Etiqueta: engaño

Denunciable: Galletas Chiquilin 0% Azúcares

Después de unos meses vuelvo a la carga con los artículos de la serie Denunciable, en la que desenmascaro la realidad de productos que encuentro en los supermercados.

Hace unas semanas que tengo sobre la mesa un paquete de galletas Chiquilin 0% Azúcares de Artiach con la intención de analizarlo en un artículo y dar a conocer lo que un cuidado marketing y empaquetado esconde: la realidad. Se trata del típico producto diseñado específicamente para confundir y engañar al consumidor, plagado de supuestas buenas intenciones pero con unos valores nutricionales lamentables. Basta un vistazo rápido al paquete para comprender que Artiach quiere hacernos creer que en su producto no hay nada que engorde, que está avalado por expertos nutricionistas y que está fabricado de manera natural con cereales y huevos, pero nada más alejado de la realidad.

Galletas Chiquilin 0% Azúcares Añadidos

Si observamos el paquete podemos leer en grande y en mayúsculas 0% AZÚCARES y prestando mucha más atención, en pequeño y  minúsculas la palabra «añadidos», pero es que resulta que ni siquiera resultaba necesario ponerlo porque el producto únicamente contiene un 0,8% de azúcares, aunque supongo que están tan acostumbrados a cubrir sus mentiras con letra pequeña que ni siquiera han reparado en que en esta ocasión no era necesario. Ahora bien, que el producto no contenga azúcares no quiere decir que sea sano o que no engorde, como quieren hacernos creer en su envase. Rasquemos un poco sobre la superficie a ver que encontramos.

Galletas avaladas por sociedades de nutriciónEn el envase vemos una flecha que sube con fuerza al amparo de unas espigas de trigo y unos huevos, al tiempo que dice «fuente de fibra». ¿Lleva realmente grano integral de trigo como la imagen muestra que aporta fibra? ¿Lleva huevos enteros como aparecen en el dibujo, en la misma cantidad que trigo? Me temo que no, ni una cosa ni la otra. También aparece el logotipo de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. Esta organización fundada inicialmente por médicos y farmacéuticos sin contar con nutricionistas, de algún modo parece que avala el consumo de estas galletas, algo que lógicamente no me extraña teniendo en cuenta que en sus recomendaciones dietarias consideran más importante el vino y la cerveza (3-4 copas al día) que la carne fresca (3-4 raciones a la semana) o los huevos (3-4 raciones a la semana). Si usamos su guía de alimentación sana podremos llegar fácilmente a la conclusión de que es absolutamente sano y recomendable desayunarse un paquete de galletas Chiquilin con un par de cervezas o tres, porque esta bebida -dicen estos señores- es muy recomendable por el alto aporte de vitaminas y minerales que contiene.

Para entender hasta qué punto la estupidez humana no tiene límites cuando trata de defender lo indefendible basta con hacer un poco de matemáticas simples. En 100ml de cerveza hay, aproximadamente, 5-10 microgramos de vitamina B9 (Ácido Fólico). La cantidad diaria recomendada de esta vitamina es de 0,2mg (200 microgramos), lo que implica que para obtenerla a partir de la cerveza deberíamos beber entre 2 y 4 litros de cerveza al día, y con esto sólo obtendríamos el mínimo recomendado para no enfermar, no la cantidad óptima que nuestro cuerpo puede necesitar para una gran cantidad de procesos.

Ingredientes de las galletas Chiquilin 0% Azúcares

Examinando los ingredientes de estas galletas comprobamos que están fabricadas principalmente con harina refinada de trigo (70%) y maltitol. En tercer lugar, en vez de usar un alimento natural y milenario como la mantequilla -que es la base de cualquier receta de galleta tradicional-, para estas galletas han decidido que es mejor usar aceite de girasol y aceite de palma, al que han añadido otros ingredientes «tradicionales» de la industria alimenticia como son el jarabe de oligofructosacáridos, el almidón de maíz o el huevo en polvo, vamos, lo que nuestra abuela usaba para hornear sus galletas en el pueblo…

Falsos claims de las galletas Chiquilin 0% azúcares

El caso es que las mentiras del envasado son continuas. Dice «elaborada con un 70% de cereales» cuando en realidad de lo que tiene un 70% es de harina refinada, y de un único cereal, el trigo, no de «cereales» en plural. Dice «sustituir en tu alimentación grasas saturadas por insaturadas contribuye a mantener niveles normales de colesterol sanguíneo», algo que además de ser incorrecto es absurdo, porque incluso no usando mantequilla, el 25% de la grasa de estas galletas sigue siendo saturada. Dice «Fuente de fibra» pero estas galletas aportan un miserable 5% de fibra. En comparación, una buena galleta dietética es fácil que contenga entre un 15 y un 35 porciento de fibra. Y ya la palma se la lleva la frase «Cuida tu corazón». De todos los métodos que se me ocurren para cuidar el corazón ninguno incluye comer un producto que está elaborado al 70% con harina refinada de trigo.

Falsos claims para la salud de las galletas Chiquilin 0% azúcares

Los valores nutricionales del producto son bastante malos también. Pero no solo son malos los valores nutricionales, es que además son erróneos y por ello opino que deberían ser sancionados. Dice el fabricante que en cada 100g de sus galletas hay 16 gramos de grasa, 86 gramos de carbohidratos y casi 7 gramos de proteína, amén de un pellizco de sal y algo de humedad supongo. Vamos a suponer que Artiach ha considerado la fibra (5’5 gramos) y los polialcoholes (18g) como glúcidos y por tanto los ha incluido dentro de los 86 gramos de carbohidratos. Pues aún así, 16 gramos (grasa) + 86 gramos (carbohidratos) + 7 gramos (proteínas) = 109 gramos. O sea, en Artiach han logrado lo imposible, contener 109 gramos de nutrientes en 100 gramos de galletas. Deberían usar su método para acabar con el hambre en el mundo. Desconozco donde está el error, pero desde luego el etiquetado es erróneo pues la suma del peso de los nutrientes es físicamente imposible que sea superior al peso del producto.

Valores nutricionales de las galletas Chiquilin 0% Azúcares

Mención aparte merece el análisis de valores nutricionales, incluso si obviamos que estos están erróneamente representados en la tabla. Estas galletas son glúcidos en torno al 86%, y si bien es cierto de que de esos, un 5% son fibra y un 18% polialcoholes, la realidad es que tenemos un 63% de carbohidratos refinados en el producto, una auténtica barbaridad que puede elevar el índice glucémico de cualquier persona, por lo que los diabéticos que se sientan atraídos por estas galletas deben pensarse dos veces el tamaño de la ración que van a ingerir, pues aunque no contengan azúcares añadidos, el 70% de harina de trigo refinada probablemente no es adecuado para sus necesidades nutricionales. Además, el polialcohol usado, el maltitol, es parcialmente asimilable, aportando unas 2 kcal por gramo, la mitad que el azúcar. Pudiendo haber optado por un polialcohol no asimilable como el eritritol o por un edulcorante acalórico, el fabricante ha optado por el matitol, apostando por reducir a la mitad la carga calórica del edulcorante en lugar de suprimirla por completo, que creo habría sido lo ideal teniendo en cuenta que ya teníamos suficiente carga calórica entre el 16% de grasa y el 86% (¿más del 100%?) de los glúcidos.

En definitiva, unas galletas que quieren dar una impresión y en realidad no son lo que parecen, un lamentable etiquetado que además de confundir al consumidor aparentemente contiene errores garrafales, y un producto de consumo masivo al que curiosamente ninguna autoridad le da por revisar. Eso sí, si es usted un pequeño productor que fabrica pequeñas cantidades de algún producto artesano, cuídese de cumplir a rajatabla el 100% de las normativas vigentes o caerá sobre usted todo el peso de la ley, porque para la aplicación de las leyes no todos somos iguales.

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Denunciable: Devoragras de Bicentury

Galleta Devoragras de BicenturyEstaba haciendo la compra semanal cuando me he tropezado con este producto en una gran superficie: Galletas Devoragras de Bicentury. Por un momento he creído estar en el paraíso: ¿Existen galletas que devoran la grasa? ¿Cuál será su ingrediente secreto? ¿Lo habrán patentado y será una fórmula secreta como la de la Coca-Cola que sólo conocen dos o tres personas en el mundo? ¿Servirá también para eliminar la grasa de las cacerolas en la cocina? ¿Dejará mi marido de roncar?

Ya he hablado anteriormente de algún producto de esta empresa, pero creo que este se lleva la palma y ahora explicaré porqué. Por la poca información que hay en su web, deduzco que la gama «Devoragras» de Bicentury pretende ser una línea de alimentos funcionales que sirvan para estimular la pérdida de grasa comiendo productos altamente apetecibles. Para ello, por lo que leo en el empaquetado, el fabricante apuesta por un «alto contenido en fibras» y un ingrediente secreto que desvelaré al final. Vamos a analizar lo que significa «alto contenido en fibra» para los señores de Bicentury y ya de paso vamos a echar un vistazo global al ingrediente secreto que esconde su fórmula para quemar grasas.

Aunque existen varios sabores de estas milagrosas galletas, sus ingredientes y valores nutricionales son similares. Hoy vamos a examinar las de Naranja Chocolate, más que nada porque así puedo compararlas con otro producto similar del mismo sabor y podemos ver la diferencia entre un producto de calidad y un producto mediocre con mayor claridad.

Galleta Devoragras de Bicentury

Empecemos por los ingredientes, que no son pocos; de hecho son tantos que voy a usar colores para resaltar algunas cosas que quiero que veáis. Especial atención al azul por favor: Harina de Trigo, aceites y grasas vegetales ((girasol, palma y coco en proporción variable) (antioxidantes: extracto rico en tocoferol, palmitato de ascorbilo)), azúcar, fibras alimentarias, (inulina, fibra de avena), chips de chocolate (4%) (azúcar, pasta de cacao, manteca de cacao, emulgente: lecitina de soja, aromas), copos de naranja (4%) (azúcar, pulpa de naranja (30%), manzana, dextrosa, fibra de piña, espesantes (E401, E341ii), corrector de la acidez (ácido cítrico, aroma), jarabe de glucosa, aromas, extracto de camellia sinensis (té verde) (1%), emulgente: lecitina de soja, sal, gasificantes (bicarbonato sódico, fosfato ácido sódico, citrato potásico).

No es de extrañar que con esta disparatada lista de ingredientes se obtengan unos valores nutricionales pésimos (por cada 100g de producto):

  • Energía: 451 kcal
  • Grasas: 18g, de las cuales 4,9g saturadas
  • Hidratos de carbono: 63g, de los cuales azúcares 23g
  • Fibra alimentaria: 6g
  • Proteínas: 6,2g
  • Sal: 0,47g

Aquí hay tanto que denunciar que uno no sabe ni por donde empezar. Voy a tratar de ordenarlo de la mejor manera posible. En la web de Bicentury dicen textualmente «[…] Así, basar tu alimentación en el consumo de pan integral, pasta integral, arroz integral, legumbres, frutas y hortalizas, es la forma más inteligente de mantener la línea.» Lógicamente no estoy de acuerdo en absoluto con esta afirmación, pero lo que me llama la atención es que si ellos piensan que hay que tomar cereales integrales para cuidar la línea, ¿Porqué demonios no los usan en este producto? En verde, podéis ver la harina de trigo refinada encabezando la lista de ingredientes. La harina integral mejor úsela usted en casa que a estos señores de Bicentury se les ha debido acabar. En segundo lugar, en naranja, la «proporción variable» de grasas. Oiga, si la proporción es variable, ¿Cómo es posible que los valores nutricionales sean estables? El aceite de girasol es una grasa poli insaturada y los aceites de palma y coco son grasas saturadas. Si usted sabe que 4,9g de grasa en su composición son saturadas, necesariamente tiene que saber la cantidad de cada tipo de aceite que ha usado para llegar a esa cifra. ¿Qué trata de escondernos aquí? Además, ¿porqué necesita usar dos antioxidantes en la grasa? Si fuesen predominantemente saturadas (palma y coco) probablemente no los necesitaría. Me temo que algo se cuece con esta afirmación, pero no alcanzo a interpretar porqué lo han puesto así.

Azucar en los productos BicenturyPero vamos al plato fuerte, el ingrediente bomba de estas galletas que devoran grasa, el nutriente más adecuado contra la obesidad, aquel que todo gordito y gordita debería ingerir a diario y sin parar -siempre según Bicentury claro: el azúcar. Según los señores de Bicentury, un producto que contiene un 63% de carbohidratos con un alarmante 23% de azúcares es un producto estupendo para devorar grasa. Hasta en 5 ocasiones, en azul, tenemos azúcares añadidos en los ingredientes. Y digo añadidos porque además de esos azúcares añadidos, hay azúcares naturales en la manteca de cacao, en la pasta de cacao, en la pulpa de naranja y en la manzana, todos ellos de color rojo en la lista de ingredientes, además de los que contenga la harina de trigo (en verde), que como es refinada, se absorberán con facilidad.

Entonces, si el producto que representa el 23% en peso de estas galletas, el azúcar, no es el ingrediente secreto para adelgazar, ¿Cuál es? ¿Queréis saber el secreto? ¿Queréis que desvele el misterio? Vale, ahí va: es el 1% de extracto de té verde que le han puesto a las galletitas de marras. Fijaros que sencillo es adelgazar y que estúpidos somos todos. Lo que tenéis que hacer al levantaros es poner agua a hervir, y le añadís 1 cucharada de té verde y 23 cucharadas de azúcar, porque esa es la proporción que sugieren los expertos de Bicentury, y con eso seguro que «devoráis» vuestra grasa a toda velocidad sin necesidad de hacer dieta ni nada por el estilo. Esta es la ciencia de Bicentury: 1 parte de té verde por cada 23 partes de azúcar es suficiente para «devorar la grasa». La desfachatez de este producto sólo es comparable a la de Carrefour, que lo tiene puesto en el lineal de productos de dietética cuando, por su composición, bien podía estar en el de las golosinas.

Antes de que alguno venga a ilustrarme de la imposibilidad de hacer galletas de otro modo, quiero remitirme a dos galletas distintas. Por un lado, las galletas caseras que hicimos para el libro Cocinar sin Carbohidratos, que no contienen azúcares de ningún tipo y están hechas con proteínas de calidad. Pero si no te apetece cocinar y quieres tomarte alguna galleta de vez en cuando, mira los valores nutricionales de esta otra, sus ingredientes, y decide:

Galleta Oranchoc de CiaoCarb (naranja y chocolate):

Ingredientes: Gluten, aislado de proteína de soja, proteína de guisante, proteína de leche (suero), salvado de trigo, fibra de acacia, mantequilla, lactitol, maltitol, ciclamato sódico (sacarina), gasificantes (bicarbonato sódico y pirofosfato sódico). Para la cobertura de chocolate: proteína de leche (suero), proteína de cacao, proteína de arroz, Eritritol, colágeno hidrolizado, cacao, avellanas, manteca de cacao y lecitina de soja.

Galletas Protomax Oranchoc, Cocochoc y Lemonchoc de CiaoCarbValores nutricionales (por cada 100g):

  • Energía: 354 Kcal
  • Grasa: 20g de las cuales, 1,5g saturadas
  • Carbohidratos: 5g, de los cuales azúcares: 1g
  • Polialcoholes: 10g
  • Fibra:18g
  • Proteína: 38g
  • Sal: 0,13g

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero a mí esta me parece magnífica: menos calorías, que además no provienen de carbohidratos simples, 12 veces menos carbohidratos, 23 veces menos azúcares, el triple de fibra, 6 veces más proteínas y 5 veces menos sal. De la pinta ni hablamos, porque creo que estas ganan por goleada. Eso sí, no contienen el ingrediente secreto de Bicentury, así que habrá que tomárselas con un té para que hagan el mismo efecto, ¿o quizás no queremos que hagan el mismo efecto?

¿Veis antioxidantes, espesantes o correctores de acidez en la composición? No, porque no son necesarios. Cuando los ingredientes de un producto son de calidad no hace falta añadirle todo tipo de aditivos. Un poquito de emulgente para la cobertura de chocolate y listo. En general, los productos de CiaoCarb son así. Más caros, pero infinitamente mejores.

Lógicamente, si se quiere hacer un buen producto, se puede, pero otra cosa muy distinta es hacer productos mediocres o directamente malos como las galletas Devoragras de Bicentury y tratar de engañar al consumidor, que es lo que vienen a hacer con sus artimañas basadas en una publicidad engañosa, una absoluta falta de información en su web, unas ideas sobre nutrición arcaicas y sobre todo una falta de coherencia entre sus ingredientes y sus postulados. Lo que no entiendo es como ninguna asociación de consumidores les mete mano. ¿Será porque financian a la Asociación Española de Dietistas Nutricionistas a través de estudios de escaso valor científico como este? Ahí lo dejo.

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La gran mentira de la nutrición

La gran mentira de la nutrición

La gran mentira de la nutrición

Una cosa es leer el libro que acabas de terminar de escribir en Word y otra cosa muy distinta tenerlo en tu mano. Hoy he recibido mis ejemplares del libro La gran mentira de la nutrición, que se puso a la venta hace unos días en diversos formatos y webs. Aunque parezca mentira, como autor, la sensación de tenerlo en la mano es infinitamente superior a la de leerlo en la pantalla. Es como si de algún modo se confirmase que el trabajo está terminado, aunque este lo hubiese estado unas semanas antes. Confieso que como lector soy fan del kindle, que es donde leo el 95% de los libros que compro, pero como autor, siento cierta predilección por el libro en papel, por tenerlo en mi mano.

Hoy acaba oficialmente el ciclo de trabajo en este libro, en el que he invertido una más que considerable cantidad de horas, no sólo escribiéndolo, sino también investigando, leyendo estudios, buscando información y hablando con expertos de diferentes campos que confirmasen la información que he recopidado. Espero sinceramente que el libro os guste al menos igual que Adelgazar sin Milagros. En este nuevo libro he intentado escribir de los temas que más interés he visto que generaban aquí mismo, en el blog. Creo que existe un interés legítimo por parte del consumidor por conocer mejor qué ingredientes componen sus alimentos y como afectan estos alimentos a su salud y a la de su familia, y en eso he centrado una buena parte de mis esfuerzos.

Al escribir este libro he tratado por todos los medios de no repetir cosas que ya había aclarado en el libro anterior, pero al menos he tenido que mencionar algunas de ellas para los que no han leído Adelgazar sin Milagros. Sin embargo, estoy convencido que para la mayoría de las personas, casi toda la información contenida en La gran mentira de la nutrición es novedosa. Creo que al menos los padres que tengan niños en edad escolar deben leer este libro o libros similares para entender mejor lo que están dando de comer a sus hijos. Lógicamente, en el corto plazo los efectos de una deficiente nutrición pueden no ser apreciables en la salud de los pequeños, pero la historia nos demuestra que en el medio y largo plazo es más que probable que estemos plantando las semillas de una larga lista de problemas de salud en sus cuerpos, sobre todo en forma de enfermedades degenerativas que aparecerán con el transcurso de los años.

No se trata únicamente de estar delgado o gordo, sino de los efectos que los distintos alimentos tienen a medio y largo plazo en nuestro sistema digestivo, cardiovascular, neuronal e incluso en nuestro sistema reproductor. Todo lo que nos entra por la boca tiene el potencial de influir en nuestro rendimiento y bienestar, y por ello es prioritario conocer con cierto detalle como reacciona nuestro cuerpo a estos alimentos. En el libro, lo que trato de establecer en todo momento es una línea que separe el mito de la realidad, el marketing de producto de los beneficios reales para el consumidor, las creencias populares de la realidad científica. Y para ello, tengo que hablar naturalmente de casos concretos, de personas, de empresas, de marcas comerciales, de gobiernos y organismos oficiales e incluso de asociaciones de nutricionistas y dietistas.

Alguno puede tomarse esto como un ataque personas contra cualquiera de los anteriores, pero no tiene nada de personal y sí mucho de responsabilidad. Todo el mundo vive con miedo de decir que lo que hace el laboratorio X o la multinacional Y no está bien, porque tienen dinero suficiente como para sepultar a cualquier abogado que podamos utilizar para defendernos de ellos en toneladas de papeles e informes, y por eso es comprensible el miedo de muchos a hablar de estas marcas y estas empresas. Yo he preferido olvidarme de esos miedos al escribir en este libro y poner las cosas tal y como son, tal y como están documentadas. Puede que a una empresa o un laboratorio no le guste que yo cuente tal o cual cosa, pero si ocurrió y está documentado, yo la he contado.

Me gustaría que este libro fuese el detonante para que muchas personas dejen de hacer caso -al menos en materia de nutrición- a los anuncios de televisión que les dicen lo que es bueno y lo que es malo para su salud. Como explico en el libro, resulta curiosamente sorprendente que cada alimento que es -según los fabricantes- malo para nosotros, como la grasa saturada, es caro como materia prima para ellos y cada alimento que es teóricamente muy beneficioso para nosotros, como los cereales o la soja, es realmente barato como materia prima para ellos. He escrito este libro convencido de que puedo conseguir que muchas personas se planteen su cesta de la compra, sus hábitos alimenticios y su relación con la industria farmacéutica. Hace años que descubrí en primera persona y por necesidad que una gran parte de la medicina moderna está basada en fármacos que no curan, sino que alivian síntomas, y que estos síntomas desaparecen cuando entendemos la causa del problema y ponemos remedio, sin necesidad de utilizar fármacos de ninguna clase. Es mucho más sencillo, como dijo Hipócrates, usar nuestra alimentación como medicina natural, que es lo que explico en detalle en el libro al desterrar los mitos y las mentiras que rodean la nutrición moderna.

Este nuevo libro ya está disponible en las webs de Amazon en España,México, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Italia, Francia, India, Japón y Australia y además se puede comprar directamente en la tienda online OutletSalud.com. En España, puede encargarse en cualquier librería y su plazo de entrega es de sólo 48 horas.

 

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