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Y dale con la grasa y el Colesterol…

Nutricionista

Nutricionista

Ayer por la mañana hablaba con una nutricionista y no daba crédito a lo que me contaba. Tanto es así que el programa de radio Sano y Nutritivo del próximo lunes 11 se lo voy a dedicar a este tema. Esta chica -título de nutrición en mano- me relataba que en los últimos meses estaba trabajando para una conocida marca de margarina promocionando su producto porque bajaba el colesterol un 10% de media. Como es lógico, le pregunté porqué querría el consumidor medio bajar un 10% su nivel de colesterol en sangre y -muy indignada ella- me dijo que para reducir el riesgo de infarto. ¿Perdón? «¿Es que acaso no sabe que el colesterol produce infartos?»

Es lamentable que el mensaje equivocado llegue a la población, pero lo es mucho más que los profesionales del sector repitan las mismas mentiras que los fabricantes de alimentos nos han contado desde hace años. Si hay algún responsable del crecimiento de los infartos en nuestra sociedad, ese es sin duda el fabricante de alimentos, y con especial mención a los fabricantes de margarina. Para que quede claro, durante muchos años y hasta hace bastante poco, la margarina era una grasa vegetal hidrogenada, una grasa trans, altamente perjudicial para nuestro sistema cardiovascular. Conforme la gente trató de adelgazar huyendo de las grasas saturadas como la mantequilla y abrazando las grasas hidrogenadas como la margarina, los casos de accidentes cardiovasculares se multiplicaron exponencialmente.

A esta chica -insisto, título de nutrición en mano- le pregunté si sabía lo que era el colesterol y me contestó, ni corta ni perezosa, que las partículas que se depositan en nuestros vasos sanguíneos y producen infartos. Creo que mi hijo de 13 años sabe más acerca del colesterol que esta titulada. El colesterol es una grasa que forma parte de nuestra estructura. Se encuentra en la membrana celular de nuestras células, es clave en todo tipo de procesos y es vital, en el sentido estricto de la palabra: sin colesterol nos morimos. Adelgazar no tiene nada que ver con reducir niveles de colesterol en sangre y aprovecho para decir que el colesterol en sangre representa un porcentaje ridículamente pequeño y no significativo del colesterol total que tenemos en nuestro cuerpo.

Como relato con detalle en el libro, para perder peso adelgazando, o sea, perdiendo grasa acumulada, es fundamental ingerir grasa y mantener nuestro organismo bien nutrido. Las grasas que debemos evitar son las grasas hidrogenadas (grasas trans) y no las saturadas ni las insaturadas. Estas dos últimas son necesarias para el correcto funcionamiento del organismo. No se deje engañar por los mitos, si usted come grasa saturada, esta no se depositará en sus arterias ni le provocará ningún problema de salud y desde luego no evitará que adelgaze. Al contrario y como anécdota, le diré que los coágulos que se forman en los vasos están formados mayoritariamente por grasa insaturada, sin que esto quiera decir que si ingiere grasa insaturada esta se instalará en su sistema cardiovascular. No hay tal relación causa-efecto como ingerir grasa y formar coágulos en los vasos. Mucho menos entre ingerir grasa y acumular grasa.

Cuando diseñe su plan nutricional para adelgazar de manera sana, la grasa será una parte indispensable de su rutina alimenticia y por lo tanto no debe intentar perder peso eliminando la grasa de su dieta. Al igual que con las proteínas y los hidratos de carbono, lo que debe hacer es vigilar las cantidades que ingiere para controlar lo que ocurre en su cuerpo, pero le anticipo que reducir artificialmente sus niveles de colesterol y/o suprimir las grasas de su dieta es una muy mala idea para su salud. ¿No me cree? Aquí le dejo unos cuantos datos para que usted decida:

  • El 75% de las personas que sufren un infarto tienen el colesterol bajo
  • El 72% de los norteamericanos que sufren su primer infarto tienen niveles bajos de colesterol (por debajo de 100)
  • El riesgo de infarto es 10 veces superior con niveles muy bajos de colesterol
  • Las poblaciones que más grasa saturada comen son las que menos enfermedades cardiovasculares sufren
  • Los análisis de sangre que miden su colesterol no son exactos. De hecho, el colesterol LDL ni siquiera se mide durante el análisis, sino que se estima a partir de una fórmula que aunque por lo general es aproximada, en sujetos con dietas especiales no se aproxima a la realidad. De hecho, lo que miden sus análisis son las lipoproteínas (HDL y LDL) en las que se transporta el colesterol hacia y desde los órganos y no las moléculas de colesterol en sí.
  • No hay correlación exacta entre el colesterol ingerido y el colesterol en sangre, salvo que sea usted un conejo. En los omnívoros y carnívoros, el organismo ajusta la producción de colesterol en función del que se ingiere para mantenerlo en los niveles que requiere.
  • La mayoría de estudios que demonizan las grasas saturadas están realizados con grasas hidrogenadas y sus datos no tienen validez real alguna a efectos de relacionar la grasa saturada con las enfermedades cardiovasculares.
  • Las poblaciones con mayor reducción en la ingesta de grasa saturada en los últimos años (como EEUU) han visto como crecen los casos de infartos y accidentes cardiovasculares. Las poblaciones en las que la ingesta de grasa saturada ha subido (como Francia, España o Suiza) han visto como decrecen dichos casos.
  • El ensayo clínico del primer fármaco que reducía el colesterol, el Clofibrate, tuvo que suspenderse a mitad de camino porque había producido la muerte al 47% de los sujetos que lo estaban usando para reducir sus niveles de colesterol.
  • Los únicos beneficiado de que usted baje artificialmente sus niveles de colesterol en sangre son los fabricantes de alimentos y las grandes farmacéuticas que le venden productos para que usted reduzca dichos niveles.

Usted puede hacer lo que quiera, pero yo a la tostada le voy a poner mantequilla y no margarina y desde luego no voy a consumir ningún alimento que reduzca mi colesterol porque ya se encargará mi cuerpo él solito de reducir su producción conforme envejezca y me aproxime a la muerte.