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El desayuno de los niños

Enrollado de tortilla low-carbYa estamos instalados en la rutina y para muchos eso significa la vuelta al cole, porque al final los padres sufrimos la vuelta al cole casi más que los propios niños. Estamos de vuelta con los deberes, los uniformes, las ropas de deporte y actividades extraescolares y un sinfín de pequeñas tareas que habíamos olvidado gratamente durante el verano. Debo reconocer que yo me encargo principalmente de una, que es el desayuno de mis hijos y mi mujer se encarga [afortunadamente] de prácticamente todo lo demás, salvo alguna incursión mía en los deberes de ciencia para ver si me sigo acordando de lo que estudié hace unas décadas 🙂

Centrándome en mi tarea principal, que es la preparación de las meriendas y los desayunos, hoy voy a responder algunas de las preguntas que he recibido en estos días al respecto. Parto de la base de que tengo tres hijos, cada uno con sus gustos y manías, y asumo que cada uno tiene los suyos con sus propios gustos y manías, así que no pretendo ofrecer un menú, sino dar ideas de alimentos que pueden ser de utilidad para los niños.

Lógicamente, lo que voy buscando en sus alimentos son varias cosas. Por un lado, que sean ricos en proteínas y grasas de calidad. En segundo lugar, que tengan una buena fuente de fibra cuando sea posible. En tercer lugar, que sean variados, para evitar el aburrimiento y asegurarme que se lo comen y no acaba en una papelera. Atrás quedaron los días en que mandaba a mis hijos, sobre todo al mayor, al colegio con un batido en tetrabrick y un paquetito de galletas. Debo decir que al principio del cambio de hábitos, allá por 2011, casi hubo una revolución en mi casa, pero que a la larga, me veo obligado a ponerle a los pequeños raciones dobles porque sus amigos y amigas siempre vienen a pedirles de lo que yo les pongo, que es mucho más «molón» que un paquetito de galletas o un bocadillo de chorizo.

Por la mañana, recién levantados, el vaso de leche entera es casi una prioridad. Es más o menos la única leche que toman en todo el día y cada uno la quiere de una forma. Uno helada, de la nevera, el otro muy calentita y la pequeña templada, así que para gustos, sabores. Todos le ponen algo a la leche, que suele ser cola-cao 0% fibra. A mí me parece que queda muy dulce la leche, pero quizás quieras experimentar con las bebidas bolero, que se disuelven bien en frío y hay de muchos sabores. No son muy de comer por la mañana recién levantados ninguno de ellos, pero siempre pican algo de lo que yo esté preparando para el desayuno del colegio. Eso sí, pase lo que pase, se toman los dos ositos del multivitamínico para niños que les doy antes de ir al colegio. Aunque a veces me han dicho que es muy caro, lo cierto es que a mí no me lo parece. Un bote de 275 ositos (unas 138 dosis) cuesta unos 50€, unos 36 céntimos por dosis, pero tengo para casi 5 meses de un niño. En mi caso, que lo toman mis dos hijos pequeños, el bote me dura más de 2 meses. El mayor ya toma un multivitamínico de adulto, entre otras cosas porque está prácticamente más alto que yo.

Si les veo con ganas, me lanzo a preparar unos huevos revueltos, incluso con tropezones de algún tipo. Sé que puede dar pereza, pero lo cierto es que se tarda solo un par de minutos en tener unos huevos revueltos listos por la mañana. Romper, batir, sartén y listo. Si lo piensas y estás acostumbrado al tostador, que tarda un poco en tostar el pan, esto no te llevará mucho más tiempo. Ensucias un poco más, pero una sartén y un plato tampoco es como para ponerse a recoger la cocina durante una hora…

Algunos de los desayunos que les preparo para el colegio pueden ir envueltos directamente en un papel de aluminio, pero otros requieren un pequeño tupper y un tenedor de plástico. Estos son algunas de las cosas que se llevan al colegio y que os pueden servir de inspiración:

Creo que os hacéis una idea de que las posibilidades son infinitas. Por lo general, trato de no repetir con algo dulce dos días seguidos y me inclino más por lo salado, especialmente donde aparezca el huevo, que es la mejor proteína que creo que le podemos dar a los niños, al menos en estado natural. Los enrollados que les hago de diverso tipo y con todo tipo de ingredientes son los ganadores sin duda porque en el colegio triunfan por encima incluso de los chocolates. Hace unos días mi hijo mediano me pidió que le hiciese cuatro y lógicamente le pregunté si es que se quedaba con hambre, y me dijo que es que prefería llevarse 4 para comerse uno y darle tres a los amigos, que siempre estaban pidiéndoles del suyo. Así de populares son los «burritos» como él los llama con sus amigos.

Otra de las cosas que más me gusta que se lleven es atún y bonito en aceite de oliva virgen, ya sea en un tupper mezclado con taquitos de queso, a modo de mini-ensalada, o dentro de algún tipo de sándwich. En Carrefour, he encontrado tanto el atún como el bonito en aceite de oliva virgen, de su propia marca, a precios más que razonables y con una calidad bastante aceptable. Otra opción es comprarlo en agua o en otro aceite y luego escurrirlo y añadirle un buen aceite de oliva.

Sin embargo, todo esto que os cuento sirve de bastante poco si no le gusta a los niños. Aunque se me ocurren otras ideas que puedo darles, sé perfectamente que no les van a gustar, así que directamente ni lo intento. Prefiero ser el padre guay que prepara enrollados (burritos) para el recreo de sus hijos y que son la envidia del resto. Hace unos días, uno que vino a casa a jugar con el mío me preguntó cuanto costaba mi libro de recetas, para regalárselo a su madre y que le hiciera desayunos como los de mi hijo. Sin comentarios 🙂

 

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