Carlos Abehsera

Carlos Abehsera es un empresario español nacido en Madrid en 1973. Tras muchos años de estudio y trabajo en los Estados Unidos, a finales de 1998 vuelve a España donde comienza varias aventuras empresariales que simultanea con la escritura. En estos años es cuando empieza a resentirse de su estado de salud aquejado de un fuerte sobrepeso y un tremendo estrés. Tras dejar el tabaco en las navidades de 2010, gana 10 kilos adicionales en sólo dos meses y sitúa el visor de su peso en más de 113 kilos a principios de 2011. Por aquel entonces, con unos problemas tremendos de salud, tomaba 6 pastillas distintas cada día para mitigar los síntomas de distintas dolencias, desde crisis de ansiedad hasta dolores musculares y articulares, pasando por taquicardias, problemas gastrointestinales y distintos trastornos del sueño. En sólo 4 meses, logró perder 35 kg de peso, aumentando su masa muscular y recuperando totalmente su salud, lo que le permitió abandonar toda la medicación que tomaba. Ahora comparte públicamente su experiencia en el libro Adelgazar sin Milagros para que otras personas puedan beneficiarse del mismo cambio en sus vidas.

Adelgazar en Navidad

Tipica  Cena Navideña

Tipica Cena Navideña

Llegan las fiestas navideñas e irremediablemente nos lanzamos al barro dejando de lado nuestros objetivos a la hora de perder peso. Adelgazar y mantener la pérdida es una carrera de fondo y como en toda carrera de fondo, es normal que haya momentos en que nuestras fuerzas flaqueen. Lo importante es mantener el control y evitar el desenfreno.

Es muy difícil no comer más de la cuenta en Navidad, algo que obviamente no es lo más indicado para adelgazar. Sin embargo, podemos tratar de engañar nuestro apetito evitando engordar o al menos minimizando los efectos que las fiestas suelen tener en nuestro organismo.

En la cena de Navidad -y en algunas precedentes- comí más de la cuenta. Sin embargo, mi peso no se resintió de manera especial, logrando mantenerme en los 82-83 kg en los que me siento cómodo. ¿Qué es lo que hice para no engordar? Estas son algunas de las claves:

  • No tomar alcohol
  • No tomar dulces
  • No tomar pan
  • Centrar mis comidas en proteínas, aumentando las dosis considerablemente para lograr estar saciado sin echarme al barro. De este modo, en nochebuena y navidad tomé bastante carne, pescado y marisco, y sin embargo no probé las patatas, los postres ni el pan. Acabé saciado hasta no poder comer más (algo que lógicamente no recomiendo en circunstancias normales para adelgazar).

Comí mucho más de lo que como habitualmente, pero no tuvo prácticamente efecto sobre mi peso. Es importante recalcar que para adelgazar y perder peso de manera permanente, como explico en el libro, no se puede comer todo lo que uno quiera cada vez que quiera, sino que hay que acostumbrar al cuerpo a tomar muchas raciones al día de tamaño más reducido. Sin embargo, seguir esta rutina alimenticia en fechas como esta es bastante complicado.

Lo que yo he notado en estas fiestas es que las noches de cenas copiosas, que como digo en mi caso han sido a base de exceso de proteínas, he sudado una barbaridad durmiendo. Me he levantado literalmente chorreando, pero sin la típica sensación de pesadez de quién se levanta después de una cena a base de hidratos de carbono. Creo que de algún modo mi cuerpo ha trabajado durante la noche convirtiendo esas proteínas y grasas en reservas de energía o simplemente eliminándolas en la orina.

Voy a entrar en breve en mi tercer año siguiendo esta rutina nutricional que tan buenos resultados me ha dado ya no solo para adelgazar sino también para mantener una salud de hierro y poco a poco voy perfeccionando los métodos que uso para no saltármela o saltármela de manera efímera cuando no queda más remedio.

Es lógico que en la cena de Nochevieja no nos saquemos de la manga un peso y nos pongamos a medir cuanta carne o cuanta grasa comemos, pero si es posible ser selectivo a la hora de decidir qué comer. Seguro que entre los aperitivos a base de marisco y embutidos (con suerte ibéricos) y los platos principales a base de carne y pescado, somos capaces de evitar los hidratos de carbono y no afectar de este modo nuestra rutina nutricional de manera importante. Si no podemos adelgazar, al menos mantengamos nuestro peso en estas fechas.

A mí me funcionó en Nochebuena y Navidad y pienso repetir la estrategia en Nochevieja, aunque, sin duda, no evitaré tomarme alguna copita de champán tras las uvas.

Capítulo 1: Adelgazar, Engordar, Ganar y Perder Peso

 

¿Quieres saber si te gustará mi libro? ¿Estás pensando leerlo pero no sabes si te resultará interesante? Aquí te dejo el primer capítulo del libro titulado «Engordar, Adelgazar, Ganar y Perder Peso» para que veas que tipo de lectura puedes esperar si te decides a leer el libro y cambiar tu rutina nutricional para adelgazar de manera sana, rápida y permanente.

Si prefieres descargar este capítulo del libro Adelgazar sin Milagros de manera Sana, Rápida y Permanente en formato PDF, pincha aquí.

Portada del libro Adelgazar sin Milagros

Portada del libro Adelgazar sin Milagros

Engordar, Adelgazar, Ganar y Perder Peso

Si le pregunto lo que significa Engordar seguramente me dirá que se trata de ganar peso y si le pregunto lo que significa adelgazar es muy probable que me diga que significa perder peso. Aunque, en general, estos conceptos se usan como sinónimos, la realidad es que no significan lo mismo. Engordar es aumentar la masa corporal añadiendo grasa a nuestro tejido adiposo. Aumentar la masa a base de grasa es un proceso que nos desfigura, hace mella en nuestra salud, y nos debilita, y se trata en definitiva de una enfermedad llamada obesidad. La obesidad es, sin duda alguna, junto con la diabetes tipo II con la que está estrechamente relacionada, uno de los grandes problemas del ser humano en nuestros tiempos.

Por el contrario, aumentar la masa corporal a base de músculo nos hace más esbeltos y es altamente beneficioso para nuestra salud. Por lo tanto, ser conscientes de que las básculas tradicionales lo que miden es la masa corporal es primordial para entender estos conceptos. Las básculas más avanzadas miden porcentajes de grasa corporal o incluso de músculo esquelético y grasa visceral, y comprender bien lo que ocurre en nuestro cuerpo es muy complicado si no sabemos lo que está ocurriendo con las proporciones de grasa y músculo en nuestro organismo.

Dicho esto, aumentar un kilo nuestra masa corporal no tiene porqué significar que hemos engordado. Lo mismo ocurre con los conceptos adelgazar y perder peso. Lamentablemente, muchas dietas que prometen ayudarle a adelgazar lo que hacen realmente es fomentar su pérdida de peso (de masa corporal) dejando prácticamente intactas sus reservas acumuladas de grasa en el tejido adiposo. Escoger un plan nutricional que esté enfocado a perder grasa y aumentar masa muscular, incluso si no se pierde un gramo de peso, es fundamental para disfrutar de una buena salud. Me refiero a la famosa frase “convertir grasa en músculo”.

Además de la grasa y los músculos, el agua juega un papel muy importante en la masa de nuestro cuerpo. Como recordará del colegio, en los adultos cerca del 65% de nuestro cuerpo está formado por agua que se encuentra en el interior de las células. En los niños el porcentaje es aún mayor situándose en el 75%. Como es lógico, el agua que se encuentra dentro de nuestras células es responsable de una gran parte del peso que nos muestra la balanza por las mañanas.

Es de vital importancia comprender que aumentar o disminuir nuestra masa corporal no significa necesariamente que hemos adelgazado o engordado, sino que puede ser debido a otros factores. El objetivo de este libro es mostrarle como adelgazar, como perder los kilos de grasa que tiene acumulados. Estos kilos de grasa, como es lógico, van en paralelo con la pérdida de peso, pero no necesariamente son el mismo valor. Usted podría perder 10 kilos de grasa y 7 kilos de peso con relativa facilidad si aplica un entrenamiento muscular concentrado a la vez que sigue su plan nutricional que le haga ganar 3 kilos de músculo. Del mismo modo, podría perder 7 kilos de grasa y 10 kilos de peso si sigue un plan nutricional poco adecuado a sus necesidades que consuma además parte de su tejido muscular.

En casos extremos, algunos planes nutricionales basados sobre todo en el recuento de calorías, hacen que usted pierda peso sin prácticamente eliminar grasa. Esto no es adelgazar, es desnutrirse. Lo mismo ocurre con los planes que basan su pérdida de peso en el deporte, sobre todo en el deporte basado en ejercicio cardiovascular prolongado. Las cantidades de agua y músculo que se pueden perder haciendo mucho deporte de tipo cardiovascular pueden cegarle pensando que está adelgazando con toda naturalidad, cuando, sin embargo, es probable que no esté consumiendo sus reservas de grasa en la medida que esperaba. El ejercicio cardiovascular prolongado, si no va acompañado de una nutrición adecuada al esfuerzo, puede ser bastante dañino para el organismo.

La grasa que el cuerpo humano almacena es la que produce el propio cuerpo a partir de la energía ingerida en exceso. El objetivo del organismo al almacenar esa grasa no es otro que el de poder usarla más tarde cuando se agoten las reservas de energía en la sangre. Si, por motivos que más tarde veremos, usted no consigue que su organismo libere esa grasa de vuelta al torrente sanguíneo para que pueda ser utilizada como energía, fracasará en su intento por perder la grasa acumulada. Por lo tanto, es muy importante comprender que el objetivo primordial de un plan nutricional para bajar de peso debe ser la pérdida de la grasa y no la pérdida de kilos de peso sin importar de dónde han salido.

Por ponérselo de una manera sencilla de comprender, cuando usted tiene hambre, su cuerpo le está diciendo “¡Se nos agotan el combustible y los nutrientes, necesitamos comer!” pero como usted habrá comprobado, en ocasiones tenemos hambre incluso después de haber comido recientemente y, lo que es más curioso, teniendo suficiente energía almacenada, nuestro cuerpo nos sigue pidiendo que comamos más. ¿A qué se debe esto? ¿Por qué no consume sus propias reservas de energía? Como pronto descubrirá, es una consecuencia más de la pobre alimentación que seguimos por mucho que nos empeñemos en llamarla de las maneras más atrayentes posibles como “alimentación sana y equilibrada” o “dieta equilibrada”.

La verdad es que en circunstancias normales, su cuerpo debería ser capaz de quemar grasas acumuladas cuando necesite energía adicional y los almacenes de tejido adiposo, conocidos comúnmente como michelines, nunca deberían alcanzar los tamaños que alcanzan en nuestra sociedad. En este libro le voy a explicar qué sucede en su cuerpo para que, pese a tener cantidades desorbitadas de grasa almacenada en algunos casos, su organismo no sea capaz de usar esa grasa como combustible y, pese a sus esfuerzos, no consiga adelgazar. Voy a explicárselo de manera sencilla, sin utilizar toda la parafernalia científica, simplificando al máximo los conceptos. Mi objetivo no es otro que asegurarme que comprende las reacciones causa-efecto de lo que come para que usted mismo pueda controlar, de manera sencilla, la grasa que tiene que perder y cómo va a lograr perderla.

Por lo tanto, el objetivo que debe marcarse para mantener la pérdida de peso será perder la grasa acumulada y generar una buena masa muscular en su organismo, y no simplemente perder una cantidad concreta de kilos sin importarle el tipo de tejido del que provienen.

¿Qué te ha parecido este capítulo? Espero que te haya gustado. Este es el estilo directo y concreto que encontrarás en el libro, en el que explico las cosas de manera sencilla sin enredar con tecnicismos. Si te ha gustado y quieres leer el resto, puedes encontrar información sobre como conseguir el libro pinchando aquí.

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Entrevista en Radio Exit Ibiza

Aquí os dejo la entrevista que me hicieron hace unos días en Radio Exit Ibiza en la que hablamos sobre el libro y como puede ayudar a las personas a adelgazar, perdiendo peso de manera sana, rápida y eficaz.

El Aceite de Coco para adelgazar

 

Aceite de Coco para Adelgazar

Aceite de Coco para Adelgazar

Cualquiera que me conozca sabe que hace ya unos años que soy un incondicional del Aceite de Coco. Desde que lo introduje en la dieta de mi familia no hemos hecho más comprobar sus enormes beneficios para la salud, tanto por dentro como por fuera. En el libro hablo claramente del papel primordial que juega el Aceite de Coco a la hora de adelgazar. Como ya he explicado en varias ocasiones, el Aceite de Coco está muy indicado para personas que siguen planes nutricionales para adelgazar o mantener su peso, para deportista con gran desgaste físico y para enfermos de diversas dolencias como el Alzheimer, la diabetes o la epilepsia.

Pero los beneficios de este alimento no se quedan ni mucho menos en la pérdida de peso o el tratamiento de enfermedades crónicas. Al contrario, millones de personas lo usan a diario en la piel, en el cabello, para cocinar o como suplemento nutricional. El Aceite de Coco contiene unas grasas muy beneficiosas para el organismo, los triglicéridos de cadena media, siendo el más importante para nuestro cuerpo el ácido laúrico. El único alimento, además del Aceite de Coco, que contiene una cantidad significativa de ácido laúrico es la leche materna. Esto nos debe dar una idea de la importancia de este ácido graso para nuestro metabolismo. Tanto es así que pese a ser una grasa saturada (85%) son ya muchos los médicos, cardiólogos, nutricionistas y terapeutas que lo recomiendan abiertamente.

Si está pensando en perder peso o incluso si ya está adelgazando, no deje de incluir el Aceite de Coco en su dieta. Además de acelerar su metabolismo le ayudará a adelgazar de una manera muy sencilla: al contrario que otros aceites, el Aceite de Coco es capaz de convertirse directamente en energía en el hígado sin pasar por un estado de glucosa. Esto es importante a la hora de adelgazar porque su aporte calórico no produce un pico de glucosa ni libera insulina y además se hace de manera instantánea. Dicho de otro modo, tiene la virtud de los carbohidratos refinados sin su inconveniente. Es por ello que muchos clubs de futbol, sobre todo en Reino Unido, lo están incorporando a los menús de sus concentraciones reduciendo al tiempo la ingesta de carbohidratos refinados.

En el programa de radio Sano y Nutritivo que se emite en esRadio hemos dedicado un espacio al Aceite de Coco y vamos a dedicar un segundo espacio la semana que viene porque nos resulta imposible comentar todos los beneficios del uso de este producto en un sólo programa. Aquí os dejo el audio del primer programa y muy pronto colgaré el segundo. Espero que lo disfrutéis y con cualquier duda, como siempre, no dudéis en escribirme.

La Obesidad: la Enfermedad de los Pobres

Epidemia de Obesidad Infantil

Epidemia de Obesidad Infantil

En estos días paso con cierta frecuencia por un barrio de mi ciudad de los menos favorecidos. He leído en reiteradas ocasiones que la obesidad infantil está íntimamente ligada a los recursos económicos familiares y cuando paso por este barrio presto especial atención a los transeúntes.

Lo cierto es que los niños no son los únicos que necesitan adelgazar. Al contrario, parece que un porcentaje muy elevado de los habitantes de esta zona de la ciudad necesitan perder peso urgentemente. La abundancia de alimentos basados en los carbohidratos refinados a muy bajo coste hace que muchas de las familias que viven en este tipo de barrios se vea abocada a utilizarlos como base de su alimentación. Es comprensible. Un kilo de macarrones debe costar de media menos de dos euros y un kilo de ternera, por muy barata que sea, difícilmente va a bajar de nueve o diez euros.

No hace falta que repita que es imposible adelgazar basando la dieta en carbohidratos, especialmente los refinados, pero es que además utilizarlos como base nutricional conduce a la obesidad. Se da la circunstancia de que las pastas, los arroces, las harinas, las féculas, los azúcares y demás alimentos baratos están todos basados en los carbohidratos y aunque la pirámide nutricional nos dice que llevemos una dieta con una amplia base de carbohidratos, ya sabemos de sobra que se trata de una mentira enorme como denuncio en el libro. Para colmo, los fabricantes de alimentos tienen a los niños en el punto de mira con productos especialmente diseñados para llamar su atención y basados del mismo modo ya no sólo en carbohidratos refinados, sino en las perjudiciales grasas hidrogenadas.

Todas las personas que conozco que han conseguido adelgazar de manera sana -conservando su masa muscular- lo han hecho siguiendo planes nutricionales basados en la proteína y la grasa. Mucha gente confunde esto con llevar una dieta hiperproteica. Los teóricos peligros de las dietas hiperproteicas (aquellas en las que se ingieren más proteínas de las necesarias) dan para escribir bastante, pero lo que realmente me llama la atención es que no se haya acuñado un término para las dietas en las que se ingieren más carbohidratos de los necesarios. Si, ya se que son dietas hipercalóricas y que no sirven para adelgazar, pero su nombre pone en el dedo en las calorías, y no en la llaga, que es el origen de las calorías, en este caso los carbohidratos.

La población menos favorecida tiene dificultad para adelgazar y en general tiende a la obesidad. Ya dedico un capítulo entero en el libro llamado «No se engañe, adelgazar es caro» a hablar con detalle de este preciso tema, pero me ha parecido interesante compartir esta reflexión acerca de la relación entre la obesidad y la economía ahora que puedo ver sus efectos a diario. Cuando vivía en EEUU teníamos en la empresa en la que yo trabajaba una secretaria que había sido madre soltera y siempre contaba las dificultades económicas por las que había pasado a lo largo de su vida. Solía decir que había alimentado a sus hijos a base de pasta con rodajas de salchichas tipo Frankfurt y patatas y, no en vano, ambas hijas lucían un pronunciado sobrepeso.

No tengo ninguna duda al respecto: elimine las proteínas de calidad (caras) de su dieta y aumente la ingesta de carbohidratos (baratos) y tendrá la receta perfecta para la enfermedad de los pobres: la obesidad.

 

Y dale con la grasa y el Colesterol…

Nutricionista

Nutricionista

Ayer por la mañana hablaba con una nutricionista y no daba crédito a lo que me contaba. Tanto es así que el programa de radio Sano y Nutritivo del próximo lunes 11 se lo voy a dedicar a este tema. Esta chica -título de nutrición en mano- me relataba que en los últimos meses estaba trabajando para una conocida marca de margarina promocionando su producto porque bajaba el colesterol un 10% de media. Como es lógico, le pregunté porqué querría el consumidor medio bajar un 10% su nivel de colesterol en sangre y -muy indignada ella- me dijo que para reducir el riesgo de infarto. ¿Perdón? «¿Es que acaso no sabe que el colesterol produce infartos?»

Es lamentable que el mensaje equivocado llegue a la población, pero lo es mucho más que los profesionales del sector repitan las mismas mentiras que los fabricantes de alimentos nos han contado desde hace años. Si hay algún responsable del crecimiento de los infartos en nuestra sociedad, ese es sin duda el fabricante de alimentos, y con especial mención a los fabricantes de margarina. Para que quede claro, durante muchos años y hasta hace bastante poco, la margarina era una grasa vegetal hidrogenada, una grasa trans, altamente perjudicial para nuestro sistema cardiovascular. Conforme la gente trató de adelgazar huyendo de las grasas saturadas como la mantequilla y abrazando las grasas hidrogenadas como la margarina, los casos de accidentes cardiovasculares se multiplicaron exponencialmente.

A esta chica -insisto, título de nutrición en mano- le pregunté si sabía lo que era el colesterol y me contestó, ni corta ni perezosa, que las partículas que se depositan en nuestros vasos sanguíneos y producen infartos. Creo que mi hijo de 13 años sabe más acerca del colesterol que esta titulada. El colesterol es una grasa que forma parte de nuestra estructura. Se encuentra en la membrana celular de nuestras células, es clave en todo tipo de procesos y es vital, en el sentido estricto de la palabra: sin colesterol nos morimos. Adelgazar no tiene nada que ver con reducir niveles de colesterol en sangre y aprovecho para decir que el colesterol en sangre representa un porcentaje ridículamente pequeño y no significativo del colesterol total que tenemos en nuestro cuerpo.

Como relato con detalle en el libro, para perder peso adelgazando, o sea, perdiendo grasa acumulada, es fundamental ingerir grasa y mantener nuestro organismo bien nutrido. Las grasas que debemos evitar son las grasas hidrogenadas (grasas trans) y no las saturadas ni las insaturadas. Estas dos últimas son necesarias para el correcto funcionamiento del organismo. No se deje engañar por los mitos, si usted come grasa saturada, esta no se depositará en sus arterias ni le provocará ningún problema de salud y desde luego no evitará que adelgaze. Al contrario y como anécdota, le diré que los coágulos que se forman en los vasos están formados mayoritariamente por grasa insaturada, sin que esto quiera decir que si ingiere grasa insaturada esta se instalará en su sistema cardiovascular. No hay tal relación causa-efecto como ingerir grasa y formar coágulos en los vasos. Mucho menos entre ingerir grasa y acumular grasa.

Cuando diseñe su plan nutricional para adelgazar de manera sana, la grasa será una parte indispensable de su rutina alimenticia y por lo tanto no debe intentar perder peso eliminando la grasa de su dieta. Al igual que con las proteínas y los hidratos de carbono, lo que debe hacer es vigilar las cantidades que ingiere para controlar lo que ocurre en su cuerpo, pero le anticipo que reducir artificialmente sus niveles de colesterol y/o suprimir las grasas de su dieta es una muy mala idea para su salud. ¿No me cree? Aquí le dejo unos cuantos datos para que usted decida:

  • El 75% de las personas que sufren un infarto tienen el colesterol bajo
  • El 72% de los norteamericanos que sufren su primer infarto tienen niveles bajos de colesterol (por debajo de 100)
  • El riesgo de infarto es 10 veces superior con niveles muy bajos de colesterol
  • Las poblaciones que más grasa saturada comen son las que menos enfermedades cardiovasculares sufren
  • Los análisis de sangre que miden su colesterol no son exactos. De hecho, el colesterol LDL ni siquiera se mide durante el análisis, sino que se estima a partir de una fórmula que aunque por lo general es aproximada, en sujetos con dietas especiales no se aproxima a la realidad. De hecho, lo que miden sus análisis son las lipoproteínas (HDL y LDL) en las que se transporta el colesterol hacia y desde los órganos y no las moléculas de colesterol en sí.
  • No hay correlación exacta entre el colesterol ingerido y el colesterol en sangre, salvo que sea usted un conejo. En los omnívoros y carnívoros, el organismo ajusta la producción de colesterol en función del que se ingiere para mantenerlo en los niveles que requiere.
  • La mayoría de estudios que demonizan las grasas saturadas están realizados con grasas hidrogenadas y sus datos no tienen validez real alguna a efectos de relacionar la grasa saturada con las enfermedades cardiovasculares.
  • Las poblaciones con mayor reducción en la ingesta de grasa saturada en los últimos años (como EEUU) han visto como crecen los casos de infartos y accidentes cardiovasculares. Las poblaciones en las que la ingesta de grasa saturada ha subido (como Francia, España o Suiza) han visto como decrecen dichos casos.
  • El ensayo clínico del primer fármaco que reducía el colesterol, el Clofibrate, tuvo que suspenderse a mitad de camino porque había producido la muerte al 47% de los sujetos que lo estaban usando para reducir sus niveles de colesterol.
  • Los únicos beneficiado de que usted baje artificialmente sus niveles de colesterol en sangre son los fabricantes de alimentos y las grandes farmacéuticas que le venden productos para que usted reduzca dichos niveles.

Usted puede hacer lo que quiera, pero yo a la tostada le voy a poner mantequilla y no margarina y desde luego no voy a consumir ningún alimento que reduzca mi colesterol porque ya se encargará mi cuerpo él solito de reducir su producción conforme envejezca y me aproxime a la muerte.

Los Invitados No Deseados para Adelgazar

El pasado lunes 4 de Noviembre, en el programa Sano y Nutritivo de esRadio Málaga (94.1 FM), hablaba con Carlos Ferragut acerca de los Invitados No Deseados que se cuelan en nuestra cocina a diario y nos imposibilitan perder peso o incluso hacen que engordemos. Para adelgazar -lo he dicho muchas veces- es fundamental controlar la composición de los alimentos que ingerimos. No se puede adelgazar comiendo alimentos que tienen ingredientes que nos evitan perder peso. En el libro Adelgazar sin Milagros hablo en detalle de un proceso llamado Cetosis mediante el cual nuestro cuerpo quema la grasa que tenemos acumulada, usándola como combustible y permitiéndonos adelgazar de manera sana y natural. Sin embargo, como explico en el libro, hay algunos alimentos que nos sacan de ese estado óptimo en el que estamos quemando grasa como combustible para nuestras células en el mismo momento que los ingerimos.

Yo llamo invitados no deseados a los ingredientes que se cuelan en los alimentos procesados y que nunca deberían haber estado ahí de manera natural, pues en la receta original no estaban presentes o simplemente no tiene sentido alguno para nuestra nutrición su presencia en los alimentos. Un ejemplo claro son los embutidos. Cuando vamos a la charcutería a comprar pechuga de pavo porque presuntamente es «light» y nos ayudará a adelgazar, en realidad estamos comprando un alimento que contiene -entre otras cosas- patata, y no hace falta ser muy listo para deducir que si queremos perder peso no es buena idea comer patatas.

El caso es que la industria nos ha colado la patata, el azúcar, el maíz e incluso la soja en la mayoría de productos procesados que consumimos. Por eso, muchos nutricionistas piden que cuando se siga una dieta para perder peso se haga utilizando alimentos frescos, pues no es posible adelgazar si nos dedicamos a comer alimentos procesados cuya composición hace que engordemos.

Por supuesto, no son estos los únicos ingredientes que nos cuelan en los alimentos procesados. Ahí están la sal, los conservantes, antioxidantes y demás, pero lo cierto es que en el caso concreto de los planes nutricionales para adelgazar, estos son los cuatro más importantes que debemos vigilar. Recordemos que la sal nos hará -entre otras cosas- retener líquidos, pero aunque esto suponga una ganancia de peso momentánea, no significa que hayamos engordado en el sentido riguroso del término, porque el agua que retenemos la eliminamos con facilidad y no así la grasa.

Por lo tanto y para concluir, un nuevo recordatorio para todas las personas que quieren adelgazar o simplemente quieren seguir una dieta sana: tenemos que vigilar los ingredientes de los alimentos procesados que compramos para poder controlar con cierta rigurosidad lo que ocurre en nuestro organismo cuando nos alimentamos.

El mito del Aceite de Coco

Aceite de Coco Coconoil

Aceite de Coco Coconoil

Repasemos la dieta basada en el Aceite de Coco

 

Los impulsores de la dieta del Aceite de Coco sugieren que esta grasa es el alimento perfecto para aquellos que quieren perder peso. Sugieren sin rubor que el Aceite de Coco, compuesto esencialmente por ácidos grasos de cadena media saturados, en realidad promueve la quema de grasa en el cuerpo. En el artículo de hoy, vamos a determinar si esta afirmación es cierta o una simple falacia.

La dieta del Aceite de Coco trae de vuelta una grasa demonizada

Hace muchos años, unos científicos pusieron unas ratas en una estricta dieta de Aceite de Coco. Muy pronto, descubrieron que las ratas desarrollaban colesterol alto y finalmente contraían enfermedades coronarias. Los medios de comunicación, inmediatamente se hicieron eco de la historia y empezaron a difundir que las grasas saturadas, como las que se encuentran en el Aceite de Coco, eran la causa de la epidemia de enfermedades coronarias que nos asolaba. Sin embargo, el estudio no se realizó con Aceite de Coco…

¿Qué les ocurre a las ratas que tenían déficit de ácidos grasoso esenciales?

La intención del estudio era observar que les ocurría a las ratas que tenían un déficit de ácidos grasos esenciales, como los omega-3 y omega-6. Para comprobar lo que ocurría, los investigadores tuvieron que desarrollar una grasa que estuviese absolutamente libre de ácidos grasos poli-insaturados y se pudiese añadir a la dieta de las ratas. Aquí es donde el Aceite de Coco entró en escena.

Parece Aceite de Coco, huele y sabe como el Aceite de Coco, pero…

De todas las grasas que los investigadores evaluaron para su estudio, la dieta del Aceite de Coco era el plan nutricional que más se aproximaba a lo que necesitaban. Sin embargo, el Aceite de Coco natural tiene pequeñas cantidades de grasas poli-insaturadas así que los investigadores tuvieron que eliminarlas para asegurarse que las ratas no recibían nada de grasa poli-insaturada.

Para conseguirlo, los investigadores desarrollaron Aceite de Coco Hidrogenado, un Aceite de Coco al que se le incluye hidrógeno para quitar los ácidos grasos poli-insaturados. Pero había un problema…

La hidrogenación produce grasas trans!

Durante su experimento, los investigadores, de manera inconsciente, estaban preparando el escenario perfecto para que se desarrollaran enfermedades coronarias. Estaban produciendo una deficiencia de ácidos grasos esenciales en las ratas (algo malo para ellas) al mismo tiempo que estaban llenando sus cuerpos con grasas trans (algo extremadamente malo para ellas). Esta dieta basada en Aceite de Coco Hidrogenado era el camino más rápido para contraer enfermedades coronarias.

Buena investigación… mal descubrimiento

Los investigadores concluyeron que la falta de ácidos grasos esenciales produce colesterol alto y enfermedades del corazón. Los medios de comunicación concluyeron que seguir una dieta basada en Aceite de Coco, compuesto de grasas saturadas, produce colesterol alto y enfermedades cardiacas. A raíz de esta interpretación errónea del estudio se comenzó a propagar la creencia de que la grasa saturada causa enfermedades coronarias.

Los investigadores observaron correctamente que alimentar a las ratas con una dieta basada en Aceite de Coco se traducía en enfermedades coronarias, pero erróneamente dedujeron que el culpable era el Aceite de Coco. En esencia, era la hidrogenación del Aceite de Coco y la deficiencia de ácidos grasos esenciales lo que conllevaba catastróficas consecuencias.

La dieta del Aceite de Coco es segura!

Numerosos estudios en los últimos años han probado que el Aceite de Coco es una de las grasas más estables y seguras que podemos utilizar para cocinar. De hecho, es la única grasa que deberíamos utilizar para cocinar con temperatura pues no se oxida ni se degrada al calentarse, al contrario de lo que ocurre, por ejemplo, con el aceite de oliva, incluso el extra virgen. La mayoría de los estudios sugieren que el Aceite de Coco es neutral o incluso beneficioso para la salud del corazón.

¿Porqué es efectiva la dieta del Aceite de Coco para la pérdida de Peso?

La dieta del Aceite de Coco contiene grandes cantidades de triglicéridos de cadena media, una grasa saturada con propiedades únicas:

  1. Los triglicéridos de cadena media se transportan directamente al hígado después de su consumo mientras que otras grasas entran en el torrente sanguíneo más tarde en el proceso digestivo y circulan por todo el cuerpo antes de llegar al hígado. Esto da una oportunidad única a las grasas de cadena larga para que se almacenen en nuestro organismo como grasa.
  2. Los triglicéridos de cadena media se queman como energía de manera inmediata y no se almacenan como grasa corporal.
  3. Cuando estos triglicéridos de cadena media se queman como energía, actúan como leña para avivar las llamas del metabolismo. El resultado colateral es la quema de los ácidos grasos de cadena larga, justamente los que el cuerpo almacena como grasa corporal.

Aplicando la dieta del Aceite de Coco

Muchos fabricantes de Aceite de Coco sugieren que se suplemente la dieta habitual con varias cucharadas de Aceite de Coco. Sin embargo, esto no es lo que realmente deberíamos entender por Dieta del Aceite de Coco.

La mayoría de estudios realizados sobre dietas basadas en Aceite de Coco partían de la base de reemplazar ciertas calorías de la dieta cotidiana con Aceite de Coco en lugar de añadir este a la dieta cotidiana. Aunque el Aceite de Coco parece tener propiedades que hacen que el organismo queme grasa, lo mejor es utilizarlo como alternativa al resto de aceites para cocinar o como sustitutivo de cualquier otra grasa en la dieta. De otro modo, estaríamos añadiendo un aporte adicional de grasa (con sus consecuentes calorías) a la dieta y no nos serviría para adelgazar.

El Aceite de Coco tiene un sabor magnífico y puede usarse en casi todas las recetas. Se encuentra en estado sólido por debajo de los 21 grados de temperatura y se derrite por encima de los 24-25 grados.

Para concluir

Los estudios sugieren que es sano incorporar Aceite de Coco a la dieta para adelgazar reemplazando otras grasas. La dieta del Aceite de Coco se puede añadir a su estilo de vida para promover la quema de grasas siempre y cuando se utilice como parte de un plan o estrategia de mayor alcance en la pérdida de peso.

Alimentos del Futuro: buenos para adelgazar

Macarrones de Proteinas

Macarrones de Proteinas

Bueno, en realidad son más bien alimentos del presente, porque ya existen y están disponibles, pero con el título quería llamar la atención sobre una nueva tendencia -todavía insignificantemente pequeña- en la fabricación de alimentos que aboga por una modificación radical de los valores nutricionales digamos «convencionales».

En efecto, en algunos países la población está librando su batalla particular contra el sobrepeso, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares modificando sus hábitos alimenticios. Todo apunta a que Suecia está a la cabeza de este movimiento, pero no es ni mucho menos el único. Está bastante claro que para adelgazar de manera sana, rápida y permanente -como explico en el libro- es necesario reducir drásticamente la ingesta de hidratos de carbono y muy en especial los refinados.

Pues bien, algunos fabricantes de alimentos no parecen dispuestos a dejar pasar esta oportunidad y están creando alimentos con un balance nutricional mucho más adaptado a los requisitos nutricionales de esta creciente población entre la que lógicamente me incluyo. En Barcelona, un fabricante llamado comercialmente Clarou ha creado una gama de alimentos rica en proteínas de calidad y baja en carbohidratos, sin azúcar y evitando los hidratos de absorción rápida. Cuando uno rasca un poco averigua que la marca Clarou pertenece a Central Barcelonesa d’Ous S.A. y se trata en realidad de un productor de huevos, que de proteínas seguramente sabe bastante.

El caso es que sus productos me han llamado la atención. Para empezar, tenemos los macarrones de proteínas (Protein Pasta) que es una pasta rica en proteínas (35 gr por cada ración de 62 gramos de pasta) y con carbohidratos de bajo índice glucémico. No creo que debamos comer esta pasta todos los días, pero desde luego el día que decida comer un plato de pasta tengo claro que será de esta.

Para desayunar tienen un preparado para tortitas a base de clara de huevo con Avena. Sorprende que este preparado contiene el 40% de proteína y el 42% de carbohidratos de bajo índice glucémico, algo inaudito hasta ahora en un preparado de harina.

Diet Cookies con Chocolate Negro

Diet Cookies con Chocolate Negro

Como postre o tentenpie, Clarou ofrece tres tipos de Diet Cookies, con pepitas de chocolate negro, con pepitas de chocolate blanco y con almendras. Una vez más, una composición sorprendente para una galleta con un 36% de proteínas de alta biodisponibilidad y un 43% de hidratos de bajo índice glucémico. Lógicamente, no le estoy diciendo que trate de adelgazar comiendo estas galletas, sino que las tenga presentes -sobre todo si tiene hijos- para el día que quiera darse un capricho razonablemente sano.

Estos productos siguen teniendo una cantidad considerable de hidratos de carbono (aunque muy inferior a los productos tradicionales), pero su ventaja es que son de bajo índice glucémico, que tienen una buena cantidad de proteína proveniente del huevo, que no tienen azúcar y que contienen una buena fuente de fibra insoluble, necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro aparato digestivo.

Me parece además que para los niños es una alternativa magnífica a la pasta tradicional y la bollería industrial que toman en la actualidad, así que yo ya he hecho mi primer pedido.

Falta de Educación

MyPlate

MyPlate

Uno de los problemas que tenemos que solucionar para poder enfrentarnos a la epidemia de obesidad y diabetes que nos asola es la falta de educación que existe sobre la nutrición. En realidad, más que educación nutricional, lo que recibimos es adoctrinamiento confundido. Hace ya muchos años que sabemos que algunas de las «grandes verdades» sobre la nutrición son en realidad falsedades y sin embargo nos dedicamos a repetirlas sin cuestionarlas. Creo que fue Ortega y Gasset quién dijo «Además de enseñar, enseña a dudar de lo que has enseñado». Es una lástima que en nuestro sistema educativo no se tenga este principio tan importante para la investigación en cuenta.

En el proceso de adelgazar y en la búsqueda de la pérdida de peso en general, muchas personas intentan adaptar sus hábitos alimenticios a la educación que han recibido, que no es otra que la pirámide nutricional. Los libros de texto de los colegios de este año vuelven a incluir la pirámide nutricional en el temario y vuelven a adoctrinar a los niños sobre los alimentos que son «buenos» y los que son «malos». Es una situación lamentable. Incluso los inventores de la pirámide nutricional, que fueron los Norteamericanos, hace años que la sustituyeron por un nuevo gráfico -que también contiene algunos errores pero que se aproxima más a la realidad- llamado My Plate. Incluso algunas instituciones educativas de primer nivel como Harvard ya se están cuestionando los fallos de MyPlate y han publicado su propia versión actualizada.

Sin embargo, en España, seguimos enseñando lo mismo que enseñábamos hace 30, 40, 50 o incluso 60 años sin cuestionarnos si lo que enseñamos es correcto o no. En el libro Adelgazar sin Milagros hablo bastante acerca de la pirámide nutricional y My Plate, así que no voy a repetirme aquí, pero baste como prueba que el uso de la pirámide nutricional, lejos de producir el efecto deseado en la sociedad que no era otro que la pérdida de peso y mejora de la salud, ha producido exactamente el efecto contrario. Nadie ha perdido peso siguiendo esta rutina nutricional y desde luego ni una sola persona ha mejorado su salud.

En algunos países como en Suecia, ya han dado el primer paso para desaprender lo aprendido y la tendencia de reducir drásticamente los hidratos de carbono en la dieta en beneficio de las grasas y las proteínas ha calado fuerte en la sociedad, que está experimentando una mejoría física generalizada.

Nosotros, sin embargo, nos dedicamos a repetir lo erróneo, sin pensarlo, sin cuestionarlo, y desde luego sin analizarlo, y esto no es fruto de la casualidad, sino de nuestra falta de educación. Si quiere adelgazar de manera sana, rápida y permanente, olvide lo aprendido hasta ahora en nutrición, cuestiónese cualquier cosa que le hayan dicho -incluido lo que le digo yo- y compruebe usted mismo lo que funciona y lo que no. Perder peso de manera natural es mucho más sencillo de lo que la gente piensa. En el libro explico algunos ejemplos que la gente puede seguir para perder peso de manera rápida. Estos ejemplos funcionan a la perfección en todo el mundo, y sin embargo son contrarios a lo que nos enseñan a diario. ¿Cómo es posible? ¿No será que lo que nos enseñan no es cierto?