Una de las cosas más importantes a la hora de adelgazar es tener siempre presente el análisis corporal. Como digo en el libro, una cosa es perder peso (masa corporal) y otra bien distinta adelgazar (perder grasa).
Hay muchas dietas y planes nutricionales que le harán perder peso, pero no son muchas las que le harán perder la grasa. Para poder comprender si el peso que estamos perdiendo es grasa, líquido o músculo, existen en el mercado analizadores de composición corporal y en el libro yo recomiendo usar uno cada mañana para entender los efectos de los nutrientes que ingerimos en nuestra composición corporal.
El que yo utilizo, que está clínicamente validado, es el Omron BF-511. Este aparato me presenta cada mañana, además de mi peso (mi masa corporal), los siguientes datos:
- Porcentaje de Grasa
- Porcentaje de Músculo Esquelético (el músculo estructural, no el visceral)
- Índice de Masa Corporal (IMC o BMI)
- Metabolismo Basal
- Grasa Visceral (la grasa peligrosa que rodea los órganos)
Con la lectura diaria de estos datos, no sólo controlo mi peso, sino que además entiendo las reacciones de los distintos alimentos en mi cuerpo. De este modo, si un día como algo muy salado, soy capaz de comprobar la retención de líquidos a través de los cambios en los valores en mis mediciones o si hago varios días de pesas intensivas compruebo como aumenta mi masa muscular.
Creo que es fundamental comprender la composición de nuestro cuerpo para ser capaces de entender si adelgazamos, engordamos, perdemos peso o lo ganamos y para ello, el Omron BF-511 es el compañero ideal.
Si tenemos un presupuesto más reducido y queremos un aparato de precisión que nos ofrezca menos datos, el Omron BF-212, también testado clínicamente, puede ser una buena alternativa. Se trata de una báscula con un medidor avanzado de grasa corporal que nos ofrece, además del peso, el porcentaje de grasa y el índice de masa corporal.
De modo que recuerde, si va a comenzar cualquier plan nutricional para perder peso, asegúrese de tener disponible un aparato que le sirva para comprender lo que está ocurriendo en su cuerpo. De otro modo, se arriesga seriamente a perjudicar su salud si, por ejemplo, pierde peso a base de debilitar los músculos de su cuerpo, entre ellos el corazón, algo que es bastante frecuente en dietas hipocalóricas bajas en grasa.