Etiqueta: ingredientes

El pan y la dieta

La presencia del pan en casi todos los hogares y en la totalidad de restaurantes hace de este alimento un elemento a tener muy en cuenta a la hora de planificar una dieta. Si se busca perder peso y ganar masa muscular, como explico en mi libro Adelgazar sin Milagros, el pan es uno de los mayores enemigos que tendrás que vencer al elaborar una dieta para adelgazar. Pero el sobrepeso no es, ni por asomo, el único efecto directo del pan tradicional en nuestra dieta. Al contrario, la ingesta de harinas refinadas con que se fabrica el pan tradicional conlleva una serie de efectos secundarios para nuestra salud de los cuales ya he hablado con anterioridad en este blog y en mis libros.

Cuando yo me inicié en la Isodieta en Abril de 2011, de mi alimentación desaparecieron por completo algunos alimentos y, como premio, logré perder 35 kilos en apenas 4 meses. El primer alimento que desapareció de mi dieta fue el pan, en todas sus versiones y variedades. Sin embargo, ya sea por tradición o por costumbre, he de reconocer que en ciertas ocasiones se echa de menos poder comer pan sin que esto modifique sustancialmente nuestra dieta y salud. En aquella época, hace casi ocho años, no existía ningún tipo de pan que fuese adecuado para la Isodieta, de modo que experimenté con diferentes formas de hacer «pan» saludable en casa con resultados diversos. De entre todas las pruebas que hice, yo diría que el Pan de Lino es, sin duda, el que más éxito tuvo entre las personas que siguen este blog. Tanto es así que me animé a hacer un vídeo explicativo que podéis encontrar pinchando aquí para que todo el mundo aprendiese a hacerlo.

Pan de Avena y Sésamo para Adelgazar

Sin embargo, esa receta de pan de lino no es adecuada para todas las situaciones, pues aporta bastante grasa y requiere preparar el pan con antelación. Después del pan de lino descubrí las mezclas panificables del fabricante Noruego Sukrin, que eran ideales no sólo para la Isodieta por su bajísimo contenido en carbohidratos netos, sino también para los celíacos porque no contenían gluten. Pero, una vez más, requerían una o dos horas de preparación entre pitos y flautas, y yo no tengo tanto tiempo entre semana como para ir preparando pan cada dos por tres, así que me limitaba a prepararlo en fines de semana, cortarlos en rebanadas y congelarlos, para después ir consumiéndolos durante la semana cuando se me antojara.

Con la llegada de los productos CiaoCarb a España, se abrió un nuevo frente de posibilidades para los que queríamos seguir una dieta baja en carbohidratos pero teníamos antojos puntuales de pan. CiaoCarb ofrece una cantidad absolutamente abrumadora de panes y piquitos ricos en proteína de calidad y bajos en carbohidratos, que se pueden usar para un sinfín de aplicaciones, como por ejemplo en esta videoreceta que hice con mis hijos hace ya algún tiempo, imitando una estupenda receta original de Gordon Ramsay, en la que sustituía el pan blanco por Protobread de CiaoCarb con bastante buen resultado.

Pan Plano LowCarb Lo-DoughÚltimamente aparecen panes alternativos de todo tipo y variedad y algunos de ellos han llamado mi atención porque creo que son propuestas novedosas muy interesantes. De entre todos ellos, me quedo con el nuevo Pan Plano Lo-Dough. Mientras que la mayoría de fabricantes ha virado en la misma dirección -sustituir la harina refinada por proteína y semillas de todo tipo-, Lo-Dough ha optado por abandonar el formato tradicional del pan y centrarse en desarrollar un producto nuevo con unos valores nutricionales realmente sorprendentes en los que apenas hay grasas, la fibra es la reina con un 33% y tan sólo nos llegan 2,2g de carbohidratos netos por ración, y todo ello en un producto de buena apariencia y sabor, y además absolutamente versátil en sus aplicaciones. Por ponerle alguna pega, lleva el estabilizador E-464 extraído de la fibra vegetal, principalmente de algodón. El resto de ingredientes son magníficos pues además de agua, este pan se elabora con fibra de trigo sin gluten, clara de huevo de gallina creada en libertad, harina de konjac y cáscara de psyllium. La harina de konjac se utiliza ampliamente en dietética para fabricar alimentos basados en su casi totalidad en agua. De este modo, productos como Slim Pasta, que tienen apariencia de pasta, son en realidad agua en su casi totalidad, lo que permite que no aporten carbohidratos, proteína ni grasa a la dieta. Por su parta, la cáscara del psyllium aporta a las recetas panificables características propias del gluten, por lo que es ampliamente consumido en la comunidad de enfermos de celiaquía. La cáscara molida de Psyllium absorve mucha agua y crea una gelatina elásica y esponjosa, que viene a ser muy parecido a lo que le pasa al gluten de trigo.

En general, yo diría que cualquier pan que podamos hacer o comprar que aporte menos de un 10% de carbohidratos es válido para la Isodieta. Si tomamos una ración media de 50 gramos de pan en una comida concreta y estando por debajo del 10% de carbohidratos netos (asimilables), estaremos consumiendo 5g o menos de carbohidratos, que es magnífico si nos encontramos siguiendo una dieta cetogénica como la Isodieta. Además, estaremos eliminando de nuestra dieta -con casi total seguridad dados estos valores nutricionales- la harina refinada, y, por lo tanto, contribuyendo a mejorar la salud.

Estoy convencido de que en los próximos años seguiremos viendo como nuevos panes salen al mercado y, paulatinamente, vamos sustituyendo de la dieta general de la población las harinas refinadas por otros alimentos que tengan menor impacto negativo en la salud. Ahora que se aproximan las navidades a toda velocidad es un buen momento para empezar a plantearnos los distintos menús que adoptaremos durante las fiestas y el protagonismo que el pan tendrá en ellas, para ir buscando alternativas, ya sea preparadas por nosotros o compradas hechas, para sustituir el pan de harina refinada por un alimento más saludable.

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Denunciable: Bicentury Proteína entre horas

Barritas Bicentury Proteína entre horasDebo admitir que me fascina la facilidad pasmosa con la que la empresa Bicentury miente descaradamente en sus productos sin que a nadie, aparentemente, le importe lo más mínimo. Debe tener el respaldo masivo de los consumidores porque cada vez tienen más productos en el mercado y desde luego a las autoridades no parece que los engaños continuados de esta marca les importen mucho. Después del artículo que les hice a sus galletas Devoragras en 2015 y a sus Nackis en 2014, hoy os traigo un análisis de su producto «Proteína entre horas«, que como enseguida veremos más bien debería llamarse «Azúcar entre horas».

Si examinamos el empaquetado, que es lo primero que el consumidor observa cuando va al supermercado, todo apunta a que se trata de un snack saciante para tomar entre horas a base de proteína. De hecho, en la parte trasera de la caja dice claramente «Pruébalas y siéntete satisfecha hasta la siguiente comida».  ¡Qué buena idea! ¿Verdad? Sí, si fuese cierto, pero nada más lejos de la realidad. Bueno, pues empezaré diciendo que es científicamente imposible que este snack produzca saciedad alguna, pues los dos macronutrientes intrínsecamente ligados a la sensación de saciedad, las proteínas y las grasas, brillan por su ausencia en este snack. En concreto, de proteína tenemos únicamente un 14% mientras que de grasa ni siquiera llegamos al 10%. Eso sí, con un fulgurante 52% de hidratos de carbono -incluyendo un casi 30% de azúcares- esta barrita lo que realmente nos producirá será sensación de hambre al poco tiempo de haberla ingerido porque sus valores nutricionales son pésimos. ¿Lo habrán hecho a propósito para que te ventiles la caja de una sentada?

Veamos en detalle el producto, comenzando por su precio. Las buenas noticias son que la caja «sólo» cuesta 2,29€ (precio Carrefour en Junio 2017), pero ahí se acaban las buenas noticias. Para el comprador impulsivo parece un precio más que razonable por un snack de proteína, pero la realidad es bien distinta. En toda la caja hay 11 gramos de proteína, lo que sitúa el precio por kilo de esta proteína -que es lo que quieren que creas que estás comprando- en 208€/kg. Para obtener esos 11 gramos de proteína que contiene toda la caja podrías tomarte un huevo grande que te costaría unos 10 céntimos, y del que obtendrías incluso más proteína y de infinita mayor calidad. En un huevo XL (+/- 70g) tienes entre 15 y 18 gramos de proteína de altísima calidad, lo que sitúa el precio de la proteína de huevo en algo menos de 6€ el kilo. O sea, puedes comprar unos 55 huevos XL para obtener 1Kg de proteína de alta calidad y todavía te sobrarían 202€ de los que necesitarías para comprar la misma cantidad de proteína procedente de este snack, siendo además, como enseguida veremos de muy baja calidad. Todo esto sin entrar a debatir que en el huevo, además de proteína de altísima calidad hay también grasa de altísima calidad (incluyendo Omega-3), vitaminas y minerales, nutrientes que en la barrita de Bicentury ni están ni se les espera.

Ingredientes de barritas Bicentury Proteína entre horasSi miramos la composición, resulta ridículo que el ingrediente principal de un snack de proteína sea el azúcar, pero este se repite en 9 ocasiones entre azúcar e ingredientes ricos en azúcar. Sus ingredientes (ordenados de mayor a menor concentración) son: Chocolate con leche (24%) (azúcar, manteca de cacao, leche desnatada en polvo, pasta de cacao, suero lácteo en polvo, mantequilla, emulgente: lecitina de girasol, aroma), cereales chocolateados (harina de arroz, azúcar, cacao desgrasado en polvo (10%), fibra alimentaria: fibra de guisante, gluten de trigo, malta de trigo, sal), copos de proteína y cereales (11,5%) (mezcla de proteínas (72%) (proteínas de la leche, proteínas de soja, proteínas de guisante), harina de trigo, azúcar, harina de malta de cebada, fibra alimentaria: fibra de bambú, sal), fibra alimentaria: oligofructosa, copos de trigo (germen de trigo, almidón de trigo, harina integral de trigo, gluten de trigo, miel, zumo de pera concentrado, harina de malta de cebada, sal, canela), azúcar, jarabe de glucosa, copos de avena, copos multicereales (arroz, grano integral de trigo, azúcar, gluten de trigo, extracto de malta de cebada, harina de trigo, leche desnatada en polvo, sal, germen de trigo, emulgente (mono- y diglicéridos de ácidos grasos)), chips de chocolate con leche (3,5%) (azúcar, manteca de cacao, leche desnatada en polvo, pasta de cacao, suero lácteo en polvo, emulgente: lecitina de soja, aromas), maltodextrina, humectante: sorbitol, sal, aceite de girasol, aroma, emulgente: lecitina de girasol, fumarato de hierro. ¡Sí, todo eso llevan estas barritas!

De modo que en una barrita de Bicentury Proteína entre horas hay la miserable cantidad de 2,8 gramos de proteína de diversas fuentes, algunas no especialmente buenas, y sin embargo tenemos 10 gramos de hidratos de carbono, de los cuales, casi 6 gramos son azúcar pura: más del doble de azúcar que de proteína y se atreven a llamarlo «proteína entre horas». Yo creo que al menos deberían podrían haber disimulado llamando al producto «Proteína Azucarada entre horas» o algo así, ¿no?.

El otro día me decía alguien, hablando de mis quesos inmortales, que todos los fabricantes son iguales, pero esto no es cierto. Por ejemplo, en una barrita Protochoc de CiaoCarb, que pesa 35g, hay 12 gramos de proteína de alta calidad (leche, arroz, cacao y avellanas), o sea, más que en toda la caja de Bicentury, y sólo 3.5g de hidratos de carbono, de los cuales únicamente 0,30g son azúcares, los naturalmente presentes en el cacao, pues no lleva un solo gramo de azúcar en su composición.

Reclamos comerciales de Bicentury Proteína entre horasPero el engaño del producto de Bicentury no es únicamente su patético contenido en proteína y alto contenido en azúcar, sino que además se aventuran a decir que la proteína de la barrita se absorbe de forma progresiva, algo que tampoco es cierto. De hecho, la proteína de leche (la única de calidad) que contiene este snack es precisamente suero lácteo en polvo, que es bien conocido en la nutrición deportiva por absorberse de manera rápida. El que quiera proteína de asimilación lenta, que mire al caseinato cálcico, como explico en este artículo, pero claro, la caseína es cara y a los señores de Bicentury no le salen las cuentas a 2,29€ la caja, así que básicamente usan suero, mienten y se quedan tan panchos.

También dicen «Contiene hierro que te aporta vitalidad en tu vida» pero lamentablemente se olvidan decirte que el hierro que contiene cada una de sus barritas equivale únicamente al 4% de tus necesidades diarias de hierro, o sea, que eso y nada es lo mismo. Si quieres hierro, cómete un filete, come frutos secos, mariscos o huevos, porque debes saber que el hierro de origen vegetal es de muy difícil absorción, así que no te creas el engaño de los cereales integrales porque, incluso aportando entre 7 y 18 mg de hierro cada 100g, su absorción es prácticamente nula. Además, si crees que el hierro de esta barrita es inherente a productos naturales, estás en un error que nuevamente te han inducido con su cuidado marketing. El hierro de las barritas Bicentury Proteína entre horas procede del fumarato de hierro que se le añade artificialmente y puedes ver en la lista de ingredientes en último lugar, de manera testimonial. Esto lo hacen con el único fin de decir que el producto te aporta vitalidad, algo que lógicamente además de no ser cierto, es bastante confuso pues difícilmente 0,6 mg de hierro, que es lo que tiene cada barrita, te pueden aportar beneficio alguno.

Si de verdad quieres snacks funcionales basados en la proteína, deberías mirar otros fabricantes porque este miente por los cuatro costados de la caja y con este producto, aunque creas que estás ingiriendo proteína, en realidad te estás metiendo chute tras chute de azúcar, eso sí, a muy buen precio 🙂 En definitiva, aunque las barritas Bicentury Proteína entre horas gozan de un excelente marketing, y cuentan seguramente con el aval de famosos y televisivos cocineros, no puedo sino concluir que nutricionalmente son pura basura y recomendarte que no las introduzcas en tu dieta… salvo que de verdad necesites azúcar, algo que te situaría, por cierto, en una escala evolutiva diferente al resto de los humanos, que no la necesitamos.

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Pornografía nutricional en horario infantil

Me resulta bastante hipócrita que nos llevemos las manos a la cabeza cuando se cuela alguna imagen subida de tono en la televisión en horario infantil y sin embargo no nos produzca la menor repulsa ver como los fabricantes de alimentos usan estrategias dirigidas a engañar a los niños y a sus padres. En mi humilde opinión -y como padre de tres hijos- es mucho más importante la educación nutricional y que comprendan como deben alimentarse para estar sanos y bien nutridos que si se cuela una imagen subida de tono en su horario. Lógicamente no defiendo esto último, más bien al contrario me quedo estupefacto por ver como los anuncios de geles «de placer» Durex aparecen a todas horas en todas las cadenas y ya me he visto en la tesitura de explicarle a mis dos hijos pequeños para qué sirven debido a sus constantes preguntas. Sin embargo, si debo elegir entre tener que explicarles esto o tratar de convencerles que las galletas de Disney son una porquería empaquetada, me resulta más sencillo lo primero, porque al menos los geles Durex no llevan la cara de la princesa Elsa y no crean un vínculo inmediato con los niños.

Lineal de galletas en carrefourEsta foto que acompaña la he hecho con mi móvil en un Carrefour de Málaga (se puede ampliar al hacer clic sobre ella), pero igualmente podría ser cualquier otra cadena en cualquier otra ciudad. Me parece obsceno que el lineal de galletas tenga este aspecto y esté diseñado para engañar a los niños de manera inmediata. Quiero usar unos minutos hoy para repasar este lineal en este artículo, a ver si así puedo concienciar a más padres de la importancia de vigilar la alimentación de sus hijos, no siendo un talibán y diciendo a todo que no, sino educando y enseñando a los niños a diferenciar entre el marketing y la realidad. Analicemos la foto desde arriba a la izquierda hasta abajo a la derecha y veréis que el resultado es catastrófico.

El primer producto que vemos son las galletas Princesas de Artiach que contienen un 25% de azúcar en peso y un 70% de carbohidratos, sin fibra declarada en sus valores nutricionales y con solo medio miserable gramo de proteína en su composición. Basura nutricional. Eso sí, un despliegue promocional sin precedentes que incluye canción, video musical, micro-site del producto y un sinfín de cosas más para que tu hija se las quiera comer de tres en tres. Claro, en algo se tienen que gastar el dinero que se ahorran en ingredientes de calidad.

Se nota que a la británica United Biscuits le sobra dinero. En su producto McVitie’s cuentan con derechos de imagen de Kung-Fu Panda (DreamWorks), Shreck (DreamWorks), Bob Esponja (Nickelodeon) y Dora la Exploradora (Nickelodeon). No voy a aburrir publicando los valores nutricionales e ingredientes de cada paquete, pero debo decir que son todos muy similares, con más o menos azúcar. En general, pura basura que no deberían comer los niños.

Carrefour nos deleita con la imitación de personajes de Dora la Exploradora y Guillón (estas también contienen azúcar y jarabe de glucosa y fructosa) apuesta por la franquicia recreativa Angry Birds para sus galletas. Fontaneda nos trae a su osito Lulu en formato bizcocho. En su publicidad dice que han sido desarrollados por «expertos nutricionistas». Sepa usted que los expertos nutricionistas de Fontaneda opinan que sus hijos deben consumir una merienda con esta basura de ingredientes, ordenados de mayor a menor cantidad: harina de trigo, jarabe de glucosa, jarabe de glucosa, azúcar, huevos, grasa vegetal, chocolate (cacao con más azúcar), leche, estabilizante (glicerina), gasificante (difosfato sódico, carbonato ácido de sodio), extracto de suero de leche, emulgentes, sal, cacao en polvo y aromas. Si usted quiere a sus hijos la mitad que yo a los míos, seguro que tendría un par de cosas que decirles a los «expertos nutricionistas» de Fontaneda, y sospecho que la conversación no sería agradable, porque hay que ser muy mezquino para venderse por un puñado de euros y decir que los ingredientes de estas galletas son los adecuados para un niño. Bueno, teniendo en cuenta que Fontaneda pertenece al gigante Mondelez International (antigua Kraft Foods), quizás el puñado de euros sea algo más que un puñado, ¿verdad?.

Arluy apuesta por Star Wars para sus galletas y Cuétara por los Minions. Río es un fabricante que se cuela ahí en medio sin ningún personaje infantil, pero desafortunadamente su composición es similar al resto. A continuación tenemos galletas de Paw Patrol, de Pepa Pig, de Pets, de Dori, de Trolls y de vuelta con el osito Lulu, esta vez en formato galleta. Las galletas Chiquilín usan su propio osito «teddy» mientras que Arluy aparece otra vez, esta vez con Los Simpson. Virgnias nos trae a los famosos personajes de Disney Mickey y Minie. Artiach a los Dinosaurios y de nuevo Arluy, esta vez con las princesas de Frozen.

En total, 19 productos con 16 famosos personajes infantiles. ¿De verdad soy el único que piensa que esto es absolutamente erróneo? La mayoría de estas galletas son, en números redondos, un 80% de carbohidratos, casi todos azúcares, un 10% de grasa y un 10% de otros nutrientes, entre ellos miserables cantidades de proteína prácticamente ausente de calidad biológica. Nuestros hijos deben alimentarse de nutrientes de calidad, y resulta que lo que más tienen estos productos es azúcar, y el azúcar NO es un nutriente, porque más que nutrir nuestras células contribuye a desnutrirlas. Nuestros hijos necesitan proteínas de calidad (por ejemplo procedentes de huevos, leche, pescado, carne o marisco) y grasas de calidad (por ejemplo aceite de oliva) para crecer adecuadamente, y estos alimentos con formato infantil no son nutritivos, sino más bien pornografía nutricional.

En la serie de artículos que denomino denunciables y que se puede consultar aquí, he hablado en bastantes ocasiones de galletas y cereales pensados para niños, así que no he querido entrar en los detalles que se pueden consultar en esos artículos, pero si quiero llamar la atención sobre la proliferación de personajes infantiles en alimentos que nuestros hijos demandan. Cuando llevo a los niños a la compra, directamente evito pasar por delante de los lineales de galletas para niño. Como no  hay nada ahí que sea nutricionalmente interesante, directamente me lo salto, y mi consejo es que hagas exactamente lo mismo. Quizás así, si las ventas bajasen, los fabricantes se preocuparían más de hacer productos nutricionalmente adecuados en lugar de invertir el dinero en patrocinios pensados para engañar al consumidor. Como padres debemos preocuparnos de explicarles a nuestros hijos la diferencia entre un producto de calidad y un marketing de calidad, que no siempre va una cosa de la mano de la otra. El marketing de calidad es la cara de Dora la Exploradora en un producto para niños. El producto de calidad es aquel cuyos valores nutricionales son óptimos, y ninguno de estos productos lo son.

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Denunciable: Carnes de Mercadona

Magro de Cerdo Mercadona

Magro de Cerdo Mercadona

Ayer tuve un día caótico después de varios festivos seguidos y salí de la oficina más tarde de lo habitual. En mi camino a casa paré a comprar algo para la cena de los niños en un Mercadona que me pilla de paso. Iba buscando algún corte de cerdo, que hacía tiempo que no tomaban esta carne. Lo que encontré en Mercadona es poco menos que sorprendente. Parece cerdo y está etiquetado como cerdo, pero ¿es realmente cerdo?Calculadora de nutrientes gratis de Adelgazar sin Milagros

Bueno, digamos que lleva cerdo, pero no es ni mucho menos lo único que lleva. Me traje para casa dos productos (además de la cena) para escribir sobre ellos. Se trata del [fiambre de] Magro de Cerdo Adobado y de los Escalopines de Lomo de Cerdo Marinados. Vamos a ver lo que esconden estos productos que son aparentemente cortes tradicionales del cerdo de los que todos hemos comido toda la vida.

Composición del magro de cerdo de Mercadona

Composición del magro de cerdo de Mercadona

El fiambre de magro de cerdo adobado de Mercadona, que parece la clásica «cinta de lomo adobada» de toda la vida, tiene una etiqueta que lo certifica como «sin gluten». Un momento… ¿sin gluten una carne? ¿Me estás diciendo que en la carne de cerdo de Mercadona no hay trigo? ¡Vaya novedad! ¿Cuándo van a empezar a colocar etiquetas de «sin carne» en los panes y las galletas de Mercadona? El tema del etiquetado engañoso es algo que ya denuncio en mi libro La gran mentira de la nutrición. Ocurre, después de leer la composición de este producto, que casi tenemos que estar agradecidos de que no lleve gluten, porque la lista de ingredientes de esta «carne» se las trae e incluso se echa de menos el gluten. Repasemos la lista: paleta de cerdo (50%), agua, fécula de patata, proteína de soja, sal, proteínas lácteas y lactosa (leche), regulador de la acidez (E-325), estabilizantes (E-450i, E-451i, E-407, E-415), aromas, aroma de humo, antioxidantes (E-331, E-316), especias, conservador (E-250) y colorante (E-120). Recubrimiento de tripa comestible: colorante (E-160b). No está mal, ¿verdad? Sólo la mitad del producto es carne y la otra mitad, además de agua, son porquerías varias escondidas bajo letras y números.

No debe sorprender a nadie viendo esta composición que Mercadona haya conseguido vender una carne que tenga más hidratos de carbono que muchos vegetales: un disparatado 7,1% en concreto. Una carne «fresca» con un 7% de carbohidratos debe ser todo un record Guiness.  En cuanto al aporte de proteína, este resulta ser de un miserable 12%, pero teniendo en cuenta que una parte no declarada de este porcentaje es proteína de soja y de leche, ¿Qué tipo de carne cutre han utilizado para llegar a este ridículo aporte cuando la carne de paleta de cerdo debe rondar el 20%? Una «carne» que en su composición lleva diez ingredientes «E» y sólo 7 ingredientes con nombres declarados no tiene sentido alguno en nuestra dieta, y mucho menos cuando está cargada de agua y patata como esta y tiene unos valores nutricionales tan cutres como este producto. De hecho, ¿cómo se puede vender una «carne» que tiene 17 ingredientes distintos? ¿he mencionado ya que contiene un 2,2% en peso de sal? Y lo peor es que el 99% de las personas que lo consuman le añadirán sal al cocinarlo…

La Cantidad de Sal diaria recomendada para un adulto oscila entre el medio gramo y los dos gramos. Si eres adulto y te tomas 100 gramos de este producto, ya has rebasado esa recomendación. Si te tomas 200 gramos, llegas al máximo que cifra la OMS para evitar enfermedades cardiovasculares (discutible). Si se lo das a los niños, ni te cuento…

Esta lista de ingredientes numéricos, por si tienes dudas, traducida al castellano es: Lactato de Sodio (E-325), Difosfatos (E-450i), Trifosfatos (E-451i), Carragenina (E-407), Goma Xantana (E-415), Citratos de Sodio (E-331), Eritorbato de Sodio (E-316), Sodium Nitrite (E-250), Cochinilla / ácido carmínico (E-120) y Achiote / Bixina / Norbixina (E-160b). ¿Te comerías una carne que llevara todas estas cosas elaboradas en un laboratorio? Pues eso es precisamente lo que le das de cenar a tus hijos cuando compras este producto fabricado por Martínez Loriente, S.A. y de venta en Mercadona. Por cierto, que sepas que si lo compras pagas agua, patata y porquerías varias a precio de carne fresca, porque este producto cuesta casi 7€ el kilo. ¿Habrán usado agua pura de glaciar para cobrarla a ese precio? Como digo en mis libros, la carne del mercado y cortada delante tuya, es la que menos probabilidades tiene de estar adulterada como esta con ingredientes de difícil comprensión.

Escalopines de cerdo de Mercadona

Escalopines de cerdo de Mercadona

Este mismo fabricante y distribuidor nos traen otro producto cárnico que parece carne y que seguro que muchas madres seleccionan para sus hijos porque parece una carne limpia, con poca grasa. Se trata del «escalopín de lomo de cerdo marinado». Veamos si con estos ingredientes se han esmerado más: Lomo de Cerdo (64,5%), agua, proteína de soja, sal,  dextrosa, lactosa, proteínas de leche, estabilizadores (E-407, E-410, E-466, E-451 y E452), antioxidantes (E-331 y E-301) y aroma natural. ¡Hasta siete ingredientes ocultos bajo letras y números difíciles de descifrar para un consumidor medio! Aquí va la lista: Carragenina (E-407), Goma de algarroba (E-410), Metil Etil Celulosa (E-466), Trifosfatos (E-451), Polifosfatos (E-452), Citratos de Sodio (E-331) y Ascorbato de Sodio (E-301). No voy a entrar a valorar todos estos ingredientes -aunque ganas no me faltan, sobre todo de preguntar si es necesario meter fibra de madera en la carne (metilcelulosa)- pero no puedo sino denunciar que una carne no debería llevar nada que no fuese carne. ¡Es que viendo estas composiciones a uno le empiezan a parecer naturales los frankfurts! Las salchichas originales de Campofrío (que me parecen una auténtica basura que jamás daría a mis hijos) «sólo» llevan 5 ingredientes ocultos tipo «E».

Por lo menos, este segundo producto tiene un precio menor, de algo menos de 5€ el kilo. Sin embargo es posible comprar carnes frescas a este precio. Mi recomendación, especialmente si vais buscando cena para los más pequeños, es que os decantéis por las carnes frescas, los pescados frescos, y los huevos. Todavía no han empezado a meter porquería dentro de estos, aunque supongo que todo se andará 🙂 .

Yo me mantendría alejado de estos productos, porque por ese precio se puede comprar carne real fresca, y más que nada por coherencia y lógica. Si dejamos de comprar estas porquerías es probable que los fabricantes dejen de hacerlas y los distribuidores de venderlas. Comparte el artículo para correr la voz sobre este tipo de productos que debemos evitar.

Actualización del 10/04/2015: En vista de la avalancha de comentarios que estoy recibiendo, me es imposible contestarlos todos uno por uno. Sin embargo, he visto que las inquietudes de la mayoría de las personas son las mismas, y les he dado respuesta en este artículo llamado «Contestando a todos» que trata sobre lo que la mayoría de comentarios hablan.

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Denunciable: Nackis Bicentury

Tortitas Nackis Bicentury sabor Jamón Ibérico

Tortitas Nackis Bicentury sabor Jamón Ibérico

El otro día me quedé con las ganas de escribir un artículo de la serie denunciable porque cuando fui a escribirlo pude comprobar que alguien lo había hecho antes que yo. De todos modos, el sábado fui a la compra y en unos minutos tenía suficientes productos en mis manos como para escribir otros tres o cuatro artículos de este tipo. Voy a empezar hoy por hablar de los snacks de la marca Bicentury llamados Nackis de Jamón Ibérico. Ocurre que, una de las preguntas que más veces recibo es «¿qué puedo comer entre horas?» y en este sentido, la búsqueda de un snack adecuado es continua. Vaya por delante que este no es adecuado para mí, y supongo que cuando entremos en detalle todo el mundo coincidirá en que no lo es para nadie.

Los Nackis de Jamón Ibérico de Bicentury anuncian a bombo y platillo en el envase que llevan un 88% menos de grasas saturadas. Ese parece ser el gancho, aprovechando que todavía hay muchas personas que siguen creyendo erróneamente que existe una relación directa entre el consumo de grasa saturada y la acumulación de grasa. El caso es que al darle la vuelta a la bolsa no sé qué es lo que me parece peor, la frase que dice «Todos los productos Bicentury han sido desarrollados por expertos en nutrición y dietética» o la que dice «sólo seleccionamos los mejores ingredientes…» porque la lista de ingredientes se las trae: Cereales (80%) (maíz y arroz), aceites vegetales (aceite de girasol alto oleico y aceite de oliva), aroma sabor jamón (derivados lácteos (contiene lactosa), sal, dextrosa, aromas (contiene derivados de soja), potenciador del sabor: 5’ribonucleótidos del sodio, maltodextrina, aromas de humo, aceite de palmiste), sal emulgente: lecitina de soja. Y digo yo, ya que sólo seleccionan los mejores ingredientes ¿Cuál es la mejor maltodextrina? ¿Y el mejor 5’ribonucleótido del sodio? Hay que joderse…

¿No es lamentable que después de todo lo que los nutricionistas y dietistas de Bicentury han tenido que estudiar para tener esos títulos que tienen no sean capaces de crear un snack si no es a base de mezclar todo tipo de cosas con nombres difícilmente pronunciables? Si traducimos los ingredientes al cristiano, tenemos que este snack son tortitas de maíz y arroz con un montón de polvitos mágicos para que parezca que saben a jamón. ¿Tan difícil es tomar un poco de jamón ibérico a media tarde que hay que recurrir a unas tortitas de dudosa capacidad nutritiva llenas de productos que pretenden simular el sabor a jamón?

Pero si la lista de ingredientes es, digamos, discreta, los valores nutricionales son la autentica repanocha. Empiezo por lo que más me ha impactado, siempre hablando de valores para 100 gramos de producto: ¡más de 3 gramos de sal! Esto es, de media, el doble que unas patatas fritas de paquete, que ya de por si están saladas. Si te comes 100 gramos de este producto te habrás tomado el 50% de la sal que deberías tomarte al día según la OMS. Pero si el consumo de sal no te preocupa -como no me preocupa a mí-, que sepas que por cada 100 gramos de estas tortitas estarás ingiriendo 72 gramos de carbohidratos, y todo apunta a que son de asimilación rápida dada su procedencia.

Y todo ello para obtener unos 8 miserables gramos de proteína de bajo valor biológico y 15 gramos de grasa, principalmente insaturada, que suma y sigue en el constante desequilibrio de ácidos grasos omega6-omega3 que sufrimos, dado que los segundos están ausentes por razones obvias en este producto. Si tengo que apostar, apostaría que este producto produce hinchazón porque fomenta la retención de líquidos, fomenta la inflamación de los tejidos porque aporta un exceso de grasas poli insaturadas, fomenta el síndrome metabólico porque muy probablemente produzca un pico de glucosa y, por tanto, de insulina, y, ante todo, no cumple su misión principal, puesto que una vez neutralizado el pico glucémico se producirá de nuevo una enorme sensación de hambre. Vamos, un snack que sirve para abrir el apetito y no para controlarlo. Vamos, para darles un premio a la investigación científica a los nutricionistas y dietistas de Bicentury supongo…

Como curiosidad, el paquete de 70 gramos cuesta 1,20€, a más de 17€ el kilo de maíz, arroz y polvitos mágicos, eso si, «con un 88% menos de grasas saturadas». ¡Toda una ganga! Sobre todo teniendo en cuenta que es posible encontrar algunos jamones ibéricos de cebo por ese precio. ¿Será mejor comerse las tortitas Bicentury o un buen jamón ibérico? No se, no se… Y, para acabar, muy en la línea de mi libro La gran mentira de la nutrición, un detalle del truco que usa el fabricante para confundir al consumidor. En letra minúscula, en la parte de atrás de la bolsa, dice «*88% menos grasas saturadas que el snack de maíz más vendido del mercado español». Esto significa, ni más ni menos, que cada 100 gramos de este producto contienen 0,7g de grasas saturadas. Pero, ¿Cuál es el snack de maíz más vendido en España? ¿Puede que sean las palomitas para microondas -que nada tienen que ver con este producto- que vienen en una bolsa de papel en grasa vegetal saturada o hidrogenada? No creo que la comparación tenga sentido alguno y probablemente es lo único a lo que puede agarrarse el fabricante a la hora de hablar de las propiedades nutricionales de este producto.

Mi consejo: si quieres un snack saludable recurre a la carne o al pescado en cualquiera de sus variedades y, desde luego, al queso y los lácteos. Estas bolsas de productos altamente industrializados no pueden ofrecerte nada que un buen producto fresco o incluso una conserva de calidad no te ofrezcan por el mismo precio o incluso menos, aportando una serie de nutrientes de calidad que tu organismo va a agradecer. Si quieres adelgazar, olvida estos productos y empieza a comer alimentos milenarios y naturales.

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