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Denunciable: Carnes de Carrefour

Carnes de CarrefourMe he tropezado hoy con dos productos de carnicería en Carrefour que merecen un tirón de orejas para el distribuidor de origen Francés. El primero es claramente de la marca Carrefour y se elabora en el propio centro y el segundo, que lo elabora El Pozo, no tengo muy claro si se comercializa como marca Carrefour porque lo único que pone el paquete es «Carnicería», dando a entender que es un producto de carnicería del propio supermercado. Veamos lo que me hace denunciar estos productos y recomendarte que no los compres.

El primero se trata de una carne picada presuntamente de vacuno, y digo presuntamente porque en la lista de ingredientes no aparece la carne de vacuno… ¡ni de hecho ninguna otra carne! Quiero suponer que se trata de un error, pero en cualquier caso la lista de ingredientes del paquete, marcada con una flecha en la foto, es: Cereales, arroz, fibras vegetales, sal, dextrosa, almidón, antioxidante (E301) y conservador (Sulfito Sódico). Si miramos hacia otro lado y nos olvidamos del hecho de que esta carne lleva cereales indeterminados, y por lo tanto bien podría llevar gluten y no está advertido por ningún sitio, y que lleva arroz, fibra vegetal y azúcar (dextrosa y almidón), el principal problema que tenemos como consumidores es que no conocemos la proporción de carne que hay en este producto y, por lo tanto, resulta absolutamente imposible saber si el precio es adecuado y el producto adecuado para nuestras necesidades nutricionales.

Si bien el precio de este producto presuntamente cárnico es bajo (5,20€/kg) no sabemos si estamos pagando el kilo de cereal a 5€, que sería muy salvaje, o el kilo de carne a 5€, que parece más razonable. Tampoco sabemos si la presunta carne que lleva tiene más o menos grasa, porque su análisis nutricional no aparece por ningún lado, ni la cantidad de azúcar real que lleva. Es más, por no saber ni siquiera sabemos ni el grado de calidad de la carne ni el tipo. ¿es falda, babilla, pierna, lomo…?

No puedo concluir a ciencia cierta si el producto es de mejor o peor calidad, porque su etiquetado es tan deficiente que resulta imposible, pero lo que es peor todavía, ni siquiera puedo saber qué demonios estaría comiendo si se me ocurriese llevármelo a la boca. El aviso de «cocinar completamente antes de su consumo» no es algo que me haga especial gracia. Si has leído alguno de mis libros, ya sabes que las carnes y pescados de calidad, tomadas las oportunas precauciones, son más nutritivos si se cocinan menos.

Lomo a la Pimienta de El PozoEl segundo producto con el que me he tropezado tiene guasa, porque como te lo tomes en serio te dan ganas de llorar. Se trata de «Lomo a la pimienta». La marca aparente es «Carnicería», o sea, quieren que te creas que han cogido una cinta de lomo en el mostrador de la carnicería, la han salpicado de pimienta por el exterior y la han loncheado y puesto en una bandeja para tu comodidad. De hecho, si te fijas en la foto verás que su forma ovalada es similar a una cinta de lomo de cerdo fresca real. Sin embargo, estas lonchas esconden algo más que lomo, mucho más que lomo…

De hecho, el lomo de cerdo es sólo el 52% de su composición. Veámosla con detalle (y paciencia, porque es larga): Lomo de cerdo (52,6%), agua, sal, dextrosa de maíz, fécula de patata, leche en polvo, proteína de soja, azúcar, especias naturales, estabilizantes E-451, E-407, conservador E-250, antioxidante E-316, potenciador del sabor E-621, colorante natural E-120, recubrimiento: gelatina comestible, finas hierbas, pimienta y conservador E-200.

Una vez más, un producto que parece carne, y probablemente sepa y huela a carne, pero con un contenido en carne aproximado a la mitad de su peso. No es de extrañar que sus valores nutricionales por cada 100g de producto no tengan demasiado sentido: Proteína 14g, Grasa 2,5g e Hidratos de Carbono 4,5g, de los cuales, según pone la etiqueta, azúcares ninguno, con la curiosa coincidencia que el azúcar es uno de sus ingredientes en la lista. A ver si tengo un rato y llamo a El Pozo para que me enseñen este truco genial: uso azúcar como ingrediente de un producto y luego consigo en los valores nutricionales que no contenga azúcares. El Mago Merlin al lado de estos señores es un principiante.

Analicemos el productito que fabrica El Pozo, porque es como para llevarse las manos a la cabeza. La cinta de lomo fresca en ese mismo Carrefour se vende a 3,89€/Kg en trozos o, si la quieres fileteada, a 5,90€/kg. De modo que la próxima vez que compres cinta de lomo en Carrefour igual quieres ahorrarte dos eurazos por kilo y cortarla en casa 🙂 Ahora bien, lo curioso de este «Lomo a la pimienta» de marca indeterminada como ya he dicho, es que se vende a 8,57€/kg pese a contener sólo la mitad de carne que el fresco, o sea, que si analizamos con detalle ¡el precio real del kilo de lomo de cerdo en este producto es de 16,48€!, más de cuatro veces más caro que comprar la cinta de lomo fresca en trozos para cortarla en casa. ¿Y a cambio que consigues? Pues comer una carne con proteína de baja calidad, procedente entre otros de la soja, probablemente transgénica, tomar fécula de patata, azúcar (dextrosa) de maíz, que es probablemente transgénico también, y una buena cantidad de ingredientes camuflados bajo las «E» que incluye en su etiqueta, alguno de ellos con riesgo de toxicidad como la carragenina (E407), el Nitrito de Sodio (E250) o la cochinilla (E120), esta última no recomendada para niños.

Antes de que alguien me deje un comentario ilustrado, ya he advertido que en letra enana, más pequeña que el número de lote, pone «Fiambre de lomo cocido» pero para mí el engaño es igual. Lo ponen para guardarse las espaldas, pero de manera tan pequeña que pasa desapercibido y, sobre todo, que es lo más importante, esto no lo he encontrado en la sección de los fiambres y los embutidos. Lo he comprado en la carnicería, que es justamente lo que indica en letras sensiblemente más grandes el paquete: «Carnicería».

Cuando escribí el artículo sobre las Carnes del Mercadona, que tanto revuelo levantó, algunos me acusaron de ir en contra de Mercadona por ser una empresa española y dejar a otros fuera de mi crítica por ser extranjeros. Bueno, aquí tenéis la prueba de que a la hora de denunciar tanto o nada me importa el origen del distribuidor.

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Denunciable: Carnes de Mercadona

Magro de Cerdo Mercadona

Magro de Cerdo Mercadona

Ayer tuve un día caótico después de varios festivos seguidos y salí de la oficina más tarde de lo habitual. En mi camino a casa paré a comprar algo para la cena de los niños en un Mercadona que me pilla de paso. Iba buscando algún corte de cerdo, que hacía tiempo que no tomaban esta carne. Lo que encontré en Mercadona es poco menos que sorprendente. Parece cerdo y está etiquetado como cerdo, pero ¿es realmente cerdo?Calculadora de nutrientes gratis de Adelgazar sin Milagros

Bueno, digamos que lleva cerdo, pero no es ni mucho menos lo único que lleva. Me traje para casa dos productos (además de la cena) para escribir sobre ellos. Se trata del [fiambre de] Magro de Cerdo Adobado y de los Escalopines de Lomo de Cerdo Marinados. Vamos a ver lo que esconden estos productos que son aparentemente cortes tradicionales del cerdo de los que todos hemos comido toda la vida.

Composición del magro de cerdo de Mercadona

Composición del magro de cerdo de Mercadona

El fiambre de magro de cerdo adobado de Mercadona, que parece la clásica «cinta de lomo adobada» de toda la vida, tiene una etiqueta que lo certifica como «sin gluten». Un momento… ¿sin gluten una carne? ¿Me estás diciendo que en la carne de cerdo de Mercadona no hay trigo? ¡Vaya novedad! ¿Cuándo van a empezar a colocar etiquetas de «sin carne» en los panes y las galletas de Mercadona? El tema del etiquetado engañoso es algo que ya denuncio en mi libro La gran mentira de la nutrición. Ocurre, después de leer la composición de este producto, que casi tenemos que estar agradecidos de que no lleve gluten, porque la lista de ingredientes de esta «carne» se las trae e incluso se echa de menos el gluten. Repasemos la lista: paleta de cerdo (50%), agua, fécula de patata, proteína de soja, sal, proteínas lácteas y lactosa (leche), regulador de la acidez (E-325), estabilizantes (E-450i, E-451i, E-407, E-415), aromas, aroma de humo, antioxidantes (E-331, E-316), especias, conservador (E-250) y colorante (E-120). Recubrimiento de tripa comestible: colorante (E-160b). No está mal, ¿verdad? Sólo la mitad del producto es carne y la otra mitad, además de agua, son porquerías varias escondidas bajo letras y números.

No debe sorprender a nadie viendo esta composición que Mercadona haya conseguido vender una carne que tenga más hidratos de carbono que muchos vegetales: un disparatado 7,1% en concreto. Una carne «fresca» con un 7% de carbohidratos debe ser todo un record Guiness.  En cuanto al aporte de proteína, este resulta ser de un miserable 12%, pero teniendo en cuenta que una parte no declarada de este porcentaje es proteína de soja y de leche, ¿Qué tipo de carne cutre han utilizado para llegar a este ridículo aporte cuando la carne de paleta de cerdo debe rondar el 20%? Una «carne» que en su composición lleva diez ingredientes «E» y sólo 7 ingredientes con nombres declarados no tiene sentido alguno en nuestra dieta, y mucho menos cuando está cargada de agua y patata como esta y tiene unos valores nutricionales tan cutres como este producto. De hecho, ¿cómo se puede vender una «carne» que tiene 17 ingredientes distintos? ¿he mencionado ya que contiene un 2,2% en peso de sal? Y lo peor es que el 99% de las personas que lo consuman le añadirán sal al cocinarlo…

La Cantidad de Sal diaria recomendada para un adulto oscila entre el medio gramo y los dos gramos. Si eres adulto y te tomas 100 gramos de este producto, ya has rebasado esa recomendación. Si te tomas 200 gramos, llegas al máximo que cifra la OMS para evitar enfermedades cardiovasculares (discutible). Si se lo das a los niños, ni te cuento…

Esta lista de ingredientes numéricos, por si tienes dudas, traducida al castellano es: Lactato de Sodio (E-325), Difosfatos (E-450i), Trifosfatos (E-451i), Carragenina (E-407), Goma Xantana (E-415), Citratos de Sodio (E-331), Eritorbato de Sodio (E-316), Sodium Nitrite (E-250), Cochinilla / ácido carmínico (E-120) y Achiote / Bixina / Norbixina (E-160b). ¿Te comerías una carne que llevara todas estas cosas elaboradas en un laboratorio? Pues eso es precisamente lo que le das de cenar a tus hijos cuando compras este producto fabricado por Martínez Loriente, S.A. y de venta en Mercadona. Por cierto, que sepas que si lo compras pagas agua, patata y porquerías varias a precio de carne fresca, porque este producto cuesta casi 7€ el kilo. ¿Habrán usado agua pura de glaciar para cobrarla a ese precio? Como digo en mis libros, la carne del mercado y cortada delante tuya, es la que menos probabilidades tiene de estar adulterada como esta con ingredientes de difícil comprensión.

Escalopines de cerdo de Mercadona

Escalopines de cerdo de Mercadona

Este mismo fabricante y distribuidor nos traen otro producto cárnico que parece carne y que seguro que muchas madres seleccionan para sus hijos porque parece una carne limpia, con poca grasa. Se trata del «escalopín de lomo de cerdo marinado». Veamos si con estos ingredientes se han esmerado más: Lomo de Cerdo (64,5%), agua, proteína de soja, sal,  dextrosa, lactosa, proteínas de leche, estabilizadores (E-407, E-410, E-466, E-451 y E452), antioxidantes (E-331 y E-301) y aroma natural. ¡Hasta siete ingredientes ocultos bajo letras y números difíciles de descifrar para un consumidor medio! Aquí va la lista: Carragenina (E-407), Goma de algarroba (E-410), Metil Etil Celulosa (E-466), Trifosfatos (E-451), Polifosfatos (E-452), Citratos de Sodio (E-331) y Ascorbato de Sodio (E-301). No voy a entrar a valorar todos estos ingredientes -aunque ganas no me faltan, sobre todo de preguntar si es necesario meter fibra de madera en la carne (metilcelulosa)- pero no puedo sino denunciar que una carne no debería llevar nada que no fuese carne. ¡Es que viendo estas composiciones a uno le empiezan a parecer naturales los frankfurts! Las salchichas originales de Campofrío (que me parecen una auténtica basura que jamás daría a mis hijos) «sólo» llevan 5 ingredientes ocultos tipo «E».

Por lo menos, este segundo producto tiene un precio menor, de algo menos de 5€ el kilo. Sin embargo es posible comprar carnes frescas a este precio. Mi recomendación, especialmente si vais buscando cena para los más pequeños, es que os decantéis por las carnes frescas, los pescados frescos, y los huevos. Todavía no han empezado a meter porquería dentro de estos, aunque supongo que todo se andará 🙂 .

Yo me mantendría alejado de estos productos, porque por ese precio se puede comprar carne real fresca, y más que nada por coherencia y lógica. Si dejamos de comprar estas porquerías es probable que los fabricantes dejen de hacerlas y los distribuidores de venderlas. Comparte el artículo para correr la voz sobre este tipo de productos que debemos evitar.

Actualización del 10/04/2015: En vista de la avalancha de comentarios que estoy recibiendo, me es imposible contestarlos todos uno por uno. Sin embargo, he visto que las inquietudes de la mayoría de las personas son las mismas, y les he dado respuesta en este artículo llamado «Contestando a todos» que trata sobre lo que la mayoría de comentarios hablan.

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Denunciable: Galletas Stylesse de Carrefour

Galletas Stylesse de Carrefour

Galletas Stylesse de Carrefour

«Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy…». Esto es lo que se me viene a la cabeza cuando analizo las galletas Stylesse de Carrefour. Casi mejor una galleta normal, con su azúcar y demás que este bodrio a medio camino entre producto inútil y publicidad engañosa. Este es sin duda uno de los productos mas irracionales con los que me he topado últimamente en el supermercado. Y lo es porque precisamente lo que esconde el embalaje es lo contrario de lo que dice en él. En la caja de estas galletas presuntamente ligeras y saludables dice, y cito textualmente: «Estas galletas Stylesse con delicioso sabor chocolate son perfectas para los que cuidan su línea gracias a su receta con un 30% menos de grasa«.

En otras palabras, Carrefour nos quiere colocar estas galletas si estamos preocupados con nuestro peso y queremos adelgazar, pero la pregunta es ¿sirven estas galletas para adelgazar? Ya os anticipo que la respuesta es un rotundo no y que, para colmo, nutricionalmente hablando son un auténtico desastre, un disparate. Vamos a echar un vistazo a las sorpresas que nos esconde esta cajita de galletas, empezando por su tabla de valores nutricionales. Por cada 100 gramos de estas galletas, 11 gramos son grasas, de las cuales casi 6 son saturadas, 75 gramos son hidratos de carbono, de los cuales 33 son azúcar, y menos de 7 son proteínas. Con estos valores, no es de extrañar que el fabricante nos informe que el tamaño de la ración son 16 miserables gramos, o sea, dos galletitas. ¡Qué buen desayuno! ¡16 gramos de galletas! Porque como te tomes alguna más ya te puedes imaginar lo que va a ocurrir con tu línea. ¿En qué cabeza cabe que la ración de un adulto sean 16 gramos de alimento?

Traduciendo estos valores, el 75% de este paquete de galletas son carbohidratos y el 33% son puro azúcar. Estos  señores de Carrefour acaban de reescribir la ciencia: según ellos, si uno sigue una dieta con un 75% de carbohidratos y el 33% de lo que come es azúcar, puede estar tranquilo porque está cuidando su línea. Sí, en el fondo creo que tienen razón, comiendo sus galletas podemos cuidar la línea, pero una línea muy creciente alrededor de casi cualquier parte de nuestro cuerpo. La poca vergüenza que demuestran con la afirmación acerca de cuidar la línea es pasmosa teniendo en cuenta que las galletas ni siquiera están fabricadas con harina integral o edulcorantes. Lo que ya es para nota es el sellito de supuesta calidad que nos planta el fabricante y que muestro en la foto de abajo. Señores de Carrefour, si sus analistas de calidad no son capaces de detectar la basura empaquetada en este paquete, mejor que contraten a un equipo nuevo: azúcar, harinas refinadas, grasas hidrogenadas, patata… veamos…

Galletas Stylesse de Carrefour

Galletas Stylesse de Carrefour

Tengo que admitir que cuando leí que más de la mitad de la grasa que contenían estas galletas era saturada pensé que estaban hechas con mantequilla natural y por lo menos aportarían grasas de calidad. Nada más alejado de la realidad. Atención a la lista de ingredientes: Harina de trigo (54%), azúcar, grasas y aceites vegetales (palma, coco hidrogenado, colza), cacao magro en polvo (4,5%), fécula de patata, gasificantes: carbonatos de amonio – carbonatos de sodio – difosfatos, leche desnatada en polvo, suero lácteo en polvo, lactosa, sal, emulgente: lecitinas (girasol) y aromas. ¿Qué pasó con la vieja receta de las galletas a base de leche, azúcar, harina y mantequilla? Quiero decir, para hacer una galleta que engorde, ya podían usar la receta normal, ¿no?

¿De quién habrá sido la idea de sustituir la mantequilla por grasas vegetales entre ellas el aceite de coco hidrogenado? Muchas personas me preguntan acerca del aceite de coco virgen, y siempre digo que es una magnifica grasa que debemos tratar de incluir en nuestra dieta, ¡pero virgen, no hidrogenado! Cualquier grasa hidrogenada es dañina para nuestro organismo, y la de coco también. Si no conoces los efectos de la grasa hidrogenada en nuestro organismo solo te avanzo que el sistema cardiovascular no es muy amigo de estas grasas trans. Tampoco se me pasa por alto la combinación de leche desnatada en polvo, suero lácteo en polvo y lactosa. ¿No habría sido más sencillo utilizar leche natural? ¿Y a qué viene la gracieta de meterle a las galletas fécula de patata? ¿Acaso no era suficientemente alto el contenido en carbohidratos con un 54% de harina de trigo y el equivalente a un 33% de azúcar que tenían que meterle patata también? Curiosamente suelen ser los mismos que desayunan estas cosas los que me preguntan como puedo desayunar yo huevos o queso… Pues anda que desayunar galletas con patatas…  🙂

Yo entiendo la voracidad de los fabricantes y distribuidores como Carrefour por ganar dinero y ofrecer beneficio a sus accionistas, pero no comparto el camino. Podrían fabricar unas galletas que de verdad sirviesen para cuidar la línea, con grasas de calidad no hidrogenadas, con un edulcorante no asimilable como el Eritritol, con leche de verdad y cereales realmente integrales, o incluso usando únicamente salvado, como hacemos en el libro de recetas Cocinar sin Carbohidratos.

Lo que aprendemos analizando este paquete de galletas es que el envoltorio de la comida procesada rara vez tiene algo que ver con lo que el paquete esconde en el interior. Aunque sea tedioso y lleve tiempo, el tiempo mejor invertido en un supermercado es el que pasamos leyendo las etiquetas de los productos que queremos comprar. Ayer fui solo a Carrefour, así que tuve algo más de tiempo para pararme a leer más etiquetas, y me traje una buena dosis de productos que iré analizando en las próximas semanas. Encontré algunos realmente lamentables como estas galletas de las que he hablado hoy.

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Denunciable: Nackis Bicentury

Tortitas Nackis Bicentury sabor Jamón Ibérico

Tortitas Nackis Bicentury sabor Jamón Ibérico

El otro día me quedé con las ganas de escribir un artículo de la serie denunciable porque cuando fui a escribirlo pude comprobar que alguien lo había hecho antes que yo. De todos modos, el sábado fui a la compra y en unos minutos tenía suficientes productos en mis manos como para escribir otros tres o cuatro artículos de este tipo. Voy a empezar hoy por hablar de los snacks de la marca Bicentury llamados Nackis de Jamón Ibérico. Ocurre que, una de las preguntas que más veces recibo es «¿qué puedo comer entre horas?» y en este sentido, la búsqueda de un snack adecuado es continua. Vaya por delante que este no es adecuado para mí, y supongo que cuando entremos en detalle todo el mundo coincidirá en que no lo es para nadie.

Los Nackis de Jamón Ibérico de Bicentury anuncian a bombo y platillo en el envase que llevan un 88% menos de grasas saturadas. Ese parece ser el gancho, aprovechando que todavía hay muchas personas que siguen creyendo erróneamente que existe una relación directa entre el consumo de grasa saturada y la acumulación de grasa. El caso es que al darle la vuelta a la bolsa no sé qué es lo que me parece peor, la frase que dice «Todos los productos Bicentury han sido desarrollados por expertos en nutrición y dietética» o la que dice «sólo seleccionamos los mejores ingredientes…» porque la lista de ingredientes se las trae: Cereales (80%) (maíz y arroz), aceites vegetales (aceite de girasol alto oleico y aceite de oliva), aroma sabor jamón (derivados lácteos (contiene lactosa), sal, dextrosa, aromas (contiene derivados de soja), potenciador del sabor: 5’ribonucleótidos del sodio, maltodextrina, aromas de humo, aceite de palmiste), sal emulgente: lecitina de soja. Y digo yo, ya que sólo seleccionan los mejores ingredientes ¿Cuál es la mejor maltodextrina? ¿Y el mejor 5’ribonucleótido del sodio? Hay que joderse…

¿No es lamentable que después de todo lo que los nutricionistas y dietistas de Bicentury han tenido que estudiar para tener esos títulos que tienen no sean capaces de crear un snack si no es a base de mezclar todo tipo de cosas con nombres difícilmente pronunciables? Si traducimos los ingredientes al cristiano, tenemos que este snack son tortitas de maíz y arroz con un montón de polvitos mágicos para que parezca que saben a jamón. ¿Tan difícil es tomar un poco de jamón ibérico a media tarde que hay que recurrir a unas tortitas de dudosa capacidad nutritiva llenas de productos que pretenden simular el sabor a jamón?

Pero si la lista de ingredientes es, digamos, discreta, los valores nutricionales son la autentica repanocha. Empiezo por lo que más me ha impactado, siempre hablando de valores para 100 gramos de producto: ¡más de 3 gramos de sal! Esto es, de media, el doble que unas patatas fritas de paquete, que ya de por si están saladas. Si te comes 100 gramos de este producto te habrás tomado el 50% de la sal que deberías tomarte al día según la OMS. Pero si el consumo de sal no te preocupa -como no me preocupa a mí-, que sepas que por cada 100 gramos de estas tortitas estarás ingiriendo 72 gramos de carbohidratos, y todo apunta a que son de asimilación rápida dada su procedencia.

Y todo ello para obtener unos 8 miserables gramos de proteína de bajo valor biológico y 15 gramos de grasa, principalmente insaturada, que suma y sigue en el constante desequilibrio de ácidos grasos omega6-omega3 que sufrimos, dado que los segundos están ausentes por razones obvias en este producto. Si tengo que apostar, apostaría que este producto produce hinchazón porque fomenta la retención de líquidos, fomenta la inflamación de los tejidos porque aporta un exceso de grasas poli insaturadas, fomenta el síndrome metabólico porque muy probablemente produzca un pico de glucosa y, por tanto, de insulina, y, ante todo, no cumple su misión principal, puesto que una vez neutralizado el pico glucémico se producirá de nuevo una enorme sensación de hambre. Vamos, un snack que sirve para abrir el apetito y no para controlarlo. Vamos, para darles un premio a la investigación científica a los nutricionistas y dietistas de Bicentury supongo…

Como curiosidad, el paquete de 70 gramos cuesta 1,20€, a más de 17€ el kilo de maíz, arroz y polvitos mágicos, eso si, «con un 88% menos de grasas saturadas». ¡Toda una ganga! Sobre todo teniendo en cuenta que es posible encontrar algunos jamones ibéricos de cebo por ese precio. ¿Será mejor comerse las tortitas Bicentury o un buen jamón ibérico? No se, no se… Y, para acabar, muy en la línea de mi libro La gran mentira de la nutrición, un detalle del truco que usa el fabricante para confundir al consumidor. En letra minúscula, en la parte de atrás de la bolsa, dice «*88% menos grasas saturadas que el snack de maíz más vendido del mercado español». Esto significa, ni más ni menos, que cada 100 gramos de este producto contienen 0,7g de grasas saturadas. Pero, ¿Cuál es el snack de maíz más vendido en España? ¿Puede que sean las palomitas para microondas -que nada tienen que ver con este producto- que vienen en una bolsa de papel en grasa vegetal saturada o hidrogenada? No creo que la comparación tenga sentido alguno y probablemente es lo único a lo que puede agarrarse el fabricante a la hora de hablar de las propiedades nutricionales de este producto.

Mi consejo: si quieres un snack saludable recurre a la carne o al pescado en cualquiera de sus variedades y, desde luego, al queso y los lácteos. Estas bolsas de productos altamente industrializados no pueden ofrecerte nada que un buen producto fresco o incluso una conserva de calidad no te ofrezcan por el mismo precio o incluso menos, aportando una serie de nutrientes de calidad que tu organismo va a agradecer. Si quieres adelgazar, olvida estos productos y empieza a comer alimentos milenarios y naturales.

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Denunciable: Pescado Empanado Carrefour y Pescanova

Pescado Rebozado Congelado

Pescado Rebozado Congelado

Uno de los errores que los padres cometemos en nuestro afán de darle lo mejor a nuestros hijos es elegir erróneamente los alimentos por criterios equivocados. Yo mismo, durante mucho tiempo he comprado alimentos procesados para mis hijos pensando que les estaba comprando lo mejor que mi dinero les podía comprar. De este modo y como cuento en el libro, compraba las famosas pechugas «vuelta y vuelta» o incluso «nutritivas» cenas a base de pescado congelado. Después de todo, ¿Quién no sabe que el pescado congelado conserva intactas sus propiedades nutricionales? Bueno, lo cierto es que las cosas no son siempre lo que parecen…

El otro día me puse a mirar en el supermercado los ingredientes y los valores nutricionales de los alimentos diseñados para niños y una de las paradas de mi ruta fue la sección de congelados. Allí llamó mi atención un envase de pescado empanado para niños de la marca Carrefour Kids. Llamó mi atención porque en la parte de abajo a la derecha de la caja aparece un letrero de muchos colores que pone «Nutri Band» y pensé que quizás se habían preocupado de hacer un producto con muy buenos valores nutricionales para los niños. La realidad por desgracia es bastante distinta.

Pescado Rebozado Carrefour Kids

Pescado Rebozado Carrefour Kids

A mí no me preocupan los productos fritos porque deben llevar una cantidad insignificante de carbohidratos en la cobertura y si se fríen en buen aceite a la temperatura adecuada no tienen porqué ser malos. Además, si los haces en casa, los puedes rebozar en salvado de trigo como explico en esta receta y el sabor y textura son el mismo que usando pan rallado sin el aporte de carbohidratos refinados de este último. Sin embargo, lo de este «pescado» es una auténtica tomadura de pelo. Mirando su composición vemos que tiene pescado blanco en un 56%. El resto, aparentemente, es el empanado, que lleva harina de trigo, almidón de trigo, sal, levadura y especias. ¡Un 44% de pan en una cena de pescado para los niños! Espero que no se os ocurra hacerle a los niños un sándwich de este pescado, porque les estaréis dando pan con pan.

No es de extrañar que los valores nutricionales que aporta sean absurdos. Por cada 100 gramos de producto, este preparado tiene 11 gramos de proteína, 1 gramos de grasa y ¡21 gramos de carbohidratos! La merluza, que según pone por atrás en la caja es el pescado blanco que usan para fabricar esto, tiene por cada 100 gramos de pescado 27 gramos de proteína (casi el triple), 4 gramos de grasa (4 veces más) y ni un sólo gramo de carbohidratos. Vamos, que si uno le da este preparado a sus hijos pensando que le está dando un pescado rico en nutrientes, ya puede ir abriendo los ojos porque, básicamente, les está cebando como a los cochinillos. Además, si como he visto hacer en muchas casas, embadurnan el preparado con kétchup, que viene a tener otros 30 gramos de azúcar por 100 gramos de producto, el camino hacia la obesidad y la desnutrición está servido.

Resulta que el tema ese de Nutri Band que había leído en el frontal de la caja hacía referencia a un gráfico inservible que solo sirve para engañar y confundir al consumidor, cuya foto os pego aquí abajo. Ni lo comento porque es absurdo dado que aparentemente sólo hay niños con dos edades en el mundo y sería más lógico y sencillo poner los verdaderos valores nutricionales y no una serie de porcentajes que no resuelven ninguna duda…

Valores Nutricionales Nutri Band de Carrefour

Valores Nutricionales Nutri Band de Carrefour

El caso es que visto este producto supuse -erróneamente- que si miraba los valores de una marca de las de toda la vida (ya sabes, valor seguro…), pues que las cosas serían distintas. De modo que cogí una caja de Merluza Empanada Pescanova, que trae 10 «peskitos». Digamos, por simplificar, que los de Carrefour me parecen buenos al lado de estos. Atención a los ingredientes: Merluza (40%), harina de trigo, agua, aceite de girasol, almidón de trigo, dextrosa de maíz, almidón modificado de maíz, sal, azúcar, levadura, albúmina de huevo, espesante (carragenina) y especias (pimentón y cúrcuma). ¡Madre mía! Un plato de pescado que lleva un 40% de pescado e incluye azúcar de diversos tipos: el azúcar corriente, la dextrosa de maíz y el almidón modificado de maíz, de absorción súper rápida. Si los valores nutricionales del «pescado» Carrefour eran lamentables, estos no sé como denominarlos: 8,5 miserables gramos de proteínas (algunas procedentes de la harina, de nulo valor biológico), 6 gramos de grasa (procedente principalmente del aceite vegetal, no del pescado) y, ojo al dato, ¡25 gramos de carbohidratos!

Valores nutricionales peskitos Pescanova

Valores nutricionales peskitos Pescanova

Pero todavía hay un dato más que no se nos debería pasar por alto. Como puede apreciares en la foto que acompaña estas líneas, en cada ración de 80 gramitos de este preparado de Pescanova (dos peskitos) hay el 20% de las necesidades de sodio (procedente de la sal) para un adulto medio. Obvia decir que este es un producto excesivamente salado para la dieta de un niño, que le hará retener líquido y sentirse hinchado durante horas.

En conclusión, habrá que buscar otro tipo de pescado congelado porque este es decepcionante. De momento, insisto en hacerlo en casa con cualquier pescado, huevo y salvado de trigo siguiendo esta receta.

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Si quieres saber los efectos que tiene en la salud controlar un poco los alimentos que ingerimos como explico en mi libro Adelgazar sin Milagros, no dejes de leer los testimonios de los lectores que cuentan su experiencia en primera persona pinchando aquí. Si lo que prefieres es conocer otros alimentos que, como este, debes evitar, echa un vistazo a la serie «denunciable» del blog pinchando aquí.

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Los Invitados No Deseados para Adelgazar

El pasado lunes 4 de Noviembre, en el programa Sano y Nutritivo de esRadio Málaga (94.1 FM), hablaba con Carlos Ferragut acerca de los Invitados No Deseados que se cuelan en nuestra cocina a diario y nos imposibilitan perder peso o incluso hacen que engordemos. Para adelgazar -lo he dicho muchas veces- es fundamental controlar la composición de los alimentos que ingerimos. No se puede adelgazar comiendo alimentos que tienen ingredientes que nos evitan perder peso. En el libro Adelgazar sin Milagros hablo en detalle de un proceso llamado Cetosis mediante el cual nuestro cuerpo quema la grasa que tenemos acumulada, usándola como combustible y permitiéndonos adelgazar de manera sana y natural. Sin embargo, como explico en el libro, hay algunos alimentos que nos sacan de ese estado óptimo en el que estamos quemando grasa como combustible para nuestras células en el mismo momento que los ingerimos.

Yo llamo invitados no deseados a los ingredientes que se cuelan en los alimentos procesados y que nunca deberían haber estado ahí de manera natural, pues en la receta original no estaban presentes o simplemente no tiene sentido alguno para nuestra nutrición su presencia en los alimentos. Un ejemplo claro son los embutidos. Cuando vamos a la charcutería a comprar pechuga de pavo porque presuntamente es «light» y nos ayudará a adelgazar, en realidad estamos comprando un alimento que contiene -entre otras cosas- patata, y no hace falta ser muy listo para deducir que si queremos perder peso no es buena idea comer patatas.

El caso es que la industria nos ha colado la patata, el azúcar, el maíz e incluso la soja en la mayoría de productos procesados que consumimos. Por eso, muchos nutricionistas piden que cuando se siga una dieta para perder peso se haga utilizando alimentos frescos, pues no es posible adelgazar si nos dedicamos a comer alimentos procesados cuya composición hace que engordemos.

Por supuesto, no son estos los únicos ingredientes que nos cuelan en los alimentos procesados. Ahí están la sal, los conservantes, antioxidantes y demás, pero lo cierto es que en el caso concreto de los planes nutricionales para adelgazar, estos son los cuatro más importantes que debemos vigilar. Recordemos que la sal nos hará -entre otras cosas- retener líquidos, pero aunque esto suponga una ganancia de peso momentánea, no significa que hayamos engordado en el sentido riguroso del término, porque el agua que retenemos la eliminamos con facilidad y no así la grasa.

Por lo tanto y para concluir, un nuevo recordatorio para todas las personas que quieren adelgazar o simplemente quieren seguir una dieta sana: tenemos que vigilar los ingredientes de los alimentos procesados que compramos para poder controlar con cierta rigurosidad lo que ocurre en nuestro organismo cuando nos alimentamos.