Categoría: Obesidad

En los artículos de la categoría obesidad se toca un tema de creciente importancia como es la epidemia de obesidad y diabetes tipo II que sufre el mundo occidental. También se expone como la única solución posible a este problema es el control de la alimentación y por ende el control del peso.

Tenemos que adelgazar

Crecimiento de la Obesidad

Crecimiento de la Obesidad

Hoy he estado revisando algunas estadísticas recientes acerca de la epidemia de obesidad de la que hablo en el libro. La Organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE) advierte que los niveles de obesidad han aumentado durante los últimos cinco años en la mayoría de los países. El estudio abarca países como Australia, Canadá, Francia, México, España o Suiza y apunta a la crisis económica como el principal factor desencadenante de este crecimiento en las tasas de obesidad. Según los autores del estudio, las familias asfixiadas por unos ingresos cada vez menores dejan de un lado los alimentos más sanos pero más caros y los sustituyen por comida de alto contenido calórico y bajo poder nutricional.

Esto es algo de lo que ya hablé en el artículo La Obesidad: La Enfermedad de los Pobres en este mismo blog, y que viene a apoyar la teoría que manejo en el propio libro en el capítulo No se engañe, adelgazar es caro. Comer bien para adelgazar implica dejar de lado los carbohidratos refinados, el azúcar y otros productos cargados de calorías vacías que no nos permiten perder peso y, al contrario, nos hacen engordar. Parece surealista que a estas alturas de la película la OCDE venga a decir lo que ya sabemos y no ofrezca soluciones para para la obesidad. Lo cierto es que con las cifras de la OCDE, una de cada tres personas que habitan la tierra es obesa o padece sobrepeso. Eso son 2.100 millones de personas. Si esto no es una epidemia en toda regla, entonces no se lo que es. Esta cifra la ha sacado a la luz la prestigiosa revista The Lancet al publicar un estudio realizado por el Instituto de Mediciones Sanitarias de la Universidad de Washington en el que se han recopilado datos de 199 países durante los últimos 30 años. El artículo asegura que en estas tres décadas, el problema lejos de resolverse ha empeorado y cada vez hay más gente que necesita adelgazar para conservar su salud. Estados Unidos, México y Brasil ocupan el podio de los países con más obesos del mundo, contribuyendo con uno de cada dos obesos en la tierra. Curiosamente, en España seguimos defendiendo la Pirámide Nutricional que ha producido estos resultados como modelo nutricional óptimo.

En España las cifras no son mucho mejores que en el resto de países occidentales. El estudio afirma que en nuestro país, el 27,6% de los varones menores de 20 años y el 23,8% de las mujeres en esa misma franja de edad tienen obesidad o sobrepeso. Conforme miramos a segmentos de población más mayores, peores son las cifras. Así el 62,3% de los hombres y el 46,5% de las mujeres mayores de 20 años sufren obesidad o sobrepeso. Es obvio que necesitamos adelgazar ya. En general, uno de cada dos habitantes de este país tiene sobrepeso y un de cada 6 tiene obesidad. O sea, casi el 20% de la población sufre obesidad. De nuevo, yo creo que necesitamos llamar a esto epidemia y necesitamos adelgazar de manera urgente.

También dentro de nuestras fronteras se ha detectado una relación entre el nivel de estudios y la obesidad. A menor nivel de estudios, mayor obesidad. Curiosamente, este patrón no se repite en países como Estados Unidos o México, en que la obesidad no entiende de títulos y ataca a todos por igual. Sin embargo, la mala noticia para nuestro país es que desde el año 2001, la obesidad ha crecido en todos los grupos de educación, tanto en los que tienen pocos estudios, como los que tienen estudios medios o los que tienen estudios superiores, algo que no viene sino a contribuir a la idea de que la epidemia se extiende por todas partes y afecta a todo el mundo.

Sin embargo, el premio a las malas noticias se lo llevan ambos estudios en lo referente a obesidad infantil. En ambos estudios queda demostrado que los niños son cada vez más obesos. En España, el 26% de los niños y el 24% de las niñas tienen sobrepeso, y, ojo al dato, esto nos sitúa 3 puntos por encima del promedio de países de la OCDE. Así que si todavía se cree que en España la llamada Dieta Mediterránea nos protege de la obesidad, bienvenido a la realidad. En los países desarrollados, la tasa de obesidad infantil ha pasado de un 17% en 1980 a un 24% en 2003 en los niños y del 16% al 23% en las niñas, por lo que también observamos que el crecimiento es similar en ambos sexos. Curiosamente, en los países en vías de desarrollo, la tasa ha crecido menos, de un 8% a un 13% en los últimos 30 años.

El último dato que creo que es revelador y nos debe hacer replantearnos nuestro estado es el de las consecuencias del sobrepeso. En concreto, el sobrepeso produjo 3,4 millones de muertes en 2010, la mayoría de ellas relacionadas con enfermedades cardiovasculares. Una vez más, cifras que demuestras que este problema es en realidad una epidemia en toda regla y debe ser tratado de ese modo.

Desafortunadamente, los mensajes que escuchamos acerca de la pérdida de peso y que nos dicen que hay que adelgazar a base de cereales, frutas y verduras y realizando mucha actividad física, están completamente obsoletos y no contribuyen más que a la pérdida de peso efímera sin eliminar la grasa corporal que tenemos acumulada, pues como explico en el libro, no es posible adelgazar (perder grasa) a base de comer alimentos con alto índice glucémico como los cereales refinados o determinadas frutas y verduras.

Tenemos que adelgazar como sociedad y, para ello, es fundamental que todo el mundo conozca la realidad, lo que nos ha hecho engordar hasta el punto en el que nos encontramos. Los mensajes que recibimos en la televisión y los medios, casi de manera continua, están prostituidos por la potentísima industria alimenticia que pretende que compremos todo tipo de productos «basura» y adelgacemos a base de correr media hora al día. Paradójicamente, seguimos creyendo que la comida basura es la que sirven los restaurantes de comida rápida cuando, la realidad es que toda la comida procesada, incluida esa, es una absoluta basura dañina para el organismo que nos hace engordar, se sirva en el restaurante de comida rápida de la esquina o en la cocina de su casa.

Yo siempre pongo el ejemplo de mis hijos, porque aspiro a que el resto de padres tomen nota de los progresos que hemos hecho nosotros y apliquen en sus casas todo aquello que posibilite que sus hijos no sean parte de las estadísticas en cuanto a sobrepeso y obesidad infantil. Y como con los niños es necesario predicar con el ejemplo, trabajando en su correcta nutrición estaremos trabajando en la nuestra de manera simultánea. Así que si les ofrecemos una alimentación sana que les permita adelgazar si lo necesitan o, como poco, contribuya a que no engorden, estaremos solucionando una parte muy importante del problema.

Adelgazar con Málaga Sana

Rodolfo Tiessler en el programa Málaga Sana

Rodolfo Tiessler en el programa Málaga Sana

El pasado día 25 de Abril acudí amablemente invitado al programa de radio Málaga Sana de la emisora esRadio que dirige Rodolfo Tiessler. Málaga Sana es una asociación creada para promover hábitos de vida saludables con los que prevenir la obesidad, el sobrepeso, el sedentarismo y las distintas enfermedades asociadas a estas patologías, a través de una alimentación sana y del ejercicio físico. Se trata de un proyecto en el que colaboran el Ayuntamiento de Málaga, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga, la empresa Merck Sharp & Dohme y el Colegio de Médicos de la provincia de Málaga.

Más allá de su ámbito de actuación y su influencia en la provincia de Málaga, la iniciativa que esta asociación lleva a cabo es de vital importancia para el desarrollo de cualquier comunidad. La plaga de obesidad infantil que nos asola sólo puede ser combatida con iniciativas como esta que nacen de los propios ciudadanos y que tiene en sus cimientos los legítimos intereses de la población. Si pretende que su hijo no engorde, o que adelgace, más le vale dejar de escuchar lo que los fabricantes de alimentos le cuentan y empezar a escuchar a asociaciones como esta.

En el programa de radio, que emiten semanalmente en directo, hablan de todo tipo de cuestiones relacionadas con la nutrición y la pérdida de peso. Para ello, cuentan además con la importante colaboración del Nutricionista y Farmacéutico Antonio Portero, cuya visión moderna de la nutrición abierta a explorar nuevos caminos debo decir que me sorprendió gratamente. En el pasado, cuando he hablado con otros nutricionistas acerca de cómo adelgazar de manera sana, he oído cosas que me han dejado cuando menos perplejo. Creo que la evidencia demuestra de sobra que es imposible adelgazar de manera sana siguiendo dietas hipocalóricas o vegetarianas, y que el papel que juegan los nutricionistas en educar al público en la importancia de comer alimentos que nutran nuestras células es la clave para luchar contra la obesidad y promover hábitos de vida saludable.

En mi modesta opinión, las iniciativas ciudadanas como esta, que promueven la pérdida de peso y la búsqueda continuada del bienestar a través de la nutrición, son el apoyo que debemos buscar cuando nos dispongamos a adelgazar. En lugar de hacer caso a los anuncios de los fabricantes de alimentos, que sólo buscan enriquecerse a costa de la salud de los consumidores, tenemos que hacer un ejercicio de concentración y entender que sólo una asociación sin ánimo de lucro constituida por ciudadanos sin intereses comerciales puede tener la suficiente independencia como para promover hábitos y costumbres tendentes a mejorar nuestra salud.

Sobre el tema concreto de la obesidad infantil, que ya comenté en este artículo, tuve la oportunidad de hablar con Rodolfo Tiessler por teléfono unos días antes del programa y me gustó la visión que tienen del problema y cómo estuvimos de acuerdo desde el principio en que para encontrar culpables a esta epidemia sólo hace falta darse un paseo por cualquier pasillo de un supermercado. Como repito en el libro, uno de los mejores aliados para adelgazar de manera sana es el mercado tradicional, donde encontramos productos frescos de calidad que nos ayudan a nutrir correctamente nuestro cuerpo.

Desde aquí, mi reconocimiento a la labor que desempeña la asociación Málaga Sana, a todos sus asociados y en especial al equipo que se encarga de la producción y emisión del programa de radio, que me hicieron sentir como en mi casa desde el primer minuto.

 Aquí os dejo el audio íntegro del programa en el que hablamos sobre mi libro.

Logotipo de Málaga Sana

Logotipo de Málaga Sana

Operación Semana Santa

Operación Bikini

Operación Bikini

Veo -por la cantidad de consultas que estoy recibiendo en el mes de Marzo- que estamos inmersos en la Operación «Semana Santa». Me agrada ver que muchísimas personas se han apuntado a perder peso de manera rápida, sana y permanente y que los resultados están llegando muy rápido.

La tónica común parece ser lo asombroso que le está pareciendo a los lectores que se deciden a empezar su nuevo plan nutricional la facilidad con la que pierden los primeros tres o cuatro kilos en los primeros cuatro o cinco días. No debería sorprender a nadie pues en el libro explico sobradamente que adelgazar no es un proceso complicado, más bien al contrario, y que todo se basa en olvidar las mentiras que llevamos décadas escuchando y perder el miedo a comer los alimentos que nos nutren y dan energía al tiempo que nos hacen perder peso y eliminar toda esa grasa que tenemos almacenada.

Ya sea por la operación «Semana Santa», la operación «Bikini» o cualquier otro proyecto estacional que tengamos en mente, lo cierto es que Marzo está siendo un mes muy propicio para la pérdida de peso y una importante cantidad de personas empiezan a notar los resultados prácticamente desde el primer día, y desde aquí les agradezco los amables comentarios que publican y me mandan por correo electrónico.

Sin embargo, quiero recordar que en el libro explico que esto es una carrera de fondo y no un sprint. Incluso cuando el plan nutricional que recomiendo tiene unos sorprendentes resultados iniciales, al igual que cualquier otro, sus resultados finales dependen enteramente del desarrollo completo del plan y no de los primeros días. Por eso, aconsejo a todo el mundo que no se relaje cuando compruebe lo realmente fácil que es perder peso y, al contrario, redoble sus esfuerzos para poder perder la mayoría de la grasa que les sobra en un breve plazo de tiempo.

Yo pude perder 35 kilos en tan solo cuatro meses y no veo porqué cualquier persona que quiera adelgazar no pueda hacerlo del mismo modo. Cierto es que en todo ese tiempo, tan sólo me salté mi rutina nutricional una vez, pero ya se sabe que quien algo quiere algo le cuesta, y lo cierto es que a mí me costó bastante poco. Hay que reconocer que si un plan nutricional como el que promuevo nos permite comer seis o incluso siete veces al día, nos permite saciar nuestro apetito sin pasar hambre de un gran número de alimentos nutrientes y nos aporta una energía extraordinaria a la par que nos hace adelgazar, no se trata en realidad de realizar un esfuerzo sino más bien de ajustarse a una rutina.

Pasados los primeros días de mono de azúcar, lo cierto es que el plan nutricional que describo en el libro es una forma maravillosa de alimentarnos y nos permite comer alimentos que en otras dietas están súper prohibidos, desde embutidos a aceites y grasas. Está más que demostrado que nuestro cuerpo necesita proteínas y grasas para estar bien nutrido y esa es precisamente la base de este plan nutricional.

Si está leyendo estas líneas porque quiere adelgazar y aún no ha probado los beneficios de ajustar su plan nutricional siguiendo mis recomendaciones del libro, le aconsejo que se de una vuelta por el blog, lea algunos de los comentarios de los lectores y le pregunte a ellos mismos los resultados que están obteniendo. Estoy seguro que no le defraudarán. Y no hablo sólo de la pérdida de peso, sino de la espectacular mejora de la salud en general que experimentamos los que decidimos comer de este modo.

Perder los primeros 10 Kg

Carlos Abehsera, autor de Adelgazar sin Milagros

Carlos Abehsera, autor de Adelgazar sin Milagros

Llevo una pequeña racha de correos electrónicos recibidos de personas que han perdido sus primeros 10-12 Kg, muchos de ellos en el primer mes tras leer el libro. Como es normal, surgen dudas de todo tipo y aquí estoy para ayudar en lo que pueda. Quiero sintetizar en el artículo de hoy las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes que estoy recibiendo de las personas que ya han logrado adelgazar 10-12 kg perdiendo una buena cantidad de grasa el primer mes de aplicación de los consejos que doy en el libro.

Para empezar, hablemos del ritmo de pérdida. Ya lo digo en el libro pero lo repetiré aquí. No es posible perder más de 250-500 gramos de grasa al día. Simplemente no es posible adelgazar más de eso en un día promedio. Se puede perder más peso, pero este será básicamente líquido retenido. Si en el segundo mes no perdéis otros 10 o 12 kilos, no pasa nada. Conforme se va perdiendo peso el ritmo de pérdida se reduce ligeramente. Perder 8 kilos el segundo mes me parece un objetivo bastante razonable si se han seguido las pautas al pie de la letra. Después de todo, adelgazar 18 o 20 kg en sólo dos meses es una cifra más que considerable. No creo que sea realista tratar de adelgazar más rápido. Estas cifras, ya de por si, son bastante rápidas.

También quiero comentar un tema psicológico bastante importante: no caer en la tentación. He visto en repetidas ocasiones como gente que llevaba un ritmo altísimo de adelgazamiento se ha relajado y ha frenado su progresión de golpe. Saltarse la nueva rutina nutricional es un suicidio a pequeña escala. Del mismo modo que a un alcohólico que está dejando la bebida no le damos un vasito de vino, ni al fumador que está dejando el tabaco le damos un cigarrillo, al que está adelgazando siguiendo este método no debe caer en la tentación de saltarse la rutina. Ya sabéis que haciendo este plan no sólo no se pasa hambre, sino que además se puede comer hasta 6 o 7 veces al día alimentos nutritivos y saciantes, desde carne y pescado a huevos, lácteos y demás. No es necesario comerse un dulce para no pasar hambre.

Una pregunta recurrente es acerca de los hidratos de carbono y los «azúcares» en las etiquetas de los alimentos. En nuestro objetivo de adelgazar de manera sana, rápida y permanente, vigilaremos el total de hidratos de carbono que tiene un alimento y no solamente los azúcares. Para elaborar nuestro plan nutricional, consideraremos que todos los carbohidratos son iguales, aunque, como comento en el libro, esto no es científico ni cierto.

También me preguntáis continuamente sobre los refrescos light y zero. Metabólicamente hablando, se pueden tomar refrescos zero mientras estamos adelgazando. Estos refrescos no contienen nada de carbohidratos y por lo tanto no nos elevaran la glucosa en sangre. Algunos refrescos light si que contienen pequeñas cantidades de azúcar, así que yo me iría a lo seguro, 0% de azúcar. Ahora bien, una cosa es nuestro metabolismo y otra distinta nuestro cerebro. Algunas personas dicen que tomar refrescos zero les abre el apetito de cosas dulces. No es mi caso, pero si a usted le pasa, yo suprimiría los refrescos zero también para evitar la tentación. Lo cierto es que mi refresco favorito es el agua con gas, y desde luego la bebida que más recomiendo a quién quiera adelgazar. Es refrescante y saciante, sin aportar nada excepto gas (que lógicamente se disuelve y expulsa) y agua.

Preparado Lacteo Krona

Preparado Lacteo Krona

Ingredientes del preparado lácteo Krona

Ingredientes del preparado lácteo Krona

Quiero aprovechar el post de hoy para recordaros la importancia de leer la composición de lo que coméis. Sólo así tendréis el control de lo que ocurre en vuestro cuerpo. Es muy importante y aquí os voy a dejar un ejemplo que habla por si sólo. En la foto de la izquierda vemos lo que a todas luces parece una nata en brick. No hace falta que os recuerde que la nata es una grasa natural procedente de la leche, y por lo tanto la composición de una buena nata en brick debe ser nata y poco más. Quizás alguna proteína láctea o algún conservante, pero insisto, poco más. Sin embargo, si miramos con detenimiento la composición y valores nutricionales de este producto en la foto de la derecha, descubrimos que además de no ser nata, es a todas luces un producto perjudicial para la salud pues al fabricante no se le ha ocurrido mejor cosa que hidrogenar la grasa que utiliza artificialmente en su composición junto con la leche «mazada», que creo que es el suero de la leche, o sea, una parte de la leche a la que se le ha quitado la grasa para hacer nata o mantequilla. El colmo de los productos preparados y de lo que yo considero indecente: una supuesta nata para cocinar que se hace con leche sin nata y que no lleva nata.

En fin, valga esto como muestra de la importancia de leer las etiquetas de los productos y no dejarnos llevar por las apariencias.

Beneficios de la Pérdida de Peso

Beneficios de la Pérdida de Peso

Beneficios de la Pérdida de Peso

En el capítulo dedicado a la creación de un plan nutricional a medida para cada persona de mi libro Adelgazar sin Milagros dedico las primeras páginas a repasar algunos de los beneficios que obtenemos al adelgazar. Hoy quiero recordar en el blog algunos de estos beneficios dado que muchas personas están contactando conmigo para dar fe que ellos han notado estos mismos beneficios tras leer mi libro y perder una cantidad sustancial de grasa.

Como es lógico, esta lista no es exhaustiva ni exacta. Cada persona notará de manera distinta estos beneficios en cuanto pierda el suficiente peso, pero lo que es innegable es que está científicamente y empíricamente comprobado que al eliminar la grasa que tenemos acumulada el organismo se beneficia en varios frentes de manera simultánea.

Si se está planteando perder peso y está estudiando la idea de adelgazar siguiendo las recomendaciones de mi libro, del mismo modo que yo lo hice cuando perdí 35Kg en sólo 4 meses, aquí le dejo la lista de los beneficios asociados a la pérdida de peso para darle ese empujoncito que probablemente necesita para dar uno de los pasos más importantes que puede dar para mejorar su salud y retrasar su envejecimiento.

Veamos en esta lista los beneficios de que obtenemos al perder peso con cierto detalle:

  • Movilidad: El primer beneficio que obtenemos en la pérdida de peso es el aumento de la movilidad. Cuando perdemos grasa ganamos movilidad. Podemos hacer cosas que no se pueden hacer cuando se sufre obesidad o se hacen de manera más limitada. En mi caso, utilizo esta movilidad para practicar los deportes que más me gustan, el esquí y el motociclismo.
  • Vitalidad: Como explico en el libro, reducir los hidratos de carbono y aumentar las proteínas y las grasas en la dieta ofrece como beneficio inmediato el aumento de la vitalidad. Esa modorra que sigue a la ingesta masiva de carbohidratos, provocada por los picos de insulina que generamos en el cuerpo, desaparece de inmediato al cambiar la dieta y perder peso.
  • Sexualidad: En numerosos estudios, las personas que sufren obesidad reportan tener una vida sexual de menor calidad que la que disfrutan aquellas personas que mantienen un peso cercano al ideal.
  • Envejecimiento: La regeneración celular es la clave oculta del proceso de envejecimiento. Como explica Jaime Brugos en su libro La Isodieta, si mantenemos en sangre los nutrientes esenciales (aminoácidos esenciales y ácidos grasos esenciales) a través de la ingesta de alimentos nutricionalmente ricos, la regeneración celular ocurre con más fluidez y retrasamos el envejecimiento. Esto es un beneficio añadido que se obtiene por seguir un plan nutricional como el que yo promuevo en el libro, que además de hacernos adelgazar nos ayuda a retrasar el envejecimiento.
  • Migrañas: Muchas personas, yo entre ellas, han reportado que al adelgazar se han reducido o eliminado por completo las crisis de migrañas que sufrían. Esto puede ser debido a la bajada de la presión arterial que normalmente se asocia con la pérdida de peso.
  • Hipercolesterolemia: Al eliminar grasa nuestros niveles de colesterol tienden a estabilizarse. Aunque considero que los niveles de colesterol en sangre, por lo general, no son buenos indicadores de nuestra salud por motivos que he explicado en anteriores artículos, no deja de ser cierto que el colesterol malo baja y el bueno sube cuando perdemos peso de manera sana.
  • Función Hepática: Cuando adelgazamos se reduce el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la grasa en el hígado tanto en esteatosis como en fibrosis.
  • Síndrome Metabólico: Cuando seguimos una dieta baja en hidratos de carbono que nos permite eliminar la grasa que tenemos acumulada el síndrome metabólico desaparece por completo.
  • Diabetes Tipo II: Muchas personas han reportado que la diabetes tipo II que padecían ha desaparecido al adelgazar. Cuando perdemos peso y el síndrome metabólico desaparece, el riesgo de padecer diabetes tipo II queda reducido virtualmente a cero. Sirva como ejemplo que el 80% de las personas que padecen diabetes tipo II sufren obesidad. Yo conozco personalmente a unas cuantas personas cuya diabetes tipo II desapareció al perder peso.
  • Síndrome de Ovario Poliquístico: En las mujeres, este síndrome está asociado directamente con la obesidad. De manera que si pierden peso y eliminan la grasa que tienen acumulada, las posibilidades de sufrir esta enfermedad prácticamente desaparecen.
  • Enfermedades Cardiovasculares: Cuando adelgazamos por medio de una dieta sana uno de los primeros beneficiados es la mejora del sistema cardiovascular. Como he defendido en artículos anteriores y explico con detalle en el libro, una dieta en la que se eliminan los carbohidratos refinados tiene consecuencias positivas inmediatas en nuestro sistema cardiovascular.
  • Depresión: Según parece, las personas que adelgazan tienen muchas menos posibilidades de sufrir depresión que aquellas que mantienen su sobrepeso u obesidad.
  • Apnea del Sueño: Una de las primeras cosas que yo mismo noté y que la mayoría de los hombres me dicen es que dejan de roncar y duermen mejor desde que adelgazaron. Los que sufren apnea del sueño severa pueden mejorar ostensiblemente su descanso al perder peso.
  • Asma: Al parecer, también se asocia la frecuencia de los ataques de asma con la obesidad. Según he leído, los ataques de asma se reducen considerablemente cuando perdemos peso.
  • Corazón: Uno de los beneficios más importantes de perder peso es la salud del corazón. Como explico en el libro, el corazón está formado por tejido muscular. Al recibir una correcta nutrición, la regeneración celular de este órgano se produce en condiciones óptimas y las posibilidades de sufrir cardiopatías bajan considerablemente.
  • Hipertensión: Cuando perdí los primeros 15 o 20 kilos que me sobraban, una de las cosas que noté fue la estabilización de mi presión arterial. Esto es algo que también me reportan muchas personas que me escriben para contarme su experiencia.
  • Ansiedad: Antes de adelgazar, yo sufría ataques de ansiedad que incluso me obligaban a medicarme a diario. En cuanto comencé a perder peso, la ansiedad desapareció y, años después, nunca ha vuelto. Lógicamente, al sentirme mejor, los factores que desencadenaban las crisis de ansiedad desaparecieron y con ellos la enfermedad.
  • Reflujo Gastroesofágico: Cuando pesaba 113 kg uno de los problemas de salud que tenía eran los reflujos gastroesofágicos, los ardores. Era algo que me impedía llevar una vida normal. Después de literalmente cada comida del día, incluida la cena, sufría de unos terribles ardores que en muchas ocasiones me impedían dormir. Para mí, el principal beneficio en cuanto a calidad de vida que obtuve cuando perdí los 35Kg fue sin duda la desaparición de los reflujos.
  • Incontinencia Urinaria: Conforme adelgazamos, nuestra capacidad para aguantar más tiempo sin orinar aumenta. Al igual que en las mujeres embarazadas, cuando tenemos sobrepeso ciertas partes de nuestro cuerpo ejercen presión constante sobre la vejiga y necesitamos orinar con mayor frecuencia. Esto es algo que desaparece al adelgazar.
  • Articulaciones: Las enfermedades degenerativas de las articulaciones están íntimamente relacionadas con el sobrepeso y la obesidad. Al adelgazar, quitamos peso y tensión de nuestras articulaciones y si además tomamos un suplemento adecuado podemos arreglar parte del estropicio causado en las articulaciones por los años de sobrepeso. Esto es algo que yo he podido comprobar de manera dramática al adelgazar y suplementar mi dieta con el jarabe de colágeno y ácido hialurónico CYNERGY MED, que me ha devuelto la salud articular que había perdido. Me ha desaparecido una buena parte del ruido, chasquido y dolor articular tanto en las rodillas como en los pies, los brazos y las manaos. Tengo la espalda más relajada y prácticamente no sufro los dolores constantes que sufría con el sobrepeso.
  • Gota: Al contrario de lo que muchas personas creen, la gota está más relacionada con la obesidad que con la ingesta de ciertos alimentos. Si bien es cierto que algunos alimentos tienen tendencia a elevar el ácido úrico, no es menos cierto que esto depende fundamentalmente del tipo de alimentación conjunta que se lleve y no de la ingesta de ese alimento de manera aislada. Al perder peso, mi ácido úrico bajó considerablemente, pese a que sigo comiendo carnes rojas, mariscos, foie y otros alimentos considerados prohibitivos para los que tenemos antecedentes familiares de gota.
  • Autoestima: Al adelgazar mejoramos nuestro aspecto y esto tiene como consecuencia directa el aumento de nuestra autoestima. Si uno se ve bien en el espejo, automáticamente se siente bien. Desafortunadamente, ocurre también lo contrario. Cuando nos vemos mal en un espejo o en una foto, automáticamente nos sentimos mal.
  • Actividad Física: Otro beneficio significativo que obtenemos al adelgazar es nuestra capacidad para desarrollar actividades físicas. Cuando adelgazamos no obtenemos milagrosamente un buen estado físico, pero es precisamente la disminución drástica de la grasa acumulada la que nos permite adquirir una buena forma física en muy poco tiempo y con un relativamente bajo esfuerzo. Ponerse en forma haciendo ejercicio es algo muy sencillo si no se tiene sobrepeso.
  • Descanso: Cuando perdemos peso, nuestro descanso se hace más placentero y necesitamos menos horas de sueño para cargar nuestras pilas. Esto es debido principalmente a que desaparecen los síntomas de todas las enfermedades asociadas a la obesidad, por lo que podemos descansar con más facilidad que si tenemos apnea, roncamos, tenemos acidez de estómago y demás.
  • Actividad Cerebral: Una gran mayoría de nuevos estudios apuntan a que la actividad cerebral se ve mejorada cuando se siguen dietas bajas en hidratos de carbono que además de hacernos adelgazar consiguen que nuestro organismo cree cuerpos cetónicos en el metabolismo de las grasas que algunos órganos como el cerebro o el corazón usan con bastante eficacia.

Si esta lista no le ha convencido y todavía está pensando si ponerse a adelgazar, no dude en contactar conmigo con sus preguntas. Trataré de solventarlas explicándole mi experiencia perdiendo peso para que sepa, de primera mano, como cambió mi vida cuando perdí 35 kilos en sólo 4 meses.

Prevenir la Obesidad Infantil

Obesidad Infantil

Obesidad Infantil

Según los estudios que he estado repasando esta semana, el factor de mayor riesgo para desarrollar obesidad como adulto es el sobrepeso en la infancia. Si, parece que es lógica cartesiana, pero no por ello deja de ser importante tenerlo en cuenta en la alimentación de nuestros hijos. Hoy quiero escribir sobre como afecta la alimentación al desarrollo de nuestros hijos y las consecuencias que para ellos tendrá la forma en que les alimentemos.

Quiero recordar antes de nada que mi generación, que yo denomino la generación del infartillo fácil, se alimentó en su niñez en las falsas creencias que dictaban que la grasa saturada (mantequilla, queso curado, cerdo, ternera, etc.) eran muy malas para la salud y lo verdaderamente bueno eran las grasas hidrogenadas (margarinas, bollería y grasas para freír). Las consecuencias de nuestra continua exposición a la grasa hidrogenada son un problema de salud cardiovascular mayúsculo que desafortunadamente, incluso hoy en día cuando todos los estudios son meridianamente claros al respecto, muchos médicos siguen sin entender el problema anclados en lo que aprendieron durante la carrera sin haber actualizado sus conocimientos. Doctores, no me crean a mí. Gasten unas horas leyendo artículos y estudios en PubMed y redescubran la verdadera causa de las enfermedades coronarias, que no es el exceso de grasa natural.

Hoy, el tema de las grasas hidrogenadas está claramente superado -aunque muchos alimentos procesados y la repostería y bollería industrial las sigue utilizando- pero existen otros enemigos a derrotar si queremos promover la salud de nuestros hijos. Desde mi punto de vista y basándome en todos los estudios que llegan a mis manos, o más concretamente a mi pantalla, estos enemigos son los carbohidratos refinados, el azúcar y los alimentos comodín en general. Yo llamo alimentos comodín a los que se cuelan en la lista de ingredientes de prácticamente todos los alimentos procesados y estos son la patata y sus derivados, el maíz y sus derivados y la soja y sus derivados, además del azúcar claro.

Absolutamente todos los estudios rigurosos de los últimos años apuntan a la necesidad de ingerir proteínas y grasas de manera continuada para gozar de una buena salud. Esto incluye comer abundante carne, huevos, pescado, lácteos y demás fuentes animales de proteína. También con cierta moderación legumbres y frutos secos, que todo hay que decirlo.

Desafortunadamente, en la alimentación de nuestros hijos y por motivos de tiempo principalmente, lo que impera a menudo es precisamente aquello que más les perjudica: los alimentos procesados. Desde los cereales del desayuno (que son un alimento altamente procesado, con muy poco valor nutritivo y compuesto principalmente por azúcares) hasta los platos de carne, pescado, postre y bollería procesados, nuestros hijos sufren una continuada exposición a productos que además de no aportarles las suficientes cantidades de nutrientes esenciales, introducen en su cuerpo sustancias que en el mejor de los casos son altamente sospechosas cuando no directamente muy dañinas para su organismo.

Internet nos ha regalado el don del acceso a la información a tiempo casi real que nuestros padres no tuvieron. ¿Me hubiera alimentado mi madre con margarina en desayunos, meriendas y como parte de muchas recetas que ella misma preparaba si hubiese sabido que se trataba de una grasa hidrogenada altamente perjudicial para el organismo? No, claro que no. Nosotros sí tenemos acceso a la información, a los estudios, y a la divulgación de los resultados que se hacen de manera continuada y sería un pecado por nuestra parte mirar hacia otro lado y no aprovechar esa información para tomar las medidas oportunas que garanticen que nuestros hijos reciben la mejor alimentación posible para garantizar su correcta nutrición y desarrollo.

Hace poco leía que el chef Jamie Olivier ganó su demanda contra McDonald’s el pasado diciembre y una de las frases que más me impactó de sus declaraciones acerca de sus motivaciones para emprender esta cruzada fue: «¿Qué ser humano en su sano juicio pondría un trozo de carne remojada en hidróxido de amonio en la boca de un niño?«. Hace ya tiempo que se demostró que el principal proveedor de carne picada a nivel mundial para este tipo de restaurantes lavaba la carne en amoniaco para matar bacterias como el e.colli, haciendo que una carne «no apta» para el consumo se convirtiese milagrosamente en «apta». No estoy diciendo que comerse una hamburguesa de cualquier cadena de comida rápida vaya a condenar a nuestros hijos a un futuro de obesidad sino que la reiterada incursión de comida procesada en su dieta, ya sea mediante restaurantes de comida rápida, bollería industrial o alimentos precocinados que compramos para el hogar, es la tormenta perfecta que desencadena una gran masa de enfermedades a largo plazo en su organismo.

Para prevenir esto tan sólo hay que seguir una serie de pasos que además coinciden con algunos de los que yo promuevo para la pérdida de peso:

  • Eliminar por completo los carbohidratos refinados de la dieta habitual
  • Eliminar por completo los alimentos procesados. Si quiere una hamburguesa o unos palitos de merluza, compre un trozo de buey o de pescado y hágalo usted mismo. Ganará en salud… y en sabor!
  • Eliminar los zumos, refrescos y en general cualquier bebida azucarada. La web www.conoce.cocacola.es es un insulto a la inteligencia. No se crea absolutamente nada de lo que dice. Dele agua a sus hijos. Es más barata e infinitamente más sana, además de necesaria.
  • Eliminar los productos light, desnatados o con 0% de materia grasa. La grasa es necesaria para el organismo y no engorda más que cualquier otro macronutriente. Recupere la mantequilla, la nata, la leche entera, las carnes y pescados grasos.
  • La más importante: lea la composición de todo lo que compre en el supermercado. Si no sabe lo que es un ingrediente, no lo compre. Si acaba en «osa» es azúcar (glucosa, sacarosa, dextrosa, fructosa…). No se deje engañar. Si un alimento contiene soja no es para mejorar su salud, es porque está hecho con comida basura y el fabricante quiere aumentar su proporción de proteínas. Si lleva patata, fécula, jarabes, derivados del maíz o cualquier otro ingrediente que no debería estar ahí, no lo compre.

Si previene la obesidad de sus hijos alimentándolos correctamente, además de mejorar la perspectiva de su salud a largo plazo, les evitará pasarse media vida siguiendo dietas para adelgazar con los resultados que le son de sobra conocidos.

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Adelgazar sin perder la Salud

Medicamentos que tomaba por mi obesidad

Medicamentos que tomaba por mi obesidad

Uno de los motivos principales que me llevó a adelgazar y que cada día compruebo que más gente comparte en su afán por perder peso es la mejora de la salud. Tenemos la enorme suerte de que nuestro organismo es muy agradecido y todo lo que hagamos por mejorar nuestra salud suele tener consecuencias inmediatas, especialmente en lo relacionado con la pérdida de peso. En mi caso, antes de adelgazar tomaba 6 pastillas diarias de medicación para mitigar diferentes dolencias. Al levantarme tomaba un protector gástrico (Anagastra 40), un regulador del ritmo cardiaco (Emconcor Cor) y una pastilla contra la ansiedad (Deanxit). Después de desayunar, tomaba un paracetamol de 1 gramo para mitigar los dolores musculares y articulares que sufría. Ya en la comida, tomaba antiácido (Almax o Alquen) para evitar digestiones pesadas y antes de acostarme me tomaba un relajante (Diazepam 2 mg). Algunos días también tomaba un Flatoril para evitar los gases, que luego he sabido que produce unos efectos secundarios a medio y largo plazo bastante nefastos para la salud. Además, si tenía un día malo y sufría ansiedad, también tomaba Alprazolam de 0,25 mg y si los dolores musculares eran intensos, un Nolotil, a veces incluso pinchado.

Como cuento en el libro, unos 45 días después de comenzar a adelgazar ya no tomaba ninguna medicación. En realidad, desde el primer día que comencé a comer del modo que lo hago ahora, mis problemas de salud fueron desapareciendo a ritmo de vértigo, infinitamente más rápido de lo que tardaron en aparecer. Tras 38 años de maltrato, mi organismo volvía a comportarse con normalidad en tan sólo unas semanas. Semanas en las que por cierto y como relato en el libro, adelgacé sin pasar hambre y sin sentirme mal con lo que comía. Adelgazar, además de curarnos por fuera, nos cura por dentro, y mucho más de lo que pensamos. No me cabe duda de que la industria farmacéutica depende en gran medida del sobrepeso de la población. No son pocas las dolencias derivadas del sobrepeso y lo peor es que los «medicamentos» a nuestro alcance no curan dichas dolencias sino que en el mejor de los casos mitigan los síntomas en tratamientos que pueden ser de por vida. Si no hubiese adelgazado seguramente hoy seguiría tomando seis, siete o incuso 8 pastillas al día, algunas de las cuales extremadamente caras.

Abril de 2011 - 113 Kg

Abril de 2011 – 113 Kg

Pero adelgazar recuperando la salud no es algo que pueda hacerse de cualquier modo. En el libro explico con cierto detalle que adelgazar y perder peso no son sinónimos. El organismo se resiente del lastre que supone tener almacenados kilos y kilos de grasa. Sin embargo, tener un peso elevado debido a una importante masa muscular, lejos se ser perjudicial es absolutamente beneficioso para el organismo. Por ello insisto tanto en que adelgazar es eliminar grasa y tenemos que diferenciarlo claramente de perder peso, que puede significar que además de grasa podemos estar perdiendo masa muscular o un exceso de líquido. La pérdida de masa muscular suele darse en dietas hipocalóricas en las que además de pasar hambre no recibimos los suficientes ácidos grasos esenciales (grasas) ni aminoácidos esenciales (proteínas). La pérdida de un exceso de líquido suele darse en situaciones de deporte cardiovascular continuado. Ni una cosa ni la otra son buenas para la salud.

Por ello, insisto una y otra vez en la importancia de adelgazar para recuperar la salud y no para perderla como puede ocurrir cuando seguimos dietas que nos matan de hambre o entrenamientos deportivos que acaban con nuestra reserva de energía, nutrientes y electrolitos. Cualquiera que tenga un problema de salud debe plantearse qué papel juega en su problema el sobrepeso que tenga. Yo jamás le di importancia hasta que me di cuenta, con sólo 38 años, que mi salud era un desastre. Y es que no hay más ciego que el que no quiere ver. Jaime Brugos me enseñó que las tres cosas más importantes para la salud son Nutrición, Nutrición y Nutrición. Esto, como cito al principio de mi nuevo libro «El Aceite de Coco, el elixir de la vida» es algo que ya nos enseñaba Hipócrates hace cerca de 2.500 años: «Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina». Lo diré de manera directa una vez más: si tiene algún problema de salud, sea el que sea, estoy convencido que una buena nutrición puede ayudarle a mejorar cuando no solucionarlo por completo como me ocurrió a mí.

Tomando batidos entre horas para Adelgazar

Tomar batido de proteinas entre horas

Batidos entre horas

Una de las cosas más importantes a tener en cuenta a la hora de diseñar un plan para adelgazar es la cantidad de nutrientes que tenemos que tomar cada día. Ya cuento en el libro que cuando me dispuse a adelgazar comía una o dos veces al día y tuve que acostumbrarme a comer 6 veces diarias para perder peso de manera efectiva. Por mucho que uno quiera adelgazar, comer 6 veces al día resulta en ocasiones complicado y tedioso. Uno de los trucos para tener siempre a mano algo que llevarse a la boca que sea útil para adelgazar y además nos aporte los nutrientes necesarios es preparar batidos para comer entre horas.

Cuando comencé a adelgazar en Abril de 2011 tomaba de 2 a 3 batidos diarios como norma. Las otras tres o cuatro comidas que hacía al día eran con alimentos frescos, pero los batidos me salvaron en más de una ocasión. Además de su poder nutritivo y los beneficios que aportan para adelgazar que explico en el libro, los batidos tienen un poder saciante que nos hace llegar a la siguiente comida sin ansiedad y nos permiten ingerir menos cantidad de alimento con más tranquilidad.

Yo no recomiendo comprar batidos ni preparados instantáneos para batidos. No tiene sentido. Cada persona tiene una masa y un peso específicos, con una composición corporal concreta que viene determinada por la cantidad de agua, músculo y grasa que componen su cuerpo. Por ende, las necesidades nutricionales de cada persona son específicas de esa persona y los batidos estándar rara vez tendrán la composición adecuada que necesitamos.

En el libro Adelgazar sin Milagros repaso los métodos más comunes para averiguar las necesidades nutricionales de cada persona así que no me repetiré en el blog. Lo que si quiero dejar claro es la importancia de realizar este cálculo correctamente y así hacer los batidos de manera adecuada. En estos momentos que tengo más masa muscular que grasa, necesito 1,5 gramos de proteína y 0,75 gramos de grasa por kilo de masa corporal al día. Para 82 Kg, necesito pues unos 125 gramos de proteína y unos 65 gramos de grasa al día. Para adelgazar, las proporciones son distintas como ya explico en el libro y para ganar masa muscular, también lo son, como nos cuenta el entrañable Jaime Brugos en su libro La Isodieta.

Pues bien, teniendo en cuenta estos valores, y si asumo que ahora hago unas 5 comidas al día de media, cada una de mis comidas deberá contener 25 gramos de proteína y 12,5 gramos de grasa aproximadamente. Un inciso rápido para no crear confusión: Aunque a estas alturas seguro que no hace falta que lo explique, por si acaso: 25 gramos de proteínas no es un filete de 25 gramos, sino que en función del alimento que vayamos a ingerir habrá que hacer el cálculo. La carne fresca de ternera, por ejemplo, de media, tiene unos 20 gramos de proteína por cada 100 gramos de producto, por lo que para tomar 25 gramos de proteína deberé ingerir 125 gramos de ternera aproximadamente.

Vamos de vuelta al tema de adelgazar usando los batidos para comer entre horas. Si para adelgazar, en función de los cálculos que hemos realizado, tenemos que tomar, por ejemplo, 15 gramos de proteína y 7-8 gramos de grasa por ingesta (que es lo que yo tomaba cuando adelgacé de 113 a 78 kg), los batidos deberemos hacerlos forzosamente usando esa proporción de nutrientes. Si usamos un poco de leche, hay que tener en cuenta las proteínas y la grasa que tiene la leche que vayamos a utilizar antes de añadir las proteínas y las grasas que vayamos a usar para preparar un batido. Para adelgazar, aconsejo preparar el batido con agua en lugar de con leche, porque es mucho más sencillo realizar los cálculos y al utilizar más cantidad de líquido -recordemos que el agua no engorda y se puede usar a voluntad- tenemos la oportunidad de añadir más fibra, lo que además de facilitar el tránsito intestinal, nos aportará mayor sensación de saciedad.

De este modo, podemos preparar dos o tres batidos por la mañana e ir tomándolos a lo largo del día cada vez que tengamos que comer pero no nos apetezca hacer una comida sólida normal. Llevo meses pensando en hacer un video para demostrar como se hacen los batidos, así que hoy lo escribo en el blog y así me obligo a hacerlo de una vez por todas 😉

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La Pirámide Invertida

Pirámide Nutricional de los Alimentos

La pirámide nutricional

Esta mañana me hacían una entrevista en la Cadena Ser que colgaré por aquí en breve y hablábamos fugazmente de la pirámide nutricional. Aunque en el libro Adelgazar sin Milagros hablo extensamente sobre este tema, creo que en el blog apenas la he mencionado y se me ha ocurrido dedicarle el artículo de hoy.

Cualquiera que esté pensando en adelgazar debe comenzar por borrar la pirámide nutricional de su mente. Es una aberración para la salud y desde luego una pauta nutricional tremendamente nefasta para adelgazar. Una de las paradojas de la pirámide nutricional es que los mismos que la recomiendan aprovechan para recomendar una «dieta equilibrada» y alejarse de los bocadillos. ¿Cómo puede uno seguir una dieta equilibrada siguiendo esta pirámide que está absolutamente equilibrada? Por equilibrada, entendemos aportes similares (en equilibrio) de nutrientes y sin embargo la pirámide nos dice que nos atiborremos de unos (hidratos de carbono) y casi no comamos los otros (proteínas y grasas).

Lo segundo que llama la atención es lo de no comer bocadillos «porque engordan». Oiga, si sigo su pirámide nutricional debo comer bastante pan con bastante poco relleno (salvo que lo rellene de lechuga y zanahoria), así que ¿cómo quiere que siga su pirámide si me dice que tome de 5 a 7 raciones de pan al día y una ración de carne? Esto, de donde yo vengo, se llama bocadillo, y si quien lo hace es un cocinero de renombre se llama emparedado en deconstrucción, pero no deja de ser lo mismo.

Para adelgazar, ya lo digo y lo repito en el libro, hay que invertir de algún modo la pirámide, eso sí, eliminando por completo los azúcares. Lo que es necesario es comer una amplia base de proteínas y grasas y una pequeña cúspide -que incluso se puede eliminar- de cereales y granos, con un aporte razonable de verduras y cuidadoso de frutas. Tenía un amigo en la niñez que se quejaba de que su madre le ponía a dieta y no adelgazaba. Una mañana venía quejándose de que su madre sólo le dejaba cenar fruta. «Jose» -le pregunté, «entonces ¿Qué cenaste anoche?» – «Sólo un melón» me contestó… Así, lógicamente, es imposible adelgazar.

El aporte continuado de proteínas y grasas durante el día garantiza un adecuado flujo de aminoácidos y ácidos grasos en el organismo, lo que es la base de una buena regeneración celular. Por el contrario, un aporte continuado de hidratos de carbono durante el día lo que garantiza son constante picos de glucosa, con sus correspondientes picos de insulina, lo que es la base de la acumulación de grasas, el síndrome metabólico y la diabetes tipo II.

Si quiere adelgazar y que la pérdida de peso sea constante, permanente y saludable, hágame caso y saque de su cabeza la pirámide nutricional. Los inventores de este chisme, los Norteamericanos, ya lo han hecho, pero como sabe, aquí todo llega con cierto retraso y, como me decían esta mañana en la radio, «los médicos la siguen recomendando». Esto se debe únicamente a que estaba en los libros de texto que usaron hace años en la carrera. Le puedo garantizar que es absolutamente imposible adelgazar siguiendo esa pauta nutricional. De hecho, lo que le garantizo es que si por cada ración de carne roja toma 5 o 6 raciones de pan, pasta y derivados, lejos de adelgazar lo que le garantizo es que engordará.

La Obesidad: la Enfermedad de los Pobres

Epidemia de Obesidad Infantil

Epidemia de Obesidad Infantil

En estos días paso con cierta frecuencia por un barrio de mi ciudad de los menos favorecidos. He leído en reiteradas ocasiones que la obesidad infantil está íntimamente ligada a los recursos económicos familiares y cuando paso por este barrio presto especial atención a los transeúntes.

Lo cierto es que los niños no son los únicos que necesitan adelgazar. Al contrario, parece que un porcentaje muy elevado de los habitantes de esta zona de la ciudad necesitan perder peso urgentemente. La abundancia de alimentos basados en los carbohidratos refinados a muy bajo coste hace que muchas de las familias que viven en este tipo de barrios se vea abocada a utilizarlos como base de su alimentación. Es comprensible. Un kilo de macarrones debe costar de media menos de dos euros y un kilo de ternera, por muy barata que sea, difícilmente va a bajar de nueve o diez euros.

No hace falta que repita que es imposible adelgazar basando la dieta en carbohidratos, especialmente los refinados, pero es que además utilizarlos como base nutricional conduce a la obesidad. Se da la circunstancia de que las pastas, los arroces, las harinas, las féculas, los azúcares y demás alimentos baratos están todos basados en los carbohidratos y aunque la pirámide nutricional nos dice que llevemos una dieta con una amplia base de carbohidratos, ya sabemos de sobra que se trata de una mentira enorme como denuncio en el libro. Para colmo, los fabricantes de alimentos tienen a los niños en el punto de mira con productos especialmente diseñados para llamar su atención y basados del mismo modo ya no sólo en carbohidratos refinados, sino en las perjudiciales grasas hidrogenadas.

Todas las personas que conozco que han conseguido adelgazar de manera sana -conservando su masa muscular- lo han hecho siguiendo planes nutricionales basados en la proteína y la grasa. Mucha gente confunde esto con llevar una dieta hiperproteica. Los teóricos peligros de las dietas hiperproteicas (aquellas en las que se ingieren más proteínas de las necesarias) dan para escribir bastante, pero lo que realmente me llama la atención es que no se haya acuñado un término para las dietas en las que se ingieren más carbohidratos de los necesarios. Si, ya se que son dietas hipercalóricas y que no sirven para adelgazar, pero su nombre pone en el dedo en las calorías, y no en la llaga, que es el origen de las calorías, en este caso los carbohidratos.

La población menos favorecida tiene dificultad para adelgazar y en general tiende a la obesidad. Ya dedico un capítulo entero en el libro llamado «No se engañe, adelgazar es caro» a hablar con detalle de este preciso tema, pero me ha parecido interesante compartir esta reflexión acerca de la relación entre la obesidad y la economía ahora que puedo ver sus efectos a diario. Cuando vivía en EEUU teníamos en la empresa en la que yo trabajaba una secretaria que había sido madre soltera y siempre contaba las dificultades económicas por las que había pasado a lo largo de su vida. Solía decir que había alimentado a sus hijos a base de pasta con rodajas de salchichas tipo Frankfurt y patatas y, no en vano, ambas hijas lucían un pronunciado sobrepeso.

No tengo ninguna duda al respecto: elimine las proteínas de calidad (caras) de su dieta y aumente la ingesta de carbohidratos (baratos) y tendrá la receta perfecta para la enfermedad de los pobres: la obesidad.