Etiqueta: alimentos

Adelgaza comiendo lo que te gusta

Adelgaza comiendo lo que te gusta

Adelgaza comiendo lo que te gusta

Cuando una persona quiere adelgazar, sus posibilidades de éxito están estrechamente ligadas a la capacidad que tiene esa persona para lograr comer alimentos que le gusten y además le sirvan para adelgazar. En este sentido, la Isodieta es sin duda el plan nutricional más adecuado para adelgazar. Al contrario que las dietas convencionales para adelgazar, la Isodieta lo que propone no es un plan de comidas rígido, sino educarnos acerca de los distintos alimentos y de los efectos que estos tienen en nuestro cuerpo. La Isodieta apuesta por dar el control de su alimentación a la persona que quiere adelgazar, explicando los conceptos que debe conocer y la forma en que debe comer, todo ello analizado desde un punto de vista científico.

Las dietas tradicionales para adelgazar no funcionan. Incluso cuando lo hacen, su resultado suele ser efímero. Esto se debe a que una vez que la persona se aburre de repetir siempre las mismas comidas vuelve a comer cualquier cosa que se le apetece sin pararse a pensar el efecto que ese alimento tendrá en su cuerpo. A mí me escriben muchas personas pidiéndome menús y planes semanales para adelgazar. Como explico en el libro Adelgazar sin Milagros, cada persona es un caso único con sus circunstancias y quien está mejor posicionado para diseñar un buen plan nutricional para adelgazar es precisamente la propia persona. Esto es debido a que nadie conoce los gustos de una persona como ella misma.

Uno de los secretos por los que la Isodieta funciona tan bien con tantísimas personas de diversas características es precisamente ese, que es la propia persona la que con las directrices maestras de la Isodieta diseña sus propios menús. De este modo, dos personas que quieran adelgazar pueden diseñar dos menús completamente distintos y aún así obtener los mismos resultados. Algunos, como yo, adoran la carne y adelgazan con menús en los que predomina esta. Otros deciden adelgazar incluyendo mucho pescado o muchos lácteos en su menú. Lo cierto, como explica el genial Jaime Brugos en su libro, es que lo importante no son las calorías ni el alimento, sino los valores nutricionales de dicho alimento. A efectos prácticos, si para adelgazar uno tiene que comer, por ejemplo, 15 gramos de proteína y 8 de grasa en cada comida, no hay mucha diferencia entre que esas proteínas provengan de carne de ternera, de pollo o de merluza. De este modo, tres personas que quisieran adelgazar y tuviesen gustos distintos podrían comer tres alimentos distintos sin que esto tuviese impacto alguno en su dieta.

Luego estamos los que adoramos la comida y usamos la fuerza de la Isodieta precisamente para adelgazar o mantenernos en nuestro peso sin renunciar a disfrutar de la comida. Somos precisamente los que más disfrutamos de este estilo de vida. Comemos una variedad increíble de alimentos y aún así logramos adelgazar y mantenernos en el peso deseado. Pero adelgazar no es el único beneficio que proporciona la Isodieta. Su impacto sobre la salud es inmediato y duradero. No me canso de repetir que llevo desde que empecé a comer así sin ponerme malo, ni una gripe, ni un resfriado serio: nada de nada. Esto, teniendo en cuenta que antes de alimentarme así me pasaba el día medicado tomando siete y hasta ocho medicinas distintas diarias, es todo un logro y un descubrimiento que jamás podré agradecer como merece a Jaime. Y además, me consta por los correos electrónicos que recibo, que ni soy la única persona a la que le ha ocurrido esto ni seré la última.

En definitiva, si te estás planteando adelgazar, debes huir de las dietas estructuradas con menús idénticos para todo el mundo. Ni todo el que quiere adelgazar tiene las mismas necesidades nutricionales, ni por supuesto tiene los mismos gustos. Para adelgazar, lo que necesitas no es que alguien te pase una dieta o unos menús, lo que tienes que hacer para adelgazar es entender como funciona tu cuerpo, qué necesidades tienes y aplicar esta información a la hora de diseñar tus propios menús adaptados a tus gustos. Sólo así lograrás mantenerte firme en tu propósito, seguir a rajatabla tu plan y lógicamente adelgazar.

Trucos para Adelgazar comiendo fuera

Trucos y secretos para adelgazar

Trucos y secretos para adelgazar

En mi experiencia en estos casi cuatro años tratando de seguir el plan nutricional apropiado para adelgazar y mantener los porcentajes de grasa corporal a raya, he tenido que lidiar con muchas complicaciones, y de entre todas ellas, una de las más habituales es sin duda comer fuera. Si estás pensando en adelgazar y quieres trazar un plan que te ayude a conseguir tu objetivo de eliminar la grasa que te sobra, estos consejos y trucos para adelgazar comiendo fuera te serán de mucha utilidad.

En el libro Adelgazar sin Milagros que cuando comencé a adelgazar siguiendo la Isodieta uno de los mayores hándicaps era salir sin saltarme mi plan nutricional. ¿Cómo fui capaz de seguir este plan de manera tan estricta? Bueno, mi interés en adelgazar motivó una buena dosis de fuerza de voluntad, no voy a negarlo, pero comprobar que era capaz de salir y divertirme y aún así conseguir adelgazar a diario también influyó de manera decisiva para que me pudiese mantener firme en mi propósito.

Estas son algunas de las cosas que hice (y todavía hago) para conseguir adelgazar teniendo una vida social muy activa:

  1. Comer tarde para adelgazar

    Comer tarde para adelgazar

    Comer tarde antes de salir: Para adelgazar, es fundamental no llegar a las comidas con ansiedad. Cuando uno sale suele comer un poco más tarde de lo normal y esto nos hace comer con ansiedad cuando finalmente nos ponen la comida por delante. Uno de los trucos principales es que puedes hacer es retrasar la comida que vayas a hacer antes de salir para de este modo llegar con menos hambre al restaurante. Si te tocaba comer algo, por ejemplo, a las 11 de la mañana, retrásalo hasta las 12 o 12:30. Así, cuando llegues al restaurante a las 14 o 14:30 tendrás menos apetito, comerás menos y te costará menos trabajo adelgazar.

  2. Comer saciante antes de salir: Otra de las claves para adelgazar de manera sana, rápida y permanente es no ingerir más cantidad de comida que la que necesitamos. Para ello, la sensación de saciedad es fundamental. El nutriente que más sensación de saciedad produce es la grasa. Por ello, si voy a comer fuera, trato de que la comida de antes sea rica en grasa para que me produzca sensación de saciedad. Por ejemplo, como suelo comer los viernes con unos amigos con los que monto en moto, antes de salir de mi casa lo que como es queso, un alimento rico en grasa que contrariamente a lo que mucha gente piensa, es perfectamente adecuado si quieres adelgazar y nutrirte adecuadamente. Con ello consigo sentirme lleno más tiempo, incluso si acabamos comiendo más tarde de lo normal.
  3. Agua con gas para adelgazar

    Agua con gas para adelgazar

    Beber agua con gas: Como explico en el libro, se puede adelgazar perfectamente tomando bebidas gaseosas siempre que estas no tengan azúcar. De entre todas las bebidas que puedo recomendar para adelgazar, creo que el agua con gas es indudablemente la mejor. Su contenido es agua y gas, en algunos casos y dependiendo de la marca, incluso gas natural del manantial. No sólo no te hará engordar, sino que la hinchazón que produce el gas te ayudará a tener la sensación de saciedad más rápido y por tanto contribuirá a que puedas comer mejor y finalmente puedas adelgazar. Antes de comer, durante la comida o incluso después, el agua con gas es un gran aliado que debes usar si quieres adelgazar.

  4. No todo lo dulce engorda: Sé por experiencia que cuando llega el momento de los postres la cosa se pone fea para los que están tratando de adelgazar. ¿Qué se puede pedir que sea dulce, no engorde y nos ayude a adelgazar? Si me apetece tomar postre, algo que reconozco tiene más de social que de nutritivo, porque se produce prácticamente durante la charla de la sobremesa, mi primera elección es pedir frutos del bosque. Ya sean fresas, moras, frambuesas o similar, los frutos del bosque son bajos en carbohidratos y bajos en fructosa, por tanto válidos en tu dieta si buscas adelgazar. Con esto no quiero decir que uno se pueda comer medio kilo y pretender adelgazar, pero una ración razonable de vez en cuando es perfectamente válida. Pero como no siempre hay este tipo de frutas y nosotros queremos adelgazar siempre, en cada salida que hagamos, la elección más lógica es un café o infusión con edulcorante. Tomar un café, té o cualquier otra infusión con una buena dosis de edulcorante nos eliminará esa necesidad de tomar algo dulce y no evitará que podamos adelgazar si hemos seguido fielmente el plan.
  5. Elimina el pan y los piquitos para adelgazar

    Elimina el pan y los piquitos para adelgazar

    Sin pan y sin piquitos: Si de verdad quieres adelgazar ya sabes que el pan (y los piquitos) no son una opción. Más te vale tomar una cantidad superior de jamón o queso en el aperitivo que ceñirte a la cantidad adecuada y añadirle algo de pan o de piquitos. Para adelgazar, o sea, para eliminar la grasa acumulada, hay que estar en cetosis, usando dicha grasa como combustible. Si tomas pan en el restaurante, aunque sea integral, sin gluten o de semillas, saldrás de la cetosis y volverás al metabolismo de la glucosa que, como indico en el libro, imposibilita que puedas adelgazar rápidamente. Si no puedes frenar el deseo, es mejor pasarse en la ingesta de proteínas o de grasa -de manera puntual- que ingerir carbohidratos refinados. Recuerda: no se puede adelgazar (perder grasa) comiendo alimentos que generan grasa corporal y los carbohidratos refinados son los reyes de la creación de grasa corporal.

  6. Adelgaza tomando verduras asadas

    Adelgaza tomando verduras asadas de acompañamiento

    Verduras sí, ¡pero no solas!: Ya sabes que para adelgazar hay que vigilar el tipo de verduras que se ingieren porque con el marketing alimenticio, a cualquier cosa se le llama verdura hoy en día. Los vegetales de hoja verde como la lechuga, la acelga, la espinaca y los que son ricos en fibra y tienen bajo índice glucémico, como el pepino, el calabacín, el espárrago, las setas y champiñones y demás, son buenos compañeros en tus comidas para adelgazar, pero no deben viajar solos en tu plato. Siempre, en cada ingesta que hagas, debe haber proteínas y grasas. Un plato de pisto, por más que te guste, no es una opción. Si quieres comer ensalada, debes añadirle proteínas y grasas como las procedentes del queso, huevo, carnes, etc. Si te apetece un plato de setas, pide un revuelto de setas, para que lleven huevos, o un revuelto o tortilla de espárragos. Evita el tomate y otras frutas ricas en fructosa, pues estos alimentos evitan que puedas adelgazar cuando los ingieres.

  7. Carne con Ensalada, perfecto para adelgazar

    Carne con Ensalada, perfecto para adelgazar

    Ensalada de acompañamiento: Cuando pidas una carne o un pescado, asegúrate en el momento de pedirlo que viene acompañado de ensalada. Lo normal es que venga acompañado de patatas, porque es más barato, pero en realidad lo mejor que le puedes añadir para comer bien y adelgazar es un poco de ensalada. Si te ofrecen «verduritas» desconfía y pregunta. Muchas veces, en los restaurantes, las «verduritas» son una menestra a base de patatas y zanahoria cocidas, y no hace falta que te diga que si quieres adelgazar estos son dos alimentos a evitar a toda costa. Un poco de ensalada bien aliñada con aceite de oliva virgen es, en mi opinión, el mejor acompañamiento que puedes pedir para una carne o un pescado si buscas adelgazar.

  8. ¡Ojo con los entrantes!: Para compatibilizar tu vida social con tu plan nutricional diseñado para adelgazar, una de las cosas que debes hacer desde el primer día es llevar la voz cantante en el restaurante. A la hora de pedir entrantes para compartir, anticípate en la mesa y sugiere entrantes adecuados para adelgazar. De otro modo, el riesgo de que se te adelanten y pidan entrantes cargados de carbohidratos es muy alto. Te sugiero jamón, queso, anchoas, foie, ensaladas con frutos secos y cosas similares. No puedes adelgazar si comes entrantes a base de pan, harinas, pastas y otros carbohidratos refinados.
  9. Adelgazar sin tomar cerveza

    Adelgazar sin tomar cerveza

    La cerveza no es una opción: Soy consciente de que últimamente hay una campaña global atribuyendo a la cerveza toda suerte de bondades. No te dejes engañar, son falsedades. Ni la cerveza sirve para adelgazar, como he leído hace poco, ni te mejora la salud, ni nada de nada. Se trata de una bebida -alcohólica o no- hecha a base de cereales y, si ya has leído el libro, no hace falta que te explique lo que los cereales hacen en tu cuerpo. Si quieres un refresco o un aperitivo, una cola zero o incluso una copita de vino -y aquí lo importante es entender lo que significa UNA- son mucho mejor opción que la cerveza. De todos modos, como he dicho antes, para adelgazar, lo mejor que puedes usar en el aperitivo es agua con gas. Si no tienes costumbre, pruébala con hielo y limón, no te defraudará. Ten en cuenta que hay muchos tipos de agua con gas, y todas sirven para adelgazar. Que una no te guste no quiere decir que no te guste ninguna.

  10. Come despacio para adelgazar

    Come despacio para adelgazar

    Despacio, no hay prisa: Admito que normalmente como muy rápido, pero soy consciente que para adelgazar hay que tratar de comer despacio. La sensación de saciedad se produce cuando la comida alcanza el estómago y comienza su absorción. Si comemos muy rápido, no producimos esa sensación de saciedad en el momento adecuado y comemos más de la cuenta, algo que lógicamente evitará que podamos adelgazar.

  11. Es un tema social, no nutricional: No pierdas de vista la idea de que salir con los amigos es un tema social, no nutricional. El objetivo es que te relaciones, que hables, que rías, que lo pases bien. Tu atención no debe estar centrada en la comida, sino en las personas con las que compartes el momento. De este modo, si te centras en ellos y no en la comida, no sentirás sensaciones de ansiedad ni hambre, podrás disfrutar del momento y, de camino, lograrás adelgazar.
  12. Para adelgazar evita la tentación

    Para adelgazar evita la tentación

    No merece la pena: Ten siempre en mente que saltarte el plan, aunque sólo sea una vez, no merece la pena. No se trata de que por saltártelo una vez vayas a engordar, sino que interrumpes durante días un proceso que te ha costado mucho iniciar: adelgazar. Si ya has leído el libro, sabes que la única forma de perder peso de manera saludable es adelgazar, o sea, eliminar la grasa acumulada. Se tardan varios días en comenzar a adelgazar, porque para ello hay que poner en marcha en nuestro cuerpo el metabolismo de las grasas. Se tarda medio minuto en abandonar ese metabolismo de las grasa que nos permite adelgazar y volver al metabolismo del azúcar, que nos hace engordar. El problema es que aunque se sale en medio minuto del metabolismo de las grasas, luego pueden ser necesarios varios días para volver a entrar. Lo que ocurre es que por ese medio minuto de supuesto placer al saltarte el plan echas por tierra el trabajo y la constancia de varios días. No te lo pienses ni un minuto: no merece la pena. Mantente firme y lograrás adelgazar, sentirte mejor y ganar salud.

Creo que estos consejos te ayudarán a adelgazar si sigues un plan nutricional adecuado, como la Isodieta. No creas que adelgazar es incompatible con tener vida social, porque no es cierto. Adelgazar es incompatible con tomar carbohidratos simples y carbohidratos refinados, pero cuando sales y tienes vida social, eres tú quien manda y normalmente quién paga, así que elige los alimentos y las bebidas sabiamente y no tendrás problemas para adelgazar sin renunciar al ocio y la diversión. Recuerda, como explico en el libro, que yo logré adelgazar incluso el tiempo que estuve de vacaciones con mi familia en Disney, y te garantizo que allí pedir alimentos sin carbohidratos es infinitamente más complicado que el bar de la esquina de tu barrio. Si yo logré adelgazar, tú también puedes lograrlo.

¡Aprende a comer mejor!

Suscríbete al blog ahora de manera gratuita para recibir en tu correo electrónico los próximos artículos que escriba sobre nutrición, alimentación sana, pérdida de peso o incluso recetas dejando tu dirección de correo electrónico aquí. No la usaré para nada ajeno al blog ni recibirás correo basura mío, y podrás darte de baja en cualquier momento haciendo un sólo clic si es que ya no deseas recibir más artículos. Además, solo por suscribirte al blog podrás leer dos capítulos de mi libro La gran mentira de la nutrición de manera absolutamente gratuita, que creo que te gustarán bastante si tienes interés en cuidarte o cuidar de tu familia. También te agradezco que compartas este artículo en las redes sociales para darle difusión y llegar a más personas.

Comer variado para adelgazar

Sushi elaborado con falso arroz Slim Pasta

Sushi elaborado con falso arroz Slim Pasta

Una de las claves para poder adelgazar fácilmente y lograr eliminar la grasa de manera eficaz es mantener una alimentación variada. Desafortunadamente, una alimentación variada no consiste en lo que muchas personas promulgan, que es hincharse de carbohidratos, comer algo de proteína y muy poca grasa. Para adelgazar, yo concibo la variedad en la alimentación como una gama completa de sabores, texturas y aromas que podemos incorporar en nuestra dieta mientras vamos eliminando la grasa que tenemos acumulada. En este sentido, puedo afirmar con satisfacción que las cosas son ahora más sencillas que cuando yo me inicié en este mundo hace ya casi cuatro años.

A principios de 2011, cuando me propuse adelgazar de manera definitiva para recuperar mi salud, la cantidad de alimentos bajos en carbohidratos que existían en el mercado era realmente baja. Ni que decir tiene que no existían panes, postres ni pastas bajas en carbohidratos. Para adelgazar, lo que tuve que hacer es básicamente eliminar este tipo de alimentos de mi dieta y eso, admitámoslo, hace la dieta monótona. Tampoco es que ahora me pase la vida comiendo pastas, postres o panes sin carbohidratos, pero desde luego los tengo como fondo de despensa y los tomo ocasionalmente cuando me apetece.

Creo que esa es una de las claves para ser fiel a un plan nutricional diseñado para adelgazar o para mantenerse en forma. Las personas que empiezan a adelgazar ahora y me escriben tienen exactamente las mismas inquietudes que tuve yo cuando comencé, pero la diferencia es que ellos pueden comenzar, desde un principio, añadiendo toda suerte de alimentos diseñados para ayudarles a mantenerse firmes en su batalla contra la grasa y que les permiten adelgazar sin renunciar a ciertos sabores, texturas o aromas.

Si la paulatina aparición de estos productos en estos años ha sido constante hasta ahora, tengo la impresión de que estamos viviendo un despertar por parte de una buena parte de fabricantes que van sacando más y más productos al mercado. Durante las próximas semanas voy a ir probando una serie de productos para poder contaros tanto mis sensaciones como la respuesta que tiene mi cuerpo a su ingesta. Para ello, he comprado 200 tiras reactivas para medir la glucosa en sangre. Lo que voy a hacer, además de probar los productos y evaluar su sabor, textura y calidad en general, es analizar a tiempo real el efecto que tienen en la glucemia y por tanto en la insulina. Básicamente, voy a comprobar si lo que dicen los fabricantes es cierto y os lo voy a contar.

Los primeros productos que considero aptos para adelgazar siguiendo la Isodieta y que me acaban de llegar para probar son los nuevos postres proteícos CeroZero de Clarou, con sabores tan atrayentes como Tiramisú, Galletas María, Mango y Coco. De momento he probado el de Tiramisú y el de Galletas María. El sabor de ambos está bien conseguido, especialmente el de Galletas María. Ahora bien, debo advertir que la textura no es bizcochosa como cabría esperar de postres de este tipo que llevasen bizcocho o galleta. A mí no me desagrada la textura que tienen, a medio camino entre las natillas y una gelatina muy suave, pero es probable que no todo el mundo disfrute de ese tipo de textura, como de papilla.

Estoy pendiente de recibir para probar panes sin carbohidratos, bizcochos, sustitutos granulados del azúcar con índice glucémico cero, postres de chocolate y otra serie de productos de los que iré hablando en sucesivos artículos. De momento, me quedo con la idea de que es posible adelgazar a buen ritmo introduciendo este tipo de alimentos en la dieta. Lógicamente, no creo que si quieres adelgazar lo idóneo sea que tengas siempre sabores dulces en la boca, pero es importante permitirse algún capricho de vez en cuando y si el capricho -como en este caso- no tiene carbohidratos, pues mejor que mejor.

Anoche cené falso sushi que hice con el falso arroz de Slim Pasta. Es una alternativa rápida al falso sushi que suelo preparar con Coliflor, que lleva más preparación y es más complejo de elaborar. Me gusta más la textura que aporta la coliflor, que es básicamente la misma del arroz cocido, pero para tratarse de algo que hice en un rato creo que el resultado fue excepcional. Ni que decir tiene que dado que el falso arroz de Slim Pasta no contiene ni proteínas, ni grasas, ni carbohidratos, todos los elementos nutritivos procedían del pescado. Anoche yo utilicé pez limón, atún, ventresca de atún y salmón, y por tanto los valores nutritivos de lo que comí fueron excepcionales.

Pero no te quedes con la idea de que necesitas comer sushi para adelgazar. Lo que quiero que veas es que puedes comer cualquier cosa que te apetezca -como a mí me apeteció el sushi anoche- y aún así adelgazar y mantenerte bien nutrido. Simplemente tienes que escoger los alimentos que te permitan adelgazar al tiempo que preparas tus recetas favoritas, sean estas cuales sean. Al ritmo que está yendo todo esto, muy pronto tendremos alternativas razonables para cualquier cosa que se nos ocurra y que nos permitan adelgazar y recuperar la salud.

La Nutrición en la Infancia

Mis hijos hace unos meses

Mis hijos hace unos meses en un paseo por el campo (2014)

Una de las preguntas recurrentes que recibo de las personas que se han leído el libro es ¿Qué les puedo dar de desayunar a mis hijos? Aprovechando que nos ponemos a adelgazar, es cierto que tratamos de extrapolar lo que vamos aprendiendo y comprobando que funciona al resto de la familia. Yo tengo tres hijos y cuando me dispuse a adelgazar comían de una manera muy distinta a como lo hacen ahora. Lo que ocurrió era inevitable: al comprobar los magníficos resultados que este nuevo plan nutricional había aportado a mi organismo no dudé un momento en aplicar todo lo que había aprendido a la alimentación de mis hijos teniendo en cuenta sus necesidades nutricionales y energéticas. No estaba tratando de hacerles adelgazar, sino de nutrirles adecuadamente y asegurarme que se mantenían en el mejor estado de salud posible.

Creo que ya he repetido varias veces que mis hijos rara vez se ponen enfermos y cuando alguno pilla un catarro o una gripe, lo normal es que le dure muy poco tiempo (a veces sólo horas) y que no se lo pase a los hermanos. Antes de este cambio en su nutrición, se ponían malos con mucha más frecuencia y la duración de los procesos era notoriamente mayor, casi siempre de varios días. ¿Qué es lo que ha cambiado entonces en la alimentación de mis hijos? Básicamente, hemos suprimido casi por completo los alimentos procesados y los carbohidratos refinados.

Mi hijo mayor tiene 14 años (cumplirá 15 en noviembre), el mediano 7 años (cumplirá 8 en diciembre) y mi hija pequeña cumple precisamente hoy 5 años. Sus necesidades son diferentes pero la base de su alimentación es la misma. Además de los alimentos que ahora contaré, les doy a todos un suplemento multivitamínico multimineral. El mayor toma el mismo que yo (Vitalimax Nutrition) y los pequeños toman uno formulado específicamente para críos más pequeños (L’ill Critters). Aunque no quiero profundizar mucho en este tema, sí quiero decir brevemente que les doy estos suplementos porque creo que la verdura y la fruta que comen no les aporta todos los micronutrientes que debería debido principalmente a los nuevos métodos de cultivo y a la sobrexplotación del terreno (cuando se cultiva en tierra, que ya no es tan frecuente).

En la base de la alimentación de mis hijos están las proteínas y las grasas. Predominan las carnes de todo tipo, los pescados y mariscos, la leche entera, los huevos y los aceites de oliva y coco. Prácticamente cualquier plato que tomen tiene como ingrediente principal uno o varios de esos elementos, desde el desayuno hasta la cena. Como acompañamiento de esos platos principales, en algunas de sus comidas incluimos verduras o carbohidratos no refinados. De este modo, es habitual verles comer brócoli, lechuga, guisantes u otras verduras pero siempre como acompañamiento de su ración de proteína y regados con aceite de oliva virgen. En una de las comidas les damos una pieza o ración de fruta de postre. Nos decantamos por bayas (fresas, frambuesas, moras…) porque son ricas en vitamina C y ácido fólico (Vit. B9), pero en general no tenemos inconveniente en que tomen una fruta u otra, la que prefieran. Cuando no toman fruta de postre, toman lácteos o incluso queso, si es que quieren postre. En nuestra casa, el postre no es obligatorio. Si creo que han comido suficiente proteína y grasa, me decanto por postres que no aporten nada, como la Gelatina 0% o un «polo-flash».

Mucha gente me pregunta cómo consigo que mis hijos coman verdura, pero lo cierto es que se lo preguntan a la persona equivocada. El mérito es de mi mujer, que desde siempre les ha dicho (con cierta ayuda por parte del saltimbanqui de la serie infantil Lazy Town) que no son verduras sino golosinas. En nuestra casa no hay guisantes, sino sport-chuches. No hay brócoli sino «arbolitos de la fuerza». Con mis hijos pequeños funciona muy bien la coletilla «de la fuerza». De modo que si queremos que prueben algo, le añadimos «de la fuerza» y les contamos que es lo que yo tomo para tener los músculos fuertes. De este modo conseguí que mi hijo mediano cambiase su adorado Nesquik que es básicamente azúcar con sabor a cacao por Cola Cao 0% fibra, que es el «Nesquik de la fuerza» que yo tomo ocasionalmente en mis batidos y que no contiene prácticamente azúcares, sobre todo si lo comparamos con el Nesquik o el Cola Cao convencionales.

Además de su vaso de leche entera con «Nesquik de la fuerza», mis hijos toman para desayunar una gran variedad de cosas, desde pan integral con aceite de oliva hasta huevos, queso o embutidos, según el día. Tratamos de ver en el calendario que nos manda el colegio lo que comieron el día anterior y lo que comerán en el día en curso para adaptarnos al menú y que no coman continuamente lo mismo. El cambio al pan integral no fue sencillo. Estaban muy acostumbrados al pan blanco, pero en cuanto me oyeron decir que era «pan de la fuerza» se apuntaron a esta nueva variedad y ya no han vuelto a cambiar ni reclamar el pan blanco. Tampoco es que coman mucho pan, tan sólo alguna mañana para desayunar.

Para las comidas entre horas (meriendas, aperitivos…) predominan los quesos y lácteos. Aquí si somos bastante cuidadosos comprando. Más que la marca, miramos los valores nutricionales y elegimos aquellos que tienen menos hidratos. Huimos de las grasas hidrogenadas, de los almidones, féculas, soja y demás cosas que no deberían estar en un alimento natural. Para freír y rebozar, algo que hacemos con naturalidad pero usando aceite de coco, usamos salvado de trigo fino, que les aporta bastante fibra y en general usamos las mismas recetas que uso yo para comer al preparar sus alimentos. Por ejemplo, esta falsa pizza, estas croquetas, estos palitos de rosada o incluso esta caldereta de pescado.

Ocasionalmente les damos arroz integral. No saben que es integral y jamás han protestado, entre otras cosas porque como lo toman con tomate, no creo que noten ninguna diferencia. Les hice un día una paella campera (conejo, pollo, cerdo y chorizo) con arroz integral y la devoraron sin piedad. Mi paella, como os podréis imaginar, es más carne que arroz… Otra de las cosas que más ha cambiado ha sido el tema de la patata. Antes de adelgazar, en cualquier compra que hiciésemos no faltaba un saquito de patatas. Ahora no compramos patatas. Si alguna vez necesitamos una patata para algo, vamos y compramos la que necesitamos, pero no almacenamos patata en casa. Si salimos a comer fuera y piden un plato que lleva patatas, pues ese día comen patatas, pero en casa la patata no es una opción. Somos conscientes de que comen patatas en el colegio y cuando salen a cualquier sitio, de modo que tratamos de que en casa lleven otro tipo de alimentación. No las reclaman ni las echan de menos. Creo que la patata en general y el puré de patatas en particular es uno de los peores alimentos que le podemos dar a nuestros hijos.

También han desaparecido de la lista de la compra las galletas. Antes íbamos a comprar y traíamos distintas variedades, con lo que convertíamos la galleta en su desayuno o merienda habitual. Es cierto que son socorridas y les gustan a casi todos los niños, pero la cantidad de azúcar y de harina refinada que aportan es absolutamente descomunal, más aún para un niño. Un aviso: no os dejéis engañar por las galletas «light» o «cero». Son igual de malas pues usan polialcoholes para endulzarlas, no edulcorantes. El azúcar, además de dar dulzor, juega un papel estructural en la galleta, por eso tienen que buscar una solución que aporte masa además de dulzor. Un apunte a cuenta del desayuno: a mi hijo mediano, que es el que más desgaste tiene por su metabolismo, su agenda y su vitalidad, le añado una cucharadita (unos 5 gramos) de Casein Pro en su vaso de leche por la mañana, entre otras cosas porque me lo pide cuando me ve a mí hacerme mi batido. Creo que ese aporte extra de proteína le viene muy bien para pasar la mañana en el colegio.

Por último quiero comentar el tema de la pasta, tan socorrido para los niños. En casa tenemos pasta convencional y pasta proteica. A veces le damos de una y a veces de otra. La pasta la toman en casa sólo una vez a la semana y nunca es el ingrediente principal. Por ejemplo, si un día quieren macarrones, les hacemos Salmón con Brócoli y macarrones, donde lo que predomina es el salmón, seguido del brócoli y luego los macarrones. Se han acostumbrado a comer la pasta así y no lo ven extraño. Lo que les parece extraño es ver un plato de espagueti que lleva encima una cucharada de tomate con unos «granitos» de carne picada.

En fin, creo que con esto os hacéis una idea de cómo hemos aplicado los cambios en la dieta de nuestros hijos. Los resultados que estamos obteniendo son muy esperanzadores. Los tres son de los más altos de su clase, y esto es algo muy significativo porque los dos niños son de los más pequeños en sus clases, pues nacieron en Noviembre y Diciembre respectivamente, y además yo no soy especialmente alto. No duermen siesta ni se sienten cansados ni adormilados en ningún momento del día, incluso levantándose temprano y acostándose relativamente tarde. No tienen tendencia a ponerse enfermos, sobre todo si los comparamos con el resto de niños en sus clases, que se pasan el invierno acatarrados y griposos. Especialmente significativo es el cambio de mi hijo mayor, que si bien es cierto que ha entrado en la pubertad, algo que ha propiciado un notable cambio en su físico, estoy convencido que este proceso se ha visto favorecido ampliamente por el cambio que hicimos en su alimentación. En su caso, además, como se ha leído mi libro, a su manera y sin decir nada, aplica lo que ha aprendido a su manera y debo decir que le da buenos resultados. Aquí os dejo unas fotos del antes y el después de ambos.

Como siempre, si alguien tienen alguna duda estoy a vuestra disposición.

Mi hijo Pablo y yo en Febrero de 2011

Mi hijo Pablo y yo en Febrero de 2011, un par de meses antes de ponerme a adelgazar.

Mi hijo Pablo y yo el pasado mes de Octubre, dos años y pico después de haber cambiado nuestro plan nutricional

Mi hijo Pablo y yo el pasado mes de Octubre de 2013, dos años y pico después de haber cambiado nuestro plan nutricional

 

 

Los Invitados No Deseados para Adelgazar

El pasado lunes 4 de Noviembre, en el programa Sano y Nutritivo de esRadio Málaga (94.1 FM), hablaba con Carlos Ferragut acerca de los Invitados No Deseados que se cuelan en nuestra cocina a diario y nos imposibilitan perder peso o incluso hacen que engordemos. Para adelgazar -lo he dicho muchas veces- es fundamental controlar la composición de los alimentos que ingerimos. No se puede adelgazar comiendo alimentos que tienen ingredientes que nos evitan perder peso. En el libro Adelgazar sin Milagros hablo en detalle de un proceso llamado Cetosis mediante el cual nuestro cuerpo quema la grasa que tenemos acumulada, usándola como combustible y permitiéndonos adelgazar de manera sana y natural. Sin embargo, como explico en el libro, hay algunos alimentos que nos sacan de ese estado óptimo en el que estamos quemando grasa como combustible para nuestras células en el mismo momento que los ingerimos.

Yo llamo invitados no deseados a los ingredientes que se cuelan en los alimentos procesados y que nunca deberían haber estado ahí de manera natural, pues en la receta original no estaban presentes o simplemente no tiene sentido alguno para nuestra nutrición su presencia en los alimentos. Un ejemplo claro son los embutidos. Cuando vamos a la charcutería a comprar pechuga de pavo porque presuntamente es «light» y nos ayudará a adelgazar, en realidad estamos comprando un alimento que contiene -entre otras cosas- patata, y no hace falta ser muy listo para deducir que si queremos perder peso no es buena idea comer patatas.

El caso es que la industria nos ha colado la patata, el azúcar, el maíz e incluso la soja en la mayoría de productos procesados que consumimos. Por eso, muchos nutricionistas piden que cuando se siga una dieta para perder peso se haga utilizando alimentos frescos, pues no es posible adelgazar si nos dedicamos a comer alimentos procesados cuya composición hace que engordemos.

Por supuesto, no son estos los únicos ingredientes que nos cuelan en los alimentos procesados. Ahí están la sal, los conservantes, antioxidantes y demás, pero lo cierto es que en el caso concreto de los planes nutricionales para adelgazar, estos son los cuatro más importantes que debemos vigilar. Recordemos que la sal nos hará -entre otras cosas- retener líquidos, pero aunque esto suponga una ganancia de peso momentánea, no significa que hayamos engordado en el sentido riguroso del término, porque el agua que retenemos la eliminamos con facilidad y no así la grasa.

Por lo tanto y para concluir, un nuevo recordatorio para todas las personas que quieren adelgazar o simplemente quieren seguir una dieta sana: tenemos que vigilar los ingredientes de los alimentos procesados que compramos para poder controlar con cierta rigurosidad lo que ocurre en nuestro organismo cuando nos alimentamos.

Adelgazar sin Ansiedad

Ansiedad y Desesperación

Ansiedad y Desesperación

Hace unos días intercambiaba unos interesantes comentarios con el bloguero Andrés que me han dado que pensar y me han hecho centrar el post de hoy en el tema de la ansiedad en la pérdida de peso. En mi libro Adelgazar sin Milagros he intentado, creo que con cierto éxito, convertir a lenguaje natural muchos de los temas que rodean a la pérdida de peso. De hecho, he tratado dentro de mis posibilidades de evitar la mayoría de los aspectos técnicos sobre la pérdida de peso y ceñirme precisamente al lenguaje coloquial y a los ejemplos que ilustren la forma de alimentarnos que promuevo y que a mi me ha resultado altamente beneficiosa para adelgazar.

Andrés traía a los comentarios del post una serie de consideraciones interesantes aunque ligeramente técnicas en el marco de este libro. Como ya he repetido, no pretendo que las personas que se lean el libro se vuelvan expertos en nutrición, sino más bien que aprendan a diferenciar la realidad de lo que comen y cómo esto afecta a su cuerpo. Por eso, aunque entiendo que es técnicamente diferenciable, no hago diferencia en el libro entre carbohidratos refinados, carbohidratos completos, alcoholes, azúcar, glucosa y otras fuentes de energía.

Creo que es importante explicarle a las personas que este combustible no aporta nutrientes y que su exceso produce la acumulación de grasa. Decía Andrés en su comentario que el podía incluir en su cena una patata hervida mediana con aceite de oliva. Lógicamente, el problema no está en esa patatita, sino en que es más que probable que el resto de alimentos que ingerimos junto con la patata de manera habitual también lleva patata y/o azúcar, maíz y soja.

También comentábamos sobre la necesidad de comer cinco, seis o incluso siete veces al día. En el proceso de pérdida de peso, efectuar muchas comidas es altamente beneficioso y, aunque también, no me estoy refiriendo ahora a los beneficios metabólicos, sino a los beneficios psicológicos que aporta para adelgazar. Comer cada dos o tres horas elimina la ansiedad por los alimentos, contribuyendo a que comamos sólo lo que realmente necesitamos y no necesitemos grandes raciones, lo que nos ayuda enormemente a perder peso. Estoy de acuerdo con Andrés en que una vez alcanzado un peso objetivo, y sobre todo cuando hemos aumentado considerablemente el ratio músculo/grasa, es posible incrementar el tamaño de las raciones y por tanto reducir el número de ingestas. Sin embargo, incluso en ese caso, a nivel psicológico, la ayuda que representa comer muchas veces al día para controlar la ansiedad es difícilmente sustituible por otra costumbre. Eliminar la ansiedad a la hora de ingerir alimentos, como recalco en el libro, es una de las claves para adelgazar y mantener un peso objetivo.

Desde aquí os animo, si sentís ansiedad por la comida, aumentar la cantidad de ingestas y reducir el tamaño de las mismas. En lugar de comerse un chuletón de buey de una sentada, partirlo en dos o tres trozos y tomárselo en varias tomas.

Bienvenida al Blog

Novedades

Novedades

Hoy estrenamos el blog de la web www.adelgazarsinmilagros.com y yo he querido ser quién te dé personalmente la bienvenida. Hemos preparado esta sección para que yo pueda compartir con vosotros la rutina habitual de mi plan nutricional. Lo que voy a contaros aquí en cada entrada es un poco de mi día a día, lo que como y cómo lo preparo y cómo afecta a mi peso.

También quiero que este espacio tenga una parte dedicada a la salud. De nada sirve perder mucho peso si nuestra salud se resiente. Ya digo en el libro y lo repito ahora que desde Abril de 2011, cuando empecé mi nuevo plan nutricional, hasta hoy, no he vuelto a ponerme enfermo, ni siquiera un mal resfriado. Esto, que a algunos les puede parecer trivial, puedo garantizar que para una persona que tomaba seis pastillas diarias como yo es un absoluto logro.

En todos estos meses, casi tres años ya, lo único que he sufrido son agujetas cuando realizo algún deporte al límite, pero ¡benditas agujetas! si mi físico me permite ahora entrenar a un ritmo que antes era inconcebible por mi estado de salud y mi sobrepeso.

Para hoy, tengo el siguiente plan de alimentación: en unos minutos, sobre las 7:30, voy a tomarme un batido de proteínas, grasa y salvado de trigo fino y voy a usar aceite de coco virgen ecológico para hacerlo. Para empezar el día con energía, voy a tomar una cápsula de mi multivitamínico-multimineral y una de Betacaroteno.Tengo que hacer bastantes cosas esta mañana así que voy a llevarme un poco de queso fresco de cabra en un recipiente para tomármelo a media mañana, sobre las 10:30 u 11:00.

Espero estar de vuelta sobre las 13:30 y para comer voy a tomar unos churrascos de pollo a la plancha aliñados con unas especies picantitas. Como acompañamiento, voy a acabarme un bote de Chucrut (col al estilo alemán) que empecé el otro día). Justo después de comer voy a tomarme mi segunda cápsula de multivitámínico y multimineral.

En cuanto acabe de comer me voy a ir a la oficina, y allí tengo todo lo necesario para hacer mis batidos, de modo que esta tarde me tomaré un batido sobre las 16:30. En la oficina tengo una botella de aceite de oliva virgen, así que el batido de por la tarde llevará ese aceite. Espero estar de vuelta en casa sobre las 19:30 y a esa hora me voy a tomar una lata de melva canutera en aceite de oliva que compré el otro día a muy buen precio.

Sobre las 20:00 voy a hacer un poco de deporte. Estoy probando durante un par de semanas un plan de ejercicio concentrado que mezcla bastante cardio. Lo que realmente me interesa es coger un poco de flexibilidad para la moto. A las 20:45 hay Champions League y no perdono 🙂

Sobre las 22:45, cuando acabe el partido y antes de acostarme, en función del hambre que tenga, veré si me tomo otro batido o como algo sólido antes de irme a la cama.

Como veréis, hoy no es un día especialmente excitante en lo relativo a la comida, pero tengo demasiadas cosas que hacer hoy y no puedo dedicarme a lo culinario.

Os espero mañana para contaros como me ha ido!

Carlos Abehsera