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Millonarios de Azúcar

Cantidad de Azúcar en la dieta

Durante todo el año pasado han aparecido muchas noticias, desde todo tipo de fuentes, que relacionan el excesivo consumo de azúcar con infinidad de problemas de salud. Sin embargo, no parece que el consumo de azúcar per cápita vaya en descenso, sino más bien todo lo contrario. El estudio ANIBES desveló en 2019 que la ingesta media de azúcar en España es de unos 72 gramos por persona y día, más de 26Kg al año, una auténtica barbaridad.

Sin embargo, el uso de azúcar como producto de consumo directo, continúa bajando. ¿Cómo es posible que si cada vez compramos menos azúcar el consumo sea mayor? Como ya he expuesto en otras ocasiones (aquí y aquí por ejemplo) esto es debido a que los alimentos y las bebidas que compramos cada vez contienen más azúcar. O sea, no echamos más azúcar al café, sino que compramos café que ya viene azucarado, por exponerlo de manera gráfica.

Dado que es un hecho constatado que el excesivo consumo de azúcar produce graves problemas de salud, que a su vez generan enormes problemas económicos, cabe preguntarse porqué no se hace realmente nada serio al respecto. Y digo nada serio, porque se hacen pequeñas cosas -sospecho que para no quedar en evidencia- como el acuerdo entre el gobierno y algunos fabricantes– para reducir en un miserable 10% la cantidad de azúcar, sal y grasa de los alimentos, así, todo juntito, para que cada uno aplique la reducción en lo que le interese.

En efecto, cuando las personas enferman por consumir un exceso de azúcar de manera continuada, ya sea por diabetes, por enfermedades cardiovasculares o por cualquier otra dolencia, se genera una cronificación del enfermo, cuya factura todos acabamos pagando de un modo u otro, durante muchos años, ya sea mediante los impuestos que soportan el sistema nacional de sanidad o mediante el incremento en los precios de las primas de los seguros privados. Al final, alguien tiene que pagar la factura de la metformina, de la insulina, de las operaciones y tratamientos cardiovasculares, etc.

Entonces, ¿porqué no se hace nada serio para evitar el consumo excesivo de azúcar? En mi opinión, la respuesta está en los Millonarios de Azúcar, un nutrido grupo de empresas y personas que hacen un negocio redondo cada año vendiendo azúcar en cantidades industriales, nunca mejor dicho. ¿Y cómo de grande es este grupo y qué fortuna amasan? Bueno, esto es difícil de calcular, pero podemos hacernos una idea, que imagino a alguno va a sorprender, extrapolando algunos datos.

Si preguntase ahora mismo el nombre de ilustres millonarios en España, seguro que la mayoría acertaría a nombrar primero a D. Amancio Ortega, de Inditex o a D. Rafael Roig, de Mercadona. Pero, ¿y si les dijera que una sola empresa, prácticamente con una sola marca, ha amasado para sus dueños un patrimonio de más de 10.000 millones de euros sólo en España? ¿Y si les dijera que esa marca vende, básicamente, agua con azúcar?

Para ponerlo en perspectiva, la persona más rica de España es el Sr. Ortega, que juega en otra liga (la mundial) con una fortuna de más de 50.000 millones de euros. Sin embargo, y ya compitiendo en la liga de los millonarios mortales, en el puesto 2 y el 3 del ranking tenemos a la familia Del Pino (Ferrovial) con 7.650 millones de euros y a la familia Roig (Mercadona) con 7.050 millones de euros. En un sorprendente cuarto puesto y pisándoles los talones, tenemos a la familia Daurella, que amasa una fortuna superior a 6.300 millones de euros. ¿Adivinan de qué empresa poseen un 20% del capital? Se trata de Coca-Cola European Partners, un conglomerado de empresas que son las embotelladoras (productoras) de Coca-Cola en Europa y algunos países de África, cuya presidenta, Doña Sol Daurella, que además tienen un puesto en el consejo de administración del Banco Santander, abandonó en 2017 Diplocat, el organismo encargado de las famosas «embajadas» catalanas en el extranjero. Se ve que ya no se sentía tan Catalana… ni tan Española, porque según leo en el informe de El Mundo, su participación en Coca-Cola European Partners es a través la empresa española Cobega en la cual ella participa a través de su empresa de Luxemburgo SARL. O sea, en el mejor de los casos, sólo una parte de sus pingües beneficios tributan en España porque a ella le sale mucho más a cuenta pagar la sanidad de los Luxemburgueses con esa parte de sus impuestos.

Pero lo sorprendente no es que esta señora y su familia ocupen el 4º lugar de la lista de Millonarios con esos 6.300 millones de euros. Lo realmente sorprendente es que esos 6.300 millones están ligados sólo al 20% del capital de Coca-Cola European Partners. ¿Y el otro 80% del capital? Bueno, pues pertenece a otros socios, de los cuales, otros 5 aparecen de manera importante en la lista de millonarios de España, en estas posiciones:

  • 4º –> Sol Daurella Comadrán y Familia –> 6.300M €
  • 18º –> Javier Gómez-Trénor Vergés y Familia –> 1.960M €
  • 73º –> Jose Ignacio Comenge Sánchez Real –> 740M €
  • 74º –> Familia Mora Figueroa Domecq –> 740M €
  • 103º –> Ana Bohorquez Escribano y Familia –> 470M €
  • 106º –> Familia Usó Ferrera –> 460M €

Si sumamos estas fortunas, obtenemos la cifra de 10.670 millones de Euros, lo que le catapulta a los accionistas españoles de referencia de Coca-Cola European Partners, de manera conjunta, al segundo lugar de la lista, precedidos únicamente por el Sr. Ortega, que como dije antes, juega en otra liga. A su lado, ilustres millonarios Españoles son meros ricos, como Doña Ana Botín (Banco Santander) con 2.150M €, D. Florentino Pérez (ACS) con 1.220M €, la Familia García Baquero (Lácteas García Baquero) con 590M € o Dimas Gimeno (El Corte Inglés) con 430M € por mencionar sólo algunos nombres conocidos.

Y esto es únicamente el negocio de embotellado de refrescos de las marcas de Coca-Cola. ¿Qué ocurre cuando tratamos de contabilizar el negocio global del azúcar, con el resto de fabricantes de bebidas azucaradas, comida procesada, pastelería, bollería, panadería, etc? Pues yo creo que si sumáramos todas esas fortunas generadas por el azúcar, los 50.000 millones de euros de D. Amancio Ortega parecerían calderilla. No, no exagero. Piensen brevemente en algunas mega marcas cuyo principal ingrediente es el azúcar. Yo les doy algunas pistas: Nestlé, Pepsi, Danone, Donuts, Cuétara, Milka, Lindt… La lista es prácticamente interminable.

Indudablemente, todas estas empresas generan, además de beneficios para sus dueños, beneficios sociales, generando empleo y riqueza para sus millones de trabajadores y contribuyendo notablemente a la recaudación de impuestos. Pienso que por ello, ningún gobierno es capaz de meterle mano al problema de manera directa y además creo que no lo hacen porque los nefastos políticos que tenemos solo entienden de prohibir y de aplicar subidas de impuestos, consecuencias que finalmente sufrimos los consumidores en todos los mercados. Quizás, si se incentivara (en lugar de prohibir el consumo o aumentar los impuestos) una dieta menos dulce, en la que paulativamente necesitásemos menos dulzor, y se premiase el uso reducido de edulcorantes artificiales, los fabricantes podrían adecuar poco a poco su producción a las nuevas exigencias sociales, reduciendo por tanto considerablemente el uso del azúcar sin destruir puestos de trabajo ni riqueza.

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Desayunar zumo de naranja eleva el riesgo de aterosclerosis

Un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology sugiere que desayunar un zumo de naranja está asociado con mayor riesgo de aterosclerosis.

Logotipo del JACC

¡Oh Dios mío! ¡Me van a crucificar! Bueno, pues no deberían, porque lo único que he hecho con este titular es resumir de otro modo el mismo estudio del que llevamos dos semanas oyendo hablar y que, según muchos, viene a decir que las personas que no desayunan acumulan más grasa en las arterias. El estudio en cuestión, titulado The Importance of Breakfast in Atherosclerosis Disease (La importancia del desayuno en la Aterosclerosis) se publicó el 15 de Octubre de 2017 en el Journal of the American College of Cardiology y puede consultarse en este enlace. Como ocurre con otras publicaciones científicas, el resumen del artículo es accesible para todo el mundo pero si quieres leer el artículo completo, debes estar suscrito a la revista o rascarte el bolsillo. Lamentablemente, parece que los periodistas no están por la labor de rascarse el bolsillo y publican conclusiones sobre resúmenes, sin entrar a valorar el artículo completo. Como este tema me interesa desde hace mucho tiempo, me he rascado un poco el bolsillo y me he comprado el artículo completo para poder entender mejor el estudio y poder resumirlo, y hoy os traigo ese resumen.

Zumo de NaranjaHace mucho tiempo que defiendo que el desayuno NO es la comida más importante del día y que el dicho que comienza con «desayuna como un rey» no tiene base científica alguna, y leyendo este estudio, no creo que aparezca nueva evidencia en contrario a mis planteamientos. De hecho, se establece cierta correlación que ahora veremos entre «no desayunar» y la aterosclerosis no clínica, pero desde luego ninguna causalidad. Recordemos que la correlación no implica causalidad. Por ejemplo, puede que yo nade en una piscina todos los días y que nunca me resfríe. En mi caso, habría una correlación pero no una causalidad, o sea, el motivo de que no me resfríe no tiene porqué ser el hecho de que yo nade todo los días. Según creo, nuestros dos últimos presidentes, Zapatero y Rajoy, fueron al mismo colegio, pero yo no diría que si mis hijos estudian en ese colegio tengan más posibilidades de ser presidentes de gobierno. Hay una correlación entre el colegio de Zapatero y Rajoy, pero no una causalidad.

Antes de empezar, la letra pequeña que parece que a nadie interesa, los datos olvidados sobre este estudio: Se trata de un análisis sobre un estudio en curso, el PESA, financiado por varias organizaciones, la mayoría españolas, sobre trabajadores del Banco Santander en Madrid. En concreto, unos 4.000 trabajadores en una franja de edad entre 40 y 54 años, y cuyos hábitos de desayuno se han estudiado durante los 15 días previos a este análisis. Sí, 15 días, como suena, y si durante esos 15 días los participantes han consumido cualquier alimento, el que sea, se ha dado por hecho en el estudio que su consumo es «habitual» en el sujeto. Además de las Universidades y Centros de Investigación que han financiado este estudio, uno de los investigadores, el Dr. Bueno, ha recibido fondos de investigación de los laboratorios Abbott, de AstraZeneca, de Bayer, de Bristol-Myers Squibb/Pfizer y de Novartis, además de recibir dinero por atender y hablar en reuniones científicas por parte de AstraZeneca, Bayer, Bristol-Myers Squibb/Pfizer, Ferrer, Novartis, Servier y theheart.org/Medscape. El Dr. Peñalvo, otro de los investigadores, trabaja para la farmacéutica Merk. Sólo lo menciono porque no soy muy amigo de las investigaciones e investigadores financiados por laboratorios, y en este caso algunas cosas me han parecido curiosas, como la ausencia de datos sobre las medicaciones de los participantes, que indudablemente las hay.

Vamos por partes. ¿Porqué he puesto antes «no desayunar» entre comillas? Pues porque ese es el motivo concreto por el que este artículo se llama «Desayunar zumo de naranja eleva el riesgo de aterosclerosis». Resulta que para diferenciar entre las personas que no desayunan, las que desayunan poco y las que desayunan mucho, los investigadores han fijado unas pautas calóricas. Traduzco del inglés pero citando textualmente: «[…] hemos estimado que 300 ml de zumo de naranja (que se consume típicamente como desayuno en España) contendría unas 123 kcal […] Por lo tanto, hemos formulado la hipótesis de que si la ingesta matinal de un participante no excede 123 Kcal (5% del total de la energía diaria ingerida), eso podría ser una aproximación a saltarse el desayuno […].» O sea, las personas que desayunan 300ml de zumo de naranja, que aporta unas 123 kcal, y que el estudio considera es un desayuno habitual en España, son considerados como que se saltan el desayuno. Luego, si acudimos a la conclusión rápida que muchos han sacado, de que «saltarse el desayuno» produce mayor riesgo de aterosclerosis, por pura lógica estamos formulando la hipótesis de que si desayunamos sólo zumo de naranja -que es como no desayunar según el estudio-, elevamos el riesgo de sufrir aterosclerosis.

Pero en realidad, y aunque no soy muy amigo del zumo de naranja, ambas conclusiones me parecen muy precipitadas porque hay otros factores que se han tenido en cuenta en el análisis y que a ningún periodista han parecido importar, pero que considero que son de vital importancia para entender los resultados, aunque quizás vendan menos periódicos porque no nos van a sorprender tanto. Por ejemplo, hay una correlación que puede implicar causalidad en el hecho de que casi el 42% de los que se saltan el desayuno son fumadores activos mientras que sólo el 17% de los que hacen un desayuno hipercalórico lo son. En mi artículo El engaño del siglo XX que también aparece como anexo en mi libro Adelgazar sin Milagros ya advertí que uno de los principales causantes de la enfermedad cardiovascular era precisamente el tabaco, así que a mí, al menos esto no me ha cogido por sorpresa.

Aterosclerosis en función del tipo de desayunoSeguimos con datos obtenidos del artículo completo. Según se desprende de las tablas que acompañan las conclusiones, el 17% de los que se saltan el desayuno dicen estar a dieta, más del doble de los que hacen un desayuno fuerte. Sólo el 28% de los que se saltan el desayuno son mujeres contra el 45% de mujeres que hacen el desayuno fuerte. La ingesta de alcohol entre los que no desayunan triplica la de los que desayunan fuerte y también su consumo de snacks y precocinados es mucho mayor. En cuanto al tipo de dieta, solo el 9% de los que desayunan fuerte siguen una dieta considerada poco saludable (Social Business Cluster) contra el 45% de los que no desayunan, que siguen este tipo de dieta. Si hablamos de obesidad, el 45% de los que no desayunan tenían obesidad central contra el 8% de los que desayunaban fuerte. El grupo que no desayuna también tiene la glucosa basal más alta (94,7) frente al que desayuna fuerte (87,9) así como los triglicéridos más elevados. Curiosamente, como he advertido varias veces, los niveles de colesterol de todos los grupos son muy similares, demostrándose una vez más que no hay correlación entre el colesterol dietético y el colesterol basal. Por último, sólo el 2,9% de los sujetos (117 sujetos y, de ellos sólo 34 mujeres del total de 4052 participantes) no desayuna, por lo que la muestra real es bastante escasa. Hay otros factores analizados como el consumo de proteína animal/vegetal, de grasa, de carne roja, de lácteos, pero ahí no veo grandes diferencias a grandes rasgos, salvo quizás que el consumo de lácteos es menor entre los que no desayunan, algo que por otro lado tiene cierto sentido pues es precismente en el desayuno cuando más lácteos se consumen.

En mi opinión, la mayoría de periodistas -para variar- se ha quedado con un titular tan grandilocuente como el mío, creado a propósito para demostrar el error del análisis superficial. En realidad, la conclusión que yo saco es que en general, las personas que no desayunan tienen hábitos mucho menos saludables y por lo tanto habría que profundizar para entender que ese mayor riesgo de aterosclerosis no obedece a la causa de no desayunar, sino al conjunto de hábitos que estos sujetos tenían durante el análisis. Por otro lado, esta conclusión también la sacan los autores del estudio, y cito y traduzco literalmente: «Un modesto 3% de los participantes fueron clasificados como no consumidores de desayuno (<5% de la energía total diaria consumida antes de las 10 AM), y se caracterizan además por seguir un estilo de vida poco saludable, incluyendo una dieta pobre, consumo frecuente de alcohol y ser fumadores». Sin embargo, no creo en la causalidad del desayuno. O sea, no creo que el hecho de no desayunar produzca que uno sea más bebedor, fumador y siga una dieta poco saludable, sino que dentro de una vida desordenada con hábitos poco saludables, es fácil encontrar sujetos con horarios y hábitos de comida nefastos. Y por lo tanto, personalmente no creo que saltarse el desayuno contribuya a la aterosclerosis. En cuanto a la afirmación de que desayunar zumo de naranja causa aterosclerosis, bueno, digamos que no creo que exista esa relación directa, pero desde luego, como he repetido bastante, creo que el zumo de naranja no debería tener cabida en una dieta sana porque sus beneficios son netamente inferiores a los problemas que puede causar.

Por último, pero no menos importante, el estudio se fija en personas entre 40 y 54 años, que llevan entre 4 y 5 décadas desayunando, pero sólo observa las últimas dos semanas, y lo hace mediante un formulario electrónico, considerando que aquello que hacemos ahora, incluso si sólo llevamos unas semanas o unos meses haciéndolo, es lo habitual. No puedo creerme que la presencia de placas de ateroma sea el resultado de dos semanas de alimentación, por muy nefasta que esta sea. Una de las cosas que digo en el libro La gran mentira de la nutrición es que el cuerpo humano tiene una gran tolerancia a las burradas que hacemos con él. Nadie se ha muerto por fumar un par de semanas, ni por beber durante ese tiempo, y mucho menos por no desayunar ni por desayunar zumo de naranja. Al contrario, normalmente hacen falta décadas de tabaco o de alcohol -o de zumo de naranja- para notar claramente los efectos nocivos en el organismo de manera clara. Por eso, analizar de manera observacional únicamente un par de semanas y presuponer que la presencia o ausencia de las placas de ateroma en los sujetos está relacionada con dicha observación es, a mi gusto, un tanto osado. A modo de curiosidad y por el mero placer de buscar una sonrisa, ninguno de los sujetos que se saltan el desayuno es viudo, por lo que si quieres aumentar tu expectativa de vida, procura que tu pareja no desayune 🙂

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Efectos en la salud de carbohidratos, grasas y proteínas

Cantidad de Nutrientes en nuestra alimentaciónComo seguramente habréis leído en la prensa, oído en la radio o visto en la televisión, el pasado día 29 se publicaron unos estudios en los que se detallaban efectos de los distintos macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) en la salud de los seres humanos, y lógicamente os habréis quedado con el titular que ha usado casi todo el mundo, que es que a mayor consumo de carbohidratos mayor riesgo de muerte y a mayor consumo de grasa, menor riesgo de muerte. Hoy voy a profundizar un poco en este tema porque lamentablemente, la mayoría de los periodistas y expertos se han quedado en los titulares grandilocuentes sin entrar a valorar el contenido total de los estudios en cuestión. Para valorar el estudio del que se está hablando hay que leerlo entero, y para ello hay que rascarse un poco el bolsillo, y me temo que la mayoría de redactores se han quedado en el extracto gratuito de The Lancet que puedes ver en este enlace. Pero claro, como comprobarás, se trata de medio folio de información, y el articulo completo tiene 13 páginas, así que me he tomado mi tiempo para comprarlo, leerlo y analizarlo, y aquí te traigo mi revisión.

Enfermedad CardiovascularPara empezar, no se trata de un artículo sobre un estudio, sino de dos artículos (los dos de pago 😥 ), y además tampoco se trata de los resultados finales de un estudio, sino de la segunda hornada de resultados preliminares de un estudio llamado PURE (Prospective Urban Rural Epidemiology) que todavía continúa. Y os preguntaréis, si todavía no ha terminado, ¿Cómo es que hay resultados? Muy sencillo, porque se trata de un estudio observacional, mediante el cual cada año se van recopilando datos y cada vez que los investigadores lo deciden, publican los resultados y conclusiones preliminares que van sacando. En ese sentido, el estudio está vivo. Se trata de un estudio en el que se analiza la salud de 135.335 individuos divididos en cinco continentes, a su vez en 18 países, divididos en dos grupos en función de ingresos (nivel medio bajo y nivel bajo) y además en dos categorías (asiáticos y no asiáticos). No soy muy amigo de los estudios observacionales, pero debo admitir que este lo han diseñado muy bien y que el plan que siguen tiene bastante sentido. Luego hacen cosas raras que no tengo muy claro porqué, como incluir Canadá dentro del continente Europeo o hablar de un país llamado «Territorios Palestinos Ocupados», que no me queda claro si se refiere a Israel como supuesto ocupador o a Palestina, como supuesto ocupado, o a ambos. Más allá de lo que cada uno piense de esa zona, todos estaremos de acuerdo que las dietas de los Israelíes y los Palestinos, aunque con muchas cosas en común, por simple efecto de la diferencia de poder adquisitivo, son bien distintas. Pero bueno, vamos al grano. Voy a tratar de resumir el estudio pero este artículo no puede ser corto jamás, porque hablamos de 14 años de seguimiento de muchísimas personas, y lógicamente la cantidad de datos es arrolladora. Pero te sugiero que le dediques unos minutos y lo compartas, porque lo que vas a leer aquí tiene el potencial de ayudarte a extender la esperanza de vida en tu familia y no cada día vas a tener la oportunidad de mejorar tu salud haciendo tres cambios básicos en tu dieta.

Efectos de las grasas saturadas en la dietaEste primer resumen se refiere al artículo «Asociaciones de las ingestas de grasas y carbohidratos con la enfermedad cardiovascular y la mortalidad en 18 países de 5 continentes (PURE): Un estudio prospectivo de cohorte«, que es el uno de los dos artículos que se han publicado en la prestigiosa revista The Lancet el 29 de Agosto de 2017. El artículo lo firman 35 investigadores en representación de todos los investigadores del estudio PURE, que son muchos y no he tenido la paciencia de contar, aunque sus nombres aparecen en el apéndice del artículo, y su objetivo era encontrar relaciones entre la alimentación y la mortandad, la mortandad por enfermedades cardiovasculares, los infartos, las isquemias y otras causas de fallecimiento. Para ello han utilizado tablas de valores nutricionales adaptadas a cada país, lo que les ha permitido saber -siempre de manera observacional- la cantidad de energía que han consumido los participantes y, sobre todo, la procedencia de dicha energía: los carbohidratos, la grasa y la proteína. Luego han analizado los casos de mortandad, sus motivos, y los casos de enfermedades cardiovasculares, isquemias, infartos y han sacado las estadísticas a partir de lo que comían los afectados. El estudio se basa en personas sanas, sin historial de enfermedad cardiovascular, de entre 35 y 70 años de edad, y que se han comenzado a seguir entre 2003 y 2013. Por eso, aunque llevamos 14 años de estudio, la media de seguimiento es de 7,4 años, que es lo que han publicado los medios de comunicación, pero eso es solo la media. La realidad es que los investigadores han manejado datos tan precisos como 13-14 años de seguimiento de los primeros individuos que se comenzaron a seguir.

Aunque las recomendaciones dietéticas oficiales aconsejan seguir una dieta muy rica en carbohidratos y muy pobre en grasas, con una muy reducida ingesta de grasas saturadas, lo que los investigadores han puesto de manifiesto es que la realidad es precisamente la inversa. Son las personas que comen menos carbohidratos y más grasas, incluyendo grasas saturadas, las que tienen menos riesgo de mortandad, algo que tampoco debe resultarte muy novedoso si sigues este blog porque es algo que llevo bastantes años diciendo. Cabe resaltar que los casos de mortandad por accidentes o heridas no se han tenido en cuenta como es lógico y que la principal causa de mortandad durante estos catorce años ha sido el cáncer, no las enfermedades cardiovasculares, excepto en África, donde la principal causa han sido las enfermedades infecciosas. Veamos los resultados del estudio con un poco de detalle.

Dicen en las conclusiones que el mayor consumo de carbohidratos está asociado directamente con el mayor riesgo de mortandad total y de mortandad por factores no cardiovasculares (p.ej. cáncer). Sin embargo, no ha han descubierto una relación directa entre el mayor consumo de carbohidratos y mayor enfermedad cardiovascular, infarto de miocardio, paros cardíacos y mayor mortalidad por enfermedad cardiovascular, algo que choca frontalmente con otros estudios, aunque probablemente es resultado (y esto es sólo mi opinión) de no haber hecho una diferenciación entre los tipos de carbohidratos a la hora de analizar.

Continúan diciendo que el mayor consumo total de grasa está asociado directamente con el menor riesgo de mortandad total y de mortandad por factores no cardiovasculares. Tampoco se han encontrado relaciones directas entre el mayor consumo de grasas y mayor enfermedad cardiovascular, infarto de miocardio, paros cardíacos y mayor mortalidad por enfermedad cardiovascular.

Morir de ColesterolDigamos que hasta aquí es lo que se ha hablado en los medios de comunicación, pero vamos a desgranar algunas perlas que están escondidas en la parte de pago del artículo, que son para mí al menos igual de interesantes que el resto. Para empezar, los investigadores han encontrado una asociación directa entre el mayor consumo de proteína de origen animal y un menor riesgo de mortandad total. Sin embargo, esa relación no la han podido constatar con la proteína vegetal. Dicho de otro modo, comer carne, huevos, pescado y lácteos alarga tu vida y comer soja y tofu no la alarga, por si todavía tenías alguna duda al respecto. Lógicamente, como las proteínas de origen animal suelen venir acompañadas de grasas saturadas, el siguiente descubrimiento no debería llamarte la atención: El mayor consumo de grasas saturadas está inversamente relacionado con el mayor riesgo de mortandad total, o sea, que los que comen bacon, pescados grasos, aceite de coco y mantequilla tienen menor riesgo de mortandad total que los que comen margarina, aceite de girasol, pan integral y verduras cocidas. ¿Dónde habré leído yo esto antes? Espera, no lo he leído, lo he escrito en el libro La Gran Mentira de la Nutrición hace unos años…

Pero no acaba ahí la cosa. El mayor consumo de grasa saturada NO está asociado con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, ni con mayores tasas de infarto de miocardio, ni con la mortandad por motivos cardiovasculares. O sea, que lo que nos cuentan los señores de Danone y compañía sobre las grasas y el colesterol vuelve a certificarse que es absolutamente falso. También las grasas mono-insaturadas (p.ej. el aceite de oliva) están asociadas en este estudio con menores riesgos de mortandad total. Dicen, en la discusión final, que las tasas de mortandad entre los que toman aceite de oliva, aceitunas y frutos secos, son obviamente más bajas, así que puedo dormir tranquilo porque de todo eso consumo bastante 😆

Cortando los carbohidratos de la pirámide para volvernos lowcarbOcurre, además, que el mayor riesgo de mortandad total y mortandad por enfermedad cardiovascular asociado al mayor consumo de carbohidratos no es lineal, sino incremental, o sea, que cuantos más carbohidratos comas mayor es tu riesgo de quedarte antes en el camino. Para llegar a esta conclusión se han evaluado todas las variables, incluyendo la división de la que antes hablé en países asiáticos (predominio de cereales y arroz blanco) y países no asiáticos (menos arroz blanco y más harinas refinadas de cereales), y resulta que los resultados son los mismos, o sea, que hablamos del consumo real y general de carbohidratos, no solo de la harina o el azúcar, algo que también tengo más que escrito en este blog y en mis libros, principalmente en Adelgazar sin Milagros. De todos modos, antes de que se produzca histeria colectiva y suicidios en masa al leer estas líneas, que quede claro que en el estudio también se dice que el incremento del riesgo es notable a partir del 60% de la ingesta de energía procedente de carbohidratos, o sea, que el aumento no-lineal del riesgo se da por encima del 60% y no por debajo. Para que quede claro, no hay mucha diferencia de riesgo entre el 20% y el 40%, pero a partir del 60% cada punto porcentual importa mucho. Interesante en este punto reflexionar sobre la pirámide alimenticia y la dieta mediterránea que llaman a consumir el 65% de la energía a partir de los carbohidratos, o sea, directamente en la zona de peligro exponencial que marca este estudio.

Algunos datos interesantes que extraigo y resumo del estudio:

  • El reemplazo isocalórico de sólo un 5% de los carbohidratos de la dieta por grasas poli-insaturadas hace bajar el riesgo de mortandad total en un 11%.
  • El reemplazo isocalórico de sólo un 5% de los carbohidratos por proteínas, grasas mono-insaturadas y grasas saturadas no tienen efecto sobre el riesgo de mortandad total.
  • El reemplazo de carbohidratos por grasas saturadas en la dieta está asociado con una disminución del 20% de posibilidades de sufrir un infarto.
  • El reemplazo de carbohidratos por grasas poli-insaturadas en la dieta está asociado con una disminución del 16% de riesgo de mortandad por enfermedades no cardiovasculares.

Las conclusiones antes de la discusión del propio artículo son demoledoras y los investigadores subrayan «Nuestros descubrimientos no soportan las recomendaciones actuales de limitar el consumo de grasa a menos del 30% de la energía diaria consumida, ni de limitar el consumo de grasa saturada al menos del 10% de la energía diaria consumida. La salud de los individuos que sigan una dieta rica en carbohidratos puede beneficiarse de una reducción de la ingesta de carbohidratos y un aumento del consumo de grasa

Si no fuera porque este estudio comenzó en 2003, diez años antes de que se publicara mi libro Adelgazar sin Milagros, diría que me han plagiado algunas de las frases que aparecen en el informe 😛

Mi conclusión final: Esta revisión del estudio PURE recién publicada viene a soportar directamente algunos de los puntos que más vehementemente trato de divulgar desde mis publicaciones, a saber:

  1. El mayor consumo de carbohidratos está directamente relacionado con una peor salud y un mayor riesgo de mortandad y enfermedad, lo contrario de lo que te cuentan Kellogg’s, Nestlé y compañía.
  2. El mayor consumo de proteína animal está directamente relacionado con una mejor salud y un menor riesgo de mortandad y enfermedad, lo contrario de lo que te dicen las autoridades sanitarias, vendidas a los grandes lobbies de alimentación.
  3. El mayor consumo de grasa en la dieta está asociado directamente con una mejor salud, lo contrario de lo que te cuentan muchos médicos.
  4. El mayor consumo de grasa saturada en la dieta está asociado directamente con el menor riesgo de infarto, lo contrario de lo que te dicen Danone y las farmacéuticas que quieren venderte productos para bajarte artificialmente el colesterol.

Ponencia en el congreso de Alimentación Viva y Consciente¿Quieres profundizar más sobre este tema? Además de comprar el artículo (sólo está disponible en inglés por cierto), puedes ver este video en el que hablo de algunos de esos temas y leer mi libro La Gran Mentira de la Nutrición, en el que me adelanto unos cuantos años a los resultados de este estudio y profundizo sobre temas concretos de nuestra alimentación, hablando de la soja, del azúcar, de la fructosa, del colesterol, del vegetarianismo y de muchas otras cosas que considero que todo el mundo debería conocer porque son la base y el pilar de nuestra alimentación y por tanto, de nuestra salud.

Para acabar, prometo comprar y analizar el otro artículo que se ha publicado simultáneamente sobre el estudio PURE: Consumo de frutas, verduras y legumbres y la muerte por causas cardiovasculares en 18 países. Pero os adelanto un par de datos que extraigo de la entrevista a las dos científicas líderes del estudio que he oído de regalo al comprar el otro articulo: no se ha constatado beneficio en tomar más de 3-4 raciones de frutas, verduras y legumbres (en total) al día, ni por tomar más de 300 gramos combinados (frutas, verduras y legumbres) al día; y los efectos beneficiosos de las ingestas de frutas, verduras y legumbres pueden situarse por debajo de esas cantidades en según qué poblaciones. ¡Cielos! ¿Y si, después de todo, algunos no estamos tan locos?

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OMS, Cáncer, Carne Roja, Periodismo y Estupidez

Logo de la Organización Mundial de la SaludOMS, Cáncer, Carne, Periodismo y Estupidez. Junta todos estos ingredientes y tendrás la receta perfecta para generar una alarma social sin precedentes y, me temo, que sin mucho sentido. Por si por casualidad existe alguien que no se haya enterado, comienzo por el principio: la Organización Mundial de la Salud ha emitido una nota de prensa en la que afirma, así como quién no quiere la cosa, que el consumo de carne roja y de carne procesada produce cáncer. Es más, cataloga la carne roja como probable carcinógeno para los humanos al englobarla en el grupo 2A, y las carnes procesadas como carcinógena para los humanos, al englobarlas en el grupo 1, donde también se encuentran el tabaco y el amianto. Da que pensar, ¿verdad? Pues pensemos, pero antes hagamos un poco de historia. Creo que esta es la misma OMS de leche sí, luego leche no, y luego leche a ratos. Huevos sí, huevos no, y ahora huevos sí otra vez. Así que lo que viene, como cualquier gran titular con poco contenido, lo debemos coger con pinzas.

Empecemos por el principio. ¿Qué ha ocurrido con esta nota de prensa? Pues lo de casi siempre, que se han extraído de ella frases y se han creado titulares alarmistas sin entrar a investigar siquiera un poquito el fondo de la cuestión ni los [pocos] datos contenidos en la propia nota. Habitualmente soy muy crítico con los periodistas porque suelen hacer poca o ninguna investigación antes de publicar, pero en este caso creo sinceramente que es la propia OMS la que ha emitido una nota muy ambigua que más que informar desinforma y, para colmo, el enlace publicado que envía a los estudios extendidos utilizados, supuestamente publicados en The Lancet Oncology, no funciona en ninguna de las versiones de la nota de prensa que he leído (español e inglés). Esto ya me da una idea del rigor de quien ha redactado y publicado la nota, pero no entremos todavía en meterle el dedo en el ojo a nadie. Lógicamente, me he dado un paseo por la web de The Lancet Oncology, pero no he encontrado los estudios mencionados. Quizás estén ahí en algún sitio, pero desde luego no aparecen a primera vista en la edición de Octubre que es la que se referencia en la nota de prensa.

La nota de prensa de la OMS habla de dos cosas distintas, y que considero que no deberían estar mezcladas en la misma nota porque llevan a confusión. Por un lado, habla de lo que denomina carne roja y por otro de lo que denomina carnes procesadas. Miremos ambos casos por separado para hacernos una idea de lo que realmente dice esta nota.

Carne RojaLa OMS denomina carne roja a la carne muscular procedente de todos los mamíferos como la carne de res, ternera, cerdo, cordero caballo o cabra. No menciona todos los mamíferos como es natural , pero imagino que la carne de conejo, ciervo, canguro o cebra están también ese grupo. Me llama la atención porque me parecen carnes tan distintas que meterlas todas en el mismo saco es, cuando menos, curioso. Además, habla específicamente de la carne muscular, de modo que deja fuera las vísceras como el hígado o los riñones y los huesos, lo que me parece curioso también, pues tradicionalmente hemos asociado más riesgo al consumo de este tipo de alimentos procedentes de los mamíferos.

Según dice la nota de prensa, un grupo de trabajo de 22 expertos (sin nombre) de 10 países (sin especificar) clasificó el consumo de carne roja como probablemente carcinógeno para los humanos (Grupo 2A), basado en evidencia limitada de que el consumo de carne roja causa cáncer en los humanos y fuerte evidencia mecanicista apoyando un efecto carcinógeno (esto último no alcanzo a entender con exactitud que significa). Esta asociación -dice la nota- se observó principalmente en el cáncer colorectal, aunque también se han visto asociaciones con el cáncer de páncreas y el de próstata.

Con respecto a la carne procesada, la OMS nos dice que en esta categoría entran todas las carnes que se han transformado a través de salazón, curado, fermentación, ahumado u otros procesos para mejorar su conservación o sabor. O sea, viene a decirnos que un jamón ibérico es lo mismo que un trozo de chopped, que un lomo embuchado es lo mismo que una salchicha Frankfurt y que la cecina de buey es lo mismo que una lata de paté, que no deja de ser carne procesada. Interesante asociación de productos con composiciones químicas y nutritivas absolutamente dispares…

Carnes ProcesadasSin embargo, coge todo este grupo de alimentos y lo cataloga como carcinógeno para los humanos perteneciente al grupo 1, basándose en «evidencia suficiente» de que el consumo de carne procesada causa cáncer colorectal. En ese mismo grupo 1, como he dicho antes, se encuentran el tabaco y el amianto, pero también el plutonio. Sin embargo, fuera de la nota, en una página dedicada a responder preguntas de interés acerca de la nota de prensa, que sospecho que pocos periodistas han visitado, la propia OMS admite que aunque compartan grupo, el riesgo no es lógicamente el mismo.

Para rematar la faena y crear todavía más alarma social, los expertos nos arrojan un dato en forma de porcentaje: dicen que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta un 18%  el riesgo de contraer cáncer colorectal. ¡Madre mía! Debo estar absolutamente podrido por dentro… ¿o quizás no? Veamos.

He ido a buscar datos de población y casos de cáncer colorectal en los Estados Unidos, que suele ser el país que más datos publica en general sobre cualquier cosa, y que además es un gran consumidor de carnes procesadas, por lo que serán datos absolutamente válidos. Los últimos datos corresponden a 2012, y encontramos que ese año la población de Estados Unidos se cifraba en 312,780,968. Por otro lado, en el CDC (Center for Desease Control) encontramos que ese año se diagnosticaron 134,784 casos de cáncer colorectal. Si suponemos que todos los americanos comieron carne procesada en 2012 en algún momento del año, algo que es inexacto pero cercano a la realidad, y hacemos la cuenta, resulta que el 0,0431% enfermó de este cáncer. Ojo, no hablamos de el 1%, ni del 0,5% sino de menos del 0,05%. ¿Qué significa esto? Pues que si la posibilidad de enfermar de cáncer colorectal por consumir carnes procesadas es del 0,0431% y por cada 50 gramos que ingiramos crece en un 18%, la primera porción del año sitúa nuestro riesgo en el 0,05%, la segunda en el 0,06%, la tercera en el 0,07% y así sucesivamente, aunque con un ligero factor de crecimiento geométrico. El caso es que NO hay que pensar que si comemos carne procesada nuestro riesgo de padecer cáncer colorectal es del 18%, sino que este riesgo, que es aparentemente bastante bajo, crece en un 18%, o al menos eso interpreto yo leyendo la nota de prensa. Curiosamente, en el listado de factores de riesgo del cáncer colorectal del CDC NO figura la carne, ni procesada ni fresca. De hecho, si observamos las estadísticas publicadas por el CDC, no hace falta ser un lince para entender que el factor de riesgo más determinante para contraer cáncer colorectal es sin duda la edad. Como veréis en la tabla, en mis cuentas básicas me he desviado un 0,03% de la realidad, probablemente porque no he tenido en cuenta que los bebés y los vegetarianos no comen carne 🙂

La nota de prensa de la OMS dice también que el consumo de carne se está incrementando a nivel mundial, lo cual choca frontalmente con las estadísticas de tendencia publicadas por el CDC, que indican que los casos van en retroceso. ¿Quién se equivoca, la OMS o las cifras reales?

He estado mirando algunas páginas de nutrición dentro de la propia OMS, para entender el rigor que utilizan en sus publicaciones. En su página de recomendaciones nutricionales establecen (por favor sentaros si estáis de pié que no quiero accidentes), que los nutrientes que componen la base de toda la nutrición humana son: proteína, energía, Vitamina A y Caroteno, Vitaminas C, D, E, K, tiamina, riboflavina, niacina, B6, ácido pantoteico, biotina, B12, folatos, antioxidantes, calcio, hierro, zinc, selenio, magnesio y yodo. O sea, dice la OMS en su web que la energía es un nutriente -curiosa acepción del término- y que la grasa no es parte de la base de la nutrición humana, así que debo suponer que no han oído hablar de los ácidos grasos esenciales.

Kurt Straif, responsable del estudio de la OMSPersonalmente, y esto es sólo mi opinión, creo que esta nota de prensa sobre el consumo de carne es absolutamente alarmista y responde a algún tipo de campaña comercial, y para esto último me baso en una entrevista publicada hoy en El País en la que el responsable del estudio monográfico, Kurt Straif, se ha puesto el parche antes de que apareciera la herida, porque ha repetido que no tienen lazos con empresas ni industrias sin que le pregunten por ello. ¿Será vegetariano? Creo que es una pregunta que debían haberle hecho sin duda, pero que aparentemente se le ha pasado al entrevistador. No lo digo en tono sarcástico. Este señor es Alemán, donde se estima que el 10% de la población podría seguir dietas vegetarianas de diverso tipo, así que la probabilidad es relativamente alta. He buscado su perfil en ResearchGate para tener más información sobre él, pero su página estaba caída desde las 5:30 am que he empezado con esto.

En España, con una población de unos 47.5 millones de personas en 2012, los casos de cáncer de colon fueron 39.533, o sea un 0,08%, porcentualmente casi el doble que en Estados Unidos, y no hace falta que diga que el consumo de carne allí es muy superior al que tenemos aquí. Según el informe de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), los casos de cáncer colorectal en España van en aumento mientras en EEUU van en descenso como hemos visto antes. ¿Qué veo yo aquí? Pues que no creo que el factor determinante para contraer cáncer colorectal sea el consumo de carne, si bien es posible que -una vez veamos el trabajo de la OMS publicado- pueda demostrarse que tenga cierta incidencia. En el propio informe de la REDECAN, dice textualmente «Como en la mayoría de cánceres, la edad es el principal factor de riesgo no modificable de cáncer de colon y recto. Más del 90% de casos son diagnosticados en personas mayores de 50 años», que es lo mismo que he venido a observar antes mirando las estadísticas del CDC.

Logo de la REDECANEn el estudio de la REDECAN (página 20), se menciona que «el consumo de carne roja y procesada, o de carne muy hecha o cocinada directamente con el fuego» es un factor de riesgo modificable para el cáncer de colon. Sin embargo, incide en que la hiperinsulinemia juega un papel importante y su presencia aumenta el riesgo de aparición de adenomas colorectales, al igual que el alcohol y el tabaco. Dejemos de lado a los sospechosos habituales. Sabemos que la hiperinsulinemia en personas sanas se debe principalmente al consumo de grandes cantidades de carbohidratos simples, así que ¿porqué no alerta la OMS o la REDECAN que el consumo masivo de harinas, pastas y azúcares, por ejemplo, es un factor de riesgo en el cáncer colorectal? Opino que probablemente porque vende mucho más el titular de la carne roja. Y ya sabes el dicho, no dejes que la verdad te arruine un buen titular.

Mi conclusión final: a la espera de leer los estudios cuando estén disponibles, y suponiendo que haya una causalidad real entre en consumo de carne y el cáncer colorectal -que es mucho suponer-, no considero que esta sea la causa más directa de dicho cáncer porque los números me indican otra cosa. Considero que la edad es el factor de riesgo más alto, porque está más que demostrado, y por tanto considero que la medida que debo tomar para prevenir problemas es realizarme pruebas diagnósticas de manera preventiva, especialmente a partir de los cincuenta años. Mientras tanto, mis hijos que son sin duda lo que más quiero en este mundo seguirán comiendo jamón, carne, lomo y todo tipo de carnes, pescados, lácteos, huevos y vegetales que considere apropiados tan a menudo como quieran porque lo único que podría prevenirles realmente de contraer la enfermedad sería no crecer ni envejecer, algo que ni puedo ni quiero evitar. Lo que si puedo hacer, y ya lo hago activamente evitando azúcar, carbohidratos refinados y simples en general, es evitar que su glucosa en sangre sea una montaña rusa y considero que no hay mayor prevención para la salud a largo plazo que esa.

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Cómo Adelgazar Rápido de forma segura

Adelgazar Rápido es sano

Adelgazar Rápido es sano

Cuando alguien quiere adelgazar, una de las cantinelas frecuentes que escucha es que no debe tratar de adelgazar rápido. Para los que ya hayan leído mi libro, creo que dejo bien claro que lo realmente peligroso no es adelgazar rápido, sino tardar en adelgazar o, peor aún, no adelgazar por tratar de hacerlo pausadamente. Adelgazar no es lo mismo que perder peso. Se puede perder mucho peso sin adelgazar, y se puede adelgazar sin perder mucho peso. Adelgazar es eliminar la grasa acumulada en el cuerpo, y por ello no hay ningún peligro en adelgazar rápidamente, sino más bien todo lo contrario. Pero no quiero convertir este artículo en un acto de fe para los lectores. Vamos a examinar la más reciente evidencia científica para descubrir si adelgazar rápido es seguro, como explico en el libro, o no lo es, como repiten muchos médicos y algunos nutricionistas despistados.

El prestigioso portal ScienceDaily.com acaba de hacerse eco de un estudio publicado en The Lancet el pasado 15 de Octubre en el que se analizaba comparativamente las ventajas de adelgazar rápido frente a adelgazar a un ritmo más moderado. Contrariamente a las recomendaciones habituales, el estudio concluye que adelgazar despacio no reduce la cantidad ni velocidad del peso que se puede volver a ganar al abandonar una dieta concreta, el famoso efecto rebote, cuando se lo compara con los resultados obtenidos al adelgazar rápidamente.

Este estudio, llevado a cabo en Australia por profesores de medicina de la Universidad de Melbourne y el departamento de pérdida de peso del hospital Austin Health, se llevó a cabo para determinar si adelgazar a un ritmo pausado -la recomendación habitual- tenía efectos positivos a largo plazo sobre la cantidad de grasa eliminada al compararse con los efectos que tiene en las personas adelgazar rápidamente.

En el estudio, se utilizaron 200 pacientes con índices de masa corporal entre 30 y 45 (Obesos tipo I, II y III) que fueron asignados aleatoriamente a un grupo para seguir un programa para adelgazar rápido en 12 semanas (como el que yo mismo promuevo en el libro) o por el contrario a un grupo para llevar una dieta que les hiciese adelgazar gradualmente en el transcurso de 36 semanas. Al final de cada programa para adelgazar, los participantes que habían logrado perder más del 12,5% de su peso total se sometieron a una dieta de mantenimiento durante tres años para poder observarse los efectos posteriores a largo plazo del tratamiento.

Los resultados fueron demoledores: los participantes que estaban en el grupo para adelgazar rápido que consiguieron alcanzar la cifra de al menos el 12,5% de reducción de su peso fueron muchos más (81% del total) que los que estaban en el grupo de adelgazamiento gradual (50%). Esto nos indica que si quieres adelgazar, tus posibilidades de éxito haciéndolo de manera rápida son más del 50% mayores que si lo intentas hacer lentamente.

Los investigadores descubrieron además que la velocidad a la que las personas adelgazan no afecta el ritmo al que pueden volver a ganar peso, el tan temido y cacareado efecto rebote. De modo que el mito que dice que si uno adelgaza rápidamente sufrirá un efecto rebote queda científicamente fulminado. Como he dicho en muchas ocasiones, el efecto rebote no tiene nada que ver con la velocidad a la que se pierde peso, sino con el tipo de tejido que se pierde. Si uno pierde grasa, o sea, adelgaza, no puede sufrir ningún problema de salud, pues está eliminando reservas energéticas y no tejido estructural. Por el contrario, los que creen que adelgazan pero en realidad están perdiendo peso a base de eliminar su tejido muscular, la estructura de su cuerpo, si que están jugando con fuego, pues al debilitar su estructura irremediablemente debilitan su salud. Pero eso lo discutiremos con más detalle en otro artículo próximamente cuando escriba sobre los efectos nocivos que puede tener a llegar en el organismo adelgazar a base de realizar un exceso de ejercicio físico.

Volviendo a este interesante estudio, quiero añadir que ya ha sido comentado por otros investigadores del Centro de Investigación Pennington Biomedical en Baton Rouge, Estados Unidos, afirmando que en efecto los médicos y nutricionistas deben seguir la tendencia de recomendar planes para adelgazar rápido, independientemente del tipo de plan que propongan, dado que con los datos en la mano, la mayor tasa de éxito se conseguirá si se hace que las personas adelgacen rápidamente, lo que además no está reñido -sino todo lo contrario- con adelgazar saludablemente.

Los motivos por los que yo promuevo en mi libro que las personas adelgacen rápido son similares a los observados por los investigadores que han llevado a cabo este estudio. No solo eso, sino que además, como dicen los investigadores Norteamericanos en sus comentarios, el factor psicológico es fundamental para logar un objetivo y en este sentido, perder peso como yo lo hice (35 kilos en 4 meses) es tan rápido que no te da tiempo a pensar si merece la pena o no. Ahora, casi cuatro años después, sigo modificando mi cuerpo, generando más masa muscular y promoviendo mi salud, pero el grueso de la grasa, ese me lo quité de encima rápido.