta usa Hero en este postre que, aun anunciando que está fabricado con fresas, una de las frutas más ricas en Vitamina C, tiene que añadirle Vitamina C a su composición para llegar a la cantidad irrisoria de 12mg?

Pero espera, que todavía no te he contado lo mejor. Como seguramente sabes, una lata de Coca Cola en el supermercado viene a costar unos 50 céntimos mal contados y trae 300ml, lo que sitúa el precio por litro en aproximadamente 1,67€. ¿Quieres saber cuanto pagué por este Frutiguay de 100g en el Supercor? Pues pagué 1,05€, lo que sitúa el litro de este producto por encima de los 10€, seis veces más caro que la mismísima Coca Cola. Interesante negocio este de Hero consistente en vender agua azucarada a más de 10€ el litro haciéndote creer que es un postre de calidad para tus hijos ¿verdad?

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Denunciable: Embutidos Casa Tarradellas en Mercadona

Maxi York de Casa Tarradellas en Mercadona

¿Recuerdas aquella adorable ancianita en televisión que nos acoge en su masía y nos invita a comer sus pizzas y embutidos caseros hechos con la tradición milenaria que heredan las personas en los pueblos? Pues desengáñate, aparentemente la abuelita prepara las mismas o peores porquerías que otros fabricantes con pinta menos afable. No me suelo prodigar mucho por Mercadona porque creo que la calidad de algunos de sus productos deja un poco que desear, pero puntualmente, si necesito algo rápido y me pilla uno a mano -lo cual no es muy difícil dada su proliferación por mi zona- acabo entrando a buscarlo.Calculadora de nutrientes gratis de Adelgazar sin Milagros

El otro día entré y al pasar por la sección de embutidos llamó mi atención el tamaño de una «barrita» de esas de jamón cocido y/o pechuga de pavo/pollo. El caso es que esta era de dimensiones grandiosas y se me ocurrió echarle un vistazo por si realmente podía suponer un ahorro en la cesta de la compra con una calidad razonable. Era de la marca Hacendado, pero el fabricante, claramente especificado, es Casa Tarradellas, la empresa de la abuelita de la que hablaba al comienzo. Se me ocurrió pensar que el producto sería de calidad y que la abuelita se habría preocupado de preparar un embutido saludable y tradicional. Sin embargo, descubrí que la abuelita escondía bastantes sorpresas en su embutido… vamos, que con abuelas así, nietos obesos seguro.

Partamos de la base que la mayoría de esas barritas de embutido son una auténtica porquería, y que hasta ahora la primera posición de fabricantes de basura empaquetada con forma de jamón de york la tenía en mi escala Campofrío, de cuyos productos ya hablé en este artículo y en este otro. Sin embargo, la abuelita de Casa Tarradellas ha irrumpido con fuerza en el ranking y debo admitir que le pelea seriamente esa primera posición al fabricante de origen Burgalés, aunque actualmente Mexicano. Sin embargo, algunos productos de este tipo en el mercado se salvan de la quema y por eso de vez en cuando miro los nuevos que voy encontrando a ver si tienen cierta calidad. Como sé que me van a llover preguntas al respecto, me anticipo: me parece que el Jamón Cocido con Aceite de Oliva de Argal y el Jamón Cocido Extra Bienestar de El Pozo, ambos en formato de barrita mini, tienen una calidad aceptable y son alternativas interesantes para comer con moderación. Si alguien piensa que tengo predilección por una marca o por otra, se equivoca, y como muestra, lo que escribí de un producto de El Pozo hace poco en este artículo. Simplemente analizo productos sin importarme la marca comercial que tengan, y tan pronto hablo mal de un producto de un fabricante como bien de otro del mismo fabricante. Me importa la composición y los valores nutricionales, no la marca.

Pero vamos al lío, a ver como se las gasta la abuelita con sus recetas… El producto en cuestión del que voy a hablar hoy es el «Maxi York Hacendado» de 2Kg, elaborado por Casa Tarradellas, S.A. Como pude apreciarse en la imagen del producto, aspecto de jamón cocido, color de jamón cocido, la palabra «YORK» predominante en la etiqueta y además subrayada, y poco más a la vista en el expositor. Ahora bien, cuando cogemos el producto y le damos la vuelta vemos que de «York» más bien poco. La lista de ingredientes, desastrosa: Carne de Cerdo (45%), agua, fécula, proteína de soja, sal, dextrosa, azúcar, estabilizantes (E-451i, E-407), aroma, antioxidante (E-316), conservador (E-250) y colorante (E-120).

Desde el principio: ¡45% de «carne de cerdo»! ¿Cómo qué 45% de carne de cerdo? ¿Qué tipo de carne de cerdo es esta? ¿Jamón? ¿Paleta? ¿Lomo? ¿45%? Es de las concentraciones más bajas -por no decir la más baja- que he visto en un hipotético «Jamón de York». Sospecho que esto se parece más a una salchicha gigante que a un jamón de York y miedo me da pensar el tipo de «carne de cerdo» que lleva esto. Si miramos sus valores nutricionales vemos con estupor que lleva una cantidad altísima de hidratos de carbono, hasta 7,1g/100, que choca en contraposición con una bajísima cantidad de proteínas (11,4g/100) para ser, como dicen ellos en la letra pequeña, un «producto cárnico picado cocido». Un jamón cocido debe estar entre 18 y 23g de proteína de calidad por cada 100g de producto. O sea, proteína procedente del jamón del cerdo, no de la soja ni de aditivos similares. Este producto tiene aproximadamente la mitad de proteínas que un jamón de calidad, pero para colmo una parte de ellas no son proteínas de calidad procedentes de la carne, sino que proceden de la soja que lleva añadida como aditivo.

Composición del Maxi York Casa Tarradellas de Mercadona

Por si no te ha quedado claro, este producto que parece jamón de york es en realidad una mezcla de carne de cerdo de corte sin determinar con agua, patata, azúcar, soja y algunos aditivos para darle ese olor y color rosa característicos del jamón cocido. El E-451i son los fosfatos. Yo suelo comprar jamón cocido sin fosfatos, como el Bonnature de Argal o el Jamón Cocido sin Fosfatos de Carrefour. ¿Para que necesitamos aditivos en un producto que puede no llevarlos? ¿Para que dure más? Yo no necesito que el jamón cocido me sobreviva… Si al distribuidor se le pone malo, que compre menos. El E-407 es carragenina, un emulsionante que en ocasiones se ha relacionado con úlceras y cáncer, aunque de uso absolutamente legal como es lógico. El E-316 es eritorbato de sodio, un antioxidante que previene la oxidación de ciertas grasas -para alargar la vida del producto. El E-250 es Nitrito de Sodio, que previene el desarrollo de la bacteria del botulismo en la carne. Aunque de uso legal en Europa, su uso está restringido en algunos países por ser un potencial cancerígeno. La HACSG (Grupo de Apoyo para Niños Hiperactivos) recomienda que no se use. Por último, el E-120 es un colorante alimentario procedente de la cochinilla hembra, que puede causar reacciones alérgicas y cuyo uso también desaconseja la HACSG. De modo que si tienes un hijo hiperactivo, este producto no parece adecuado. Que nadie me malinterprete: todos estos aditivos son de uso absolutamente legal y no hay nada que denunciar en ese sentido. Ahora bien, un producto cuyo usuario más probable es un niño, no debería contener sustancias desaconsejadas por los expertos en hiperactividad infantil. De hecho, debería ser lo más natural posible, algo que este producto desde luego no es.

Entiendo que este producto es barato (en torno a 2€/kilo) y que parece una compra fácil y que para muchas personas esto es desafortunadamente lo más importante en las actuales circunstancias, pero existen alternativas a estos productos altamente procesados, especialmente para niños. En el propio Mercadona, por un poquito más y en el entorno de los 3€/Kg  (según precios de la web de Mercadona publicados el 22/09/2015) se puede comprar hígado fresco, chuletas de aguja frescas, codillo, jureles o sardinas, por mencionar solo algunos alimentos infinitamente más nutritivos, absolutamente frescos y -a priori- sin aditivos.

Permíteme dos minutos más de tu tiempo para convencerte -especialmente si tienes hijos- de la importancia de consumir productos frescos en casa. No voy a negarte que hervir un poco de pasta y aderezarla con tomate frito de bote y este preparado cárnico sea rápido, sencillo y barato, y además te solucione una comida de los niños que para colmo probablemente disfruten. No hay duda de que se trata de una comida que les proporciona energía y les mantiene vivos, pero ¿les proporciona salud a largo plazo? Yo creo, en base a todo lo que he leído e investigado, que la respuesta es un rotundo «no». Esto es algo sobre lo que hablo bastante en mi libro Adelgazar sin Milagros y sobre todo en mi libro La gran mentira de la nutrición, así que tampoco voy a repetirme más de la cuenta aquí, pero sí voy a dejar algunas pinceladas para que entiendas de lo que hablo si no has leído estos libros.

La pasta, el tomate frito y este preparado cárnico que nos quieren vender como si fuese jamón cocido son todos alimentos altamente procesados. Cada uno de ellos ha perdido nutrientes en el camino hasta el plato de tus hijos, y en ocasiones los efectos que tienen sobre el organismo son muy distintos después de haber sido procesados. Por ejemplo, el trigo entero se digiere parcialmente de manera relativamente lenta y, sin embargo, la pasta que se fabrica con el trigo procesado, sin cáscara, se digiere de manera íntegra y se asimila muy rápidamente. Esto significa que se convierte en glucosa a toda velocidad y por lo tanto eleva el nivel de glucosa de tus hijos en sangre, forzando al páncreas a segregar insulina para reducir de inmediato un nivel peligrosamente alto de azúcar en sangre. La insulina atrapa esa glucosa en exceso y la lleva al hígado, donde se convierte en grasa, que posteriormente será almacenada en el tejido adiposo de tus hijos. La segunda parte es que cuando la glucosa baja en sangre como efecto del exceso de insulina, el cerebro reacciona pidiendo más alimento para estabilizar el nivel de glucosa, en este caso hacia arriba, y como resultado tus hijos vuelven a tener hambre un rato después de haber comido. No necesitan energía, te lo garantizo, pero el tejido adiposo no se abre para liberar la grasa que tienen almacenada porque todavía queda insulina en la sangre y mientras haya insulina la grasa no se libera. Esto, de manera ocasional no plantea un problema, pero de manera continuada, merma su figura y su salud y les puede derivar en síndrome metabólico y diabetes, especialmente si todas sus comidas tienen una gran cantidad de carbohidratos de asimilación rápida (pastas, dulces, bollería, azúcar, bebidas azucaradas, zumos, etc.).

En el extremo opuesto tenemos un kilo de sardinas con un poco de ensalada o verduras a la plancha, que viene a costar lo mismo que el plato de pasta con tomate y carne procesada, pero que se tarda más en preparar, ensucia más la cocina, hace más humo al cocinarse y para colmo huele, y por si fuera poco a los niños hay que convencerles de que lo tomen en lugar de recibir sus carantoñas por darles comida basura. Sin embargo, comiendo sardinas con ensalada o con verduras -por poner un ejemplo- tus hijos comen alimentos frescos, sin procesar, sin aditivos, con nutrientes de alta calidad, que no disparan sus niveles de insulina, que les aportan más y mejores vitaminas y minerales. En concreto, las sardinas por sí solas aportan proteína de calidad, grasa de calidad (habrás oído hablar de los famosos ácidos grasos Omega3), hierro, magnesio, potasio, fósforo, cinc, yodo, Vitaminas B1, B2, B3, B9 (habrás oído hablar del famoso ácido fólico), B12, A, D, y E. Aunque no es la parte comestible, en las pequeñas espinas que ingieran también hay calcio. Las verduras, además de algo más de vitaminas y minerales, le aportarán carbohidratos de asimilación lenta, mucho más importantes para su desarrollo que los de asimilación rápida presentes en la pasta, pues liberan energía de manera pausada. Nada en su cuerpo sufre estrés, no es necesario que se segregue ninguna hormona de manera rápida ni abundante, y para colmo su digestión será infinitamente más placentera, amén de que no tendrán sensación de hambre al poco tiempo de haber comido pues no se producirá ningún pico ni de glucosa ni por consiguiente de insulina.

Ahora que lo sabes, puedes seguir optando por creerte las mentiras de la abuelita de Casa Tarradellas o puedes hacerle un guiño al carnicero y al pescadero y apostar por la salud de tus hijos a largo plazo ofreciéndoles alimentos frescos de calidad cuando coman en casa. Para comer porquería tienen miles de oportunidades en la calle, y conforme crezcan, muchas más.

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Denunciable: Devoragras de Bicentury

Galleta Devoragras de BicenturyEstaba haciendo la compra semanal cuando me he tropezado con este producto en una gran superficie: Galletas Devoragras de Bicentury. Por un momento he creído estar en el paraíso: ¿Existen galletas que devoran la grasa? ¿Cuál será su ingrediente secreto? ¿Lo habrán patentado y será una fórmula secreta como la de la Coca-Cola que sólo conocen dos o tres personas en el mundo? ¿Servirá también para eliminar la grasa de las cacerolas en la cocina? ¿Dejará mi marido de roncar?

Ya he hablado anteriormente de algún producto de esta empresa, pero creo que este se lleva la palma y ahora explicaré porqué. Por la poca información que hay en su web, deduzco que la gama «Devoragras» de Bicentury pretende ser una línea de alimentos funcionales que sirvan para estimular la pérdida de grasa comiendo productos altamente apetecibles. Para ello, por lo que leo en el empaquetado, el fabricante apuesta por un «alto contenido en fibras» y un ingrediente secreto que desvelaré al final. Vamos a analizar lo que significa «alto contenido en fibra» para los señores de Bicentury y ya de paso vamos a echar un vistazo global al ingrediente secreto que esconde su fórmula para quemar grasas.

Aunque existen varios sabores de estas milagrosas galletas, sus ingredientes y valores nutricionales son similares. Hoy vamos a examinar las de Naranja Chocolate, más que nada porque así puedo compararlas con otro producto similar del mismo sabor y podemos ver la diferencia entre un producto de calidad y un producto mediocre con mayor claridad.

Galleta Devoragras de Bicentury

Empecemos por los ingredientes, que no son pocos; de hecho son tantos que voy a usar colores para resaltar algunas cosas que quiero que veáis. Especial atención al azul por favor: Harina de Trigo, aceites y grasas vegetales ((girasol, palma y coco en proporción variable) (antioxidantes: extracto rico en tocoferol, palmitato de ascorbilo)), azúcar, fibras alimentarias, (inulina, fibra de avena), chips de chocolate (4%) (azúcar, pasta de cacao, manteca de cacao, emulgente: lecitina de soja, aromas), copos de naranja (4%) (azúcar, pulpa de naranja (30%), manzana, dextrosa, fibra de piña, espesantes (E401, E341ii), corrector de la acidez (ácido cítrico, aroma), jarabe de glucosa, aromas, extracto de camellia sinensis (té verde) (1%), emulgente: lecitina de soja, sal, gasificantes (bicarbonato sódico, fosfato ácido sódico, citrato potásico).

No es de extrañar que con esta disparatada lista de ingredientes se obtengan unos valores nutricionales pésimos (por cada 100g de producto):

  • Energía: 451 kcal
  • Grasas: 18g, de las cuales 4,9g saturadas
  • Hidratos de carbono: 63g, de los cuales azúcares 23g
  • Fibra alimentaria: 6g
  • Proteínas: 6,2g
  • Sal: 0,47g

Aquí hay tanto que denunciar que uno no sabe ni por donde empezar. Voy a tratar de ordenarlo de la mejor manera posible. En la web de Bicentury dicen textualmente «[…] Así, basar tu alimentación en el consumo de pan integral, pasta integral, arroz integral, legumbres, frutas y hortalizas, es la forma más inteligente de mantener la línea.» Lógicamente no estoy de acuerdo en absoluto con esta afirmación, pero lo que me llama la atención es que si ellos piensan que hay que tomar cereales integrales para cuidar la línea, ¿Porqué demonios no los usan en este producto? En verde, podéis ver la harina de trigo refinada encabezando la lista de ingredientes. La harina integral mejor úsela usted en casa que a estos señores de Bicentury se les ha debido acabar. En segundo lugar, en naranja, la «proporción variable» de grasas. Oiga, si la proporción es variable, ¿Cómo es posible que los valores nutricionales sean estables? El aceite de girasol es una grasa poli insaturada y los aceites de palma y coco son grasas saturadas. Si usted sabe que 4,9g de grasa en su composición son saturadas, necesariamente tiene que saber la cantidad de cada tipo de aceite que ha usado para llegar a esa cifra. ¿Qué trata de escondernos aquí? Además, ¿porqué necesita usar dos antioxidantes en la grasa? Si fuesen predominantemente saturadas (palma y coco) probablemente no los necesitaría. Me temo que algo se cuece con esta afirmación, pero no alcanzo a interpretar porqué lo han puesto así.

Azucar en los productos BicenturyPero vamos al plato fuerte, el ingrediente bomba de estas galletas que devoran grasa, el nutriente más adecuado contra la obesidad, aquel que todo gordito y gordita debería ingerir a diario y sin parar -siempre según Bicentury claro: el azúcar. Según los señores de Bicentury, un producto que contiene un 63% de carbohidratos con un alarmante 23% de azúcares es un producto estupendo para devorar grasa. Hasta en 5 ocasiones, en azul, tenemos azúcares añadidos en los ingredientes. Y digo añadidos porque además de esos azúcares añadidos, hay azúcares naturales en la manteca de cacao, en la pasta de cacao, en la pulpa de naranja y en la manzana, todos ellos de color rojo en la lista de ingredientes, además de los que contenga la harina de trigo (en verde), que como es refinada, se absorberán con facilidad.

Entonces, si el producto que representa el 23% en peso de estas galletas, el azúcar, no es el ingrediente secreto para adelgazar, ¿Cuál es? ¿Queréis saber el secreto? ¿Queréis que desvele el misterio? Vale, ahí va: es el 1% de extracto de té verde que le han puesto a las galletitas de marras. Fijaros que sencillo es adelgazar y que estúpidos somos todos. Lo que tenéis que hacer al levantaros es poner agua a hervir, y le añadís 1 cucharada de té verde y 23 cucharadas de azúcar, porque esa es la proporción que sugieren los expertos de Bicentury, y con eso seguro que «devoráis» vuestra grasa a toda velocidad sin necesidad de hacer dieta ni nada por el estilo. Esta es la ciencia de Bicentury: 1 parte de té verde por cada 23 partes de azúcar es suficiente para «devorar la grasa». La desfachatez de este producto sólo es comparable a la de Carrefour, que lo tiene puesto en el lineal de productos de dietética cuando, por su composición, bien podía estar en el de las golosinas.

Antes de que alguno venga a ilustrarme de la imposibilidad de hacer galletas de otro modo, quiero remitirme a dos galletas distintas. Por un lado, las galletas caseras que hicimos para el libro Cocinar sin Carbohidratos, que no contienen azúcares de ningún tipo y están hechas con proteínas de calidad. Pero si no te apetece cocinar y quieres tomarte alguna galleta de vez en cuando, mira los valores nutricionales de esta otra, sus ingredientes, y decide:

Galleta Oranchoc de CiaoCarb (naranja y chocolate):

Ingredientes: Gluten, aislado de proteína de soja, proteína de guisante, proteína de leche (suero), salvado de trigo, fibra de acacia, mantequilla, lactitol, maltitol, ciclamato sódico (sacarina), gasificantes (bicarbonato sódico y pirofosfato sódico). Para la cobertura de chocolate: proteína de leche (suero), proteína de cacao, proteína de arroz, Eritritol, colágeno hidrolizado, cacao, avellanas, manteca de cacao y lecitina de soja.

Galletas Protomax Oranchoc, Cocochoc y Lemonchoc de CiaoCarbValores nutricionales (por cada 100g):

  • Energía: 354 Kcal
  • Grasa: 20g de las cuales, 1,5g saturadas
  • Carbohidratos: 5g, de los cuales azúcares: 1g
  • Polialcoholes: 10g
  • Fibra:18g
  • Proteína: 38g
  • Sal: 0,13g

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero a mí esta me parece magnífica: menos calorías, que además no provienen de carbohidratos simples, 12 veces menos carbohidratos, 23 veces menos azúcares, el triple de fibra, 6 veces más proteínas y 5 veces menos sal. De la pinta ni hablamos, porque creo que estas ganan por goleada. Eso sí, no contienen el ingrediente secreto de Bicentury, así que habrá que tomárselas con un té para que hagan el mismo efecto, ¿o quizás no queremos que hagan el mismo efecto?

¿Veis antioxidantes, espesantes o correctores de acidez en la composición? No, porque no son necesarios. Cuando los ingredientes de un producto son de calidad no hace falta añadirle todo tipo de aditivos. Un poquito de emulgente para la cobertura de chocolate y listo. En general, los productos de CiaoCarb son así. Más caros, pero infinitamente mejores.

Lógicamente, si se quiere hacer un buen producto, se puede, pero otra cosa muy distinta es hacer productos mediocres o directamente malos como las galletas Devoragras de Bicentury y tratar de engañar al consumidor, que es lo que vienen a hacer con sus artimañas basadas en una publicidad engañosa, una absoluta falta de información en su web, unas ideas sobre nutrición arcaicas y sobre todo una falta de coherencia entre sus ingredientes y sus postulados. Lo que no entiendo es como ninguna asociación de consumidores les mete mano. ¿Será porque financian a la Asociación Española de Dietistas Nutricionistas a través de estudios de escaso valor científico como este? Ahí lo dejo.

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