Lo primero que hay que hacer es coger el lomo de salmón y cortarlo en láminas de medio centímetro de grosor o menos, según la destreza que tengamos con el cuchillo, de abajo a arriba. Esas láminas luego las partiremos en tiras y finalmente en daditos. Lo suyo es que los daditos de salmón no sean más gordos de un cuarto de centímetro, pero para eso hace falta un cuchillo bien afilado y un poco de práctica.
Ponemos los daditos de salmón aparte y partimos del mismo modo medio aguacate. Mezclamos bien los daditos de salmón y aguacate y dejamos en un plato o bowl tapado con film en la nevera para que el aguacate no se oxide y se ponga marrón.
En un cuenco grande ponemos la yema del huevo y un poquito de la clara. El resto de la clara lo desechamos. Comenzamos a batir y añadimos aceite de oliva virgen. Tenéis que poner suficiente para que la mezcla esté un poco líquida. Después añadimos un chorrito de salsa worcestershire, un chorrito de soja y la mostaza. Yo uso mostaza de dijon picante, pero se puede usar cualquiera. Opcionalmente, se puede poner un poco de sal, aunque la salsa de soja ya le añade suficiente en función de la cantidad que hayáis añadido a la mezcla. Podéis probar el aliño en este punto antes de mezclarlo con el salmón y el aguacate, por si lo queréis rectificar de algo.
Justo antes de comer, para que el salmón no se haga, añadimos el aliño al bowl del pescado, removemos bien y servimos.